El auto de la embajada llegaba al edificio de departamentos de Darma, donde Ryan se hospedaría hasta la salida de su vuelo dentro de dos días.
-Muchas gracias por su apoyo- agradeció el leoncito al tigre conductor del auto- es bueno saber que aunque esté lejos de mi país, se preocupen por los ciudadanos que necesitamos ayuda en otra parte del mundo.
Un tigre joven, apenas unos cinco años mayor que Ryan volteó sonriendo, era el conductor de aquel auto donde viajaba Ryan.
-Es nuestro trabajo y nuestra prioridad que ustedes se encuentren bien, haremos todo lo posible por ayudarte- le extendió la pata para despedirse de Ryan- feliz viaje, Ryan.
Una vez que se despidieron, Ryan salió del auto cuidándose que la lluvia no lo empapara de nuevo, al entrar a la recepción del edificio un guardia de seguridad lo detuvo para cuestionarle a dónde se dirigía.
-No entiendo- dijo Ryan en inglés- solo inglés.
El guardia de seguridad muy serio lo miraba como si Ryan fuese un ladrón, con su teléfono celular tradujo con una aplicación lo que quiso decirle al leoncito hacía un momento.
Solo acceso con residentes del edificio
Fue lo que dijo una voz robótica del traductor.
Ryan dio media vuelta en dirección a la puerta de salida, percatándose que Darma volvía en un taxi.
-¡Darma!- abrió la puerta contento de verla- No me dejaban pasar sin ti.
-Oh sí, que tonta lamento no haberte dicho eso- dijo apenada- la verdad es que con tantas cosas, no lo recordé.
Ambos caminaban de nuevo al ascensor, Darma indicó al oficial en chino que Ryan la acompañaba.
Al llegar al quinto piso, el leoncito notó que su amiga lucía muy preocupada, sin embargo no cuestionó nada al respecto hasta llegar al apartamento.
-Necesito contarte cómo me fue- Darma se sentaba muy nerviosa llevándose las patas a la cabeza- no puedo creerlo, solo te diré esto, no puedo creerlo.
Ryan no soportaba más la tensión por lo que pidió de favor que le dijera de una vez que había pasado con el gobierno chino con respecto a la situación de Bodi.
-No nos van a ayudar, Ryan- comenzó a llorar- China y Corea del norte son aliados, tienen el mismo sistema de gobierno socialista- secaba sus lágrimas inútilmente- lo más que pueden hacer es solicitar una investigación al gobierno norcoreano, pero dijeron que la sanción dependía al cien por cierto de Corea del norte.
-¡¿QUÉ?! Eso no es justo- Ryan negaba con la cabeza- ¡AAAAA! ¡MALDITA SEA!
-Khampa, el padre de Bodi entró en estado de crisis, pensábamos en ir a la embajada de Estados Unidos pero China no cooperará para salvar a Bodi.
-¡AAA! MALDITOS- Ryan se levantó enfurecido- ¡¿CÓMO ES POSIBLE QUE NO SE PREOCUPEN POR SUS CIUDADANOS?! ¡MALDITO GOBIERNO SOCIALISTAAAAA! ¡AAAA!- Gritaba con una mezcla de tristeza y amargura.
Apenas terminó de decir aquello, Ryan se llevó su pata derecha al corazón, el leoncito sintió que su cabeza daba muchas vueltas.
-¡Ah mi pata izquierda!- Ryan comenzó a sentir dolor
-¡RYAN! ¿Qué tienes?- Darma corrió para auxiliar a Ryan- Ryan ¡NO!
-No...puedo- Ryan se llevaba su pata derecha nuevamente al corazón- Ah no...puedo- el cachorro de león cayó al suelo inconsciente.
-¡RYAN!- Darma se acercó para intentar reanimarlo- ¡AUXILIO! – Gritaba en chino al momento que sacaba su teléfono celular para llamar a emergencias.
A cientos de kilómetros Livingstone sintió un dolor en su pecho que lo hizo despertar de golpe.
-¡RYAN! ¡HIJO!- gritó incorporándose rápidamente- ¡No!- dijo creyendo que todo había sido una pesadilla- maldición esto es real.
