el día en el que su madre se enteró pegó grito al cielo, llorando desconsolada, maldiciendo a quien sea la persona que había enamorado a su hijo. se sentía pésimo, era su culpa que su madre estuviera sufriendo.
—tienes que olvidarla, debes hacerlo por favor—suplicó, la única manera de vivir era olvidando a aquella persona, dejar de estar enamorado, hasta ahora no se sabe quien lo ha conseguido, era casi imposible que en tan poco tiempo aquello se consiguiera, probablemente le quedaba menos de un mes.
se había rendido demasiado rápido, no era capaz de borrar todos esos sentimientos. era su culpa que esto estuviera pasando, estaba lastimando a los que más amaba y era tiempo de pagar por ello.
los rumores en su escuela sobre un nuevo caído comenzaron el mismo día en el que se presentó a ésta con las enredaderas en sus manos hasta la muñeca, casi como si fueran guantes, en su estómago sobrepasaba su ombligo y ya estaba tomándole los brazos.
tanjiro junto a zenitsu estuvieron consolándolo el resto de aquel día, pero sentía que aquello le hacía peor. los latidos de su corazón iban disminuyendo, y el terror se apoderó de su cuerpo en el momento que entre convulsión y horribles ataques de tos, de su boca comenzaron a salir escupidos pétalos de azafrán con un poco de su sangre, el suelo de su habitación quedó manchada y le fue muy difícil de quitar.