De persecuciones y hermanos c...

By MariaRose95

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⌈YoonGi sólo quiere acercarse al lindo omega que acaba de llegar al instituto sin morir en el intento a manos... More

¡Bienvenidos!
¡Intro!
¡Uno!: distracciones bonitas y entrenamientos fallidos.
¡Dos!: vergüenzas constantes y clubes escolares.
¡Tres!: chicos no tan emos y castigos injustos.
¡Cuatro!: padres no tan cariñosos y encuentros que revolotean corazones.
¡Cinco!: omegas presionados y alfas encantadores.
¡Seis!: posibles parejas predestinadas y alfas no tan empalagosos.
¡Siete!: pequeñas señales y personas inseguras.
¡Ocho!: omegas escurridizos y pequeños momentos de sonrisas y sonrojos.
¡Nueve!: amigos preocupados y típicos fines de semana.
¡Diez!: pequeños escondites y malhumores repentinos.
¡Once!: vistazo a una vida conflictiva y más preocupaciones a la lista.
¡Doce!: situaciones incómodas y omegas sacados de quicio
¡Trece!: brownies de chocolate y números telefónicos.
¡Catorce!: pensamientos de enamorados y traumas de hermanos.
¡Quince!: padres molestos y malentendidos dolorosos
¡Dieciséis!: alfas lastimados y sentimientos de tristeza.
¡Diecisiete!: celos repentinos y alfas enloquecidos.
¡Dieciocho!: alfas enojados y madres comprensivas
¡Diecinueve!: peleas insensatas y nuevas amistades.
¡Veinte!: sensaciones complicadas y conciertos de hip-hop (pt.1)
¡Veintidós!: citas fallidas y madres salvavidas.
¡Veintitrés!: emociones conflictivas y fiestas de adolescentes.
¡Veinticuatro!: amigos desaparecidos y omegas enfermos.
¡Veinticinco!: peleas entre amigos y sospechas entre alfas.
¡Veintiséis!: omegas incómodos y besos amorosos.
¡Veintisiete!: partidos de basket y problemas familiares.
¡Veintiocho!: aventones a casa y alfas misteriosos.
¡Veintinueve!: cenas familiares y lobos heridos.
¡Treinta!: regalos sorpresivos y alfas consolados.
¡Treinta y uno!: conversaciones vergonzosas y omegas con olor a rosas.
¡Treinta y dos!: visiones diferentes y mariposas en el estómago.
¡Treinta y tres!: hermanos desesperados y amistades casi románticas.
¡Treinta y cuatro!: betas algo egoístas y alfas competitivos.
¡Treinta y cinco!: "alfas" hipócritas y exámenes finales.
¡Treinta y seis!: confesiones a medias y disculpas necesarias.
¡Treinta y siete!: un omega resignado y un omega enamorado.
¡Treinta y ocho!: vidas aparentemente secretas y finales culminados.
¡Treinta y nueve!: hermanos "egoístas" y citas "complicadas".
¡Cuarenta!: más padres insensibles y preparativos para eventos importantes.
¡Cuarenta y uno!: adolescentes celosos y charlas desagradables.
¡Cuarenta y dos!: desahogos emocionales y hermanos enojados.
¡Cuarenta y tres!: reconciliaciones torpes y conflictos amorosos secretos.
¡Cuarenta y cuatro!: competencias de karate y betas rebeldes.
¡Cuarenta y cinco!: eventos de verano y confesiones traumáticas
¡Cuarenta y seis!: concursos de belleza y alfas atrapados en el baño

¡Veintiuno!: sensaciones complicadas y conciertos de hip-hop (pt.2)

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By MariaRose95

JungKook se sintió un poco extraño ahora que estaba con todos, las inseguridades aparecieron en su cabeza y se preguntó si se notaba que estaba un poco fuera de lugar. Si su madre tenía razón, quizás no se veía como para ir a un concierto así. Aunque TaeHyung no estaba vestido exactamente para la ocasión, parecía que iba a ir a un museo de arte, incluso tenía una boina en la cabeza, pero al menos podía excusarse con que no era el único "extraño" en el grupo.

—Oh, linda chaqueta —comentó HoSeok, tomando unos de los bordes con curiosidad, JungKook le sonrió algo avergonzado.

—Sí, se supone que es de mi madre así que no puedo darme todo el crédito a mí mismo —contó mientras los demás lo miraban con curiosidad.

