La hija de Goku| Son Gia. Seg...

By IreneEscobar2

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Después de haber salvado el mundo de un futuro terrible, Gia regresa junto a Trunks solo para guiar a sus dos... More

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By IreneEscobar2

¡Hola! ☺

Lamento no haber publicado absolutamente nada en todo este tiempo. Sé que cualquier explicación no es válida, pero les ofrezco mis disculpas para todas ustedes fans de mis historias.

Espero que esta actualización les ayude a llevar de mejor forma lo que sucede en el mundo, les deseo excelente salud y por favor, sigan en sus casitas. Debemos ayudarnos entre nosotros para superar cualquier adversidad. 

Bueno, sin mas que decirles, continúen con su lectura y espero que se a de su agrado ♥

14| ¿Azul o Rojo?

Domingo, 12 de febrero 784. 12:00 hrs.
Estación central, Capital del Oeste.

No sabía exactamente lo que debía pensar. Estaba atrapada en una situación que nunca consideré.

Deslicé mi mano por la falda de mi vestido. Observé el gran reloj situado sobre mi cabeza, después, a las personas moviéndose de un lugar a otro. Unas apresuradas y otras relajadas. Miles de colores en prendas distintas, niños con algún juguete o globo siguiendo el paso de sus padres quienes los tomaban de una mano. Entonces lo entendí.

Esta era la paz de la que hablaba mi padre, de la que se quejaba el señor Vegeta por hacernos holgazanes en el entrenamiento, a la que debíamos proteger. Si que era relajante.

Solté un suspiro, ya eran las doce y no había señales de Takeru. En realidad, la puntualidad tampoco era mi fuerte, pero la idea fue suya. Él me invitó a salir.

«¿Qué significaba su actitud?»

De repente, escuché un gran alboroto. Provenía de un lugar a varios metros de distancia. Caminé un par de calles en dirección a la izquierda; justo frente a mí se alzaba una gran concentración de gente. El grito de una mujer me hizo alzar la guardia, me apresuré.

Hombres, mujeres y niños corrieron lejos del enorme banco de la capital, sin embargo, muchos curiosos se detenían a mirar. Intenté adentrarme entre ese mar de personas, con éxito.

«¿Qué rayos estaba pasando?

Apenas me detuve frente a toda aquella gente.

No podía creerlo.

No sabía de dónde ni en qué momento, pero Takeru se había lanzado al hombre armado evitando que hiriera a aquella chica. Me sorprendí al ver tal espectáculo.

Fue sólo cuestión de segundos cuando aquel encapuchado se levantó apuntando al que lo acaba de atacar. El chico de ojos rojos intentó levantarse, pero se detuvo cuando se dio cuenta que no podría moverse sin recibir una bala en su cuerpo. No pude ver su expresión. Ahora me daba la espalda.

Frente a él, no solo estaba ese hombre robusto, sino otros cuatro armados y encapuchados. Dos sobre una enorme camioneta blindada, sus cuerpos asombrosamente hinchados le darían miedo a cualquiera y los otros, estaban situados por la puerta de entrada, esos sujetos salían cargando enormes sacos de dinero, lo supe porque varios billetes verdes se salían de aquellas bolsas marrones.

En ese momento, lo comprendí. Esos matones estaban robando el banco y uno de ellos había agredido a la chica ocasionando que un buen chico corriera a salvarla. Lo lamentable era que él, frente a esa arma de fuego, no podía hacer nada.

De repente, el fuerte sonido de unas sirenas advertía la llegada de los oficiales de policía. Y, aun así, la chica seguía siendo rehén de aquellos individuos y, ahora, Takeru también, sin embargo, la muchacha estaba libre.

Observé la comprensión en sus ojos al instante, comenzó a retroceder, sabía que en cualquier momento correría en dirección al mar de personas y escaparía. Sin embargo, eso no pasó.

Uno de los que estaban sobre la camioneta dio un brinco en dirección a la mujer, la tomó por el cuello. Dejó caer la ametralladora y esta, debido a la correa que llevaba, se adhirió a su espalda. Al mismo tiempo, tomó una pistola de su cinturón, la cual apunto directamente a la sien de la chica mientras la sostenía. No podía creerlo, esta escena estaba provocando enfado en mí.

