Su dulce y decadente sonrisa

By Naoko_Ichigo

15.1K 1K 173

-Princesa -la voz de Draco cortó el silencio, peligrosamente cerca de donde estaba escondida-, sé que estás a... More

Chapter 1
Chapter 2
Chapter 3
Chapter 4
Chapter 5
Chapter 6
Chapter 8
Chapter 9
Chapter 10
Chapter 11
Chapter 12
Chapter 13
Chapter 14
Chapter Final

Chapter 7

923 70 12
By Naoko_Ichigo

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco, es de thecellarfloor y fue beteada por AndyGrangerWeasley.

xxx

—¿Qué quieres decir con que vienes conmigo? —ella gritó con horror, su mandíbula golpeo el suelo.

Draco no le hizo caso y entró en su apartamento aprovechando que ella estaba demasiado aturdida como para detenerlo. No es que pudiera detenerlo de todos modos, incluso si lo intentara.

Se dirigió a la sala de estar sin invitación, mirando el lugar con interés. El lugar estaba amueblado con un sofá, un par de sillas, una mesa, una estantería y una chimenea. Las paredes eran de color crema. Parecía una sala de estar normal y acogedora, cómoda y pequeña.

Era como un armario de escobas, en realidad, en comparación a su Mansión.

—Tú, no puedes, ven conmigo. ¡Ese viaje es estrictamente solo para los inefables! —En ese momento, Hermione finalmente había recuperado el sentido y avanzó pisando fuerte hacia él—. ¡Sin mencionar, que no estás entrenado para lidiar con este tipo de cosas! ¡Malfoy! ¿Me estás escuchando?

Miraba las fotografías que estaban encima de la chimenea, imágenes muggle, ya que no se movían y trazó con los dedos los marcos de porcelana.

—No puedo ir, no estoy entrenado, el viaje es estrictamente solo para los inefables —dijo perezosamente, sin dedicarle una mirada—. ¿Ya terminaste?

Siguió explorando el resto del lugar, caminando hacia la cocina con confianza, como si fuera el dueño del departamento.

Hermione lo siguió enojada, agarrando su túnica como de si de un niño malcriado se tratara, diciéndole que salga.

Draco lo encontró bastante lindo, la forma en que ella lo tocaba descuidadamente sabiendo lo que él había hecho en el pasado, de lo que era capaz. Finalmente se sentía cómoda con él y solo le tomó cinco años y un vínculo matrimonial tradicional.

«Honestamente.»

Agarró la mano que aún estaba sujeta a su túnica y la arrastró con él, mientras observaba las otras habitaciones de su apartamento. Él inhaló profundamente, disfrutando de su aroma único. Todo el lugar se sentía como ella... su esencia, su aura, su aroma adictivo. Sintió otra pequeña palpitación en su pecho, una que decididamente no era suya.

Cinco años atrás habría saltado por una ventana de varios metros de altura, ante la perspectiva de tener un corazón. Toda su vida había vivido sin eso. Se había visto obligado a ocultar sus emociones, ya que no eran más que debilidades que nublaban su mente, estorbos que le impedían obtener más poder. Pero cuando selló el vínculo y unió sus almas, no había esperado poder ver ese nuevo y diferente mundo. No había esperado sentir algo de nuevo.

Lo había vuelto loco, lo suficientemente loco como para querer suicidarse. Pero no lo suficiente como para dejar a Granger.

Ahora se deleitaba con eso, con su corazón, lo aceptaba con los brazos abiertos. Solo un poco... bueno, para ser sincero, la idea de tener un corazón todavía le disgustaba. Pero compartir un corazón con ella, eso era algo completamente diferente.

Por supuesto que todavía mataba y manipulaba, pero al menos ahora sentía un pequeño remordimiento. «Solo un poco.»

Eso contaba como algo, ¿verdad? «¿Verdad

No llevaba su varita con ella, y él aprovechó la oportunidad para explorar su pequeña morada sin tener que preocuparse de ser hechizado. Se dirigió a la puerta de su habitación, todavía arrastrándola junto con él a pesar de que ella desesperadamente se removía y gritaba. Le encantaba la sensación de su mano contra la suya y no quería dejarla ir.

Nunca.

El aura en su habitación se sintió un poco diferente.