—Pareciera que viniste a un concierto de Rock, pero, te ves genial —YoonGi hizo un ademán con su mano, espantando las inseguridades de JungKook con un simple movimiento. El más joven sonrió, más cómodo ahora—. No sé qué dirán de TaeHyung que parece un fan de Starbucks —comentó como chiste.

TaeHyung se carcajeó de inmediato y NamJoon miró con reproche al pálido. HoSeok quizás estaba un poco avergonzado, aunque era la misma cara que tenía prácticamente todos los días de su vida.

—Honestamente, no tengo la menor idea de cómo se supone que debo venir vestido, aunque creo que se dieron cuenta —miró su ropa y luego a un grupo de personas que estaban haciendo la fila para entrar, todos parecían pandilleros, pero no lo iba a decir en voz alta—. No creo que me maten por eso.

YoonGi hizo una mueca no muy segura y NamJoon negó con la cabeza, tratando de decirle que efectivamente todo estaría bien, pero no le salió del todo. HoSeok sólo se rió.

—Creo que deberíamos ir entrando, si seguimos aquí tendremos lugares muy alejados del escenario y yo necesito que Tablo me lance agua en la cara para poder seguir viviendo otros dieciocho años —decía YoonGi mientras caminaba hacia la entrada, JungKook hizo una mueca de confusión y Tae volvió a reírse.

Una vez pasada la fila, presentados sus boletos y después de haberse peleado con mitad de las personas para llegar ahí, estaban frente al escenario. JungKook no creyó que ellos realmente fueran ese tipo de persona, pero ciertamente, si el tuviera que pelear para ver a Gerard Way en primera fila también lo habría hecho (su madre, ni hablar), TaeHyung simplemente saludaba amablemente a las personas y HoSeok no parecía muy sorprendido.

—No soy muy fan de esto, pero estoy aquí porque los obligué a ir a un concierto de Twice —le dijo HoSeok a JungKook, quien lo miró medio riéndose.

—¿En serio? —Jung asintió—. Pensé que realmente le gustaba, incluso parece que combina con todos aquí.

—Puedo fingir muy bien —presumió—, ellos son más fans que yo, luego te enseño a hacerlo bien —guiñó y JungKook se rió nerviosamente—. Aunque tu atuendo no me molesta, realmente luces bien —las mejillas del menor se encendieron y HoSeok se dio cuenta de lo que dijo—. Digo... Bueno te ves bien, sólo, claro, ya sabes, hummm... —comenzó a reírse con nervios—. Olvídalo —hizo un ademán con su mano.

Ambos se rieron.

De repente, la gente comenzó a gritar y a moverse, no estaban horriblemente apretados, pero todavía podía sentirse que estaban dentro de una gran multitud de personas. JungKook supuso que el show iba a comenzar y YoonGi gritando "¡lánzame agua en la cara, por dios!" se lo dejó claro. TaeHyung se cruzó de brazos, completamente atento al espectáculo con ojos curiosos mientras NamJoon y YoonGi brincaban y seguían la letra de las canciones a todo pulmón. JungKook comenzó a seguir el ritmo torpemente, notando que la música no era tan mala, y decidió que realmente iba a divertirse.

JiMin suspiró con aburrimiento mientras terminaba de escribir lo que sea que se le ocurriera en su diario. Cualquiera que lo supiera seguro se reiría de él, pero a veces no podía ignorar las ganas de querer escribir algo simplemente por placer propio, aparte, el desahogo que le brindaba ayudaba mucho, pero el día no había sido lo suficientemente interesante como para escribir al respecto. Rodó sobre su cama y se recostó boca arriba, mirando al techo y contado todas las manchitas que tenía, en total eran veinte, porque sí, ya las había contado dos veces. Suspiró y mientras veía su celular sin ni una sola notificación, escuchó a su madre llamarlo desde la planta baja.

—¿Sí? —preguntó cuando llegó a la cocina, ella estaba revisando los cajones de la cocina.

—¿Puedes ir a la tienda a comprar un par de cosas? —le entregó una lista—, no me había dado cuenta que me faltaban algunas cosas para el almuerzo.

JiMin ojeó la lista por encima y arqueó una ceja cuando vio "chocolate" anotado. Su madre lanzó una risita cuando se dio cuenta.

