Pudimos Ser Felices.

By taorispxk

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-Pude haberte perdonado una infidelidad YiFan, pero jamás te perdonare haberme puesto una mano encima- Tao se... More

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By taorispxk

Sin exagerar, esa era la primera vez que Suho había visto tan destrozado a Kris, ni siquiera lo vio así cuando murió su abuela, quien lo adoraba más que al cielo y viceversa. La confesión de Kris le había tomado por sorpesa y el resto de la historia también, jamás creyó que Kris le sería infiel a Tao y menos que lo golpearia, esa era la prueba de que la gente puede cambiar, para bien o para mal, hasta la más pura flor blanca puede ser corrompida.

La charla sirvió para que Kris se desahogara un poco, Suho se dedicó más que nada a escuchar y al finalizar le dio a Kris el número de otro psicólogo para que lo pudieran tratar, SuHo tenía miedo de que desarrollara algún descontrol de ira y dañara a alguien más, entre ellos, a si mismo.

******* *** *******


A causa de todo el estrés vivido en los últimos días había tenido un ataque de ansiedad que pudo haber pasado a más si no hubiera sido por Jackson quien lo vio entrar al baño un poco complicado; Jackson había golpeado la puerta y le había llamado reiteradas veces, en un momento creyó que lo estaba ignorando pero al pasar los minutos ya no estuvo seguro entonces abrió la puerta a la fuerza, encontrando a Tao en el suelo semiconciente, no dudo en llamar por ayuda y terminaron llamando al médico de familia de Huang, HangHen que no demoró más de 20 minutos en llegar; tuvieron que cerrar la empresa porque alguien había corrido la voz de que el jefe se había desmayado en el baño del primer piso, así haciendo que reporteros y periodistas aparecieran en las instalaciones con la intención de tener una buena noticia.

Y ahora, estaban en la oficina de Huang, HangHen lo tenía sentado en un sillón con la prohibición de moverse de ahí y Tao solo había hecho caso; luego de que HangHen llegara a la empresa trasladaron a Tao en una camilla que poseía la empresa en caso de que algún trainee se lesionara y debieran moverlo, lo llevaron a su oficina y hay lo recostaron en el sillón, en estado de inconsciencia, HangHen lo examinó he hizo lo pertinente para que despertara y luego de unos cuantos minutos Huang abrió los ojos, mirando con un poco de extrañeza el techo, que el recordara, el techo del baño no era de un verde musgo con luces colgando, giró su cabeza y sus ojos fueron a parar en los brazos cruzados de HangHen, Tao suspiró y se llevó una mano a la frente, sobandola un poco en busca de sacarse ese apestoso dolor de cabeza que se cargaba, fue cosa de que abriera los ojos para que el dolor se hiciera presente.

—¿Qué ocurrió? — HangHen rompió el silencio, con voz molesta y no era para menos, Tao no se enfermaba mucho, tenía anemia pero esta estaba bien controlada porque Huang llevaba una buena alimentación, no había problema con ella, pero ahora era distinto, Tao se había desmayado en el baño y si no fuera por Wang no sabía que le hubiera pasado, lo único que quería era que Tao le explicara que ocurría para que su molestia disminuyera aunque sea un poco.

Tao suspiró y se sentó despacio en el sillón bajo la atenta mirada de HangHen, bajó las piernas del sillón y las sintió pesadas, todo su cuerpo lo estaba realmente. Miró de nuevo a HangHen y se percató que no era el único en la habitación, a un costado estaba Jackson mirándole nervioso. Tao agachó la cabeza, no recordaba bien que había ocurrido, solo recordaba haberse estado ahogando en el baño del primer piso, de un momento a otro el oxígeno pareció no entrar en sus pulmones o no ser el suficiente pero luego de eso todo era borroso y confuso, solo la sensación de estarse quedando sin aire era clara.

— Entre al baño porque me sentía mal— su respuesta fue corta

—No me refiero a eso— gruño fruncido las cejas— ¿Qué te llevó a tener un ataque de ansiedad?— Tao lo miró algo asustado, ¿había tenido un qué?, trago saliva y miró a Jackson que mordía su labio inferior con fuerza, dejando la carnosidad algo blanca por los puros nervios que sentía eso solo causandole más susto en su interior.

—Debo estar estresado— concluyó rehuyendo del tema.

—No me hagas repetirte la pregunta— la expresión de molestia en el rostro de HangHen no desaparecía.

Tao volvió a agachar la cabeza, eran muchas cosas las que lo tenían asi, MinKi, el termino de su relación con Kris, el futuro divorcio, el amante de Kris, suspiró de nuevo y se removió en el sillón incómodo y con el dolor de cabeza taladrandole los sesos.