Sintió el cambio de energía mágica tan pronto como entró en la habitación. Había una sensación diferente, como una magia que lo hacía sentirse alegre e indulgente.

Eso lo enojó de inmediato.

¿Había estado durmiendo con otro hombre? Ella no podría haberlo hecho. Ella no se atrevería.

—¿Qué pasa con tu habitación? —Preguntó de repente, sus ojos brillando amenazantes—. ¿Quién más está durmiendo aquí?

Ella lo miró alarmada, sabiendo muy bien qué significaba esa expresión en su rostro.

Hermione podía verlo ahora, probablemente por el vínculo que compartían. El vínculo les permitía saber lo que el otro estaba sintiendo, y dado que él la mayor parte del tiempo era un bastardo insensible y sin corazón, ella también podía sentir eso. Era una sensación aterradora y fría, tan diferente del calor al que estaba acostumbrada.

—N-no, nadie —respondió ella, apenas en un susurro. Él le agarró la mano con dureza y la obligó a mirarlo a los ojos, haciendo que se estremeciera.

—Di la verdad —exigió fríamente—. La atmósfera cambió cuando entramos.

Sus ojos se agrandaron y sus labios temblaron. Ella miró a ambos lados, evitando sus ojos. Trató tercamente de alejarse de él otra vez, pero su agarre sofocaba sus inútiles intentos. Él la agarró por el mentón y la obligó a mirarlo una vez más.

Ella no se atrevería a mentirle. Sabía que sería algo imprudente.

—¡Luna! —dijo—. ¡Lanzó un hechizo aquí hace una semana! ¡Soy la única que duerme aquí, nadie más!

—¿Lovegood? —preguntó mientras levantaba una ceja—. Potter. ¿Ahora, por qué iba a hacer eso, amor?

—E-ella dijo que se estaba deshaciendo de las Hadas Ca-Caballusi. —Puso sus temblorosas manos sobre la que le agarraba la barbilla y la apretó ligeramente—. No hay nadie más.

Satisfecho, le dio un suave beso en los labios, bebiendo de su delicioso miedo.

—Ves, princesa, eso no fue tan difícil —dijo, tan cerca que sus narices se tocaban.

Él la miró un poco más, admirando sus delicados labios, mientras ella jadeaba bajo su brutal escrutinio. Ella no era hermosa como las otras mujeres con las que había estado... pero a la vez era bonita. Estaba hipnotizado por ella, sus preciosas mejillas y pecas, sus suaves y deslumbrantes rizos, sus ojos marrones, como el chocolate: dulce, adictiva y deliciosamente decadente.

Ella era perfecta.

Hermione lo miró con suspicacia, mientras entraba en su habitación desordenada. Primero caminó a la cama y trazó los dedos sobre las sábanas rojas. Luego fue a las ventanas y contemplo la vista. Miró los diferentes pergaminos de su mesita de noche y leyó algunos títulos de los libros en su estante. Verlo allí la hacía sentir incómoda.

Ella seguía recordándose a sí misma que Harry había protegido su casa; era lo único que le impedía salir corriendo y gritando que había un maldito asesino en su casa ahora mismo.

La valentía era escasa cuando estaba con Draco Malfoy.

—¿Por qué estás aquí, de todos modos? —ella dijo, sin apartar los ojos de él—. Podrías haberme dicho las malas noticias mañana en el trabajo.

Abrió su armario, frunció el ceño, y luego abrió la puerta de su baño y desapareció dentro.

—Quería verte.

Hermione se movió incómoda.

—Además, nunca había visto tu departamento antes —lo escuchó decir—. Nunca supe que era tan... interesante.

Salió del baño con una sonrisa diabólicamente hermosa en su rostro y se alzó sobre ella otra vez.

—Pero no importa, realmente. —Alcanzó un mechón de su cabello y se lo quitó suavemente del rostro—. Vas a irte de este lugar pronto.

Ella le dio la mirada más fría que pudo reunir, pero él no se inmutó en lo más mínimo.

—No, no lo haré.

Él sonrió de nuevo. —Lo que sea que te ayude a dormir por la noche, princesa. —Y se fue.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

—¿Dennis? ¿Estás bien? —Preguntó Hermione, su voz se tiñó con genuina preocupación por el chico de cabello castaño que estaba sentado frente a ella. Se sentaron en los taburetes del laboratorio del tercer nivel, discutiendo sobre la savia de una flor llamada Morning Glory, un ingrediente particular que ella necesitaba para el Denovorum.