—El postre también cuenta —se excusó.

—Bueno, me lo imaginé —respondió sin estar en absoluto sorprendido y sonriéndole a su mamá—. Regreso en un momento, entonces —agitó un poco la lista y caminó hacia la puerta.

—¿A dónde vas solo? —su padre preguntó desde la mesa del comedor, JiMin tenía su mano sobre el picaporte de la puerta y miró a su madre—. No, no le pidas ayuda a ella.

—Ya tuvimos esta conversación —anunció ella desde la cocina, mirándolo con reproche, el hombre la ignoró y se quitó sus gafas para leer.

—¡ChanYeol! —llamó a su hijo mayor y JiMin suspiró con cansancio, el alfa bajó lentamente las escaleras y miró a todos sin ningún atisbo curiosidad, su cara de cansancio y su cabello despeinado mostraban que había estado durmiendo—. Acompaña a tu hermano.

El alfa enarcó una ceja y miró a JiMin, su rostro formando una mueca de enojo.

—Estoy castigado —miró a su padre, este suspiró con cansancio.

—Se levanta por ahora, anda acompaña a JiMin —insistió, Yeol bufó—. Hay un concierto a unas cuadras, puede haber algún loco por ahí, no vas a dejarlo ir solo —esas fueron sus últimas palabras y Yeol suspiró, caminando hacia JiMin. Lo que su padre decía, era ley.

Su cara de cansancio no cambiaba por nada y JiMin desvió la mirada mientras el más alto abría la puerta. JiMin no podía creer que su suerte fuera tan mala, la idea de caminar solo a la tienda no era necesariamente tentadora pero honestamente, quería tener un momento a solas para sí mismo caminando por la calle, esperaba que ChanYeol no quisiera sacarle conversación.

—¿No te vas a poner otra ropa? —preguntó, mirando la sudadera negra y los pantalones de pijama grises, Yeol se encogió de hombros y comenzó a caminar, JiMin suspiró.

El camino hacia la tienda fue completamente incómodo, ninguno de los dos quería comenzar una conversación y mucho menos dirigirse la mirada. Después de que su madre haya castigado a Yeol y de que JiMin le dijera todas esas cosas feas, no habían tenido una conversación decente, ni siquiera habían hablado en el desayuno y honestamente JiMin no estaba con muchas ganas de hacerlo. Si bien JiMin era el tipo de persona cuyo mal humor no dura más de un par de horas, Yeol no era ese tipo, y JiMin no iba a ceder primero y disculparse u ofrecer una tregua porque todo lo que había sucedido hasta el momento no tenía que haber pasado, ChanYeol realmente tenía un problema.

Cuando llegaron, Yeol se metió a la tienda quitándole la lista a JiMin, él bufó y se quedó afuera, cruzándose de brazos. Ni loco se iba a meter ahí a ayudarlo.

Miró alrededor buscando con qué distraerse mientras tanto y como su padre había dicho, a un par de cuadras en donde se encontraba un parque, estaban presentando un concierto al aire libre. El omega fijó sus ojos en el montón de personas reunidas y trató de enfocar a las personas que se estaban presentando, no los conocía o no creía hacerlo y supuso que como ChanYeol lo había dejado afuera de la tienda, no le importaría que camine un poco lejos de él. Podría tener su momento de relajación en soledad después de todo.

Mientras más se acercaba al lugar, su curiosidad se fue transformando en una extraña sensación en su pecho. Al principio pensó que quizás tenía algún tipo de malestar, pero su corazón retumbó fuerte y sus mejillas se sonrojaron. No entendía qué sucedía, hasta que en su cabeza apareció la imagen del rostro YoonGi, casi de inmediato, creyó sentir el aroma del alfa y se sintió aún más confundido porque no era posible que lo sintiera si había demasiadas personas, ¿quizás estaba confundiendo el aroma? ¿Quizás debía regresar? Sus pies no se detenían, pero no sabía qué hacer.

En ese mismo momento, entre la multitud, YoonGi sintió su corazón retumbar con emoción, ni siquiera en todo el tiempo que había estado gritando y saltando creyó haber sentido su corazón tan alterado, así que no estaba seguro de si era por todas las estrellas que estaba viendo rapear o porque comenzó a sentir el aroma de JiMin atacar su nariz.