—Huang— HangHen le llamó la atención.

—Me separare de Kris— dijo sin más, y mordió su labio inferior, si seguía haciendo como si no fuera algo importante y era el causante de todos sus males, le más dolería.

Hang se mantuvo en silencio, y relajó un poco sus brazos, caminó hasta el sillón y se sentó al lado de Tao.

—¿Quieres hablar sobre ello?— preguntó mirando a Wang que estaba sentado en una silla en un rincón de la oficina.

—La verdad... no, es demasiado complicado y duele...— fue sincero Tao. Jackson se levantó de la silla y se sentó al otro de Tao para luego abrazarlo.

—Estamos contigo— le dijo Jackson, Tao se mantuvo un poco incómodo ante el abrazo pero al comenzar a sentir la calidez de este la incomodidad se desvaneció y fue remplazada por un sentimiento de seguridad que le impulso para poder hablar de lo que le estaba afectando.

El momento de confianza ayudo a Tao para sacar un poco de pesar que había acumulado con el paso de los días.

Ambos le escucharon atentos y le dejaron desahogarse, HangHen de vez en cuando le daba pequeños apretones en una pierna, mostrándole su apoyo y que estaba con él. Cuando Tao se hubo calmado HangHen se puso de pie y fue por su maletín que descansaba en el escritorio de Tao, sacó una libreta y garabateo algo, luego sacó la hoja y volvió donde Tao estaba.

— Sé que los medicamentos no te gustan y si te los receto no te los tomarás, asi que, toma— Hang le extendió el papel a Tao, quien aún estaba envuelto en los brazos de su amigo, Tao se limpió los ojos con una mano mientras con la otra tomaba el papel— Son 10 días de licencia, quiero que los tomes, todos, sin protestar—  la mirada de Hang era seria, estaba hablandole muy en serio a Huang, Tao solo asintió con la cabeza, tal vez estaría bien en casa...

— Llamaré un vehículo para que te lleve— le dijo Wang mientras sacaba su celular de su bolsillo. Tao se separó del abrazo de Jackson.

—No es necesario...— dijo avergonzado por todo lo que estaba pasando, estaba sintiendo una leve incomodidad por contarle las cosas a HangHen y Jackson, tsnts atención sobre él de ese ripo le era incomoda, tal vez debió pensarlo un poco mas antes de hablar.

—Calla, no protestes— le dijo HangHen, mientras Wang se levantaba y se llevaba el teléfono al oído para poder realizar la llamada.

Tao se quedó sentado en el sillón con la cabeza gacha, quieto, sintiéndose como un niño que era regañado por los adultos.

—Quiero que me llames en caso de cualquier cosa—  le habló Hang, haciendo que Huang levantara la cabeza para mirarlo— Sé que ya no eres un niño y que yo tampoco soy tu padre o tu tio, pero te aprecio, Tao—los ojos de Tao brillaron escasamente— Asi que, espero tu llamada, sin importar que cosa necesites— Hang le regaló una sonrisa y se acercó para hacerle una pequeña caricia en la cabeza.

—Leo estará aquí en 10 minutos— habló Wang, recordándoles su presencia en el lugar.

—Bien— dijo HangHen y sacó su mano de la cabeza de Tao para ir por su maletín— Ya debo irme— miró a  Zi— Cuidate— Tao asintió con la cabeza sintiéndose dócil y avergonzado, HangHen tenía razón, ya no era un niño, pero tenía algunos comportamientos de uno, ahora era padre, y no podía comportarse asi, pero... dolía, quería ser un niño por un momento y poder llorar mientras mamá lo consolaba, oh... mamá, cuanto la extrañaba, aunque los recuerdos eran escasos y ya casi borrosos aún sentía ese calorcito en el pecho al pensar en ella y rememorar su rostro.

La vida era un tanto injusta, jamás fue un mal niño e hijo, siempre fue un chico obediente a sus padres y respetuoso con el resto de los adultos, jamás entendería porque el destino se los arrebató a tan temprana edad, tal vez su incapacidad de afrontar el divorcio podía deberse a la ausencia de sus padres una extraña conclusión a la que llegó.

El sonido de la puerta le sacó de su nube y levantó la cabeza, mirando lo que en la oficina había, libros, discos, premios, álbumes, micrófonos y una foto... Tao se puso de pie y caminó hasta la repisa donde estaba el pequeño cuadro con la foto, la tomó entre sus manos y pasó los pulgares por el cristal mientras suspiraba, había sentimientos abrumadores en su interior y no por la imagen en si, sino por quien la había tomado, en la foto se le podía ver a el sentado en un piano y sonriendo a la cámara o más bien a quien la tomaba, ese día Tao había abierto oficialmente la empresa y Kris le había regalado ese gran piano color beige, luego de ello Kris procuró hacer sentir como a un rey a Tao durante todo el día, las risas y el amor no faltaron.

