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Abigaíl Miller
—Eitan... —murmullo en voz baja —No creí que estarías aquí.
Tanto Chloe como él, se levantan del suelo —Estaba por irme.
Drake alza su ceja —¿Qué haces tú en su casa?
—Construía un castillo junto a la pitufina —dice señalando con la mirada a Chloe, después va por su chaqueta y se la coloca —Pero eso no te incumbe.
La mirada de Drake viaja hacia mí, entonces yo decido explicar —Eitan es amigo de mi hermano —aclaro —Creo que ya será costumbre tenerlo por aquí cerca.
—¿Tienes algún problema con eso? —le pregunta Eitan directamente a Drake.
Antes de que cualquiera de los tres pueda hablar, Chloe se aproxima hacia mí y con su manita jala levemente una de mis prendas para llamar mi atención —¿Quién es él?
—Bueno... —estoy por explicarme, pero la irritante voz de Eitan me interrumpe.
—Es el bufón.
Tanto Drake como yo, lo miramos incrédulos.
Eitan se pone de cuclillas y le habla a Chloe —¿Recuerdas que tu mami te dijo que yo era el mayordomo? —Chloe asiente —Bueno, una princesa como tú también necesita de un bufón con pinta de payaso. Es él —dice señalando con una sonrisa a Drake.
—¿Qué demonios, Har...? —pongo mi mano frente al pecho de Drake, impidiéndole que pueda dar un paso.
—Basta, Eitan —insisto, porque sé que tenerlo en el mismo lugar que Drake no es una buena idea.
Mi novio suspira y a su vez, también se pone de cuclillas —Así que construías un castillo ¿eh? —se dirige a Chloe con una leve sonrisa. Ella asiente —Puedo ayudarte si necesitas ayuda.
—No la necesita —exclama esta vez Eitan mientras se pone de pie —Así que vete.
—Joder, Eitan. No eres nadie para decirme qué hacer.
Aclaro mi garganta e intento mantener la calma —Si se pondrán a pelear por cosas insignificantes, les pido que por favor se larguen de aquí los dos —insisto.
Eitan abre la puerta de la casa —No te preocupes, yo ya me iba.
Chloe corre hacia él —¿Qué hay de la mansión que construiríamos con los bloques? —pregunta en un puchero.
—Ya será después, pitufina —responde Eitan con una sonrisa —Mientras tanto pídele al bufón que te cuente unos chistes, para eso trabaja.
-
Pasados unos días, me encuentro por causalidad a Eitan por el campus. En realidad ya lo había visto varias veces, pero simplemente me limitaba a no hablarle. Por otro lado, Drake está muy contento de conocer a mi niña y le agrada salir de vez en cuando junto a las dos. Eso me gusta mucho.
—¡Hey! —al pasar de largo a Eitan, me detengo de espaldas al escuchar su voz —¡Señorita amargada!
Me giro con vergüenza, las personas a nuestro alrededor han escuchado todo —No estoy sorda, Eitan. Ya te he oído.
Él se regresa para acercarse hacia mí —Quería hablar contigo.
Alzo mis cejas —¿De algo importante? Mi horario de hoy ha terminado y quiero regresar a casa lo más pronto posible.
—Quería disculparme ¿sí?
Eso me sorprende.
—¿Por qué lo dices?
—Por haberte espiado el otro día junto a Dereck. Eso no estuvo bien.
Pongo mis manos sobre mi cintura —Sí, no estuvo bien —él rasca su nuca algo apenado, así que intento ser más flexible —Pero no fue tu culpa, lo entiendo.
—Sí, pero estuve involucrado y las cosas se descontrolaron cuando nos notaste —continúa él —Si Drake se hubiera dado cuenta de que los hemos seguido a su cita, no me imagino cómo pudo haber reaccionado.
—No es nada —insisto con sinceridad.
Él me sonríe y revuelve mi cabello —Aw, sabía que en el fondo de ese oscuro y frío ser, la amargada tenía algo de bondad para perdonar a las personas.
Le quito su mano de mi cabello —Pero no estoy enojada contigo por eso.
