Hero | TodoDeku

By melistylinsonbutera

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AU. Midoriya Izuku es un joven médico de veintisiete años, pues gracias a su gran intelecto -que sorprendió a... More

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Final. 36
Epílogo

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By melistylinsonbutera

Izuku no supo en qué momento se había quedado dormido. En realidad, nisiquiera sabía si se durmió o se desmayó, pero la cuestión es que acababa de despertar y nada había sido una pesadilla.

Aún se encontraba atado, con aquel cable ties rodeando sus muñecas y sus brazos en su espalda, en aquella posición que le mantenía derecho por estar sujeto al asiento gracias al cinturón de seguridad.

Literalmente no sentía los brazos.
Se encontraban entumecidos por completo. Sin embargo, al aclarar su vista, el dolor en sus brazos no se comparó para nada con el miedo que sintió cuando observó lo que tenía en frente.

—¡Oi! ¡Al fin despiertas! Creí que estabas —hizo un sonido con su lengua, inclinando su cabeza mientras simulaba degollarse a sí mismo para luego reír—, y empecé a considerar tirarte al agua.

La parte delantera del automóvil se encontraba suspendida en el aire, y lo que le esperaba, si este caía, eran kilómetros y kilómetros del gran mar azul, por lo que con miedo jadeó ahogadamente contra la cinta en su boca; sintiendo sus ojos humedecerse otra vez.

—Nah... no se altere, Doc. No voy a dejarlo caer... a no ser que me haga enfadar y me obligue a hacerlo. Así que mientras permanezca tranquilo —golpeó el techo del vehículo haciendo que se inclinará levemente hacia adelante. Izuku gritó—, el auto no caerá.

Izuku sollozó, cerrando fuertemente sus ojos y pegando absolutamente todo su cuerpo al respaldar del asiento detrás de suyo. Alejándose lo más posible para dejar de hacer peso en el frente, y sobre todo dejar de mirar. Pero no pudo evitar dirigir sus ojos hacia su entorno, observado disimuladamente.

Por lo que pudo observar, se encontraban en una especie de puerto abandonado ya que vio barcos que parecían tener años varados allí, y vagones de carga muy descuidados. Otro detalle: seguía siendo de noche, pero se notaban los primeros inicios de la mañana empezando a tocar el cielo.

El auto se encontraba sobre un puente, con la mitad en el mismo y la otra mitad apuntando en dirección al mar. Una caída dolorosa, sin duda, y hasta mortal. Estaba seguro de que ante el mínimo movimiento mal realizado, caería, por lo que nisiquiera se permitió hiperventilar e intentó serenarse, preservando una calma en su cuerpo que no poseía.

No sabía cuántas horas pasaron desde que llegaron, pero por los movimientos corporales y aburridos de Million Forms intuía que ya llevaban varias horas allí, y Shoto todavía no aparecía. Algo que agradeció internamente.

Aunque estuviera asustado, realmente esperaba que no lo hiciera. Obvio que quería que le sacaran de allí, pero no quería al bicolor en riesgo por su culpa.

No entiende qué es lo que Million Forms quiere de Shoto. Supuso que, quizá, tenía alguna especie de rencor por batallas anteriores; él mismo había sido partícipe como rehén en una de ellas, y también habrá sido la que colmó el vaso para el villano, ya que Shoto —junto a sus compañeros y compañeras— rescataron a todos los civiles del lugar, deteniendo un tráfico descomunal de personas y los koseis de las mismas.

Así que, claramente, si se encuentran cara a cara, no se sentarán a charlar. Es decir, Million Forms está dispuesto a dejarle caer al mar si las cosas no salen como él quiere, posiblemente, si se le presenta la oportunidad, también está dispuesto a acabar con el héroe número uno. Pero Izuku no iba a permitir tal cosa.

La risa repentina del villano le sacó de sus pensamientos.

—Wow, aquí podemos observar el nivel de interés que tu novio tiene por ti. Ya han pasado casi cinco horas, y no hay ni una señal de él —sonrió por debajo de su máscara—. Es trist-...

