—Déjalo en paz, Min. Él está bien con nosotros.— habló Jin, sin despegar la mirada del más bajo, quien aún mantenía su vista fija en Jungkook, y no se veía nada bueno en ella.
Jungkook permaneció quieto sin saber qué decir, se veía incómodo con la situación, creí que en poco saldría corriendo para esconderse de todos.
—No te metas, Jin. Tú no eres quien para decidir, y mucho menos la persona indicada para creer que puedes estar a su lado después de todo lo que has hecho.—Yoongi sonrió de lado, irónico.—¿Crees que no sé la razón?
El aura se volvió pesada. Jin comenzó a apretar sus puños y su mandíbula se veía tensa, creí que iba a explotar de rabia en cualquier momento.
¿Qué estaba sucediendo?
—Detente, Yoongi...— allí estaba su voz, temblorosa. Jungkook suspiraba pesadamente mientras volvía a hablar—Iré contigo, pero deja de molestarlo, por favor...
Yoongi hizo señas con su mano para que se acerca hacia él. Jungkook dio un paso, pero algo lo detuvo.
No, yo lo detuve.
Taehyung me miró expectante, viendo cada movimiento que hacia. Mi mano aún se mantenía agarrando el brazo del menor, sin intenciones de soltarlo.
—¿Y ahora qué? ¿Intentarás hacer algo tú también?— observé a Jungkook en todo momento. Parecía temeroso de la situación, su cuerpo temblaba bajo mi tacto.
—Ahg, joder.— habló Taehyung, sorprendiendo a los tres. Quien se había mantenido callado por fin había dado suelta a sus palabras.—Deja de molestarlo, ya tienes a Jeongguk, no jodas a otra persona sólo porque andas de calenturiento.—Yoongi lo miró enojado.
—¿Calenturiento?— rió. Ahora que lo notaba, él y Jeongguk se parecían bastante.—No seas idiota, no es por eso.
—¿No? Entonces vete, solo haces que perdamos el tiempo. Olvidate de Jungkook, vete a hacer tu trabajo de gnomo y no sigas molestando.— Taehyung dijo, sin ningún miedo, con total coraje. Todos observamos a Yoongi que se dio la vuelta, para nuestra sorpresa sin decir nada más, solo con aquella mirada fría.
Algo me decía que no todo había acabado.
—Vaya... Esperaba un puñetazo pero en ningún momento creí que se iría sin mandarme al carajo.—Jin y yo reímos.
—Lo siento...— habló Jungkook, captando nuestra atención.—Yoongi es capaz de cualquier cosa, no quiero que suceda algo por culpa mía. Quizá no debería este con ustedes, estarían mejor.
Todos negamos al mismo tiempo.
—Tú no tienes la culpa de nada, Kookie. Ellos actúan así porque no saben qué hacer con sus vidas, no deberías de darles la atención que buscan.— me miró tímido, volviendo a pedir perdón.
—Ya, deja de disculparte.— habló Tae. El timbre volvió a sonar avisándonos de que deberíamos volver a clases. Tanto Taehyung como Jin se despidieron, quedándome solo con Jungkook. Dirigí mi mirada a él, me hubiese gustado que fuera diferente.
—Entonces... Supongo que te veré luego, ¿verdad?— asintió con una sonrisa, la cual se desvaneció en segundos.—Extrañaré tu compañía.— dije en forma de broma, más no hubo reacción de su parte. Lo miré dudoso.
—Hmm... Iré contigo.— mis ojos se abrieron en grande.—Y-yo, nadie nota mi presencia, ¿sabes? Ellos no notaran que estoy contigo.
—La gente suele ser extremadamente ciega, más aún por no ver a la encantadora persona frente a ellos, se lo pierden.—Observé sus ojos brillar. Sin embargo, me inquietaba el hecho de que él esté junto a mí y que se fuera... Aún sin irse.
Si Jeongguk volvía, quizá quiera golpearme si me ve con él.
Pero, ¿debía acaso importarme? ¿Y perder una amistad sólo porque alguien quiere interponerse con tontas excusas?
—Andando entonces.
No, definitivamente no lo permitiría.
Ambos comenzamos a caminar hasta las clases, y tal como Jungkook había dicho anteriormente, los profesores pasaron de él, siquiera lo miraron. Observé enojado al profesor, quien tendía a entablar conversación con todos, a excepción de mi compañero de banco, quien mantenía su mirada baja, haciendo su tarea.