—¿Ah no? ¿Estás enojada por algo más?
Niego —No es que esté enojada en realidad —corrijo —¿Pero qué fue eso del otro día? ¿Diciéndole cosas a Drake frente a Chloe? ¿Qué pretendías con eso?
—Ah eso... —Eitan lo recuerda y se encoge de hombros —De eso no me arrepiento.
—Dime ¿qué problemas tienes con él?
—Pregúntaselo a él. Es tu novio.
Y después de eso, el maldito Eitan Harper me pasa por alto y se aleja mientras sigue con su camino.
Justo cuando él se retira, un grupo de tres chicas se acercan a mí —¿Ese era Eitan Harper? —pregunta una de ellas con emoción —¿El de medicina forense?
Volteo a donde Eitan se fue y arrugo mis cejas —Sí... era él.
Entre ellas se miran con conmoción, murmuran algo que no logro entender y luego vuelven a hablar —¿Estás saliendo con él?
Miro a la chica con confusión —Eh... no.
Una de sus amigas le da un leve golpe en el hombro —¡Lo ves! Te dije que no era posible. A Eitan no le gustan las cosas serias con las chicas.
Uh, en eso coincido.
La otra de sus amigas me mira desorientada —¿De verdad no sales con él? —yo niego —Juraba que estaban en algo serio, se veía muy sensible a tu lado. Diferente, quizás.
Me echo a reír —Seguramente porque se estaba disculpando por algo —aclaro —Eitan y yo no somos los mejores amigos que digamos.
La chica que había hablado desde un principio sonríe —Entonces está libre ¿verdad?
Trago en seco —Pues sí.
Entre ellas se sonríen —¡Tienes una oportunidad! —le dice una de sus amigas con emoción —Si no logras conquistarlo para el resto de la eternidad, mínimo te lo puedes tirar.
—¿Crees que tenga oportunidad? —le pregunta la chica.
—Pero por supuesto —agrega la otra —A Eitan le gusta follar con las chicas, seguro tiene algún espacio libre para ti.
—Joder, eso espero.
—Y si todo llega a salir bien... —añade la otra —Lo conquistas y haces que deje su vida de mujeriego solo por ti.
—Pero qué cliché —murmullo yo entre dientes. Las tres amigas fijan su vista en mí y se enserian —Es decir... puedes intentarlo, pero las probabilidades son pocas ¿lo sabes?
Ella me sonríe —No te preocupes, puedo lograrlo.
Uh, claaaaro.
En eso las chicas se van mientras susurran algunas cosas y yo simplemente suspiro mientras sigo con mi camino.
¿Ella? ¿Conquistar a Eitan? No lo creo. No creo que exista alguien que pueda hacerlo.
Eitan Harper
Drake.
¿Qué tiene de especial él? De verdad, ¿qué fue lo que vio Abby en él? No es guapo —al menos no como yo—, es un idiota, es demasiado cursi y ni siquiera es gracioso. Estoy seguro de que le hizo algún tipo de amarre, porque no puede ser posible que Abby se haya fijado en él.
—Eitan ¿me estás escuchando? —la voz de Nathan me saca de mis pensamientos.
—¿Qué decías? —lo observo fijamente, a lo que él me mira molesto.
—Que estoy saliendo con alguien ¿de verdad me estuviste ignorando todo este tiempo? —arrugo mis cejas algo confundido ¿escuché bien? ¿Nathan está saliendo con alguien? —No es nada serio —se apresura a decir, lo que me tranquiliza un poco —Pero no lo sé, creí que era necesario decírtelo.
—¿Decírmelo? ¿Por qué? —Nathan rasca su nuca nervioso, eso provoca que me preocupe —Explícate mejor —él está por abrir su boca nuevamente, pero en eso una chica llega hacia nosotros.
—Eitan... —mi mirada se postra en la suya al escucharla decir mi nombre, es una chica guapa, y por su semblante nervioso puedo descifrar hacia dónde va esta conversación.
