Ten se consideraba bastante bueno leyendo a las personas. Era perspicaz y empatizaba con los demás fácilmente, por lo que era el primero en descubrir si alguien ocultaba algo o mentía respeto a un tema. Cuando JaeHyun le dijo que tenía novio, la felicidad lo cegó; ni siquiera llegó a preguntar el nombre del sujeto, emocionándose de sobremanera y pensando en todas las cosas entretenidas que podrían hacer en citas dobles.
Y aquel fin de semana, el secreto salió a la luz.
—Voy a ver qué tal son las aguas —dijo Ten, atando el cinturón de la bata alrededor de su cintura. Sonrió al notar que su nudo era firme—. ¿Vienes, Tae?
El pelirrojo tirado en el colchón sacudió la cabeza, frunciendo el ceño y arrugando la nariz. Ten le miró comprensivo. Su novio no había podido descansar correctamente la noche anterior y el bus no había sido precisamente cómodo para una siesta.
—Creo que prefiero dormir... El viaje me tiene molido —masculló TaeYong, hundiendo aún más su rostro en la almohada. Una risa escapó entre los labios del contrario.
—Perezoso. Iré a ver si los chicos quieren unirse.
—Diviértete —Las palabras de TaeYong apenas fueron audibles, siendo amortiguadas debido a su posición y mal moduladas por culpa del sueño.
Ten se acercó a él, apoyándose sobre la cama, y plantó un corto beso en sus labios. Amaba besarlo. Era su actividad favorita. Dios, podía hacerlo por horas y días y años, sin cansarse de la sensación que recorría todo su cuerpo y el calor que lo envolvía cuando su boca encontraba la de TaeYong, sintiéndose en casa.
Cuando el rubio rompió el contacto entre ambos, se arrepintió casi inmediatamente de haberlo hecho. Apartándose lentamente, vio los ojos abiertos del pelirrojo y las chispas de miedo que brillaban dentro de estos, la expresión sorprendida en su rostro. Ten tragó saliva, intentando ignorar el crudo y doloroso sentimiento que causaba esa reacción en él, y se incorporó débilmente.
Creí que ya habíamos superado esa etapa, Tae.
—Volveré pronto —dijo con sequedad. Su garganta se apretaba y aunque no deseaba pensar en lo absoluto, para disipar el repentino dolor, su cuerpo lo resintió de todas maneras.
TaeYong asintió, luciendo aturdido, un leve color carmín tiñendo sus pómulos. Murmuró un pequeño "sí" que Ten tomó por despedida y el rubio se retiró.
Atravesó el pasillo, dirigiéndose a la habitación que compartían DoYoung y JaeHyun, dándose a sí mismo ánimos. No tenía por qué dudar. Él amaba a TaeYong y TaeYong había aceptado estar con él, eso era lo único que importaba. La presencia de JaeHyun no cambiaría las cosas, tampoco lo haría la existencia inesperada de su novio.
O al menos, eso quería demostrar.
—¿Una cama? —Alcanzó a percibir la voz de DoYoung a unos metros de distancia. Se detuvo a pocos pasos de la puerta abierta, apoyándose contra el muro para no ser visto—. ¿Compartiremos cama? ¿Tú y yo? ¿Acaso quieres aprovecharte de mí, Jeffrey?
—Ni en un millón de años, bebé.
Frunció el entrecejo, hallando la conversación no tan romántica, pese a los motes cursis. Sin embargo, no tenía derecho a juzgarlos. DoYoung y JaeHyun tenían una dinámica de pareja nada convencional. Parecían niños compitiendo contra el otro para llegar a una meta en común.
Sonrió, feliz de que su mejor amigo obtuviera el amor que había rechazado a lo largo de su vida. Estuvo a punto de interrumpirlos, para invitarlos a las aguas termales, cuando DoYoung volvió a hablar.
—Bien, bien, entonces esto es lo que haremos. Yo dormiré en la cama... y tú en el piso.
—Oye, eso no es justo. Yo pagué por esto. Tú deberías dormir en el piso.
—¡Pero hay gérmenes! ¡Podría morir! Hazlo tú.
—Ah, ¿entonces tú no puedes morir, pero yo sí?
—Por supuesto. ¿Qué clase de novio falso sería si priorizo tu salud sobre la mía?
—Uno bonito y simpático.
—¿Me estás llamando feo? ¿Acaso con "gordo" no te basta? De acuerdo, por haberme salvado en ese bar la otra noche, te daré una promoción.
—¿Qué? ¿Me harás dormir en el armario?
—¡Claro que no! En la bañera. Esa es mi oferta final.
—¿Sabes lo mucho que te detesto?
Ten se cubrió la boca para ahogar un jadeo, dos palabras clave quedando grabadas en su memoria: Novio falso.
¿Falso?
Recapitulando, la primera cita doble que habían tenido, no había ido nada bien. DoYoung había sido extremadamente brusco, comportándose como si estuviera despechado por un acto despiadado de JaeHyun y lo único que quisiera hacer fuera devolverle la mano. Lo entendió más tarde, cuando su mejor amigo le llamó y le explicó que habían tenido una pelea recientemente, y que por eso DoYoung había estado así.
Ten decidió hacer la vista gorda, accediendo a ir a otra cita doble con esos dos. Lo cierto, era que DoYoung era muy temperamental, directo y sarcástico. Ten supo lo difícil que sería lidiar con esa personalidad, tan pronto lo conoció. Y a su rigor, JaeHyun no estaba al mismo nivel, por lo que asumió que esto era consecuencia del carácter sumiso que había adquirido su mejor amigo en la relación, siendo él el calmado, pacífico y suave del par.
Hasta que los vio aquel segundo día. JaeHyun y DoYoung se miraban, las llamas flameaban a su alrededor. Resultaba divertido, la manera en que se llevaban el uno con el otro y sin quisiera darse cuenta, se encerraban en una burbuja. Un muro invisible que los rodeaba y los separaba del exterior, como si sus discusiones y sus burlas mutuas fueran lo que más anhelaban tener entre ellos.
Era fascinante. Y Ten adoraba esa curiosa relación que era tan distinta de las demás. Es real, se convenció, sin darse cuenta de que ignoraba la mentira que yacía justo bajo sus narices.
Novios falsos. ¿Pero por qué? ¿Se había perdido de algo? Que había gato encerrado ahí, era obvio, y que su intuición había fallado desde el principio, lo era todavía más. Su habilidad para leer personas había fallado, posiblemente por su emoción, o quien sabe, quizá quería creerse el cuento para no tener que analizarlo.
Un mal presentimiento lo albergó cuando intentó una vez más unir los hilos de la historia. No era posible que JaeHyun sintiera cosas por TaeYong ¿o sí? Eso era absurdo. JaeHyun se lo habría dicho, de eso estaba seguro. Ten probablemente estaba pensándolo demasiado.
Inhaló hondo antes de dar un paso hacia la entrada de la habitación. Ambos chicos voltearon hacia él al percatarse de su repentina presencia y Ten esbozó una suave sonrisa como saludo.
Si JaeHyun estaba manteniendo su verdadera relación con DoYoung en secreto debía tener buenas razones, por lo que no lo presionaría. Sólo debía esperar por JaeHyun. Creer en él —como siempre había hecho— y en que explicaría todo en su debido momento.
No tenía por qué desconfiar, ni del amor de su vida ni de su fiel amigo.
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