Mal sueño
La cubrí entre mis alas esperando que el calor que nos rodeaba disminuyera al menos un poco, la explosión había destruido gran cantidad del edificio.
-Tienes que salvarlo - susurró cansada, no deseaba dejarla a la deriva rodeada de tanta maldad en la que estaba metido hasta el cuello - estaré bien, te lo juro, te amo - sus brazos rodearon mi cuello con fuerza, escondiendo el rostro en mi cuello, no tuve más opción que rodear su pequeño cuerpo con mis brazos, temblaba de frustración y miedo, quería estar a su lado cuidándola, escondiendola entre mis alas y que se olvidara del mundo en el que realmente vivía y no esa mentira en la que había permanecido durante toda su vida.
-Prometo regresar pronto, no se te ocurra salir de aquí - bese su frente y me levante con pesar, sus ojos llenos de lágrimas me partían el alma, deseaba poder cambiar la situación, pero no era posible, tenía que enfrentarme a mis acciones.
Camine a la salida con espada en mano sin saber qué era lo que me encontraría fuera, el calor ya no se sentía en la zona, pero seguramente fuera estaría hecho todo un desastre. Mi corazón se aceleró en unos segundos al verle frente a mí, inmóvil, con esa expresión de dolor, era totalmente culpable de lo que estaba sucediendo, al intentar abrir mi boca para hacer la única pregunta que rondaba en mi cabeza ocurrieron muchas cosas, como si esas acciones y mis palabras estuvieran ligadas a toda la mierda que ocurría. El edificio donde se encontraba ella se derrumbó y a quien deseaba salvar ahí fuera desapareció...
-¡David! ¡Carajo despierta! - los movimientos bruscos me estaban jodiendo la paciencia, no podía respirar de manera correcta del maldito susto y el escuchar su voz chillona me haría gritarle en cualquier momento.
-Ya ya, estoy despierto, deja de hacer es... - se tiró a abrazarme escondiendo su rostro en mi pecho susurrando insultos, la tomé entre mis brazos intentando no aplastar mucho sus pequeñas alas blancas, ella era mi mayor debilidad - ¿Qué sucede? ¿Ahora por qué vas a llorar? - acaricie su cabeza intentando que se calmara, tan sentimental la niña que a veces me fastidiaba.
-Gritabas y llorabas, llevo diez minutos intentando que reacciones. David no estas bien, esos sueños son más recurrentes - en eso tenía razón, durante varias noches consecutivas había tenido pesadillas una más intensa que otra, pero en ellas siempre se encontraba ella y una persona más que en cuando despierto olvido su apariencia, pero se que es importante para mi - deja de presionarte tanto por las noches, mirate las heridas, si el resto se da cuenta te van a echar.
-Que lo hagan, a ver quién los protege de las putas alimañas que rodean esta estúpida aldea. No son capaces de tomar entre sus manos un arco o una espada, mucho músculo y pocas habilidades, ya te digo que de una noche no pasan estos inútiles. Mírame - la tomé por los hombros - ¿alguna ocasión he llegado chorreando sangre? No, perfecto, el día que suceda eso o que me haga falta un dedo, un brazo o una pierna, ese día podrás llorar todo lo que quieras pero tendrás que ayudarme, aquí la que sabe de curación eres tú, yo soy un estúpido - junté nuestras frentes y la tomé de las manos cerrando los ojos, las imágenes de aquella pesadilla seguían en mi mente y no querían esfumarse, además que aún me sentía cansado, seguro sólo había dormido un par de horas - te he prometido que cada noche entraría por mi propio pie, con el cuerpo completo y otras cosas que tienes que recordarme. Ahora, tienes que irte la hora se acerca y tu no estas lista, estaré ahí cuando den los resultados, lo demás sabes que no me interesa.
-David.
-Anda, hablamos mas tarde, tengo que ir con los otros dos, por mi que se jodan... Pero no hay más opción. - me separe obligando a que ella se levantara estaba molesta por el modo en que hable de nuestros hermanos - no me des sermones que bastante tendrá con ellos, fuera que tengo que ducharme.
-Es que no tienes remedio... Te quiero - lanzó un beso para después salir de la habitación.
A saber para que me habían llamado los otros dos, el buscarme siempre era para tratarme como basura, no saben hacer algo mejor, lo único que les doy a favor es que lo hacen de una manera tan repugnante, elegante y lógica.
-Oh Fargan, Fargan, Fargan - se hizo a un lado permitiendo que entrará a su ahora hogar, llevaba meses deseando alejarse de mí y lo lograron al final. - Tenemos que hablar de un asunto muy importante.
-¿Ahora que queréis?
-Anda siéntate, no hay nada que temer - señaló el sofá con una falsa sonrisa, ya lo conocía a la perfección - Ya viene Lía, si quieres podemos esperarla.
-Me harás esperar a como dé lugar, vas a iniciar con uno de tus putos sermones inservibles y cuando ella esté aquí van a atacarme. Anda, ve al grano. Suelta el veneno hermanito.
-¿Cómo puedes hablar así de tu familia? Nosotros somos...
-A mi no me vengas con gilipolleces, es que te pareces tanto a madre que me das asco.
-¿Cómo puedes hablar así de ella? - intentó levantar la voz, dándose cuenta al instante que lo único que deseaba era provocarlo. - Fargan, algún día tendrás que entender que las acciones que llevas a cabo te hundirá en un profundo abismo de dolor y agonía.