—Tao— la puerta se abrió.

—Mh?— preguntó sin voltearse a ver.

—Leo ya llegó—  le dijo Jackson sintiéndose algo incómodo ante la falta de emociones en Tao.

Huang dejó el cuadro en la repisa con la foto sobre la superficie, no quería verla, dolía. Se volteó y caminó hasta la puerta para salir.

—Leo está atrás— Jackson le acompañaba y explicaba en el camino—  La entrada de enfrente está copada de reporteros queriendo saber de ti, seguramente no porque les importes, sino para conseguir una buena noticia— Tao suspiró, pensar en los reporteros que eran como parásitos le hacía doler la cabeza, técnicamente no podía dar un paso sin que la gente lo posteara en las redes o en alguna revista, le parecía un acoso descarado ya que con eso, ellos vivían.

Jackson lo acompañó el resto del camino en silencio hasta la entrada trasera del edificio donde dos guardias estaban en la entrada esperando por su salida.

—Señor, por su seguridad— uno de los guardias le extendió un gorro mientras el otro una chaqueta azul marino; Tao se los puso, en silencio, le dolía la cabeza, estaba avergonzado por haber llorado frente a HangHen y Jackson y estaba seguro que aún habían rastros de lágrimas o evidencia de haber llorando haciendo que los guardias tuvieran conocimiento de ello, ahora, lo único que quería hacer era llegar a su cads y dormir.

Un poco a la izquierda había un auto azul marino esperando por el.

—Cualquier cosa solo debes llamarme—  le dijo Jackson antes de que Tao caminara hacia el vehículo.

Se subió en el asiento del copiloto y la tibieza del auto le hizo sonreír, cerró la puerta y se acomodó en el asiento.

—Hola Tao— el conductor le saludó, la voz serena le dio un poco de tranquilidad y cerró los ojos cuando sintió al auto comenzar a moverse.

Taek era un viejo amigo de Jackson y Tao que recidio un tiempo en China y luego volvió a Corea, la distancia física entre ellos no ayudó mucho en su relación, asi que con el tiempo se extinguió, hasta que Taek volvió a China y se reencontró con Jackson, conversaron de la vida y como esta les había abierto y cerrado puertas, Leo, como se hacía llamar más fácilmente, se enteró que Jackson había debutado en la empresa de Tao y que a este le iba bien, que era feliz y que su hijo estaba bien, Leo compartió un poco de información con Jackson, ya que aunque no era de muchas palabras, había confianza entre ellos, le contó que su padre había fallecido, hace al menos 3 meses atrás, y decidió hacer un cambio de lugar, y he lo aquí, en China de nuevo.

El que fuera de pocas palabras jamás le fue un gran impedimento para relacionarse con las personas de su alrededor o entenderlas, se consideraba una persona de mente abierta y bastante empatica, por eso en ese momento, en el auto, camino a la casa de Tao podía percibir lo abatido que estaba, no sabía que había ocurrido, pero para que Tao se encontrara con un estado tan decaído no debía ser cualquier cosa.

Su rostro neutro no demostraba las miles de conclusiones que estaba sacando en su interior tratando de buscar una forma de abarcar un poco del tema con Tao o simplemente ayudarle de alguna forma, le miró de reojo, tenía los ojos cerrados, al parecer dormía o solo descansaba un poco, y Leo creía que lo necesitaba, esas ojeras un poco más grandes y oscuras bajo sus ojos eran otra señal para saber que Tao no estaba bien; volvió la vista al frente, teniendo un accidente de tráfico no ayudaría a nadie.

Además Jackson le había dado la dirección de Tao, la cual Leo si mal no recordaba era la de una segunda casa del matrimonio Huang & Wu, le parecía algo sospechoso que le dieran esa dirección pero no preguntó nada, prefería no entrometerse mucho.

Estacionó el auto frente a la casa y miró a Tao, al parecer se había quedado dormido.

