Miércoles por la mañana, un avión privado proveniente de Animalia aterriza en el aeropuerto internacional de Beijing en el cual viaja Marcus, secretario de relaciones internacionales.
-Bienvenido a la República popular China- saludó un león en inglés parecido a Marcus- un auto del ministerio lo espera, señor secretario.
-Gracias- Marcus caminaba por la pista del aeropuerto.
Y así fue, un auto ya lo esperaba en la entrada de la terminal, por lo que decidió abordarlo una vez que confirmó que se trataba de un vehículo oficial del gobierno chino, faltaban dos horas para la reunión con el vocero internacional de Corea del Norte, por lo que Marcus repasó finalmente lo que había planeado discutir en todo el vuelo.
La ciudad de Beijing se encontraba realmente transitada por la cuestión de ser una de las metrópolis con mayor población mundial, el auto pasaba frente a grandes edificios con símbolos chinos y anuncios escritos en chino, miles de felinos y caninos cruzaban las grandes calles de Beijing.
Finalmente llegaron a un gran rascacielos con siglas en chino e inglés.
Ministerio de relaciones exteriores.
對外關係部
-Gracias por su apoyo- dijo Marcus al salir del auto- ha sido un gesto muy agradable por parte de su gobierno.
-Un placer, señor secretario.
Varios reporteros de medios chinos e internacionales se encontraban en la recepción del ministerio, quienes abordaron inmediatamente a Marcus cuando lo vieron entrar.
-Señor Secretario
-¿Qué opciones tiene el gobierno de Animalia para liberar a su ciudadano?
-¿Cuánto tiempo ha pasado desde su primer contacto con Corea del Norte?
Marcus intentando caminar alzó las patas para responder en general.
-En este momento tengo una reunión muy importante como ustedes ya saben, al finalizar responderé, necesito pasar si me lo permiten- se abrió paso con dificultad hacia el ascensor.
Junto con su asistente Sam subieron hasta el décimo piso del ministerio, donde se ubicaba el salón Hong Suo.
Las puertas se abrieron e inmediatamente Marcus se percató que soldados norcoreanos custodiaban aquel pasillo, donde también había reporteros, Sam al ver la presencia de tantos leones extranjeros sacó una pequeña bandera de Animalia para mostrar respeto e identidad a su secretario Marcus.
Las puertas del salón fueron abiertas luego de que Marcus lograra quitar del camino a los reporteros y darse a conocer con las autoridades de China.
Al entrar dos sillones esperaban para la llegada del secretario de Animalia y el vocero de Corea del Norte. En seguida de cada sillón estaba la bandera del país correspondiente a la nacionalidad de los políticos.
Al ver la bandera de Animalia, Marcus suspiró con tal de dar lo mejor de sí mismo para su país, sin pensarlo se sentó a esperar a Alex Coa Veloz, quien viajaba desde Pyongyang para aquel encuentro.
-Ya he llegado, señor presidente- notificó Marcus haciendo una llamada- solamente me queda esperar para deliberar junto al funcionario norcoreano nuestro interés por liberar a nuestro ciudadano.
En ese momento las puertas se abrieron, Alex entraba custodiado por dos leones jóvenes soldados de corea del norte.
-Marcus- extendió su pata para saludarlo- que gusto verte en China.
-Alex- dijo Marcus estrechando la pata del político norcoreano con desagrado- me gustaría discutir esto...-miró a los soldados norcoreanos- a solas.
-¡Retírense!- ordenó Alex en coreano.
Las puertas se cerraron tras los soldados, quedando dentro de aquel salón los dos representantes de ambas naciones.
-Iré al grano- Marcus apoyó sus musculosas patas en el suelo- Animalia está dispuesta a colaborar con Corea del norte en lo que propongan a cambio de la libertad de Livingstone.
Alex hizo una mueca asintiendo con la cabeza, se puso de pie para posteriormente mirar fijamente a Marcus a los ojos.
-No es fácil lo que piden- comentó caminando lentamente de un lado a otro del salón- dado que como bien sabes, una ley fue violada por tu ciudadano en mi país, por lo que procedimos en concordancia con...nuestra constitución.
Marcus cerró los ojos suspirando pero sin ponerse nervioso, aquella situación era tan difícil como la había imaginado.
-El presidente de Animalia quiere negociar con ustedes- dijo poniéndose de pie también- no queremos problemas, solo pedimos lo justo en concordancia con la ley de las naciones unidas, organización a la cual Corea del Norte pertenece, derecho de intervención del país de procedencia de un preso en el extranjero.
Alex asentía de manera arrogante al mismo tiempo que miraba a Marcus con desprecio.
-A Corea del Norte no le interesa ninguna ley internacional, dentro de nuestras fronteras somos nosotros quienes ponemos las reglas, es por eso que nunca tenemos relaciones con ningún otro país más que con China y Rusia.
