déjame conquistarte (En edici...

By AvrilBenitez9

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El amor puede llegar de la manera más imprevista, con las mayores sorpresas, tomandolo todo y consumiendolo e... More

prologo

capitulo 1

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By AvrilBenitez9

"Pip pip pip" el aclamado despertador sonó, dejandome saber que un nuevo día había dado inicio y por lo cual tenía que dejar mi cómoda cama. Hoy era lunes y el comienzo de semana siempre solía ser pesado más aun para una estudiante en su último año de insituto con el futuro de su vida en sus manos, y no era para menos, a duras penas opte por levantarme porque de otro modo hubiese seguido durmiendo y perder el primer día clases no estaba en mis planes.

De pie frente al espejo hice una mueca de asco al ver mi rostro palido y ojeroso, con bastante pereza prepare las cosas para ducharme, la escencia a flores comenzó a sentirse en todo el cuarto de baño, envuelta en mi bata de baño blanca, comencé a alistarme para irme al instituto, porque por más que detestára estar en aquel sitio, debía de estudiar para poder el día de mañana ser tan famosa como mi bella, encantadora y millonaria tía.

Era posiblemente la persona que más admiraba en este mundo, tenía todo lo que una persona solo soñaría, fama  una cuenta de banco con muchos digitos, no obstante carecía de tanta humildad y bondad. Ella no llego allí con ayuda, lo hizo sola, con sus esfuerzos, inteligencia y determinación, probablemente la mujer más bella y fuerte que pueda llegar a existir.

—Hola tía— la saludé dejando un casto beso en su mejilla, sonrió en respuesta.

—Hola cariño, siéntate preparé tortitas— comentó con tono maternal, cargando tanta ternura y adoración en sus palabras.

La verdad de todo esto era más simple de lo que parecía. Amaba a mi tía como si fuera mi madre, la tomaba como una y ella se encargaba de aconsejarme como solo una madre debe de hacer. Ustedes se preguntaran ¿Donde esta tu madre? Y no, no ha pasado nada trágico, no a muerto, ni me ah abandonado, o bueno por lo menos no por completo, ella solo trabaja y viaja por el mundo con mi padre, solo los veo en acción de gracias o alguna otra fiesta festiva, que para mi desgracia no hacen más que criticar.

Desde entonces mi tía se a encargado de cuidarme, aconsejarme y también regañarme cuando es debido.

—Gracias tía— le sonreí, ella me la devolvió tiernamente la sonrisa y se sentó en su sitio, justo en frente de mi.

Me encontraba terminando de desayunar, mientras hablaba con mi tía de la nueva edición de verano que se lanzaría en unos meses, cuando mi celular vibró a la llegada del mensaje de mi mejor amigo, avisándome que estaba afuera esperando por mi, porque si, él era mi chofer personal.

Pedí permiso para levantarme de la mesa, para ir a buscar mis cosas, dandome una última mirada al espejo y diciéndome mentalmente que me veía radiante, mientras me veía en el espejo, dandome animos a mi misma y creyendo en mi como siempre debía de ser.

—Nos vemos en la noche, tía— la saludé, dejando un beso en su mejilla.

—Bueno, cariño, trata de no meterte en problemas ¿Si?.

—Eso no te lo puedo asegurar— respondí con una sonrisa encantadora, a la vez que ella rodaba los ojos y negaba con diversión, estire mi brazo y lo moví en el aire despidiendome de ella con una sonrisa.

—¡Hola, Darling!— lo saludé con un beso en la mejilla, al entrar al rojo, llamativo y costoso auto de mi mejor amigo.

—Hola, princesa— me saludó con un beso en la mejilla, para luego poner en marcha el auto, en dirección al instituto.

Al llegar, para mi mayor desgracia, nos encontramos con Noah, era un chico con una muy buena contextura fisica, es decir, era alto, morocho y con una sonrisa encantadora, pero eso era lo único buena que tenía, para su mala suerte creo que el espermatozoide que lo progenitó venía fallado y termino por ser un imbécil sin cerebro, así que por más bueno que estuviese no arreglaba lo idiota que era, por lo tanto no estaba en la lista de personas agradables para mi.

