Beijing, China 4:50 de la tarde.
Ryan recogía su equipaje sin sentir nada más que un vacío en el corazón, apenas revisó su maleta pudo encontrar dos boletos para el próximo avión que lo llevaría a Animalia, uno para él y otro para su padre, apenas leyó el nombre de Livingstone gritó con todas sus fuerzas sin importar que todos en el aeropuerto fijaran la mirada en él.
Darma con el mismo sentimiento se limitó a poner una pata en el hombro de Ryan.
-Mi vuelo sale en dos días- dijo Ryan sin tomar el tema de lo ocurrido en Corea del Norte- ¿Qué voy a hacer?
Darma lo abrazó inmediatamente.
-Puedes quedarte conmigo, vivo a unos quince minutos de aeropuerto, necesitamos...
-Ir a la embajada de Animalia-agregó Ryan- No voy a dejar esto así, Darma necesito que me ayudes.
Darma mirándolo tristemente accedió a la petición de Ryan.
-No sé qué hacer, pero no tardará ni una semana en ser noticia mundial, Darma necesito que me lleves a la embajada de Animalia ¡AHORA!- gritó Ryan muy nervioso.
La zorrita lo tomó de los hombros para mirarlo fijamente a los ojos, la mirada de Ryan no tenía expresión alguna, estaba a punto de entrar en una gran depresión.
-Tienes que ser fuerte, tu padre te necesita fuerte y eso es lo que vas a hacer, mi cachorro valiente- ambos se abrazaron llorando- Iremos a mi casa a dejar las maletas para después salir a la embajada.
Ryan accedió, salieron del aeropuerto inmediatamente, los letreros del aeropuerto eran incomprensibles debido al idioma del país en el que se encontraban, pero lo único en la mente de Ryan era acudir a la embajada para solicitar ayuda internacional, mientras abordaban un taxi el pequeño león pegó su cabeza al vidrio, sus ojos miraban las calles de Beijing mientras el auto avanzaba, pero su pensamiento estaba enfocado solamente en su padre.
La lluvia comenzaba a llegar a China también, el cielo estaba completamente nublado mientras que una tormenta comenzaba a caer en aquella metrópolis.
Apenas reaccionó el león cuando el auto se detuvo frente a un gran edificio de departamentos, fue aquí donde Darma pagó la tarifa de taxi y ambos comenzaron a descender del auto, la tormenta ya caía sobre la ciudad.
Tomaron sus maletas e ingresaron al edificio de apartamentos, Darma presionó el botón de un ascensor para subir al quinto piso de aquel edificio, al abrirse las puertas ingresaron con las maletas, el ambiente dentro del ascensor era muy tenso pues ni Ryan ni Darma se dirigían la palabra en absoluto, el silencio fue interrumpido por una campanilla anunciando que habían llegado al quinto piso.
Al salir del elevador caminaron por un largo pasillo, en el fondo se encontraba el apartamento de Darma, quien cedió el paso a Ryan.
El leoncito al entrar admiró un gran departamento, estilo moderno con grandes muebles y muchas fotografías en la pared, dichas fotografías aparecían Darma y Bodi en diferentes partes del mundo.
-No creo que sea prudente salir con esta...
-¡POR FAVOR DARMA! Tengo que ir a la embajada- gritó Ryan- ¡Necesito hacer algo por mi padre!
Darma asintió, se sentó al lado de Ryan en uno de los sillones de su apartamento.
-Hay un padre que también ha perdido a su hijo y que aún no lo sabe, como quizá sabes Bodi tiene un padre también, vive cerca de aquí, tengo que decirle lo que ha pasado.
Ryan miró a Darma con tristeza al escuchar aquello, no podía imaginar el dolor que sentiría el padre de Bodi al saber que su hijo se encuentra detenido en el país más hermético del mundo.
-Tú ve a la embajada y yo con el señor Khampa, él es el padre de Bodi, nosotros iremos al ministerio de relaciones exteriores mientras tú expones tu caso en la embajada.
-Pero no hablo chino, apenas hablo inglés y no puedo estar solo en un país que no conozco.
Darma le tomó la pata
-Es un sacrificio por tu padre- tomó su billetera- toma esto para el taxi de regreso- yo llamaré a uno para que te lleve a la embajada ahora mismo mientras yo voy con el padre de Bodi.
Ryan temiendo a enfrentarse a un país desconocido decidió tomar aquel reto, bajaron juntos por el elevador mientras que por teléfono Darma solicitaba un taxi para Ryan.