Tenía una expresión abatida en el rostro y su aura radiante y emocionada lo había abandonado. No, hoy él estaba callado, incluso no estaba ni remotamente prestándole atención a la conversación.

Dennis salió de sus pensamientos y la miró con ojos muy abiertos.

—¡Oh, Merlín! ¡Lo siento, Sanadora Granger! Me distraje —su mano accidentalmente colisionó con un tubo de ensayo de vidrio, haciéndolo caer al suelo, donde se rompió—. ¡Oh Merlín, lo siento otra vez!

Se arrodilló rápidamente y comenzó a recoger los cristales rotos, olvidando que su varita estaba sobre la mesa.

Hermione lo miró con el ceño fruncido.

—Dennis. —Agitó su varita mágica y el tubo de ensayo se reparó y voló al estante.

Dennis se rascó la cabeza; avergonzado y le sonrió tímidamente.

—Dime qué sucede —dijo.

Hermione lo miró y esperó a que dijera algo. No podía negar que tenía un punto débil para el chico. Recordaba la primera vez que había conocido a Dennis en San Mungo, cuando se había ofrecido como sanadora. Había sido un paciente allí y un día había ido a la habitación en la que él estaba y había comenzado a hablar con ella.

.

—¡Dulce Godric, eres Hermione Granger! —dijo él, estrechándole la mano con entusiasmo.

Hermione asintió cortésmente. Estaba acostumbrada a que la gente se acercara a ella y supiera su nombre. Su papel en la guerra la había hecho famosa.

—¡He oído mucho sobre ti! —Él la miró con asombro. —Tú eres...

«La mejor amiga de Harry Potter, lo sé.»

—¡La bruja más brillante de nuestra generación! ¡Has hecho tanto! ¡Una maldita genio, eso eres!

Hermione sorprendida se sonrojó por la vergüenza. Ella no había esperado que alguien la elogiara por sus logros o intelecto, rara vez sucedía. Ella siempre fue apodada como la mejor amiga de Harry Potter y nada más.

—No, realmente no...

—Y humilde también —dijo, más para sí mismo que para ella—. ¡Estoy tan feliz de poder conocerte!

.

Era realmente un niño de aspecto frágil, de tez pálida y un físico anormalmente delgado. Sin embargo, su personalidad contrastaba con su condición. Era una persona animada y alegre, algo extraño en este mundo por oscuro e implacable. Había logrado mantenerse positivo, a pesar de todo lo que le había sucedido.

.

—Mi hermano también era un Gryffindor, sabes, como nosotros —dijo feliz, agitando las manos para enfatizar su punto.

Ella no pudo evitar sonreír. Su entusiasmo era contagioso.

—Sí, lo conocí —recordó con cariño—. Solía tomar fotografías de todos con su cámara.

—Sí, lo hacía. Mayormente a Harry Potter —dijo con entusiasmo y se rió entre dientes—. Hubo una vez en la que se subió a un árbol para obtener una imagen clara del equipo de quidditch de Gryffindor. Maldito idiota.

—¡Oh, sí, recuerdo eso! Cayó sobre su trasero y se quejaba de que tenía problemas al día siguiente.

Ambos rieron.

—Lo extraño. A veces incluso me pregunto qué sintió antes de... ya sabes... —se apagó.

—Sé que se sintió feliz, Dennis, feliz por poder defender lo que creía. Era un Gryffindor, sin límites. Todos estamos orgullosos de él.

Él sonrió.

—Fue valiente hasta el final, ¿no?

—Sí. Sí lo fue.

.

Hermione sabía que estaba realmente enfermo, tenía una enfermedad sin nombre que era realmente antigua, una condición en la que una persona perdía su capacidad de ejercer la magia.

.

Lo encontró sentado en la cama del hospital con trozos de papeles de colores y lápices de colores en sus manos. Levantó la vista y le sonrió cuando ella entró.

—Es para los niños —dijo, antes de que ella pudiera preguntar. Él estaba hablando de los niños enfermos en el hospital—. ¡He estado hablando con todos ellos!