Como si esto no fuera poco, el chico a estado detrás mío desde aproximadamente año y medio, por más rechazos que le he dado, tanto de forma directa como indirecta, parecía no entrar en su pequeño e insignificante mente, y lastimosamente solamente era uno más del montón.

—Hola chicos— nos saludó con una encantadora sonrisa, pero mirando en mi dirección, como si Daniel no existiera— El sábado daré una fiesta en mi casa y obviamente serán mis invitados de honor.

Ah, se me olvidaba, tambien es el co-capitan del equipo de futbol americano, porque como ya era de esperarse el capitan es el idiota pero muy inteligente Daniel, alías mi mejor amigo, lo sé una pasada, pero bueno aunque no tuviera cerebro la mayoría del tiempo, a veces podía ser inteligente y destacar en algo, el futbol era ese algo, el desgraciado era bueno en lo que hacía.

—Claro allí estaremos— aseguré con una sonrisa, mirandole, me contuve para no hacer una mueca de asco al verlo sonreír tontamente, pequeño imbécil.— Nos vemos— nos despedimos al unisono con mi mejor amigo.

—¡Has visto la cara de idiota que puso al decir que íbamos a ir!— Daniel soltó una carcajada— En verdad esta loco por ti— se burló, riendo cuando el chico se fue, me fue inevitable aguantar la risa y reí junto a el.

—¿De que se ríen?— preguntó mi mejor amiga, acercándose a nosotros con una confusa sonrisa.

—De la cara de idiota que puso Ashton, cuando Luna le dijo que íbamos a ir a su fiesta— se volvió a burlar Daniel a lo que yo rodé los ojos divertida, aunque un poco cansada de lo mismo de siempre.

—Sí, Luna, lo tienes a tus pies— afirmó Lucia, como si fuera lo más obvio del mundo, aunque si lo era, pero ese no era el caso ahora mismo.

—Ya, chicos, no es para tanto— reí mientras que meneaba mi cabeza en una negación divertida, restándole importancia a la situación.

—¡¿Que no es para tanto?! Media población masculina anda detrás de ti— exclamó Lucia, con expresiones exageradas, elevando una de sus cejas al final de su dramática expresión.

—Vamos, llegaremos tarde— hablé empezando a caminar, escuchando sus pasos caminar detrás de mi.

—¡Esperen!— exclamó Lucia, frenandosé de golpe, como si algo realmente grave hubiese pasado y justo se acababa de acordar, de algún tipo de incidente.

—¿Qué sucede, Lu?— pregunté confundida, mirándola interrogante, pero sin preocuparme demasiado porque si algo destacaba a mi mejor amiga, era su dramatismo para cada cosa que pasaba en su vida.

—¿Han dicho fiesta?— preguntó con una exagerada expresión de horror.

—Si, el sábado ¿Por qué?— Daniel la miro con confusión, mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.

—No pienso ir, tenía pensado acostarme a ver una serie super bonita con personajes extremadamente hermosos y con un desenlace de lo mejor— moviendo sus manos en el aire, explicando lo que estaba sucediendo, como si este era el fin del mundo, mientras hacia un puchero de lo más tierno. 

—Solo cambia de planes, es una noche Lu, no se acabara el mundo porque dejes una noche de series— comenté sonriendo.

—¡Sabes todo lo que podría pasar en una noche!— exclamó exageradamente, haciendo un berrinche, mientras cruzaba los brazos— No, está ves no iré— afirmó con seguridad.

—Oh, claro que iras— sonreí maliciosa, en un asentimiento de cabeza.

—Está bien— terminó por aceptar rendida, empecé a dar saltitos en mi sitio, provocando las carcajadas a mis amigos, al pasar las risas seguimos nuestro camino a clases a la cual, cabe aclarar, que ya estábamos llegando tarde.