-Un auto rojo con las placas CHTI-29-08 te esperará, yo le doy las instrucciones y pagarás con esto- le tendió otro billete.
El león observó cómo las puertas del ascensor se abrían y tomó el billete que le dio Darma, al salir del edificio la lluvia había empeorado, Ryan con su pasaporte en la pata abordó el taxi mientras Darma daba indicaciones en chino al conductor.
-Listo, te llevará a la embajada, el conductor habla inglés por si tienes alguna duda- Darma abrazó a Ryan mientras le tendía un pedazo de papel con la dirección del edificio de apartamentos- le darás esta dirección al taxi de regreso para que te traiga de vuelta.
Ryan asintió tomando la nota, el auto aceleró y Darma solicitó otro taxi para visitar inmediatamente al padre de Bodi. Por su parte, Ryan observó que el conductor era demasiado serio, se trataba de un león joven, quien apenas comenzaba a tener melena, Ryan no dudó en preguntar si tardarían mucho, el conductor respondió en inglés:
-Tardaremos veinte minutos, señor.
Y así fue, recorrieron parte de la ciudad de Beijing, la lluvia golpeaba los cristales del auto mientras el viento soplaba muy fuerte, Ryan seguía sintiendo aquel vacío, no había pensado ni siquiera en cómo pedir ayuda en la embajada, su única visión por ahora era llegar ahí lo más rápido posible.
Un edificio gris llamó la atención de Ryan, pues una bandera morada con un sol de color dorado en medio llamó su atención inmediatamente, habían llegado al fin a la embajada de Animalia en Beijing.
El leoncito pagó la tarifa al chofer e inmediatamente llamó a la puerta de la embajada, la lluvia comenzaba a empapar a Ryan, quien en su bolso protegía al pasaporte.
-¡ABRAN POR FAVOR!- Soy ciudadano de Animalia- gritó en español- ¡AYUDENME!
Bienvenido a la embajada de Animalia en China, muestre su pasaporte al oficial en la entrada.
Aquellas palabras hicieron que Ryan recobrara el aliento, las puertas de la embajada fueron abiertas, inmediatamente entró a la embajada cuyas puertas se cerraron detrás de Ryan apenas entró.
-¡Por acá!- gritaba un tigre oficial de seguridad- te estás empapando, muchacho.
Ryan corrió a la entrada de recepción, la cual ya estaba bajo techo.
-¿Cuál es el motivo de tu visita?- cuestionó amablemente el oficial.
Ryan tenía sus pensamientos revoloteando por toda su cabeza, no sabía por dónde empezar.
-¡Ayúdeme! Por favor ayúdenme, mi padre, Corea, está- comenzó a llorar tendiéndole el pasaporte al oficial.
El oficial al verificar que el pasaporte fuera real comenzó a verificar que Ryan no tuviera algún arma u objeto que no pudiera introducir a la embajada.
-Tranquilo, muchacho, está bien puedes pasar pero tendrás que explicarme claramente que te sucede.
Ambos entraron a la embajada, la recepcionista una leoncita joven miró a Ryan muy triste, quien comenzaba a explicarle la situación al oficial.
-El embajador de Animalia en China está aquí, él te atenderá siempre y cuando nos expliques que pasa.
Ryan tomando aire y secando sus lágrimas miró al tigre a los ojos.
-Fuimos a Corea del norte de paseo, mi padre fue detenido en el aeropuerto por supuesta falsificación de pasaportes, pero eran pasaportes originales, los cambiaron los oficiales norcoreanos, robaron el pasaporte original de mi padre para arrestarlo injustamente.
El tigre junto con la recepcionista al escuchar el nombre de Corea del norte se atemorizaron, Ryan comenzó a llorar de nuevo.
-Eso es una acusación muy grave, ¿cómo se llama tu padre?- preguntó la recepcionista Ryan.
-Livingstone Tilkerson.- respondió Ryan- ayúdenme por favor.
Inmediatamente la recepcionista buscó en el sistema aquel nombre.
-Afirmativo, tengo sus datos, ingresaron a Corea del norte por medio de un transbordo en la ciudad de Beijing, no se tiene registro de su regreso, ahora mismo lo comunico al embajador.
Ryan gritó llamando a la leoncita antes que tomara el teléfono.
-¡Necesito hablar con el embajador! Por favor, se lo suplico dígale que quiero hablar con él- Ryan rogaba llorando hincándose en el suelo.