Bodi se encontraba despierto, al escuchar la voz de Livingstone se acercó para hablar con él.
-¡Livingstone! Estás vivo- lo tomó de la pata izquierda- me da tanto gusto escuchar tu voz.
El gran león miró a Bodi con sus ojos azules, mirando con preocupación a Bodi intentó acomodarse lentamente en el suelo.
-Mi hijo, Bodi- decía aterrado- Ryan no está bien, algo me lo dice.
-Claro que no está bien- dijo Bodi sentándose al lado de Livingstone- lamento decírtelo pero bueno es obvio, está triste.
Livingstone respirando profundamente comenzó a mirar a todos los lados del calabozo.
-No es eso, algo le pasa pero no estoy seguro... ¡AAH! Mi pata- el león miró la pata donde Bodi había cubierto la herida con la camisa- ¿Bodi? ¿Tú pusiste eso en mi pata?
El perro se acercó a la pata lastimada de Livingstone, mientras el león ponía una de sus garras encima de su estómago.
-Sí, bueno tienes un hijo-Bodi comenzó a quitarle la prenda de la herida a Livingstone- no podía dejarte morir, déjame re...
-¡GRRRR!-Rugió Livingstone amenazando con golpear a Bodi con su enorme pata- ¡Eso duele! Casi te mato.
Bodi comenzó a reír haciéndose para atrás, su instinto de supervivencia le advertía alejarse un poco del león.
-Necesito revisarla, grandulón y también los demás golpes, puede ser peligroso, déjame revisarte.
-Pero tú no eres médico- decía Livingstone apenado- Bodi, perdóname- se llevó sus patas apenado a los ojos- no puedo evitarlo, el rugido es algo, bueno incontrolable cuando se trata de dolor en leones.
El perro nuevamente se acercó a Livingstone, sabía que corría riesgo, pero era mayor el que corría Livingstone debido a sus heridas que podrían infectarse con el suelo sucio del calabozo.
-Bueno no me das miedo- dijo sonriendo- dos años en la facultad de medicina de Beijing al menos me enseñaron a tratar heridas peores que las tuyas- dijo acercándose de nuevo a la pata lastimada del león.
-¿Tú? ¿Médico?- Livingstone sonrió por primera vez después de todo aquel tormento- vaya ahora lo he visto todo, Bodi.
Bodi sonrió también ayudando a Livingstone a sentarse derecho, fue algo difícil debido al gran tamaño del león, sin embargo alguien tenía que ayudarlo.
-Sí, pero no me gustó y decidí cambiarme a turismo y bueno ahora mi trabajo es visitar el mundo- sonrió mientras ayudaba a Livingstone- bueno pero necesito verificar tu herida, necesita ventilarse luego de tener esa camisa atada toda la noche.
Livingstone no tenía idea de cuánto tiempo había pasado después de que se desmayó.
-Pon las garras fuera de mi alcance- dijo Bodi- sé que los leones son demasiado agresivos cuando se trata de curar heridas y bueno ya me lo demostraste, grandulón- Livingstone sonreía con aquel gran humor que tenía Bodi- las garras detrás de tu cabeza, por favor.
El león obedeció como había pedido Bodi, el perro por su cuenta comenzó a quitarle la camisa de la herida a su amigo Livingstone, quien no tardó en comenzar a quejarse y gruñir de dolor.
-¡AAAH! BODI- Livingstone comenzaba a moverse- Déjame así, es demasiado doloroso.
-Tienes un hijo que te necesita- el perro volteó a verlo directamente a los ojos- ahora- se quitó su gorro para dárselo a Livingstone- colócate esto en el hocico y muérdelo cuando sientas dolor, pero no grites que nos descubrirán.
-Pero es tuyo, no quiero arruinarlo mira el tamaño de mis colmillos-Livingstone tomó el gorro algo apenado.
-Haz lo que dijo y trata de no moverte.
Resultó para Livingstone muy difícil cooperar, Bodi comenzó a descubrir la herida, la pata de Livingstone temblaba de dolor, al igual que todo su cuerpo, finalmente el perro descubrió la herida de Livingstone, poniendo la camisa al lado.