-Es mi vida y estamos de acuerdo que eso no te interesa. - decidí sentarme acomodando los brazos sobre el respaldo del sofá demostrando que no me interesaba el porque me encontraba ahí.
Pasaron los minutos y la puerta por fin se abrió ante nosotros, entró la mujer de perfecta figura, de ojos naranjas y el cabello castaño ondulado, tan parecida a Ian, tan asquerosos los dos, de alas blancas y grisácea como las de madre. Lía llevaba en sus manos un objeto envuelto en una tela café, sabía de qué se trataba, no podía hacerme el estúpido... ¿O si?
-Oh pequeño Fargan - inició la conversación ella con esa voz nasal que tanto molestaba - ¿Cómo es que habiendo obtenido tanta educación nos pagas con esto? No puedes continuar llevando a cabo las acciones tan insulsas...
-Deja de hablar así, me da asco. ¿Para qué me han llamado?
-No deberías interrumpir a alguien mayor... - intentó continuar pretendiendo estar calmada.
-No me jodas, si solo me llevas tres años, no te creas el ser más sabio del universo. Ya venga, quiero que me culpen de otra cosa más, anda, me estoy cansando de escucharte.
-Fargan, ten un poco de paciencia por favor...
-Paciencia mis cojones.
-Fargan... - Ian tomó en sus manos el objeto y quitó la envoltura improvisada dejando ver la espada desgastada de hierro - ¿de dónde has sacado esto y que has hecho con ella?
-Me la saque del culo. - La habían encontrado, la espada de padre, después de haberla usado por última vez a inicio de esta semana decidí ocultarla, pues en cualquier momento podría destruirse en su lugar decidí usar una nueva que llevaba tiempo fabricando.
-Tu no puedes pensar de la manera correcta, esto sabes que es contra nuestros principios, pelear trae maldad, oscuridad, dolor. Luchar nunca es la opción. - Ian continuó hablando con tanta elegancia que me da asco, decidí ignorar sus palabras, podía tardar minutos intentando decirme que era un idiota.
-Bueno ya basta, ¿que quieren demostrar con eso?
-¿Sigues usando esta cosa?
-Si te digo que si... ¿Qué harán?
-Destierro - esa voz ahora melodiosa venía detrás de nosotros, las enormes alas blancas bloqueaba la única entrada, sus ojos dorados dirigidos sólo a mi me demostraban cierto odio y dolor, ella no se iba con rodeos - estabas advertido David.
-Háganlo... Vayan con el líder y denle las pruebas que quieran, expulsen a este imbecil de la aldea más pura - extendí mis brazos - Venga madre, esto es lo que deseabas hacer desde años atrás.
-Eso no es verdad...
-Ay por favor, que tus favoritos son estos dos y la más pequeña, son tu viva imagen. Yo soy del linaje de padre, te guste o no. Si van a repetir lo mismo que la última vez, yo me largo tengo que ir a ver a Juli, me espera. - intente rodear pero su enorme ala me detuvo, susurró aquellas palabras que sabía me jodia para después dejarme salir sin más.
El resto de la tarde me pareció tan amargo, después de ir con la pequeña Juli tuve que huir al bosque para despejar mi mente, me sentía frustrado al no saber qué rumbo tomar, me quedaba clarísimo que la aldea ya no era un sitio en el cual podía permanecer, cada día las miradas de asco aumentaban, susurros por aquí, murmullos por allá. Mis ideales no encajaban en lo absoluto en ese lugar, padre lo advirtió antes de desaparecer, me destrozaba la idea de no poder demostrar mis verdaderas habilidades y ser tomado como un estúpido... Quizá lo era.
-¡Herido! ¡Necesitamos ayuda! - los gritos venían desde la puerta de la muralla, pronto iba a oscurecer así que la alarma era mayor, si la noche caía sería perdición para todos.
-¡Herido! ¡Necesitamos ayuda! - los gritos venían desde la puerta de la muralla, pronto iba a oscurecer así que la alarma era mayor, si la noche caía sería perdición para todos.
Se escucho el aleteo, y solo por curiosidad decidí acercarme extraña ocasión sucedía encontrar a un herido en medio del día en especial tomando en cuenta que los inútiles de mi raza jamás peleaban sin dejar de lado el hecho que todos ellos conocían todo sobre sanación. Una vez estando sobre la muralla observe cómo cargaban a alguien, no podía verle.
-¿Qué ha sucedido? - pregunté a uno de los vigilantes que seguía con la mirada toda la escena.
-Forastero, llegó huyendo de algo, su caballo se desplomó y dejó caer al hombre. De suerte estará vivo.
-¿Humano? - El hombre asintió sin decir nada más. Ahora tenía más curiosidad.
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Bueno gente, este es la primer parte, intentare subirlo seguido, aunque debo editar el resto de capítulos que ya tengo planeados y guardados, al inicio esta era una idea de un one shot pero mientras la fui avanzando la historia se alargo, cualquier duda que tengan sobre los personajes, historia, etc, pueden preguntar, contestare siempre y cuando no de spoiler de partes futuras... Eso es todo por ahora y no olviden que tengo una historia Rubegetta y Luzuplay, en twitter subo alguna que otra historia, one shot o AU corto (por ejemplo aun estoy subiendo sobre el #AuronBowlWeek) en la cuenta @Mo_Ingrid_Mo.