Pude ver cómo el vocalista de The Darks se tensó. Una risa grotesca se escuchó por parte del maleante frente a Takeru. Parecía que él era el jefe.

—¡Si no se apartan todos entonces mataremos a estos chicos!

La chica sollozaba pidiendo ayuda. Todo a mi alrededor se dispersó, algunos policías empezaron a llegar. Debía intervenir de inmediato para salvarlos.

No lo dude ni un segundo. Me impulsé logrando llegar al frente del azabache.

—¿G-Gia?

La sorpresa en la voz de Takeru solo se comparaba con la que desprendían los ojos de aquel sujeto.

—¿Quién eres tú? —cuestionó, mientras apuntaba su arma en mi dirección.

Escuché varias exclamaciones de suspenso.

Sólo fue cuestión de segundos que me costó alzar mi pierna, provocando que mi pie golpeara directamente la mano de aquel sujeto, logrando que éste soltara la enorme arma de fuego que poseía.

En un solo movimiento, giré sobre mi propio eje frunciendo el ceño. Los ojos de aquel hombre se abrieron del asombro. El viento sopló agitando brevemente mi cabello y mi vestido.

El hombre enarcó las cejas, dispuesto a atacarme. Me preparé lista para detener su golpe y lanzarlo lejos de mí, sin embargo, no conté con una cabellera lavanda interfiriéndose en mi perfecta estrategia.

Trunks tomó de la muñeca al gigantón de pasamontañas justo frente a mis ojos, el hombre cayó a mis pies gracias a la fuerza que aplicó el chico para tumbarlo.

No solo la audiencia estaba sorprendida, yo también lo estaba. El oji-azul colocó un pie sobre el bandido, se giró en dirección a los otros maleantes.

—¿Acaso van a seguir molestando a estas personas o tendré que hacerme cargo de ustedes también?

Su sola cuestión hizo que los sujetos encapuchados se tensaran, los cuatro se rindieron y los oficiales comenzaron a rodearlos para esposarlos.

—Gracias por su cooperación —agradeció el policía al peli-lila mientras se llevaba al brabucón más grande.

Trunks giró en mi dirección, después su vista se posó a algo justo detrás de mí. Volví mi vista para encontrar a Takeru levándose, rápidamente traté de ayudarlo tomándolo de la espalda.

—Espero que ambos estén bien —declaró la voz del oji-azul.

La espalda de Takeru se tensó y su rostro se formó un gesto que me sorprendió.

Miré de reojo al mejor amigo de mi hermano menor.

—¿Por qué interviniste?

Cuestioné, la mirada de Trunks se desvió al chico junto a mí. Y, fue en ese momento que caí en cuenta de algo.

—Deberías agradecer que venía pasando por aquí, ese maleante pudo haberte lastimado —contestó, yo no sabía qué hacer.

Mis labios estaban a punto de declarar que pude haberlo vencido sin sudar, pero Takeru estaba ahí a centímetros de nosotros. Trunks me había salvado dos veces en menos de quince minutos.

—Has salvado mi vida y la de Gia, yo soy el que debe agradecerte —la voz del chico a mi lado me descolocó. Yuki me había contado que Takeru no soportaba a Trunks, y este le estaba agradeciendo, definitivamente no estaba entendiendo nada.

—Te has arriesgado por salvar a una chica, fue muy heroico de tu parte —señaló el de ojos azules—. Bueno, Gia, por aquí venden unas deliciosas hamburguesas, ¿te gustaría ir por unas? —Trunks dirigió su dedo índice hacia la derecha, sonriendo.

Ahora la que se había tensado era yo, pero no solo eso, la idea de ir con Trunks me estaba tentando. Por otro lado, mi compromiso era con Takeru.

Al ver que no respondía, los ojos celestes se colocaron en mí al momento que el dueño de ellos alzaba una ceja.

—Lo lamento, Trunks —dije, apenada—, tengo otro compromiso.

El joven Brief miró a Takeru y después a mí. Parecía que comprendía todo.