Un sonido detrás de unos vagones apilados, a unos pocos metros de ellos, le interrumpió.

—Tch —sacó su cuchillo y una pistola de su espalda—. Si te mueves, dejaré caer el auto, ¿oíste?

Izuku asintió de manera cuidadosa, y cuando le vio irse, cerró sus ojos, rogando que no fuera Shoto.

—Midoriya-san —escuchó susurrar en su oído. Quiso gritar del susto, y lo habría hecho de no ser por la cinta que cubría su boca—. Shhh, no haga ruido y no se mueva, por favor. Soy yo, Toru. Lo vamos a sacar de aquí.

Sintió unas manos quitarle el adhesivo de la boca y desabrochar con cuidado el cinturón de seguridad.

—Hagakure-san...

La heroína lo chito en voz baja, diciéndole que no hiciera movimientos bruscos y se levantara con cuidado. Él obedeció cada una de sus indicaciones hasta que por fin se encontró fuera del auto, y ambos se pusieron en cuclillas detrás del mismo para esconder sus cuerpos.

—Por favor, no se mueva —la heroína sacó un pequeño frasquito debajo de lo que parecía ser su cabello, y supuso que inteligentemente le ocultó allí para mantenerle invisible—. Es el ácido de Mina-chan, si lo toca le haré daño así que separe sus manos lo más que pueda.

Izuku asintió, dándole la espalda, y segundos después escuchó el sonido que hizo al abrirlo. Vertió la sustancia con cuidado sobre el cable, que mantenía sus muñecas prisioneras, dejándole libre cuando se derritió; sin tocar de milagro su piel.

Toru sonrió enormemente y él volteó para agradecerle, pero ella colocó una de sus manos invisibles sobre su boca al captar unos pasos aproximándose al vehículo.

La heroína tiró de sus ropas, diciéndole mediante esa acción que se mantuviera oculto y así lo hizo, sintiéndole pasar por su lado.
No podía verla, pero estaba seguro de que se estaba acercando de manera silenciosa a Million Forms, que caminaba en dirección al vehículo a paso relajado. O así fue hasta que se vio siendo derribado al suelo por un golpe repentino.

Sus armas volaron a unos cuantos metros lejos de él por ello, y fueron tomadas por dos pequeños conejitos, que brincaron hacia Koji; entregándole los objetos

«¡¿Anima también está aquí?!»

Toru le había golpeado con todas sus fuerzas, pero aun así, Million Forms, se puso rápidamente de pie. Dando golpes hacia la nada ya que la chica se encontraba detrás suyo.
Se apresuró en tomar sus brazos con fuerza, colocándolos en su espalda y arrojándole al suelo una vez más con una de sus rodillas en sus omóplatos y sus dos manos en sus muñecas. E Izuku suspiró de alivio al ver al villano inmovilizado.

Sin embargo... al sentir una presencia detrás suyo, su corazón se alteró. Lentamente volteó, asustado, pero en lugar de encontrarse con algún secuaz del villano, o algo por el estilo, dio con aquella brillante y cálida sonrisa afilada que logró transmitirle la tranquilidad que su cuerpo necesitaba en esos momentos.

Eijiro le sonreía extendiéndole una de sus manos, la cual aceptó sin dudar; poniéndose de pie.

—Permanezca detrás de mí, Midoriya-san —pidió amablemente al mismo tiempo que endurecida su cuerpo.

Si algo intentaba lastimar al médico, primero tendría que atravesar al héroe de piedra.

—Muchísimas gracias, Kirishima-san...

—Todo estará bien ahora. Además, jamás habríamos dejado a Shoto venir solo —concluyó, con la sonrisa intacta en sus labios.

Entonces Izuku alzó la mirada, y no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas al ver a Shoto caminando junto a Tenya hacia Million Forms, quien ahora también se encontraba siendo retenido por Kyoka; ayudándole a Toru.