El secretario de Animalia no podía permitir ser humillado por un país mucho menos desarrollado que el suyo, por lo que decidió poner las cartas sobre la mesa.
-Pongan una cifra y nosotros la aceptaremos a cambio de que liberen a Livingstone.
-Ninguna cifra, tenemos lo suficiente en Pyongyang para solventar las necesidades del país, tu ciudadano falsificó un pasaporte para entrar y salir de nuestro país, pero lo hemos descubierto y ahora pagará por su error.
Marcus sacó de su maletín una carpeta que no dudó en mostrarla a Alexander.
-¿Ah sí? Pues aquí tenego el registro de migración de Animalia y China, donde Livingstone y su hijo pasaron por el control de documentos migratorios sin ningún problema- dijo mirándolo a los ojos- los pasaportes que portaron para su viaje son cien por ciento reales, por lo que no tienen ningún derecho de recluirlo y mucho menos enjuiciarlo, ¿Tienes alguna objeción? Y no te parece curioso...Si hubiese sido un pasaporte falso tus autoridades migratorias lo hubieran notado en el momento en que Livingstone entró a Corea del Norte, pero ¡NO!- Marcus enfrentaba a Alex- Curiosamente lo notaron hasta que se llegó el día en que Livingstone saldría del país.
Alex vio con temor aquella carpeta, pues contenía la verdad de la situación, se limitó a callar y mirar al suelo para desviarle la mirada a Marcus.
-Ustedes fueron quienes montaron todo este lío, pero no los juzgaremos, solo queremos a nuestro ciudadano de vuelta.
-¡JAMAS!- Alex gritó furioso caminando dando fuertes pisadas hacia Marcus- Tu ciudadano aceptó voluntariamente la nacionalidad norcoreana, ahora él también es norcoreano y los norcoreanos tienen prohibido salir del país.
-Pero aun así no pierde la nacionalidad de Animalia- replicó Marcus enfrentándolo- ¡No tienes nada que avale tu argumento! Ustedes tienen el pasaporte original de Livingstone, todo ha sido montado para su conveniencia, si el mundo tiene los ojos puestos en ustedes de nuevo, pero sería prudente que con un trato lo arreglemos de una vez por todas.
Alex dio media vuelta desviándole la mirada nuevamente a Marcus, quien a pesar de aquello continuaba mirándolo fijamente.
-En Corea del Norte tenemos nuestras propias medidas y excusas para hacer lo que hicimos, necesitamos soldados fuertes en el ejército y permíteme decirte que Livingstone es un gran soldado, lo he visto adaptarse muy bien al régimen, tal parece que ni siquiera extraña su vida anterior.
-¿Qué es lo que han hecho?- Marcus se acercó lentamente muy enfadado- reclutaron a Livingstone para su ejército a la fuerza.
Alex sonrió maléficamente poniendo sus patas por detrás de la espalda.
-Sí, claro es un león muy fuerte y resistente que nos servirá mucho en el ejército, desgraciadamente muchos soldados mueren en pleno servicio militar debido a que...no son buenos candidatos.
-¡Debido a falta de comida y recursos básicos!- Marcus lo miraba con odio- Los matan y no les importa destruir una familia, Livingstone tiene un hijo huérfano de madre, él es todo lo que tiene.
Alex comenzó a carcajearse de lo que Marcus decía, pues en Corea del Norte la piedad no existía por ningún motivo, mucho menos la compasión por la familia.
-Estas en lo cierto y si ese cachorro no puede vivir sin su padre...que se pegue un tiro en la cabeza.
-¡Desgraciado!- Marcus alzó la voz- Livingstone solo es un león entre miles de ciudadanos que pueden servir a tu país, déjalo ir y recompensaremos a Pyongyang.
-¡NO!- gritó Alex dándole una fuerte patada al sillón- no me interesan tus argumentos ni pruebas, nosotros sabemos que es lo que pasó y lo que nos conviene, tu ciudadano no saldrá ni siquiera muerto de Corea del Norte.
Marcus suspiró profundamente mirándolo con odio directamente a los ojos, fue en este momento cuando supo que Alex no cooperaría en absoluto para la liberación de Livingstone.
-Muy bien- dijo cruzando las patas- Animalia no quiere guerra ni mucho menos ofender las costumbres de tu país, pero sino cooperas en este momento solo te advierto que el gobierno de Animalia no descansará hasta ver a Livingstone sano y salvo en nuestra patria.
Alex no dijo nada, de igual manera lo miraba con rabia deseando tener un arma para acabar con Marcus.
-Es la última vez que te lo pregunto- Marcus suspiró antes de cuestionar a Alex- ¿Qué quieren a cambio de la liberación de Livingstone?