Ella agarró una tarjeta de: mejórate pronto, que estaba al pie de su cama.

—Pag-asa? —ella leyó inquisitivamente.

—Esperanza —respondió, con cariño.

Pero Hermione no pudo evitar pensar que no importaba cuánta esperanza tuviera para poder curar a los demás, no tenía nada para él.

.

Dijeron que te consumía.

Una pequeña onza de magia cada minuto, cada día...

No importa cuánto intentaras combatirlo, vencerlo, no servía de nada. Antes de que te dieras cuenta, morías, vacío. Algunos dijeron que era incluso peor que el beso de un Dementor.

.

—Voy a morir pronto —murmuró en voz baja, atrapando con la guardia baja a Hermione por completo.

—No digas eso, Dennis —dijo en tono serio—. Sabes que están haciendo lo mejor para poder ayudarte.

—Esta no es una enfermedad común, Hermione —dijo con calma—. No hay cura.

—¿Q-qué? —Hermione dijo, indignada. Él debía de estar mintiendo—. ¿Qué? Eso es... ¡No lo creo! ¡Debe haber algo!

Dennis negó y sonrió, diciéndole que se calmara.

—Solo tengo miedo de no tener suficiente tiempo.

Sintió que la bilis se elevaba en su garganta. Este chico era un rayo de sol. Él siempre la hacía sonreír y sentirse feliz. Él era amable y atento.

Él le ofrecía tanto amor al mundo.

¿Realmente iba a morir tan joven?

.

El Denovorum era la única poción que podía salvarlo, la única cura para su condición.

Entonces ella comenzó a investigar sobre eso y propuso un proyecto para hacerlo. Viajó a diferentes partes del mundo para recolectar los raros ingredientes, sin importar cuán agotador y amenazante era. Haría lo que fuera necesario.

Por Dennis... y por todos los demás que sufrían la misma aflicción...

El chico la miró con tristeza, cubriéndose el rostro con ambas manos, sacudiendo la cabeza.

—Perdí mi cámara.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

—Bueno, por supuesto, tienes que hacerlo —dijo la niña frente a ella, arrogante—. Es tu poción y me acabo de hacer las uñas. No quiero ensuciarlas.

Hermione puso los ojos en blanco ante el supuesto insulto.

Ella estaba en el primer nivel de S.P.M.E. con Greengrass, tratando de recoger la savia de una pequeña y fascinante Morning Glory con absoluta precaución. El primer piso era peculiar en todos los sentidos de la palabra. Parecía una cueva vacía: fría, con poca luz y húmeda, con puntiagudas rocas. Era un lugar extraño para plantar la Morning Glory, una planta que vivía del sol. Pero esta flor en particular era diferente del resto.

Era especial porque sus arbustos habían sido cultivados en el suelo de la tumba de Helga Hufflepuff. Tenía muchas propiedades mágicas, que ciertamente podrían usar para el Denovorum.

La flor parecía inofensiva en todos los sentidos, pero era todo lo contrario. Ciertas cosas sucedían cuando uno se acercaba incorrectamente. Tenía que asegurarse de que la atmósfera no cambiara cuando se acercara. Su energía mágica podría causar que eso sucediera.

Lanzó un hechizo que reprimía temporalmente su magia. Era simple, realmente, era muy parecido a aguantar la respiración, pero durante un período de tiempo muy largo.

Astoria era su compañera hoy. Ella hubiera deseado ir con otra persona, cualquier otra persona, Madam Dumass había notado que no se llevaban muy bien, lo cual era cierto, su jefa señalo que —su comportamiento era inapropiado para un inefables— ella había estado tratando de hacer que trabajaran juntas desde la reunión. Las dos estaban disgustadas con la idea, pero desafortunadamente ninguna tenía voz en el asunto.

Así que ahora estaban atrapadas allí, hasta que ella lograra recoger la savia de la Morning Glory, que era la única planta en la cueva.

Greengrass realmente no era tan tonta como parecía ser. Era inteligente y astuta y todos la querían. Ella tenía a la mitad de la gente del trabajo envuelta alrededor de su hermoso y cuidado dedo.