Cuando Shoto llegó a él, tomó el cuello de su abrigo entre una de sus manos y le quitó, con la que tenía libre, la máscara del rostro. Para poder verle a los ojos.

—Shoto —saludó burlón—. Creí que vendrías solo...

—Para tu mala suerte, tengo una familia que no me permite estar solo —respondió antes de golpear con fuerza su mejilla izquierda, y de no ser porque se encontraba siendo sostenido por ambas heroínas, habría caído al suelo.

A pesar del dolor, Million Forms rio y los héroes le vieron desconcertados cuando se derritió en el piso. Era imposible que pudiera activar su kosei, Kyoka le había inyectado un suplemento que anulaba el uso del mismo por varias horas. Pero allí estaba, usándolo como si nada.

—Pues qué casualidad, porque, al igual que tú, mi familia tampoco me permite estar solo —dijo entre risas.

Pronto, el lugar se vio invadido por diferentes personas, vestidas completamente de negro, con máscaras idénticas a la del villano.
Million Forms, haciendo uso de su forma gelatinosa, se arrastró por el suelo; desapareciendo de sus campos visuales en segundos.

Shoto inhaló profundo, apretando su mandíbula, volteando su rostro hacia Eijiro, y sin necesidad de palabras el pelirrojo entendió que debía sacar a Izuku de allí.

Tomando al médico en brazos, cubriéndolo con su cuerpo, empezó a correr para irse del lugar.
No obstante, dos sujetos no tardaron en seguirle; disparándole sin titubear, pero las balas rebotarban en su cuerpo sin dañarlo.

—¡Riot! —llamó Hitoshi, desde la azotea de un edificio, arrojándole una de sus cintas a gran velocidad.

—Midoriya-san, no tenga miedo, sólo debe sostenerla con fuerza —indicó dándole la cinta.

Izuku asintió, aferrándose a la misma, y ni bien lo hizo, fue rápidamente jalado hacia arriba; tomando las manos de Mina y Ochaco cuando se encontró en la cima.

—Ochaco te sacará de aquí —le sonrió la pelirosada, pero los rostros felices fueron opacados por la sorpresa y el enojo al notar cómo cinco de aquellos desconocidos trepaban hábilmente por el edificio hasta llegar frente a ellos.

—Nosotros nos encargamos, ¡vayan! —gritó Hanta en su dirección al mismo tiempo que elevaba su codo a la altura de su mentón, expulsando de esa manera una cinta que rodeó a dos de ellos; golpeándolos entre sí y dejándoles en el suelo.

Tanto Izuku como Ochaco no se quedaron a mirar el resto de la batalla y corrieron hacia la puerta de salida, tal y cómo decía el plan. Pero la heroína de gravedad cero nisiquiera pudo tomar la perilla de la misma entre sus manos, y se vio duramente derribada por una silueta femenina.

—¡Ve-Vete, Midoriya! ¡Vete!

El grito de la castaña le hizo reaccionar, mas fue demasiado tarde porque uno de los villanos usó su kosei de aire para empujarlo —sin tocarlo realmente—, alejándolo de la puerta. Pero cometió el error de no calcular bien la distancia al momento de impactar su cuerpo con el mismo... dejando a Izuku al borde de aquella azotea.

Ochaco se quitó de encima a la villana, que intentaba clavarle una daga en el cuello, al patear con fuerza su abdomen y sin demora corrió hacia él.
Intentó tocarle con su mano, para así activar su kosei y hacerle flotar, pero antes de que pudiera siquiera rozar los dedos contrarios con los suyos, Izuku cayó.

Lo siguiente ocurrió en cámara lenta. Como si el tiempo estuviera siendo tortuosamente disminuido solo para dejarles observar la escena frente a ellos con mayor detalle.

El grito desgarrador de Ochaco alarmó a todos los presentes, tanto héroes como villanos voltearon en dirección a ella; quedándose paralizados cuando observaron un cuerpo caer y a la heroína gritando desesperadamente el nombre del médico.