La señorita asintió con la cabeza, con su pata marcó la extensión para comunicarse a la oficina del señor embajador.
-Si tenemos una retención ilegal en Corea del norte, ahora mismo paso al testigo, señor embajador.
El oficial condujo a Ryan hacia un pasillo ubicado a la izquierda de la recepción, subieron unas escaleras que condujeron a un pasillo en la segunda planta, donde al fondo se encontraba una puerta, al llegar el oficial la abrió dándole permiso a Ryan de esperar para que el embajador lo atendiera.
-Espera aquí y mi compañero- señaló a un león joven de pelaje marrón oscuro- te dirá cuando puedes entrar a ver al embajador.
Ryan agradeció, se sentó pensando en cómo podría explicarle al embajador la situación de la manera más clara posible, apenas comenzó a formular lo que diría el león joven lo llamó para que entrara con el embajador.
-Adelante, Ryan que te están esperando.
El leoncito se levantó temblando, al entrar a la oficina observó a un gran león como su padre, pero de melena roja, quien se ponía de pie en sus dos patas para recibir a Ryan, a su lado derecho estaba la bandera de Animalia.
-Bienvenido a la embajada de Animalia en China, Ryan ¿Qué ha pasado?- le tendió su pata derecha para saludar a Ryan
El leoncito saludó al león embajador, juntos tomaron asiento, Ryan no podía evitar que sus lágrimas siguieran saliendo.
-Me comentan que es tu padre, retenido en Corea del Norte, ¿cómo pasó?
Inmediatamente Ryan comenzó a llorar pero de igual manera explicaba la situación.
-Nosotros viajábamos a Corea del Norte para conocer el país, fuimos a la embajada en Animalia y nos dieron visas reales, nuestros pasaportes estaban en correcto estado, puede verificarlo con la oficial de migración del aeropuerto internacional de Animalia- decía llorando- todo estuvo bien pero al final a mi padre y a un amigo de nosotros los detuvieron en migración allá en Corea del Norte- secaba sus lágrimas- la razón fue que sus pasaportes eran falsos, pero los norcoreanos los cambiaron, ¡Nosotros entramos con nuestros documentos reales!
El embajador miraba a Ryan boquiabierto, nervioso cruzaba sus patas observando fijamente a Ryan.
-Tu amigo, a quien también detuvieron, ¿es ciudadano de Animalia también?- cuestionó el Embajador con un tono serio.
-No, él es chino, lo conocimos en el vuelo que nos trajo de México a China.
El embajador triste descruzó sus patas, dirigiéndose a Ryan.
-Por tu amigo no puedo hacer nada, su situación debe ser monitoreada y resuelta por el gobierno de China, pero en el caso de tu padre- tomó el teléfono- llamaré inmediatamente al departamento de relaciones internacionales de Animalia para que comiencen las acciones necesarias para negociar la libertad de tu padre.
Ryan lloraba escuchando aquellas palabras, decidió hacer una pregunta más.
-¿Mi padre saldrá de Corea del Norte?- sus ojos estaban muy rojos y tristes.
El embajador respiró hondo antes de marcar el número que conectaría su llamada hacia el país de Animalia.
-No se sabe, Corea del Norte es un país muy delicado, nuestra única opción es llegar a un acuerdo con ellos, pero esto tiene que saberlo el secretario de relaciones internacionales inmediatamente.
Ryan suspiró al escuchar lo que el embajador comentaba.
-Sí señor secretario soy Kopa Johnson, embajador en China, tenemos un caso de retención ilegal de un ciudadano de Animalia en Corea del Norte- el embajador siguió explicando el caso mientras Ryan escuchaba.
Pasaron cinco minutos de explicación que para Ryan fueron como horas de espera.
-Los datos del pasaporte de Livingstone T. serán enviados por mi asistente a su oficina en este instante para dar seguimiento al caso, muchas gracias- colgó la llamada.
El leoncito levantó la mirada, por su parte el embajador se puso de pie en sus dos patas traseras para despedirse de Ryan.
-Si necesitas hacer una llamada a Animalia, lo puedes hacer para avisar a tu familia.
Alex, su amigo en Animalia fue lo único en lo que pensó Ryan, pues Livingstone al ser hijo único no tenía familia que se hiciera cargo del leoncito, el mismo caso era con su madre Lily, quien no había tenido hermanos.
-No tengo más familia- Ryan explicó por qué- pero llamaré a mi amigo Alex, él es de confianza lo conozco desde que tengo memoria.