Hermione no podía contar cuántas veces Greengrass había intentado despedirla, arrestarla o incluso herirla. Una vez, ella se había metido con uno de los elixires de Hermione, derramando a propósito un ingrediente que había causado que la mezcla ardiera por todas partes.

Como era de esperar, debido a su belleza, inteligencia y astucia, siempre se salía con la suya.

La única razón por la que Hermione había aceptado el acuerdo era porque estaba segura de que Astoria no se atrevería a intentar nada ese día, no cuando todos sabían que ella era responsable de la seguridad de Hermione.

Al menos, Hermione esperaba que no lo hiciera.

Le restó importancia a los desagradables pensamientos e intentó concentrarse. Ella tenía que tener concentración total para mantener su magia a raya. Avanzó unos pasos hacia la pequeña planta situada en el centro de la cueva débilmente iluminada.

Cada paso era como una trampa mortal. Un movimiento equivocado y esta hermosa y pequeña Morning Glory podría explotar y matarla. No estaba segura de qué tipo de trampa se activaría si lo estropeaba, ya que era diferente todo el tiempo. La última vez que alguien intentó acercarse a la planta sin anular su magia, esta emitió vapores venenosos que casi acabaron con su vida. Hermione se estremeció ante la idea.

—Date prisa, Granger —dijo irritada Astoria, con voz aguda que careció de su perfección habitual. Ella siempre usaba ese tono cuando estaba a solas con Hermione—. No tengo todo el día.

—Bueno, cállate —respondió enojada—. No puedo concentrarme contigo parloteando.

Escuchó a Astoria resoplar en algún lugar detrás de ella. Hermione podía ver que la perra solo estaba esperando que ella cometiera un error. No iba a darle esa satisfacción.

Hermione ya estaba lejos de la seguridad de las puertas. Sentía su cuerpo temblar mientras se alejaba más de Astoria, sintió el sudor formarse en su frente.

La planta estaba al alcance de su mano ahora y muy pronto, ella podría tocar sus hojas. Se detuvo un poco para admirar la flor, fascinada por con sus pétalos azules y morados. Realmente era una maravilla, cómo algo tan pequeño podría ser tan poderoso y peligroso. Con cuidado, ella extrajo la savia con la punta de su varita.

Sacó un frasco de su bolsillo y transfirió la savia dentro.

«Gracias a Godric.»

Hermione suspiro de alivio y comenzó a caminar de regreso, cuando sintió un cambio familiar en la atmósfera.

—¿Qué?

¡Su hechizo de ocultación mágica acababan de colapsar!

Ella se sintió increíblemente estúpida. ¿En serio?, ¡ella ni siquiera podía lanzar un hechizo de ocultamiento adecuado! ¡Qué demonios! Astoria probablemente estaba riéndose de su estupidez justo ahora. ¿Qué pasaba con ella?

Asustada, Hermione miró la flor.

No tuvo tiempo de pensar, ya que el suelo debajo de ella comenzó a temblar violentamente y, para su total horror, comenzó a resquebrajarse. No eran pequeñas grietas, sino enormes, que aparecían con atronadores ecos que rebotaban en las paredes de la cueva, el polvo y los escombros se extendían por todas partes. Corrió lo más rápido que pudo hacia Astoria, hacia las puertas de seguridad, mientras la tierra sólida se abría bajo ellas.

Casi lo logró, pero no fue lo suficientemente rápida. El suelo se tembló debajo de ella y saltó logrando agarrarse al borde de una pared para salvar su vida.

—¡Ayuda! —le gritó a Greengrass, esforzándose por no mirar el abismo sin fondo debajo de ella y rezando para que su agarre no se deslizara. Sintió que su corazón latía desenfrenadamente, sentía que sus extremidades se estiraban dolorosamente. Astoria estaba parada allí, perfectamente calmada. Ella miró a Hermione y con un movimiento de su cabeza le indico una dirección.

—Oh mira, sanguijuelas.

Hermione se tragó el nudo que tenía en la garganta y se obligó a mirar hacia abajo. Efectivamente, sanguijuelas enormes, negras y chupadoras de sangre aparecían en el fondo del pozo infinito. «¿Estaban allí desde antes? Por supuesto que no, ¡todo esto es parte de la magia de la Morning Glory!» Si no estuviera tan asustada, hubiera estado fascinada.