Alex no respondió, se limitó a mirarlo a los ojos con rabia sin hacer expresión alguna.
-Bien- Marcus guardó la carpeta en su maletín- No queremos guerra, pero si Animalia se destaca por algo es por nuestro trabajo para el bienestar de nuestros ciudadanos, mañana el embajador norcoreano en Animalia será expulsado del país y esto- señaló al maletín- será expuesto y denunciado ante la organización de las naciones unidas, no te molestes en destruirlo, tenemos más copias.
El vocero norcoreano miraba preocupado al suelo al escuchar sobre las repercusiones de la denuncia en las naciones unidas.
-Espera prontas noticias del gobierno de Animalia en complemento con el gobierno de los Estados Unidos de América- Marcus dio media vuelta para retirarse del salón- el presidente Alan de Animalia envía cordiales saludos al máximo dirigente Kion Ung.
Alex se quedó mirándolo con odio hasta que finalmente la puerta se cerró detrás de Marcus, inmediatamente todos los reporteros se acercaron a él.
-¡Señor secretario!
-¿Livingstone será liberado?
-¿Qué detalles tiene sobre la reunión?
Nuevamente Marcus levantó sus patas para pedir la palabra.
-Los detalles de la reunión serán comunicados en un evento oficial en la secretaría de relaciones internacionales de Animalia, pero algo les puedo decir- dijo acomodándose la corbata del traje con su pata derecha- El gobierno de Animalia no descansará para liberar a Livingstone de Corea del Norte, aun así tengamos que recurrir al apoyo internacional lograremos levantar el nombre de Animalia y hacer cumplir los derechos humanos para Livingstone.
Marcus se retiró, detrás de él los reporteros lo siguieron hasta el ascensor, al cerrarse las puertas inmediatamente tomó su teléfono celular para comunicarse con el presidente de Animalia.
-Señor presidente, Corea del Norte no cooperará para la liberación de Livingstone.
-Regresa inmediatamente a Animalia para tomar cartas en el asunto- ordenó el presidente Alan- gracias por el comunicado.
Dos días después la noticia de aquella reunión, donde todo el mundo tenía puestos los ojos fue confirmada por la secretaría de relaciones internacionales de Animalia.
En la reunión del secretario Marcus Johansson y el vocero de Corea del Norte, Alexander Coa Veloz, no se llegó a ningún acuerdo para la liberación del inocente prisionero en Corea del Norte conocido como Livingstone T, La república popular democrática de Corea declaró en dicha reunión que no colaborará en la liberación de Livingstone.
Marcus Johansson dará una conferencia de prensa en el palacio general de gobierno con respecto al caso.
En casa de Alex todos quedaron boquiabiertos al escuchar aquella noticia, Ryan suspiró profundamente al igual que todos los presentes.
-No puede ser- dijo el señor Angus.
Ryan se quedó sin palabras, apenas pudo levantarse del sillón para dirigirse totalmente destrozado por dentro hacia su habitación.
-¡Alex!- Nayhelli gritó- Acompáñalo.
Ryan caminaba con la mirada perdida, subió las escaleras lentamente sin saber en qué pensar.
-¡Ryan!- Alex lo llamaba- Ryan, no desesperes encontrarán la manera, ellos lo harán no desistas por favor.
El leoncito al llegar a su cuarto acompañado de Alex se limitó a levantar la mirada perdida hacia los ojos de su amigo.
-Déjame solo, por favor te lo suplico déjame solo.
Alex retrocedió, sabía que era una noticia que golpearía a Ryan, pues todas las esperanzas que había tenido durante todo este tiempo se habían esfumado en cuestión de segundos, Ryan entró al cuarto cerrando la puerta detrás de él, tomó la fotografía de su padre para posteriormente acostarse en la cama abrazándola.
-¡PAPÁA!- Gritó llorando a lágrima viva-MI PAPÁ
Alex no pudo evitar llorar del otro lado de la puerta escuchando a su amigo totalmente destrozado, abajo en el primer piso Angus abrazaba a Nayhelli, quien con mucho sentimiento lloraba al igual que su hijo Alex por tan triste situación que Ryan vivía.
No todo en la vida se presentará tan fácil cómo esperamos, desgraciadamente tendremos que pasar por caminos tormentosos cuando menos lo esperamos, la clave está en aceptar el dolor pero no el sufrimiento, dejando que las lágrimas lleguen para limpiar nuestro espíritu, para limpiar nuestra tristeza y sobre todo para tomar impulso y continuar con fuerza en nuestro camino, no todo será perfecto, pero en esta vida a pesar de las dificultades habrá buenos tiempos, donde tomaremos confianza de nuevo para no dejarnos vencer por la tristeza y la angustia.