—¿Sí? —ella lame sus labios y traga en seco —¿Nos conocemos? —a pesar de que ya es costumbre que chicas que no conozca se me acerquen, quisiera inferir que me conocen de algún lugar y lo he olvidado, a que hayan estado observándome a lo lejos por dos semanas continuas.
—No... bueno sí... hace varios días se me cayeron mis libros en el pasillo, me ayudaste a levantarlos, no fuiste el único de hecho, pero no lo sé, quería agradecerte por eso.
Alzo mi ceja y desvío mi mirada algo confundido —Lo siento, no lo recuerdo —la chica arruga su nariz y voltea hacia detrás de ella mientras hace unas muecas extrañas, entonces puedo darme cuenta de que otras dos chicas están alentándola a lo lejos tapando sus rostros con un periódico al revés.
La chica suspira y niega —¿Sabes qué? Olvida la presentación, iré directo al grano. La verdad es que me interesas y quería preguntarte si desearías salir conmigo alguna vez, solo para conocernos.
Me sorprende lo directa que ha sido, aunque para ser sincero lo prefiero así, el hecho de que algunas chicas le den mucha vuelta al asunto me puede llegar a agobiar —No lo sé, estaré ocupado durante estas semanas —siento como Nathan golpea mi pierna por debajo de la mesa, yo lo miro confundido —¿Qué te ocurre?
—¿Estás idiota? Mira a la hermosa chica que tienes frente a ti, ¿de verdad la vas a rechazar? —las mejillas de la chica se ruborizan al instante —Recuerdo que tendremos una fiesta esta noche y no has conseguido pareja, así que si deseas asistir, estoy seguro de que esta linda chica podrá acompañarte.
Ella asiente —Claro, puedo ir contigo si gustas.
—No tengo planeado ir a esa fiesta, es aburrida.
—Yo fui uno de los organizadores ¿dices que mis fiestas son aburridas? —Nathan me mira ofendido.
—Lo son.
Él intenta replicar, pero me adelanto —Lo lamento, pero yo...
—Eitan estará disponible —tenso mis músculos al escuchar que Nathan termina de otra manera lo que yo iba a decir —La fiesta es hoy a las nueve, la noticia se ha corrido rápido, seguro encuentras a alguien que te proporcione la información completa. Ah y lleva a tus amigas, puedo hacerles compañía.
La chica sonríe —De acuerdo, gracias.
En cuanto ella se aleja lo suficiente, separo mi silla de la de Nathan —¿Qué demonios te sucede? Dije que no iría.
—¿Por qué no? Siempre has asistido a mis fiestas, bebemos y nos divertimos mucho con las chicas ¿ya te has arrepentido?
—No es eso —y es que aunque últimamente no he salido de fiesta tan continuamente como antes, tengo algunas responsabilidades de las que encargarme —Estaré ocupado, estoy a punto de graduarme y tengo que prepararme para mi examen final, lo sabes.
Una risa seca recibo de su parte —Admítelo Eitan, te estás convirtiendo en alguien aburrido. Es por lo de Abby ¿no? Te has dado cuenta de que en realidad no puedes obtener a todas las chicas que deseas y ahora te excusas con la universidad. Por favor, te conozco.
—Abby no tiene nada que ver con esto, y te he dicho que ya la olvides a ella, sus apuestas, y a cualquier otra futura apuesta con otra chica.
—No lograste la última apuesta de la lista, fue ahí cuando te diste cuenta de que eres menos de lo que tú crees.
—¿Sabes qué? —me levanto de la silla con brusquedad y en la mesa abro mi mochila, de ella saco la estúpida lista y se le entrego a Nathan —Toma tu lista de mierda y jódete.
Antes de que él pueda decir algo más, cuelgo mi mochila en mi hombro derecho y me largo de la cafetería a pasos largos. Intento contener mi enojo e ira, pero cuando en el pasillo me encuentro a Drake de camino a la cafetería, maldigo por dentro.
Lo último que me faltaba.
—No estoy de humor para lidiar contigo —me adelanto antes de que él piense en abrir su puta boca. Así que lo dejo atrás y continúo con mi camino.
-
¿Qué estoy haciendo aquí?