Entre a la clase sin tocar la puerta, sonriendo de lado al ver que la atención ya estaba puesta en mi, como cada vez que entraba a algún sitio en esta nefasta institución, me senté en mi sitio, ignorando la presencia de todos, porque a decir verdad poco me importaba lo que estas personas hicieran con sus vidas o lo que pensaran de la mía, después de todo solo eran eso, personas tratando de perseguir su sueños de la manera más nefasta que existía, sin estudiar, drogándose día y noche, saliendo de fiesta todos los días y creyendo que son los dueños del mundo, que demasiado grande nos quedaba.

—Señorita Smith, esa no son horas ni maneras de entrar a mi clase— me reprendió la profesora, con una cara digna de un ogro salido de la película de Shrek, pero decir esto esto es un insulto para tan bella película.

—¿Y cómo quiere que entre? ¿Por la ventana?— sonreí burlona, tratando de no reír al ver como parecía ponerse roja de la furia que destellaba de sus ojos, soltó un bufido y continuó con la clase.

La semana siguió su rumbo y las clases igual, fueron normales, una más aburrida que la otra, todas y cada una de ellas llenas de un rutina que dominaba la vida de todos, cuando el horario de clases llego a su fin, Daniel me llevo a mi casa y quedamos en que mañana me buscaría a las 8 para ir a la fiesta. 

Al llegar a mi casa deje mis cosas en su sitio. No fueron más de dos minutos en los que el agobiante y solitario silencio me envolvió, se sentía tan tibio, como el intermedio del invierno y el verano, abrumador y oscuro, de esos que te roban el aliento mientras tu corazón late  tan lento que comienzas a preguntarte si acaso sigues vivo o solo vives dentro de la interminable pesadilla que es tu mente.

 Incluso en medio de aquella oscura noche, él seguía en mi mente, su tacto que ya no estaba en mi era tan imperceptible como él mismo,el frío me azoto como un ventarrón, congelandome hasta los huesos, el invierno parecía estar llegando a mi habitación, a mi, llenando de escarchas mi cuerpo. Él parecía estar en cada rincón de mi cuerpo, mente y corazón, incluso después de todo el daño que había causado en mi, yo lo seguía amando de la misma manera intensa, pero a diferencia de antes ahora no permitiría que él volviera a arrebatarmelo todo.

Lo que nadie sabía es que yo estaba acostumbrada a ver todo desde la cima, porque llamas volvería a permitir estar en el suelo, el mundo podría arder pero yo no arderia con el, esta vez sería yo la causante de sus llamas.

Sábado

Me encontraba en el mundo de mis bellos sueños cuando caí de cara al suelo, solté un gruñido y comencé a gruñir en voz baja, levanté mi cabeza mirando a mi alrededor apreté mis labios al darme cuenta que me encontraba en mi habitación, agradecí el tener la alfombra que mi tía había comprado al decorar la habitación, el peluche de esta había amortiguado mi caída.

Mire hacía el reloj en un intento de saber en que momento del día estaba, completamente perdida hice una mueca al ver que eran las tres de la tarde, con pesar me levante para lavarme la cara y bajar como un zombie, en busca de algo de comer porque mi panza rugía ante la ausencia de comida, justo en la heladera, pegado yacía una notita de mi tía.

Cariño, tuve una reunión urgente y no te quise despertar, nos vemos mañana.

Pd: te quiero y tienes comida en el microondas

Tu tía.

Deje la notita , sonriendo con dulzura ante la ternura de mi tia, siempre solía avisarme cuando tenía una reunión, tambien me dejaba la comida y si esto último no hacía, tranquilamente podría decirle a Olivia la señora que cocina que me prepare comida, porque si algo no se me daba bien era la cocina y todos lo sabían, podría ser un peligro para el mundo.