Nadie logró reaccionar a tiempo. Nadie, exceptuando a una persona que se movió a una velocidad increíble seguida del fuerte rugido de un motor.

Tenya se posicionó en el lugar correcto y en el momento exacto en que Izuku estaba por tocar el suelo, logrando atraparle entre sus brazos.

Las almas de los Héroes volvieron a sus cuerpos al ver aquello, y empezaron a devolver golpes con más fuerza y más ira, producto de la adrenalina. Sobre todo Shoto.

Shoto había sentido que su mundo lentamente desaparecía cuando escuchó el grito de Ochaco y observó el cuerpo de Izuku, su pequeño y dulce médico, caer hacia lo que pudo haber sido una muerte inmediata. Pero, gracias a Tenya, fue rescatado. Y él volvió en sí, como si un interruptor hubiera sido encendido dentro de su cuerpo una vez más, al mismo tiempo que su corazón latía con fuerza en su pecho y las llamas brotaban de su lado izquierdo por sí solas; recibiendo y devolviendo ataques hasta que no hubo ningún villano en pie.

El grupo de compañeros y compañeras, exhaustos, se permitió suspirar aliviados cuando la batalla llegó a su fin. Mas no bajaron la guardia, comenzando a esposar las muñecas de los cuerpos inconscientes, dejándolos a todos juntos en un mismo lugar, justo en el momento en el que las sirenas de los vehículos policiales invadían el lugar al igual que varias ambulancias de las que descendió el personal médico; socorriendo a los héroes Anima, Earphone Jack, Red Riot y Pinky. Tenían heridas leves.

Shoto ignoró a todas las personas a su alrededor y corrió hacia Tenya, que aún permanecía inmóvil con el médico en brazos. Y la expresión asustada en su rostro le dio un espantoso escalofrío.

—E-Está inconsciente —le escuchó murmurar.

Tenya dejó el cuerpo del pecoso en sus brazos, con cuidado de no mover mucho su cabeza por si llegará a tener una contusión en la misma, pero el sonido de su voz sonó lejano para Shoto. Todos los sonidos a su alrededor se escuchaban distorsionados debido a que él solo se enfocó en abrazar a Izuku con todas sus fuerzas, dejándose caer en el suelo de rodillas.

Estuvo así por varios segundos, y luego se alejó, para poder ver su rostro, acariciando una de sus mejillas delicadamente con los nudillos de sus dedos de su mano izquierda.

—I-Izu, pequeño, d-despierta, por favor —suplicó en un hilo de voz.

Jamás había sentido tanto miedo y tantas ganas de llorar como las que estaba sintiendo ahora mismo.

El sentimiento que recorría su cuerpo, y que le apretaba el alma formando un doloroso nudo en su garganta, era el mismo que alguna vez sintió siendo un niño. Un niño que debía soportar los duros entrenamientos de su padre, o que creyó que su hermano había muerto, y el que recibió una herida imborrable en su rostro debido a los problemas de su madre.

Shoto sintió como si volviera a ser aquel niño... y su cuerpo entero se paralizó.

Nisiquiera fue consciente de la llegada de Denki, Momo y Katsuki, pero repentinamente tenía a los tres frente a él. Aunque se veían borrosos gracias a las lágrimas acumuladas en sus ojos.

Katsuki tomaba su rostro entre sus manos firmemente, intentando hacerle reaccionar, pidiéndole con voz suave inhalar y exhalar. Momo y Denki le sostenían para mantenerle de pie, susurrando palabras tranquilizadoras. Y fue entonces cuando notó que ya no tenía a Izuku en sus brazos.

Desesperado le buscó y lo encontró recostado sobre una camilla, con médicos rodeándolo mientras intercambiaban palabras entre ellos que no lograba escuchar. Y lo último que vio de él, fue cuando subieron su cuerpo inconsciente en una de las ambulancias. Desapareciendo del lugar de inmediato, con dirección al hospital más cercano.

Otra vez todo vuelto un desastre.

Continuará

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DE INMEDIATO👉🏻
























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