¿El aroma de JiMin? ¿Cómo podía ser? ¿Quizás había algún omega con aroma parecido? Sabía que los que solían ir a esos eventos eran alfas, pero NamJoon era una excepción y así como él, debía haber alguien más, ¿quizás sólo lo estaba imaginando?

—¿Huelen eso? —preguntó casi gritando, tratando de ser escuchado sobre los gritos de las personas. NamJoon lo miró con confusión.

—¿El sudor de como doscientos alfas? Sí —gritó Tae, JungKook se carcajeó.

—No —negó de inmediato, olfateando. Su corazón estaba retumbando nervioso y podía sentir cómo se formaba un nudo en su estómago—. Ye regreso —les avisó, no todos escucharon y se extrañaron cuando lo vieron meterse entre las personas para irse.

—¿A dónde va? —preguntó HoSeok, NamJoon se encogió de hombros.

YoonGi tuvo que disculparse con varias personas, algunos no eran tan amables de darle el paso porque creían que les quitarían su lugar, pero él no podía detener sus pies, quería salir de ahí a lo que lo estaba llamando, necesitaba saber qué sucedía. Entonces, después de disculparse con la última persona y de sobrevivir al tumulto de gente, YoonGi sintió que podía respirar y en ese instante, se encontró con la mirada de JiMin.

El omega abrió los ojos sorprendido y YoonGi se congeló en su puesto, no podía creer que estuviera ahí, ¿acaso había sido una gran coincidencia? ¿Quizás lo había llamado sin darse cuenta? Si la página que había leído el otro día tenía razón, entonces quizás, ¿esto había sido premeditado? ¿Quizás él lo había llamado sin notar? YoonGi no era un gran creyente, pero esa semana se había vuelto de esos típicos chicos que criticaba por ser demasiado soñadores.

Ambos sólo se observaron, sin saber qué demonios hacer, en mitad de aquel parque lleno de césped y personas gritando. Con los corazones de ambos retumbando y mejillas sonrojadas. De repente, JiMin se acercó, caminando un poco rápido, YoonGi no estaba seguro, lo que si estaba fuera de control era su corazón y sentía que el de JiMin estaba igual. YoonGi tomó fuerza, y decidió caminar igualmente para no verse tan aterrado, aunque quizás sus piernas temblorosas lo estaban delatando demasiado.

—Hey —dijo JiMin, cuando ambos estuvieron justo enfrente del otro.

—Hey —respondió YoonGi.

Las mejillas de ambos se sonrojaron.

—Uh —JiMin rió un poco avergonzado—, ¿qué tal todo?

—¿Ahora mismo? Increíble —confesó, las mejillas del menor se encendieron aún más y una risita avergonzada se escapó de sus labios.

De fondo se podía escuchar el sonido de la música y la multitud, pero YoonGi sólo podía mirar la hermosa sonrisa de Park JiMin deleitar sus ojos.

—Sí, me imagino que el concierto debe estar genial, ¿es... rap? —preguntó dudoso.

—Hip-hop, sí, rap —explicó rápido—. Es mi música favorita, pero ya se presentó el grupo que quería ver entonces... uh... puedo quedarme aquí un rato...

JiMin pareció emocionado un segundo, hasta que su mirada decayó un poquito.

—Ah... Hum... Me gustaría quedarme aquí un rato con usted —confesó con una pequeña voz avergonzada, sus ojos nerviosos intercalando entre el rostro de YoonGi y el piso, mientras sus pequeños dedos jugueteaban entre ellos—. Pero se supone que vine con ChanYeol a comprar cosas, creo que no podré quedarme mucho tiempo, Hyung —lo miró con ojitos de disculpa y el alfa casi gime de sufrimiento por lo lindo que podía ser Park JiMin.

—Bueno, no hay problema, ¿podemos hablar luego? —habló rápido de nuevo, JiMin rió y asintió con sus ojitos medio cerrados en esa sonrisa que lo hacían volverse loco.

—Oh, Hyung, no tengo su número... —le dijo con un poco de pena—. Yeol lo borró, ¿puede mandarme un mensaje para tenerlo de nuevo?

—¡Seguro! —sonrió—. Sabía que no debía borrar el tuyo —comentó, luego se avergonzó—. Digo, supuse que quizás querrías hablar conmigo luego pero no iba a mandarte mensajes si no querías, iba a esperar que me dijeras que querías y... —JiMin rió—. Bien, uh, ahora mismo lo mando, no te preocupes —se rascó la nuca.