—Realmente me arruinaría las uñas —dijo Greengrass burlonamente, examinando sus ya impecables uñas—. Hmm. Veamos... vendré a llorar con todo el mundo y les contaré cómo intenté salvarte, cómo intenté levantarte de las profundidades, pero no fui lo suficientemente fuerte. No podía usar magia, por supuesto...

—¡Esto es una locura! —Hermione gritó—. ¡Deja de jugar y ayúdame!

—No estoy jugando, Granger —dijo Astoria. Su rostro se oscureció de repente—. ¿Es tan malo desearte la muerte?

Hermione palideció ante sus palabras. Ella no hablaba enserio, ¿verdad?

La mirada de Astoria respondió a su pregunta.

—Sabrán que hiciste esto a propósito —siseó Hermione—. Ellos saben cuánto me odias.

Su aguda risa hizo eco a lo largo de las paredes de la caverna.

—Sí, Granger, te odio. No, yo te desprecio —escupió—. ¡Odio que todos piensen que eres tan malditamente perfecta, que eres una maldita heroína de guerra y que eres la mejor amiga de Harry Potter! ¡Vete a la mierda! Si tengo que escuchar otra de las mugrosas historias de Creevey sobre tu basura de grandeza ¡Voy a gritar!

«Merlín, ¿no puedes ser así?»

Hermione sintió que su mano perdía lentamente el agarre que tenía en el borde, pero se aferró con más fuerza e ignoró el dolor cuando las rocas ásperas se clavaron en su piel, haciéndola sangrar. «Espera, Hermione. No voy a morir así.»

—¡Y luego estaba Krum! ¡El bastardo! Él te eligió por encima de mí.

—Astoria —dijo Hermione con calma, cometiendo el error de mirar hacia abajo otra vez y ver las sanguijuelas. De repente sintió náuseas—. Tienes que calmarte. Solo ayúdame y...

—¡Lo arruinaste todo! ¡Todo lo logré! ¡Estoy aquí y soy una maldita inefable por amor a Merlín! ¡Pero a nadie le importa, porque ellos te adoran!

Hermione no podía creer lo que estaba oyendo. Ella siempre había sabido que la chica la odiaba, ¿pero odiarla tanto como desear verla muerta?

—¡Odio que obtengas todo lo que deseas! Odio que te admiren y te vean como a una santurrona perfecta, cuando la verdad es que lo único que eres, es una pequeña perra sangre sucia.

Se levantó, agarró su varita de su túnica y la apuntó. Hermione estaba absolutamente horrorizada, debe haberlo demostrado en su rostro porque Greengrass comenzó a reír histéricamente otra vez.

Parecía una lunática.

—Bueno, cuando te vayas, se olvidarán de ti con el tiempo, ¿verdad? ¿Es así? —ella dijo, emocionada. Tenía una mirada positivamente trastornada en su bonito rostro. A Hermione le recordó dolorosamente a Lavender Brown—. No te extrañarán. Y entonces... ellos me amarán. —Rió maniáticamente de nuevo, agarrándose la cabeza—. ¡Me amarán! ¡No a un pedazo de escoria sangre sucia! ¡A mí! ¡Me amaran a mí!

Levantó la varita hacia Hermione, que no podía hacer nada más que cerrar los ojos y prepararse para el impacto.

Confring...

Crucio.

Un grito ensordecedor escapo de los labios de Astoria mientras se retorcía y convulsionaba en el suelo. Hermione jadeó, asustada, confundida por el giro de acontecimientos. Ella se quedó boquiabierta unos minutos más, mientras su cerebro finalmente entendía lo que le estaba sucediendo a Greengrass.

«Oh no.»

Ella sintió el familiar frío en su interior otra vez. Esta situación no terminaría bien para Astoria.

—¡Draco, detente! —Hermione gritó.

Intentó moverse de nuevo, desesperada. Tenía que ayudar a Astoria, quien todavía gritaba a todo pulmón y rodaba miserablemente por el suelo, fuera de su campo de visión.

Entonces toda la cueva quedo en silencio, como si se hubiera quedado temporalmente sorda. No escuchaba nada, salvo la respiración entrecortada de Astoria.