 Me calenté la comida, al terminar la agarre y para dejarla sobre la mesilla de la sala tirandome en el sofá, agarrando nuevamente el plato y dejarlo sobre mi estómago para después encender la la televisión, The vampire diaries se había vuelto mi nueva adicción al momento de sentarme a ver algún tipo de serie.

Un rato después comencé a alistarme para la fiesta que se daría esta noche. Me duche y me colque una bata al terminar, tomándome el tiempo para secarme el cabello y ondularlo, luego de terminar me maquille con rubor, sombras oscuras, máscara de pestañas, delineador negro, labial rojo mate, observe mi reflejo en el espejo y sonreí tomando aire al ver el resultado, deslice el vestido de lentejuelas sobre mi cuerpo y me coloque unos tacones altos.

Observe la hora una vez más y en el reflejo me observe, tan hermosa por fuera pero tan jodida por dentro, como aquellos angeles caídos que entre los humanos están derrochando belleza, pero que por sus pecados castigados fueron, yo era uno de esos, mitológica mente, solía sentirme como uno, yo al igual que todos los seres humanos estaba pagando por mis pecados, estaba pagando por cada alma que corrompí con mis burlas y rechazos, o aquellos corazones que por mi ignorancia y egocentrismo rompí. Después de todo estaba sola.

Me sobresalte al escuchar la bocina de un auto fuera de mi casa, solté un suspiro bajando la mirada y volviendola a  subir observandome una última vez, deje escapar el aire y forme una actitud relajada en mi cuerpo a la vez que formaba una pequeña sonrisa en mis labios, como si aquello fuera una forma de auto-consolarme.

Al verlo sonreí con coquetería, puro show, como solemos decir con mi mejor amigo. Se veía sexy tenía puesto unos jeans negros que asentuaban sus muy bien formados musculos, y una camisa blanca que dejaban ver sus músculos.

—Hola perras— saludé entrando en el auto, sonriendoles a ambos.

—Hola dulzura± respondió Lucia, con una sonrisa radiante- Estas hermosa.

—Tu igual, honey.

—Vamos, bellas damas— avisó Daniel arrancando en dirección a la fiesta, cundo llegamos vimos lo típico de toda fiesta, borrachos, olor a marihuana y alcohol, junto a un tumulto de personas sudorosas con las hormonas a mil por hora.

—Les presentare a unos amigos— comentó  Daniel nosotras nos limitamos a asentir, al llegar había un grupo de chicos, nadie lograba llamar mi atención excepto uno, mi mirada fue imposible de no dirigirse a él, aquella mirada fría y misteriosa, que parecían esconder el más oscuro de los secretos, podía observarle por horas tratando de resolver la paradoja que escondía su mirada. sonrió con burla e impetú, sus brazos llenos de tatuajes yacían cruzados sobre su pecho, dándole un aire más intimidante.

—Hey— saludó Daniel, al llegar a ellos  precediendo a hacer su famoso saludo de "hombres"

—¿Quienes son estás preciosuras?— interrogó uno de ellos, como si nosotras no fueramos más que un objeto, que más daba, si todos nos trataban como uno, éramos nosotras quienes teníamos que demostrar que no lo eramos, porque de lo contrario siempre seríamos un juguete de la sociedad.

—Gracias, tus comentarios le hacen bien a mi ego— sonreí con falsedad, observandole con arrogancia. 

*idiota*

—Uhh, la princesa tiene garras— se burló, haciendo una mueca fingidamente lastimera.

—Si fuera tu... No haría eso— pronunció Daniel sonriendo labial, mirándome de reojo, sin meterse demasiado porque no necesitaba de alguien para poner a un imbécil en su lugar.

—¿Qué me va hac...— lo interrumpí, golpeando sus partes bajas, me acerqué a su oído y susurré con lentitud.

—Espero que me recuerdes cuando vuelvas a dirigirle una palabra a cualquier mujer— apoye mis manos en sus hombros y lo empuje con fuerza, mirandole asqueada.

—Yo avisé— justificó Daniel divertido, sonriendome con orgullo.