-Por lo que veo esto va a cicatrizar en unos tres días, para mañana estarás mucho mejor, la dejaré descubierta ahora que dejó de sangrar- Livingstone respiraba agitadamente observando la pata herida.
El perro comenzó a revisar la otra pata de Livingstone, para su suerte ésta estaba en buen estado.
-Muy bien, ambas patas están bien, claro sin considerar la herida, pero que salvajes ¿Con qué te golpearon?- miraba Bodi asustado-tienes pequeñas heridas en todo tu cuerpo.
-No lo sé pero lo que más me duele es la pata izquierd...AAAAA- Livingstone mordió el gorro de Bodi con todas sus fuerzas.
El perro había tocado tan solo con un dedo de su pata el estómago del león.
-¡Santo cielo!- Bodi observó el estómago de Livingstone- ¿Qué te hicieron? Esto se va a poner negro sino lo masajeo un poco para bajar la hinchazón.
Livingstone apenas podía gritar con el dolor de su pata, pero aquellos soldados de igual manera habían lastimado gravemente el estómago del león.
-¡No por favor! Bodi ya no, no puedo soportarlo- dijo a punto de llorar.
-Es necesario, si el color de tu piel se torna negro se puede hacer un tumor que te mataría en menos de una semana en estas condiciones- puso sus patas en el estómago de Livingstone- perdóname pero tienes un hijo que te espera en casa.
Apenas puso sus dos patas Livingstone soltó un grito que provocó que el gorro de Bodi se partiera por la mitad en el hocico del león, las lágrimas de Livingstone comenzaban a brotar de sus ojos mientras Bodi atendía el estómago adolorido del león.
-¡BASTAAA! ¡AAAAA BODIII!- Livingstone se retorcía de dolor, sintiendo nuevamente que se desmayaba.
De vuelta en china, Ryan se encontraba acostado en un cuarto de hospital con una mascarilla de oxígeno atada a su cabeza, en su pata derecha una aguja gruesa inyectaba suero en sus venas mientras que en su pecho se encontraban dos cables conectados que daban hacia una máquina que marcaba los latidos de su corazón.
En una silla frente a él se encontraba Darma, quien preocupada por la salud de Ryan no había dormido en toda la noche.
El leoncito sintiendo un dolor en su pata derecha abrió lentamente los ojos sin poder moverse, se encontraba realmente débil.
-Pa...pá- alcanzó a decir lentamente- Papá, ¿dónde estoy?- comenzaba a moverse con dificultad.
-¡Ryan! Gracias a Dios has despertado- Darma se acercó a la cama donde el cachorro estaba acostado- ¿Cómo te sientes?
Al darse cuenta que no era una pesadilla el leoncito trató de sentarse en la cama sin responder a lo que Darma le había preguntado
-Pero Darma no se me siento mareado, ¿Qué ha pasado?
-Un pequeño infarto, que por suerte no pasó a mayores- Darma tomó la pata izquierda de Ryan- tienes que ser fuerte- comenzó a acariciarle la cara- tu padre te necesita fuerte y valiente, Ryan.
El leoncito al verse en aquel estado, con aquella máscara para respirar pensó en su padre y cómo siempre le decía: Hijo luchar por sobrevivir es solo el principio de todo.
No sabía si su padre estaría bien o mal, lo único que sabía era que una nueva misión había llegado para él; Rescatar a Livingstone a como diera lugar.
-Darma, te voy a extrañar mucho- decía Ryan mirándola fijamente a los ojos- prométeme que siempre vas a estar en contacto conmigo.
La zorrita tomó muy fuerte la pata del leoncito, quien con una débil sonrisa correspondió a tan bonito acto de cariño.
-Claro, me darás tu teléfono y yo el mío, así podremos hablar siempre.
Ryan sonrió con alegría, al igual que Livingstone, era la primera vez después de todo aquel alboroto en la que Ryan esbozaba una sonrisa.
-No quiero verte así, tú eres muy fuerte, eres un león y mereces comer y luchar por todo lo que tienes por delante.
-Claro- Ryan sonrió mirando a Darma- te lo prometo, lo haré por papá y por ti.