—Huang ZiTao... — le llamó con un tono moderado de voz, su intención no era despertarlo de un susto. —ZiTao... — pero con ese volumen de voz que estaba utilizando no estaba obteniendo resusltados. Leo suspiró y estiró una de sus manos hacia el hombro de Tao para moverlo despacio—  Huang Zi Tao...— lo único que consiguió fue que Tao se removiera en el asiento buscando comodidad; alejó su mano del hombro de Tao y miró la hora en el auto, no era tan tarde, si quería, podría dejarlo dormir un rato más ahí, pero no sabía si Tao debía hacer algo, asi que, intentó de nuevo— Huang Zi Tao...—

—Es curioso...—  inhalo—  como eres el único que me llama por mi nombre completo aún cuando ya nos conocemos— exhalo y abrió los ojos girando su cabeza para mirar a Taek— Hola Jung TaekWoon— una pequeña sonrisa s dibujo en los labios un poco secos de Tao.

—Hola— contestó Leo y miró a Tao.

—¿Cómo has estado?— preguntó mientras examinaba el rostro de Taek  seguía igual, no habían muchos cambios en su ser, tal vez su rostro estaba un poco más delineado, dejando lucir un poco sus facciones, sus ojos eran tan oscuros y afilados como siempre, intimidantes y su cabello de color negro con un pequeño flequillo sobre su frente.

—Bien— contestó con simpleza. Tao ahogó una risa en su garganta y miró el techo del auto.

—No haz cambiado nada, sigues siendo de tan pocas palabras como siempre— Tao se abrazó a si mismo.

—Y tu tan fuerte como siempre— Leo estaba seguro que Tao estaba pasando por un mal momento, pero no pretendía preguntarle sobre el tema, no si le dolía y podía ver que asi era, así que solo le recordaría lo fuerte que era.

Tao cerró los ojos y sonrió, no tenía nada más que decir, Leo al parecer seguía siendo tan bueno para leer a las personas como siempre.

—¿Tú crees?— preguntó sin mirarlo. Leo se acomodó en el asiento y miró hacia afuera.

—Si—contestó con seguridad, los labios de Tao se estiraron en una diminuta sonrisa, las palabras de Leo aunque eran pocas le daban algo de esperanza y seguridad, tal vez tenía razón, el era una persona fuerte, pero ahora se sentía tan débil.

—Lo dudo...— murmuró y todo rastro de la sonrisa desapareció de su rostro. Leo giró su cabeza para mirarlo.

—No lo dudes, es verdad— Tao abrió los ojos y lo miró.

—¿Por qué te oyes tan seguro?— preguntó intrigado ante la seguridad que había en la voz de Leo.

—Porque hay brillo en tus ojos, quieres superar el obstáculo, quieres seguir— ambos se miraron a los ojos unos segundos, Leo podía ver como la llama en los ojos de Tao se mantenía brillaba y danzaba, este no era un problema que no pudiera superar, le tomaría un poco de tiempo, pero lo lograría.

Tao corrió la vista, sintiéndose demasiado descubierto ante Leo.

—Gracias— dijo, agradeciendo más allá del sólo hecho de que lo haya llevado a su casa.

—De nada— contestó y volvió a mirar al frente. Sacó el seguro de las puertas y Tao pudo abrir la puerta.

—Sería genial que nos siguiéramos viendo— agregó Tao.

—Esta bien—  Tao sonrió y se bajó del auto, cerró la puerta tras de si y camino hacia la puerta. Leo se quedó mirándolo, solo escaneando la figura de Tao, estaba más alto, tal vez ahora median lo mismo, lo vio acercándose a la puerta de su casa y prendió el motor del auto, pero sus ojos fueron a parar en un papel en el asiento antes ocupado por Tao, se estiró y tomó el papel, lo abrió y examinó percatandose de que no era suyo, sino más bien de quien se bajó del auto hace menos de un minuto, era una licencia, por diez días. Leo apagó el motor y bajó del auto camiando hasta Tao para poder entregarle el papel, pero antes de siquiera poder tocarlo para entregarle el papel Tao se volteó, quedando muy cerca uno del otro.

—Se te quedaba esto—  Leo levantó su mano a la altura de su rostro con el papel mientras Tao le miraba con un poco de sorpresa en sus ojos. Leo miró el papel y luego a Tao—¿Huang Zi Tao?— le llamó Tao miró el papel y luego retrocedió un paso.

—Si, gracias— Tao tomó el papel con un poco de vergüenza.

—De nada—  Leo se dio la vuelta para emprender su camino al auto, pero...

—¿Gustas pasar?— su pregunta salió más fuerte de lo que quería, parecia que hubiese gritado. Leo giró la cabeza y miró a Tao, para luego sonreír y asentir con la cabeza camiando hacia Tao.

Quien diría que ese solo sería el comienzo para una serie de invitaciones a casa, a pasear o solo estar.

hi
espero estén bien.
disfruten, voten, comenten :)

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