—Está bien, Hyung —dijo riéndose avergonzado, tan adorable como podía hacerlo él y YoonGi sintió de nuevo esas increíbles ganas de llenarlo de besos.

Entonces, cuando YoonGi creyó que no podía ser el alfa más afortunado en la faz de la tierra, observó con el corazón detenido como JiMin daba un paso más cerca de él e inclinaba su precioso rostro hacia el alfa. YoonGi casi se desmaya cuando sintió los suaves y esponjosos labios de JiMin plantar un pequeño y rápido besito en su mejilla como despedida. Cuando lo vio sonreír de nuevo y procesó que eso en serio había pasado, sintió su cara ponerse roja como un tomate, sus orejas hirviendo y su lobo aullando como si no hubiera un mañana.

—Entonces hablamos luego, Hyung —se despidió moviendo su mano.

—Hasta luego... uh... bonito —rió avergonzado y JiMin fue de regreso con Yeol mientras YoonGi estaba prácticamente babeándose ahí mismo.

Cuando JiMin regresó con su hermano, su sonrisa no podía caber en su rostro y se encontró con un ChanYeol buscándolo, el alfa de inmediato se acercó a él con fines de interrogarlo, pero JiMin lo ignoró, no se iba a hacer mala vida por su hermano y a cada cosa que Yeol le reclamaba simplemente pensaba en la cara de YoonGi después de darle ese besito. No podía creer que alguien pudiera verse tan bonito simplemente existiendo, pero YoonGi lo hacía.

—Joder, JiMin, ¿dónde estabas? —reclamó enojado, apretando el asa de las bolsas—. Le diré a papá que...

—Me dejaste afuera —interrumpió—, si papá se entera de eso se enojará contigo, a menos que quieras que te regañen de nuevo, silencio.

El alfa se quedó anonadado y bufó de pura rabia.

Cuando llegaron a casa saludó a su mamá y caminó directamente a su habitación. Pero antes de poder llegar, Yeol, como de costumbre y sin hacerle menor caso a la advertencia del menor, estaba contándole a sus padres lo irresponsable que había sido JiMin a alejarse de él y la sonrisa del omega se hizo más grande cuando, después de acusarlo, regañaron al alfa por dejarlo solo. No quería verse malo, pero realmente estaba disfrutando aquello.

Por otro lado, en el concierto, YoonGi se abría paso entre las personas tratando de volver a su puesto, esta vez fue más complicado por obvias razones y antes de que una pelea con un alfa idiota comenzara, se encontró con los demás. Su cara de confusión apareció de repente y su preocupación se alzó al cielo cuando se dio cuenta que todos estaban caminando a la salida mientras HoSeok y JungKook ayudaban a NamJoon a mantenerse de pie.

—¡Nam! —Ayudó de inmediato, dejando libre a HoSeok y buscó la mirada de su amigo adolorido— ¿Qué mierda pasó? —miró a los demás, casi molesto.

—No lo sabemos, de repente comenzó a decir que se sentía mal —explicó HoSeok.

—Tengo nauseas... —murmuró, su cara estaba pálida y sus ojos medio cerrados.

—No me vayas a vomitar encima, por favor —le dijo como chiste tratando de animarlo, NamJoon sólo viró los ojos—. Ay, amigo, ¿comiste algo? ¡Permiso! —les gritó con un gruñido a las personas que no dejaban de atravesarse.

—No he comido nada desde el desayuno... —hizo una mueca.

—¿Y qué desayunaste? —preguntó.

—Un sándwich y... ¿agua? —murmuró quejándose.

—Bien, JungKook camina más rápido —el alfa asintió mientras sostenía al omega.

Después de varias maldiciones lograron llegar a la salida y caminaron hasta sentarse en una de las bancas del parque. YoonGi se sentía horrible, ¿cómo pudo haber estado perdido mientras NamJoon comenzaba a sentirse mal? No estaba seguro de si hubiera podido hacer algo al respecto, pero, ¿qué tal si sí hubiera podido?

—¿Quieres un poco de agua? Quizás ayude — HoSeok ofreció su termo, NamJoon lo tomó con una mano, pero no llegó a tomar un sorbo porque una arcada apareció.

Sin embargo, nada salió.

—Joder —se tapó la boca con su mano libre, asqueado.