Horas después en la madrugada el doctor, un león blanco muy risueño dio de alta a Ryan, especificándole qué tipo de medicamento comprar cuando llegara a Animalia.
Al llegar al departamento, Ryan y Darma prepararon la maleta y pertenencias del león para su partida dentro de unas horas.
-Ya es todo- dijo Ryan- supongo que estaremos muy atentos a lo que pase, mientras tanto te agradezco me hayas dejado hospedarme en tu departamento.
Darma sonrió ayudándole a Ryan a cerrar aquella maleta.
-Un placer- le tendió un pedazo de papel- mi teléfono y mis redes sociales están ahí, así podemos platicar siempre, me agrada tener un amigo extranjero tan bueno como tú.
-Gracias ¿Tienes una pluma? Quiero darte mi número también.
Darma con gusto le ofreció un pedazo de papel done el leoncito comenzó a apuntar con la pluma que de igual manera Darma le prestó.
Al terminar, Ryan le tendió el pedazo de papel junto con la pluma a Darma, ambos se dieron un abrazo antes de retirarse a dormir.
-Puedes quedarte en mi cuarto, Ryan- ofreció Darma.
-¡No! En serio me siento mucho mejor, me quedaré aquí en la sala, te avisaré en la mañana para partir al aeropuerto.
Darma sonrió despidiéndose de Ryan, aquella noche fue algo tormentosa en los sueños de Ryan, pues todo aquello que pasó en Corea del Norte iba de un lado a otro en su cabeza, la lluvia en la ciudad de Beijing había cesado, dejando un frío húmedo, el pequeño león logró conciliar un sueño mejor, pues ahora en sus sueños aparecía su amigo Alex, a quien vería muy pronto al llegar a Animalia.
A la mañana siguiente el celular de Ryan sonó avisando la hora de levantarse para dirigirse al aeropuerto, aunque había dormido muy poco se sentía listo para el largo viaje que lo llevaría de vuelta a casa.
-¡Despierta dormilón!- dijo Darma mientras Ryan abría los ojos- pensé que serías tú quien me despertaría.
Ambos rieron a pesar de lo sucedido, Ryan inmediatamente se alistó con documentos y boletos para salir al aeropuerto.
-Te ves muy guapo- Darma sonriendo lo vio mientras él se arreglaba- ese abrigo te queda bien, Ryan ojala tu padre estuviera aquí para verte.
Ryan sonrojado agradeció aquel gesto de Darma, quien le recordó a su mejor amiga, Belinda, quien de igual manera lo esperaba ansiosa en Animalia.
-Muchas gracias, debemos partir ya- consultó su reloj- ya sabes mínimo dos horas antes para el chequeo migratorio.
Ryan tomó sus maletas mirando con nostalgia el departamento de Darma.
-Lo extrañaré a pesar de que estuve muy poco tiempo aquí.
-Es tu casa cuando vengas nuevamente a China, espero y sea muy pronto.
Ambos sonriendo cerraron la puerta de aquel departamento para dirigirse a la recepción, bajaron el ascensor con un poco de prisa, afortunadamente el taxi los estaba esperando en la entrada del edificio, un leopardo los ayudó a subir la maleta de Ryan
El camino hacia el aeropuerto fue muy corto, las calles de China no causaban impresión alguna en Ryan, lo único que quería era regresar a su país para estar con quien más quería a parte de su padre y sobre todo para seguir el caso de su padre con el departamento de relaciones internacionales en su ciudad capital de Animalia.
Al llegar al aeropuerto comenzó a llover un poco de nuevo, Darma pagó el taxi nuevamente, Ryan por su cuenta bajó la maleta para posteriormente dirigirse a documentar el equipaje en los módulos de aerolíneas.
-No puedo creer que regresaré sin papá- Dijo mientras ambos hacían fila- es muy duro, solo tengo un amigo que me recibirá.
-Tranquilo volverás a ver a tu papá, de eso estoy segura- dijo Darma convencida de aquello- tu país es muy bueno, llegará a un buen acuerdo con los norcoreanos.
El turno de Ryan para documentar equipaje tocaba ahora, el leoncito presentó su pasaporte junto con el boleto de regreso hacia su país.