El alto cuerpo de Draco apareció ante Hermione segundos después, tenía su ceja levantada. Se paró por sobre Hermione, quien todavía estaba colgando por el borde. Su hermoso rostro estaba enmascarado con impasibilidad, pero Hermione podía decir que estaba enojado.

—Ella intentó matarte.

Había una oscura promesa en sus ojos grises, una maldad que le decía que estaba a punto de hacer algo extremadamente desagradable.

Ella se estremeció.

Algo similar había sucedido antes. Hermione recordó esa noche en la Sección Prohibida, junto a otros tres Slytherin que habían intentado lastimarla con las maldiciones de un libro oscuro y recordó cómo Draco había reaccionado violentamente cuando se había enterado. Habían muerto un par de semanas después. Ahora dudaba si Lavender Brown realmente había sido responsable de sus muertes.

—¡No, no lo hizo! —ella mintió—. Mi hechizo de ocultamiento mágico colap...

—Porque ella lo manipuló —interrumpió en tono áspero.

Hermione lo miró boquiabierta y confundida. Él chasqueó la lengua y no hizo ningún movimiento para ayudarla.

—¿Ella lo deshizo? —preguntó incrédula. —¿Por qué esa pequeña perr...

Los gritos detrás de él comenzaron de nuevo, los agudos gritos inundaron sus oídos. Por una fracción de segundo, Hermione quería que continuara. «Déjala sufrir por tratar de matarme. Ella se lo merece. Ella-»

—¡Suficiente! —Hermione gritó. No debía dejar que su odio controlara su mente. La venganza nunca era la respuesta. Ella no debía pensar así, no debía pensar como él—. ¡Solo... solo detente!

Él continuó mirándola con una expresión en blanco.

—N-no la s-salves! —Greengrass gritó, a pesar de estar aún bajo la maldición Cruciatus—. ¿N-no te das cuenta de que ella es una s-sangre sucia? Ella está manchando nuestra...

—¿De verdad crees que es prudente insultar a mi esposa en mi presencia? —se burló, su voz goteaba veneno.

—¿E-esposa? —ella gruñó, su rostro perdió todo el color. Si es posible, parecía aún más trastornada. —¿T-tú te c-casaste con ella?

Astoria gritó más fuerte, ahogando la risa fría y sin humor de Draco. Hermione estaba segura de que sus oídos estaban sangrando ahora. Draco no daba señales de detenerse.

Era absolutamente aterrador.

—Draco —intentó Hermione de nuevo, con voz temblorosa. Apartó todo pensamiento de Astoria enterándose de su matrimonio. Ella podría lidiar con eso más tarde; ahora tenía que salvarla de la ira de Draco—. No hagas esto. Ella no quiso decir que-

—No des excusas por ella, querida —dijo en tono engañosamente tranquilo, pero Hermione lo conocía. Sus ojos amenazantes la espantaron.

—Draco, por favor.

—No —dijo condescendientemente.

—Draco...

Él gruñó de frustración.

Levantó la maldición de nuevo, pero Hermione podía decir que no estaba satisfecho del todo. Ella tragó saliva cuando vio que su varita temblaba ligeramente. Sin duda, estaba tratando de controlar su ira. Miró a Astoria con profundo odio y furia, haciendo que la chica se encogiera de miedo.

Estaba hablando con Astoria de nuevo, pero Hermione apenas lo escuchaba, sintió que empezaba a resbalar. Ella gimió de dolor cuando sus palmas se rozaron contra las afiladas rocas.

—Siempre tan vulnerable —dijo Draco, volviendo su atención a la ahora descendiente Hermione. Finalmente, la llevó a un lugar seguro, como si su peso no fuera nada. Ella aterrizó sobre sus manos y rodillas y suspiró profundamente aliviada, tomándose unos minutos más para recuperar el aliento.

Nunca había estado tan feliz de ver tierra firme.

—Mira esto, estás permitiendo que tus enemigos te lastimen. —La agarró bruscamente, examinando sus palmas ensangrentadas en clara desaprobación. Él la cargó en sus brazos antes de que ella pudiera siquiera protestar.

—¡Bájame! —Ella luchó contra su agarre, pero él era demasiado fuerte—. ¡No es como si tuviera elección!

Su agarre se apretó, aplastándola contra su sólido pecho.

—Aléjate de mí y la mataré.