El embajador asintió mientras le tendía el teléfono a Ryan para que llamara a su mejor amigo.
El leoncito marcó los dígitos del código de país y de estado para posteriormente marcar el número de su amigo, afortunadamente comenzó a timbrar el teléfono.
Del otro lado del mundo, en casa de Alex, era casi medio día, el padre de Alex quien quiere mucho a Ryan contestó la llamada.
-Si ¿Dígame?
-¡Señor Angus! Soy Ryan- dijo con voz quebrada a punto de llorar.
-¡Ryan! ¿Qué tal tu viaje por Asia?- preguntó alegremente el padre de Alex- ¿Todo bien por allá?
Al escuchar eso Ryan no pudo evitar llorar, apenas Angus escuchó el llanto del pequeño león comenzó a preocuparse.
-¿Ryan? ¿Qué te sucede, hijo?
-Señor Angus, mi padre fue detenido en Corea del Norte- Ryan lloraba con mucho sentimiento- yo estoy en China, pero mi papá está en Corea del Norte y no sé cuándo lo dejen ir- En este momento Ryan lloraba a lágrima viva.
El padre se Alex, que para suerte de Ryan es psicólogo lo tranquilizó recomendándole que respirara hondo.
-Muchacho, tranquilo ¿has ido a la embajada?- cuestionó interesado en el caso.
-Si...Si-Ryan contestó sollozando- aquí estoy, el señor embajador me ha prestado el teléfono para llamarle a usted, por el momento no puedo hacer nada por mi padre- su voz se quebró de nuevo.
-Hijo, tranquilo, ¿Cuándo vienes a Animalia? El señor embajador te ayudará a resolver esto ya verás, nuestro país es uno de lo más pacíficos en este mundo.
Ryan comenzó a llorar de nuevo al escuchar que el señor Angus era realmente amable con él.
-No tengo a nadie, me quedaré solo- lloraba destrozado- mi padre era lo único que tenía- sollozaba sin poder más con el dolor- ayúdeme no me deje solo, señor Angus.
El señor Angus sorprendido consoló a Ryan.
-Puedes quedarte con Alex y con nosotros cuando vengas, mi esposa Kira te aprecia mucho y comprenderá, tienes todo nuestro apoyo.
-Tengo el dinero que mi madre me ha dejado de herencia- comentaba Ryan para apoyar económicamente en la casa de Alex- pero por favor no me dejen solo, se lo suplico.
-Tranquilo, Alex te recogerá en el aeropuerto cuando llegues ¿a qué hora llega tu vuelo?
Ryan respiraba muy hondo, el señor embajador lo miraba con tristeza.
-En dos días sale mi vuelo, llegaría a Animalia a partir de hoy en tres días, mi boleto dice que llega a las dos de la tarde- dijo el leoncito recordando la fecha de su boleto.
-Perfecto, ¿tienes dónde quedarte en China? ¿Tienes dinero?- preguntó el señor Angus.
-Sí, una amiga que conocí en Corea del Norte, quien vive aquí en Beijing me dejará quedarme con ella, si tengo dinero y la tarjeta de papá, solo necesito que me recoja cuando llegue a Animalia.
El padre de Alex asintió del otro lado de la línea.
-Por supuesto, Ryan- sonrió- cuenta con eso, cuídate mucho y ánimo que tu padre estará muy bien.
Ryan lloró intentando sonreír al escuchar aquello.
-Gracias, señor Angus, muchas gracias nos vemos.
Ambos se despidieron, el embajador tomó el teléfono y lo colgó para posteriormente dirigirse a Ryan.
-Te ayudaremos, cuenta con el gobierno de Animalia para apoyar a tu padre, intentaremos conectar una llamada con el gobierno norcoreano solicitándoles que hables con tu padre.
Ryan abrazó al embajador, el león respondió con un gran abrazo también, acariciándolo le recordó a su hijo del otro lado del mundo.
-Sabes tengo un hijo un poco más pequeño que tú, me has recordado mucho a él.
Ryan lo miró sonriendo fijamente sin responder, el señor embajador se extrañó por aquel gesto.
-¿Estás bien, hijo?
-Si- respondió Ryan abrazándolo de nuevo- es que usted también me recuerda mucho a mi papá.
El señor embajador sintió pena por Ryan, nuevamente lo abrazó y lo condujo hasta la recepción de la embajada, bajaron por las escaleras hasta llegar a la puerta, la noche ya estaba por caer en la capital de China.