-Espero pueda salir de China- dijo bajando las orejas a Darma- aún estoy algo asustado por lo que pasó con mi padre.
La leona de la aerolínea le entregó el pase de abordar, para posteriormente dirigirse a la sala de migración.
A partir de este punto Darma ya no podía seguir adelante, pues solo los pasajeros tenían acceso hacia allá.
-Espero tengas un excelente viaje- Darma abrazó a Ryan, ambos comenzaron a llorar- te voy a extrañar mucho.
-¡Yo también! Eres una gran amiga, estaremos en contacto, Darma- Ryan lloraba mientras decía aquello.
-Se valiente yo sé que vas a trabajar muy duro para sacar a tu papá de Corea- Darma le dio un beso a Ryan- te quiero mucho y feliz viaje.
-Yo también, te quiero mucho, Darma- ambos estrecharon sus patas antes que Ryan diera media vuelta.
El leoncito comenzó a caminar hacia la sala de migración.
-¡ADIOS RYAN!- inmediatamente volteó para despedirse a distancia.
-¡ADIOS DARMA!- Finalmente dio media vuelta para no voltear atrás.
La sala de migración estaba poco concurrida, luego de pasar por los filtros de seguridad los documentos de Ryan fueron requeridos por un tigre blanco, quien le recordó mucho al oficial de migración de Corea del Norte.
-Gracias por visitar la república popular China, que tenga un buen viaje- le entregó su pasaporte sellado.
Ojala hubiese sido tan fácil en Corea del Norte, pensó Ryan, caminando hacia una pared con teléfonos públicos dejó su maleta de mano al lado para marcar el número de Alex.
-¿Hola?- respondió la voz de su amigo del otro lado de la línea
Ryan sintió un alivio tan grande que respiró hondo antes de contestarle a su mejor amigo.
-¿Eres tú, verdad Ryan?- dijo Alex por teléfono.
-Sí, ¡Alex! Me da tanto gusto escucharte.
-Y a mí tanto gusto que vengas a casa, por cierto lamento mucho lo de tu papá.
Inmediatamente Ryan se extrañó que Alex lo supiera, pensó que su padre, el señor Angus le había comentado acerca de lo sucedido en Corea del Norte.
-¿Cómo lo sabes?- cuestionó curioso- ¿Te lo dijo tu papá?- preguntó Ryan muy curioso.
-Es noticia mundial, el gobierno de Animalia lo dio a conocer hace ya unas horas, tu padre fue enjuiciado en Corea del Norte ¿Cómo estás? Me alegra que tú si pudieras salir.
Al escuchar que su padre había sido enjuiciado Ryan sintió nuevamente un dolor en su corazón, afortunadamente no se trató de un infarto de nuevo, pero le sorprendió que la noticia llegara a todo el mundo en tan poco tiempo.
-No quiero hablar de eso ahora, Alex solo, necesito pensar las cosas. Por favor perdóname pero ahora no es momento para hablar de eso- la voz de Ryan se quebró mientras lloraba- Te extraño mucho.
El leoncito nuevamente lloraba sin importar que los desconocidos lo observaran.
-Tranquilo, tienes que estar bien para tomar ese avión y te comprendo- Alex suspiró- ¿Cuándo llega tu vuelo?
-Mañana a las cuatro aterrizo en Animalia, tengo una escala en México de media hora, pero te espero en el aeropuerto, por favor no me dejes solo- Ryan lloraba sosteniendo con fuerza el teléfono.
Alex sintió pena por su mejor amigo, incluso él mismo había sentido ganas de llorar también.
-Claro que te recogeré, iremos a tu casa por tus cosas y ya hemos preparado la habitación de huéspedes aquí en mi casa para cuando llegues.
El leoncito sonrió al saber que tenía el apoyo de su amigo, su vuelo se anunció inmediatamente en las pantallas, el cual despegaría en una hora y media.
-Gracias te esperaré, Alex mi vuelo sale en una hora y media, tengo que irme.
-Buen viaje, tranquilo todo estará bien, tu padre saldrá de esta, hasta pronto, Ryan.