Frente a la puerta del apartamento de Nathan, a punto de ingresar a su estúpida fiesta. Había decidido venir solo para aclarar las cosas con la chica, disculparme y llevarla de nuevo a casa, pero está claro que si veo a Nathan las cosas pueden no terminar bien.
Retrocedo y me giro sobre mis talones para regresar a casa, pero la puerta se abre en cuanto intento dar un paso —¿Eitan? —no reconozco la voz al inicio, pero al girarme, noto que se trata de la chica de esta mañana —Wow, creí que no vendrías.
Ella se hace a un lado para que pueda ingresar al apartamento, entonces lanzo un suspiro y lo hago —Escúchame, yo...
—Por un momento pensé que me dejarías plantada. No me sorprendería, he escuchado que le has hecho lo mismo a muchas chicas —su voz está nerviosa, de verdad se había preocupado por quedarse sola en medio de una fiesta de gente desconocida.
—¿No has venido con tus amigas?
—No —ambos pasamos entre la multitud de gente bailando y llegamos hasta un sofá vacío para sentarnos —Llegarán por separado después, querían dejarme a solas contigo por un momento.
—Sí, bueno, la verdad es que yo... —alzo mi voz para que me pueda escuchar a pesar del alto volumen de la música —¡No estoy interesado, lo siento!
Ella me mira confundida y señala su oído, indicándome que no me ha escuchado bien. Miro a mi alrededor y busco alguna alternativa, así que la tomo de la mano y ambos nos levantamos del sillón, la guío hacia la cocina, que es donde el ruido se reduce al menos un poco y suspiro —Te decía que esto ha sido un error —ella me mira igualmente confundida, pero ahora me ha escuchado claramente —No buscaba salir con nadie en este momento ni tampoco venir a esta fiesta.
—Podemos ir a otro lado si quieres.
Niego —Te llevaré a casa, y lamento que hayas terminado en esta situación, debí ser claro desde un inicio.
—¿Quieres decir que no aceptas salir conmigo?
—Eres una chica muy linda, estoy seguro de que muchas personas de verdad quieren tener algo serio contigo, pero yo no. No estoy interesado ahora, lo lamento.
Ella parece comprender todo y al instante asiente —Lo entiendo, lo siento mucho.
—No fue tu culpa, Nathan es un idio...
—Es que le pregunté a la chica si había algo entre ustedes, me dijo que no, pero aún tenía mis dudas. Creo que debí seguir mi instinto.
Arrugo mis cejas sin entender nada —¿Chica? ¿Qué chica?
—Con la que hablabas esta mañana, la chica linda de cabello castaño.
—¿Te refieres a Abby?
Ella se encoge de hombros —Supongo que sí —la miro atentamente esperando a que continúe —Sabía que había algo entre ustedes, quizás la chica tenía pena de aceptarlo ¿no han aclarado sus sentimientos?
Rasco mi nuca —Creo que has confundido todo, ella y yo... —me detengo e ignoro aquello, no es lo primordial ahora mismo —El punto es que te he metido en esta situación por accidente, déjame al menos llevarte a casa.
—Oh no te preocupes —de su bolso saca su celular y me muestra una llamada que le acaba de llegar —Mis amigas han llegado, me iré con ellas.
—¿Estás segura?
—Sí, ya me esperan abajo —se acerca a mí para depositar un beso en mi mejilla y despedirse —Buena suerte con esa chica.
—Gracias, pero ella y yo no... —es inútil discutir esto ahora, así que limito mi respuesta —Gracias.
La intento acompañar hasta el estacionamiento, pero cuando íbamos hacia el elevador, sus amigas llegaron y entre todas se fueron. Pienso en irme igualmente, pero regreso a la fiesta y bebo algunos vasos de vodka antes de irme.
¿Ves lo que provocas, amargada? Ahora la gente piensa que tengo algo serio contigo.
Ignoro aquellos pensamientos y me dispongo a largarme de aquí, así que paso entre la multitud y llego hacia la puerta del apartamento para salir, la abro, y al hacerlo, apenas doy unos pasos cuando veo a Nathan y a Darla besándose gustosamente en el fondo del pasillo.
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