[. . .]

Estaba sentada frente a unos hipnotizantes ojos rojos. Parecía un tanto confundido, no sabía que era lo que cruzaba por su cabeza, pero de lo que sí estaba segura es que algo vio, y si ese algo lo meditó y, al meditarlo, logró llegar a una conclusión.

Sin embargo, yo no dejé de pensar en la inesperada llegada de Trunks y en sus miradas un tanto inexpresivas. Las imágenes seguían en mi cabeza, me tomó unos segundos ver como la cabellera lila se alejaba. No esperaba una reacción tan tajante por su parte.

Tomé la taza café al instante y, llevándola a mis labios, intenté borrar aquellos sucesos.

—Supongo que aún estarás pensando en lo que sucedió, ¿no es así? —la voz de Takeru sonó un tanto comprensiva. Lo observé al instante, sin desprender la taza de mi boca—. Jamás me había puesto en una situación así, pero al observar a aquel maleante querer utilizar a una chica para huir impune hizo que me enfadara.

Al fin bajé la taza.

Su declaración me había dejado sin palabras pues yo me sentí de la misma manera. Eran pocos los que se atrevían a dejar de lado su propia vida por ayudar a otros. Eso lo tenía bastante claro, pero mi situación era distinta. Nosotros, los saiyajin, tenemos poder y la fuerza para vencer a cualquier brabucón con arma, pero él era un simple ser humano.

—Lo que no logro entender fue cómo te atreviste a intervenir así, ¿acaso no tuviste miedo?

Tragué saliva, ¿qué debía decirle?

—No lo pensé, Takeru —declaré. No era sorpresa lo que surcó en su mirada, era curiosidad. Entonces recordé a Gohan vestido de El Gran Saiyaman—. Mi sentido de la justicia se hizo presente.

Aseguré con la cabeza, mi puño golpeó la palma de mí mano para darle esa seguridad. Él parecía confundido

—Claro, aunque no lo creas —sonreí abiertamente esperando que no fuera necesario.

—Pero ¿cómo fuiste capaz de golpear así a semejante hombre? —parecía desconfiar de mis argumentos—. Me dolió el cuerpo con sólo tumbarlo —declaró—. Y tú lograste golpear su gigantesco brazo con ese cuerpo tan pequeño y delgado que tienes.

Parecía que Takeru no quería creerme y esto se estaba tornando incómodo.

—Bueno, no te dejes guiar por las apariencias —guiñé un ojo—. Desde pequeña practico clases de defensa personal, soy una chica que no querrás molestar.

Después de eso, no dijo nada más sobre el tema, ni siquiera había mencionado a Trunks. Simplemente, parecía que quería pasar tiempo con alguien.

—¿Prácticamente es todo lo que haces? ¿Estudiar y entrenar defensa personal?

—Bueno, la mayoría del tiempo sí —dije —. También ayudo a mi madre en la cocina o en la cosecha que dejó mi padre antes de viajar, o paso tiempo con mi sobrina. Ah, y últimamente trabajo en la cafetería después de clases.

—Es interesante, tú vida parece muy pacífica.

«No tienes idea...»

—¿Qué es lo que haces en tus ratos libres, Takeru?

—Supongo que es obvio —dio una media sonrisa—. La mayoría del tiempo compongo, Gia, y también práctico artes marciales.

Lo observé directamente, ahora si estaba segura de que él era el niño a quien enfrente en el torneo infantil. Esos ojos, el mismo nombre y practica artes marciales, sí, definitivamente es él.

—Así es, Gia —otra sonrisa un poco más genuina se apropió de su rostro, sin embargo, hizo que mi corazón comenzara a bombear sangre más rápido—. Yo soy el niño al que te enfrentaste en el torneo infantil hace 10 años.

«¿Qué estaba pensando ese chico?»

・゚✵ :・゚✧ :・゚✵ *:・゚✧:・゚✵ :・゚✧:・゚

Hasta aquí otro capítulo, dejen su estrellita para más actualizaciones. Comenten si tienen alguna duda y/o corrección. Sin más por el momento, ¡hasta pronto!

♥ Gracias por leer ♥

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