La llamada terminó, el leoncito tomó su maleta, caminó por el aeropuerto hasta el área de comida, fue ahí cuando se dio cuenta que no había probado bocado desde que había salido de Corea del Norte. Sin embargo no tenía hambre, estaba tan decaído emocionalmente que no pensó en más que comprar un café con una galleta para tener algo de energía al tomar el vuelo de regreso a Animalia.
Los noventa minutos pasaron como si hubiesen sido días, el tiempo era el peor enemigo de Ryan en estos momentos, dado que sus pensamientos lo torturaban emocionalmente tanto que su mirada no era la misma de antes.
El tiempo pasó muy lento, la mirada de Ryan se había centrado solamente en el suelo, todo el tiempo de espera, apenas pudo dar unos tragos de café y una mordida a su galleta.
Finalmente una voz en chino e inglés anunció el vuelo que lo llevaría a México.
Pasajeros del vuelo 1880 de China Airlines con destino a la ciudad de Tijuana, México y Animalia, favor de abordar por la puerta número 34
Ryan se levantó con pocos ánimos, no tardó en tomar el café tan rápido como pudo y comer lo que quedaba de la galleta.
Con su mochila caminó hacia la puerta indicada, donde varios leones, tigres, lobos, pumas mexicanos y de Animalia hacían fila para abordar el avión.
El leoncito notó que varios pasajeros leían la noticia de Livingstone en el celular, por lo que no dudó en investigar en su teléfono dado que moría de ganas de ver una foto de su padre para ver cómo lo trataban en Corea del Norte.
Livingstone T. Ciudadano de Animalia, arrestado en la República popular democrática de Corea por falsificación de pasaporte, fue sentenciado a cadena perpetua nacional, lo cual impedirá que salga del país más hermético del mundo y sirva al régimen de Kion Ung como compensación a su falta cometida en el aeropuerto de Pyongyang. Misma condena aplicada para Bodi C. Ciudadano chino, quien acompañaba al león acusado anteriormente.
-¡NO! PAPÁ- Gritó Ryan- No podrá salir, Dios mío Papá.
Inmediatamente los pasajeros voltearon a verlo extrañados, pero Ryan no los observó, su turno de ingresar al avión había llegado, entregó su boleto a la azafata, quien con una sonrisa le indicó dónde se encontraba el asiento de Ryan, al llegar escogió el lugar de la ventana, a su lado derecho un asiento vacío era donde viajaría Livingstone, Ryan se abrochó el cinturón con lágrimas en los ojos, no pudo evitar sentir pena por su padre, aquella noticia lo había impactado realmente, haciéndolo dudar de la ayuda que el gobierno de Animalia le daría a Livingstone.
Damas y Caballeros sean bienvenidos al vuelo 1880 de China Airlines con destino a la ciudad de Tijuana, México y Animalia, por su seguridad mantenga abrochado su cinturón y su asiento en posición vertical para el despegue.
La típica charla de seguridad antes de un vuelo tomó lugar mientras Ryan con su celular encontraba un video en internet de su padre siendo juzgado en Corea del norte.
Quiero ver a mi hijo, al menos despedirme de él, es todo lo que tengo en la vida.
Al escuchar aquella declaración de Livingstone, Ryan tocó la pantalla del celular llorando, pues su padre lo había mencionado en aquel juzgado.
-Papá, te amo papá- dijo abrazando al teléfono como si éste fuera Livingstone.
Un vuelo de 16 horas con cuarenta y cinco minutos, gracias por su preferencia.
El avión inmediatamente comenzó a moverse en la pista del aeropuerto, Ryan miraba cómo éste iba tomando velocidad mientras que las gotas de lluvia mojaban la ventanilla del avión por fuera.
El avión despegó unos segundos después, la ciudad de Beijing despedía a Ryan con nostalgia, Darma se quedaría ahí esperando que el cachorro volviera algún día para visitarla, al consultar la ruta del avión en la pantalla de vuelo de su asiento, Ryan observó que volarían cerca de Corea del Norte, por lo que puso su pata en la pantalla donde se encontraba la ubicación de aquel país.
-Adiós, papá- dijo llorando de nuevo- te amo, con todo mi corazón.
Ascendieron por arriba de las nubes, era la última vez en mucho tiempo en la cual Ryan estaría cerca de su padre.