—Chicas, ellos son mis mejores amigos— señaló a los otros chicos detrás de nosotros que entre lo que había pasado, me olvide por completo de su presencia, entre ellos el chico de los tatuajes tenía su mirada fija en mi, escudriñando mi rostro— David, Aron, francisco— presentó, señalando a cada uno.

—Hola— los saludé con voz calma, sonriendoles poquito.

—Hola princesa— saludó Aron, solo lo fulmine con la mirada ¿E s qué acaso no puede haber uno normal entre todos estos muchachos llenos de testosterona?

Levanto sus brazos al aire en un signo de paz, mientras sonreía con diversión, al igual que los otros, solo que estos soltaron una pequeña carcajada. 

Poco a poco comenzaron a parecerme personas agradables, no había pasado tanto hasta que entraron en confianza y me trataron como una más, al parecer si podían ser agradables, más haya de su aura coqueta. Estábamos parloteando de cosas triviales con los chicos, aquel había sido el momento donde, Brandon, mi ex, se acercó.

Trate de mantener la calma y no demostrar que todo lo que estaba sucediendo tenía el poder de afectarme, nadie era lo suficiente merecedor y de confianza como para verme así de rota. Porque a diferencia de lo que muchos creían estaba acostumbrada a verlos desde la cima, porque allí me había puesto yo misma, una vez que me levanté jamás permití, ni permitiré que me vuelvan a ver en el suelo.

—Luna ¿podemos hablar?— fue lo que él preguntó, como si jamás me hubiese hecho daño, como si todo lo que había pasado solo era producto de mi imaginación.

¿Pero qué creen? Yo no lo había olvidado y nunca lo haría. Porque Brandon Jones, encabezaba en la lista negra de Luna Smith.

—Ya te lo dijo, Brandon, no quiere saber más nada de ti— demandó furioso Daniel, enfrentándolo— Desaparece idiota_ me coloque entre ambos, tratando de observar cual sería el próximo movimiento.

—Ella viene conmigo— ordenó. tomando fuertemente mi brazo.

—No irá contigo, así que suéltala, desgraciado— advirtió entre dientes Daniel, sus ojos destellando furia, una que jamás había visto.

—Vendras conmigo— amenazó cerca de mi oido, un escalofrío recorrió mi espina dorsal al sentir el peso de sus palabras— Claro, de lo contrario me vere con la obligación que todo el mundo sepa tu secreto— hizo una pequeña pausa— Que el mundo se entere quien eres en verdad Luna Smith— termino por susurrar, mis músculos se tensaron al saber que solo se trataba de una más de sus amenazas.

Para que mentir, siempre había hecho lo que quería conmigo, me quería de la manera más obsesiva y dañina que existia, el amor era subjetivo, para un loco su obsesión es amor, y para una persona cuerda el cuento de hadas también lo es.

—Esta bien— asentí mirando a Daniel, tratando de calmarlo con mi mirada— Solo iré un minuto— le miré, sonriendo apenas, acariciando su brazo de manera reconfortante.

—Luna— sus ojos preocupados conectaron con los míos, suplicando que no fuera con él, que no fuera con el monstruo al que tanto temía.

—Estaré bien— aseguré, como si pudiera saber aquello, pero nuevamente que más daba lo que pudiera suceder, solo yo era la culpable de lo que sucedía en mi vida, deje un beso casto en su mejilla.

Y me fui con él, no sin antes darle una última mirada, no me importó el haberles dado un show a los chicos que acababa de conocer, después de todo ¿Quienes serían ellos para juzgar mi vida? Al final todos terminamos en el mismo lugar.

..........

En multimedia les dejo a Luna, he comenzado con la edición de la historia, puede ser que algunas cosas cambien, no les aseguro nada, para los que ya la leyeron les pido que por fabor no hagan spoilers para las personas que aun no la han leído.

Ojala y sea de su agrado, los quiero mucho dulzuras.

Espero que les guste el book tráiler, no se olviden de votar y comentar.

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