Todo lo contrario a mí, no entendía nada de lo que mi hoja contenía y aquello me estaba desesperando. No debía tener ninguna nota baja, era importante para terminar lo que quería.
Jungkook se dio cuenta de lo que sucedía, su mirada se dirigió a mi cuaderno, donde prácticamente no había escrito aún, siquiera me atreví a tomar notas sobre lo que ese viejo desprendía de su horrible boca.
—¿Necesitas ayuda?— me avergoncé por el hecho de que él viese que no estaba haciendo nada, pero aún así asentí.
—No presté mucha atención...
El sonrió de lado y se acercó a mí para poder comenzar a explicarme. Sin saber qué hacer me quedé absorto ante la cercanía que había entre los dos, su lápiz presionaba en mi hoja mientras hablaba sobre como tenia que ser cada pregunta.
Lo escuché atentamente, pero mi mirada permanecía en él, hasta que levantó la suya, y me miró con ojos alegres, llenos de vida.
—¿T-tengo algo?— negué.
—Te da muy bien estas cosas.— de pronto se alejó, y deje de sentir esa calidad.
—No sirve de nada...— lo miré extrañado.
—¿Por qué dices eso?
—No importa cuánto me esfuerce en mis calificaciones, Jeongguk tiene las suyas, y no son buenas... Aunque intente dar lo mejor de mí, termina siendo tirado a la basura...— arrugué mi nariz con desagrado.
—Eso es bastante injusto. No deberían permitir algo así, ellos tendrían que saber controlar la situación.— él no dijo nada, y entendí que era porque aunque de todo de sí mismo, a nadie le importaba, todos le restaban importancia.
Lo siento, Jungkook. He llegado tarde a tu vida.
—Sabes, mi madre solía decir que la gente es bastante terca cuando de algo bueno se trata. Prefieren convivir con lo bajo y malo, mientras que se dificultan cuando algo bueno sucede.—me miró extrañado—Tú eres alguien bueno. Y esos idiotas de allí— apunté a toda la clase—Pagarán algún día la consecuencia de tratar tan injustamente a quienes no deben. Recuerda que el karma existe, verás que todo mejorará para ti, Kook, y yo permaneceré a tu lado.— lo observé sonreír, su rostro se iluminó y en ese preciso momento deseé tener alguna maldita cámara para fotografiarlo, pero no la había, por eso mismo juré permanecer con aquella hermosa imagen en mi mente, para siempre.
Y me encargaré de que todo salga bien en tu vida, no volveré a verte triste.
—Me alegra haberte conocido...— su voz sonó baja, sin embargo parecía seguro de sus palabras.—Y-yo... también estaré a tu lado, intentaré ser una mejor persona...— sonreí de lado, subiendo mi mano para acariciar su cabello.
—Ya lo eres.— me miró avergonzado e intentó cambiar el tema para disminuir el bello sonrojo que adornaba su rostro.
—P-por cierto... Nana dijo que p-puedes visitarnos cuando quieras...— ser midió el labio.
—Iré... sólo si eres tú quien me invita.— bajó su mirada tratando de cubrir una pequeña sonrisa.
—¿Quieres v-venir a mi casa?— sonreí agusto.
Pero no respondí.
Y es que temía lo que podría ocurrir si Jungkook se iba.
—¿Jimin?— lo miré, parecía cohibido. Quizá mal interpretando mis acciones.
Pero no dejaría que la persona junto a mí volviera a sentirse triste, aun así me lleve algunos cuantos golpes de un conejo furioso.
—¿Qué te parece si voy hoy?— asintió emocionado.
Y me sentí aliviado. El día comenzaba a mejorar.
Lastimosamente, no todo lo malo llegó a su final.
No hubo más charla luego de que el profesor me callara. Jungkook agachó su mirada, apenado. Y yo volví a negar, deseando poder hacer algo.
☀❄
¡Hola! Espero que se encuentren súper bien✨
Quería agradecerles por todos los comentarios que me dejan, me hace enormemente feliz ver que la historia les gusta, y más aún lo que piensan acerca de ella, realmente me pongo sentimental cuando les leo ╥﹏╥
Les amo un montón y agradezco a las personitas que aún después de que haya dejado mi historia por unos cuantos meses y luego volver sigan leyendo y apoyándome, son increíbles ❤
No falta mucho para que la historia finalice, en realidad estoy pensando en que tenga hasta cuarenta partes nada más 🥺.
Y esto es todo, nos leemos el domingo de nuevo, tengan un bonito día 💞