Los demás se miraron y YoonGi bufó.

—Hay que llevarte a casa.

NamJoon lo miró casi con obviedad y trató de tomar un sorbo de agua para aplacar la sensación, cuando tragó, formó una mueca.

—Lo siento, no pudimos quedarnos para el final —se quejó con una voz ronca de cansancio. De fondo, se escuchaban las últimas canciones del festival.

—No se preocupe Hyung —dijo JungKook—. Igual fue divertido.

—Sí, estuvo genial, aunque no entendía la mitad de las cosas que estaban diciendo, necesito investigar sobre sus jergas —agregó Tae, y HoSeok rió.

—Ya te acostumbraras —le dijo, sonriéndole.

—Lo sé, pero... no es la idea —sonrió con culpa y YoonGi acarició su hombro.

—Vamos a llevarte a casa —el omega sonrió adolorido.

El viaje a casa de NamJoon fue lento y tranquilo, lograron conseguir una bolsa para dársela durante el viaje en autobús y todos trataban de animarlo contando chistes y hablando tonterías. El omega se sentía extraño todavía, su estómago se sentía como si tuviera un enorme remolino de fuego, y honestamente, quería recostarse en su cama y morir lo más pronto posible. Sabía que los demás estaban haciendo un esfuerzo para hacerlo sentir mejor, pero no estaba de humor para escucharlos hablar tanto.

JungKook suspiró y miró su celular, se suponía que iba a llamar a sus madres para que lo fueran a buscar, pero quizás se iba a devolver en autobús, ninguna estaría muy contenta con eso, pero no creía que le formarían mucho problema.

—¿Qué sucede? —miró a HoSeok que estaba sentado a su lado, este lo miraba con curiosidad y sintió sus propias mejillas sonrojarse.

—Uh, nada, sólo... a mis mamás no les gusta que viaje en autobús —explicó, encogiéndose de hombros.

—¿Por qué no? —enarcó una ceja—. El otro día me acompañaste a ir en bus.

—Sí pero ese día me dieron una charla de por qué debí haberlas llamado. Normalmente me dejan ir en bus sólo cuando es necesario —se encogió de hombros—. Han tenido malas experiencias, prefieren llevarme y traerme cada vez que puedan, entonces quizás cuando llegue a casa me darán otra charla —HoSeok asintió con entendimiento.

—Mis padres tienen auto, pero siempre se van al trabajo y no tienen tiempo de llevarme, prefieren que me vaya en autobús —contó, JungKook lo miró extrañado y HoSeok parecía tan acostumbrado a esa información que no le pareció realmente importante.

—Pero...

—Todos tenemos en claro que tus padres son una mierda, Seok —dijo YoonGi en el asiento de adelante, iba junto con Nam quien tenía apoyada su cabeza en su hombro.

—Sí, bueno... —se rió, JungKook hizo una mueca con los labios.

—Bueno, mis padres siempre critican que me guste la actuación —la voz de TaeHyung se hizo presente, sentado en la hilera de asientos al lado de HoSeok y JungKook—, ellos prefieren que me gusten los deportes, como a mis hermanos —comentó TaeHyung.

—Mi madre siempre me ignora cuando está trabajando, trabaja todo el día —agregó YoonGi a la lista de desgracias.

—Mi padre es un imbécil —dijo Nam con voz ronca.

Todos asintieron en entendimiento menos JungKook, quien pensó que quizás una madre que compraba Cup Cakes para sus amigos, aparte de ser bastante metiche, y otra que amaba fastidiarlo con chistes malos y entrenarlo para que sea más fuerte (en algo que, honestamente, le gustaba) no es algo realmente malo. Ambas se preocupaban mucho por él, y ahora que lo pensaba, no estaba seguro de haberles agradecido aquello.

La primera parada a la que llegaron fue a la de TaeHyung, quien se despidió y le deseó a NamJoon que se sintiera mejor pronto. El alfa caminó hacía la salida y HoSeok sorprendió a JungKook cuando se levantó rápidamente.

—Ah, ¿quieres ir a comer un helado mañana? —HoSeok preguntó de repente, Tae se giró y sonrió. YoonGi y NamJoon lo miraron con sorpresa.

—¡Seguro! —bajó del autobús y se despidió con el movimiento de su mano.

JungKook parpadeó y miró a HoSeok mientras este volvía a sentarse.