-Un auto de la embajada te llevará a tu lugar de hospedaje, por favor no dejes de comunicarte con nosotros hasta que vuelvas a Animalia- el embajador se despidió con otro abrazo de Ryan.
Un auto negro se acercó a la puerta, la lluvia no había cesado, inmediatamente Ryan entró en el vehículo para regresar a casa de su amiga Darma.
Las puertas de la embajada se abrieron y la marcha comenzó por la ciudad.
Del otro lado de la ciudad, Darma aguardaba afuera de casa de Bodi, dado que su padre, Khampa, un perro de la misma raza de Bodi, no se encontraba en el lugar. Resguardada bajo un techo de la puerta principal divisó un auto gris que se acercaba, fue ahí cuando se percató que el padre de Bodi había llegado.
Al bajar del auto con su paraguas, Khampa vio a Darma resguardada de la lluvia. En chino la saludó con alegría.
-¡Darma! Ya han vuelto- la abrazó- pasa, el cielo se está cayendo con esta lluvia.
-Gracias, señor Khampa.
Ambos entraron a casa de Bodi, una casa con molduras chinas muy tradicionales, en la sala de estar, había molduras de dragones por todas partes, el color rojo y verde adornaba aquella distinguida morada china.
-Siéntate, que gusto me da verte, Darma- el padre de Bodi se sentó frente a la zorrita- Extrañé tanto a Bodi, incluso- sacó una bolsa- le he comprado un regalo de bienvenida.
Aquellas palabras fueron como una daga al corazón de Darma, no tenía la menor idea de cómo darle aquella terrible noticia a un padre tan ansioso de ver a su hijo, los ojos de Darma se llenaron de lágrimas, el momento de la verdad había llegado.
-Khampa, con respecto a Bodi- titubeó- Khampa lamento ser portadora- sollozó sin poder aguantar- de tan malas noticias.
El padre de Bodi cambió su aspecto de risueño a preocupado, se acercó a Darma para saber que estaba pasando.
-Darma, Darma, ¿qué pasó? ¿Dónde está Bodi?- sonrió de nuevo- Esto debe ser una de sus bromas, lo conozco mejor que nadie, soy su padre- Khampa se levantó gritando- Bodi ¡Sal de ahí, hijo! No voy a caer en otra broma tuya.
La zorrita se levantó de igual manera para ver a Khampa cara a cara.
-Esta vez no saldrá Bodi a sorprenderlo, señor Khampa- la sonrisa del perro se borró en un instante- Como usted sabe fuimos a Corea del Norte, los oficiales de migración en el aeropuerto detuvieron a Bodi injustamente, Bodi está detenido en Corea del Norte.
Khampa abrió el hocico al compás que su mirada se perdía con lo que Darma estaba diciendo.
-No, Darma no me digas eso, esto ya no es una broma...
-¡NO ES UNA BROMA SEÑOR, BODI ESTA DETENIDO EN COREA DEL NORTE!- Gritó Darma, enseguida comenzó a llorar a lágrima viva.
Khampa, comenzó a temblar y a gritar inmediatamente.
-¡No puede ser! ¡NO PUEDE SER! MI HIJO ¡NOOOOOO!- Se llevaba las patas a la cabeza- ¡NO BODIIIII!
Luego de gritar tomó del hombro a Darma, exigiéndole una explicación.
-¡Tu estuviste con él! ¿Qué pasó? ¡¿DARMA QUE PASÓ?!
Darma explicó llorando la situación que habían vivido.
-Los malditos norcoreanos, cambiaron su pasaporte sin que se diera cuenta, robaron su pasaporte original y lo acusaron por llevar uno falso, eso fue lo que Livingstone, un amigo que también fue detenido le reclamaba a los oficiales.
La zorrita no pudo contener más el llanto, Khampa llorando también intentó tranquilizarse.
-Esos malditos norcoreanos, ¡Salvajes! Necesitamos ir al ministerio de relaciones exteriores ¡AHORA!- gritó Khampa- Vamos, Darma que no hay tiempo que perder.
La lucha de parte del gobierno chino como de parte del gobierno de Animalia por recuperar a sus ciudadanos empezaba, nadie tenía la menor idea de cómo terminaría esta situación, pero de algo estaban seguros, lucharían hasta agotar todas sus fuerzas por recuperar a sus seres queridos.
A cientos de Kilómetros de Beijing, en la ciudad de Pyongyang, Livingstone abría los ojos pensando solamente en aquello que le permitía seguir con vida; su hijo, Ryan.