Inclinó su cabeza hacia Astoria, desafiando silenciosamente a Hermione a continuar luchando.

Lo dijo tan despreocupadamente, como si solo estuviera bromeando.

Pero ella sabía que hablaba en serio, sin lugar a dudas. Hermione dejó de retorcerse y cerró la boca. Esto pareció ayudar a disminuir su ira y sonrió.

Hermione resopló con indignación, ruborizada. Su mirada se posó en Astoria, quien ahora estaba congelada en el suelo.

—¿Estás bien? —ella preguntó.

La chica estaba demasiado asustada como para responder, pero afortunadamente parecía que estaría bien.

Hermione miró a Draco.

—No puedo creer que hayas usado una imperdonabl...

Sus labios se estrellaron contra los de ella antes de que pudiera terminar la frase, se puso rígida de inmediato.

—Hermione —susurró débilmente, tanto que ella casi no lo escuchó. Sintió su estómago revolverse ante su extraña cercanía—. ¿No hay algo que quieras decirme? —Su aroma embriagador inundó sus sentidos, y su suave respiración le acariciaba la piel...

—¿Huh? —susurró aturdida, sintiendo la repentina necesidad de enfadarlo de nuevo.

—Acabo de salvarte la vida, amor.

«Oh.»

La comprensión se apoderó de ella y sintió su rostro calentarse por la vergüenza. De mala gana, murmuró algo que sonó como un, —gracias —en voz baja.

—Buena niña.

«¡Ugh!» ¡Él le había salvado la vida otra vez! Se sentía como una maldita damisela en apuros, siempre metiéndose en problemas y siempre necesitando a alguien para salvar su maldito trasero cada maldita vez. Era patética, Dulce Godric, ¿por qué siempre tenía que pasarle esto a ella?

Ella enterró el rostro en su pecho y gimió con frustración.

En consecuencia, Hermione nunca lo notó escondiendo su varita en su túnica, ni notó el destello rojo que salió de la varita de Draco, que arrojó a Astoria Greengrass por el borde del precipicio, al pozo de sanguijuelas.

Su sonrisa se amplió con satisfacción.

Los aterrorizados gritos de Astoria resonaban una vez más, eran como música para sus oídos. Finalmente, él estaba contento.

Siguió caminando con el delicado cuerpo de Hermione en sus brazos, ignorando su inútil lucha y gritos para salvar a la pobre chica que ahora se estaba ahogando en un mar de sanguijuelas...

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Fin Capítulo Siete

Notas: ¡Hola a todos! ¿cómo han estado? Se que estoy atrasada de la fecha que dije, pero me sucedieron tantas cosas que no tuve tiempo de actualizar antes. Ahora procederé a contares mi desgracia... Primero me olvide de realizar el pago del internet, por lo que tuve que esperar al lunes para que mi hermana realizara ese tramite desde su trabajo (no están atendiendo de forma presencial en las tiendas). Después tuve que viajar a la capital de mi país para ir a buscar mi ropa de invierno, y me tarde dos días en ir y volver. Aparte el viaje fue terrible, me tarde 3 horas para pasar UNA estúpida caseta de pago por culpa de los "controles sanitarios", digo, esta bien que hagan esos controles dado la pandemia, pero... mínimo que pongan un buen numero de personas a fiscalizar y que todas esas personas cuenten con el material necesario para realizar dicha tarea. En fin, esa fue mi triste escusa de retraso, me disculpo con ustedes por no cumplir con la fecha que yo misma me impuse, pero a veces las cosas no resultan como uno espera/quiere.

Espero todos se cuiden mucho y nos estaremos viendo el próximo mes para un nuevo capítulo. Saludos.

Naoko Ichigo

Continue Reading

You'll Also Like

279K 8.3K 93
Daphne Bridgerton might have been the 1813 debutant diamond, but she wasn't the only miss to stand out that season. Behind her was a close second, he...
930K 21.4K 49
In wich a one night stand turns out to be a lot more than that.
15.7K 661 40
This is a story about a plus sized senior in high school who falls for a guy she never thought would even give her the time of day. Misha never had...
10.4M 318K 63
❝WOAH, WOAH, WOAH, THERE'S NO WAY IN HELL IM GOING TO DATE YOU❞ in which a two enemies agree to fake date one another. [draco malfoy...