—¿Se vio muy repentino? —preguntó con inseguridad, JungKook sólo parpadeó.

—Uh... no sé...

—¿Eso fue lo que creo que fue? —YoonGi se asomó hacia el asiento de HoSeok, quien se sonrojó hasta las orejas.

—No molestes, Yoon —trató de ignorarlo, pero fue inevitable para él mirarlo de nuevo—. ¿Estuvo mal? —se preocupó.

—¡No! —se rió—. Pero oye, eso fue...

—No tienes derecho a burlarte porque no has invitado a JiMin a una cita, HoSeok va más adelante que tú —se burló NamJoon a duras penas y YoonGi lo miró con reproche.

—Si no estuvieras muriéndote te habría golpeado —le dijo, sentándose de nuevo en su puesto.

—Golpéame ahora y mátame —murmuró.

HoSeok se rió y se recostó sobre su asiento, suspirando y completamente satisfecho consigo mismo, había practicado todo el día para poder decirle eso a TaeHyung y ahora podía dejar que la tensión bajara... esperando que la ansiedad no lo atacara hasta mañana.

JungKook lo miraba como si no pudiera creer lo que sucedía y HoSeok enarcó una ceja.

—¿Todo bien? —Jeon parpadeó y asintió rápidamente.

—Sí, fuiste muy valiente, Hyung... —sonrió muy poco sin saber que agregar—. Uh, me gustaría poder ser como usted... —se rió torpemente, recostándose sobre su asiento y mirando la ventana del autobús.

—Bueno... —sonrió sin estar muy seguro de entender la actitud del contrario.

Cuando llegaron a la parada de NamJoon, YoonGi y él bajaron, HoSeok y JungKook se quedaron solos en el autobús y YoonGi observó como ambos se iban a sus respectivas casas, el alfa hizo una mueca y miró a NamJoon.

—¿Crees que a JungKook le guste HoSeok? —le preguntó mientras caminaban hacia la puerta de Nam, este lo miró por el rabillo del ojo y se encogió de hombros.

—Quizás le guste Tae —YoonGi hizo una mueca de consternación—. Que a un alfa le guste otro no es algo tan anormal como crees, Min.

—Sí pero no es normal —se rió—, pero si le gustara pues... sería jodidamente raro.

—Menos mal que no necesitan que alguien los apruebe —Yoon viró los ojos.

Ambos llegaron a la puerta de su casa y NamJoon abrió, miró a YoonGi y le sacó la lengua.

—¿Seguro que estarás bien? —preguntó honestamente preocupado, NamJoon asintió sin dudarlo, completamente seguro de sí mismo y dándole un poco de calma a YoonGi por su actitud.

—¿Crees que unas nauseas pueden conmigo? Soy Kim NamJoon —actuó tan seguro como pudo y YoonGi viró los ojos.

—¿Nos veremos mañana entonces?

—Duh —rió.

—Hasta mañana —se despidió iniciando su caminata a casa.

—Hasta mañana —sonrió de lado y cerró la puerta.

Entonces, NamJoon gimió de dolor y sostuvo su estómago, se apoyó sobre la puerta y tragó en seco, sintiendo su interior arder como nunca, cuando las náuseas atacaron de nuevo, corrió hacia el baño del segundo piso sin mirar a nadie. Su madre lo vio correr y lo llamó por su nombre, NamJoon sólo alcanzó a decir que no quería hablar con nadie y la mujer miró hacia el baño con preocupación.

Y, quizás JungKook no tenía nauseas, pero su situación no fue mejor, cuando llegó a su parada se bajó del autobús casi sin despedirse de HoSeok, cerró la puerta con fuerza y se cubrió el rostro. Sentía que todo se estaba derrumbando y aunque él suponía que aquello iba a pasar en algún momento, honestamente, no estaba preparado.

—¿Kookie? —su madre apareció sosteniendo uno de los cup-cakes que no llegó a entregar a medio comer, su voz preocupada se hizo presente de inmediato cuando vio a su hijo— ¿Por qué no nos...?

El alfa sollozó y corrió hacia su habitación, evitando a sus madres, la mujer más pequeña sintió su corazón partirse y dejó el dulce sobre la mesa para correr detrás de su hijo, mientras que la alfa se quedó congelada en su lugar sin entender qué demonios pudo haber sucedido.

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