Odio Profundo |BL| ©

By Mila_Darkness

5.7M 562K 731K

Dominik Evans es un joven introvertido, preso entre las paredes de su propio hogar. Maltratado por la persona... More

• Introducción
• Epígrafe
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Laguna Inestable

Capítulo 26

109K 11.4K 14.8K
By Mila_Darkness

Quiero golpearlo, hacer que se trague esas malditas palabras, pero mi cuerpo está inmóvil. Me cuesta respirar y mi vista está totalmente nublada, las lágrimas caen por mi rostro. La luz se hace más fuerte, siento que me absorbe poco a poco.

— ¡No tenías que hacer algo así! — grita una mujer furiosa, su cabello negro y largo se agita debido a sus movimientos agitados. El vestido que tiene puesto es elegante, de color rojo carmesí, con un escote sutil. Le llega hasta los talones, marcando levemente su figura. 

Es mamá. 

Detrás de ella se encuentra un niño tembloroso, tratando de esconderse. El pequeño está vestido con un traje igual de elegante, pero se encuentra desarreglado. Y en su rostro hay un gran moretón. 

Soy yo. 

— ¡Cállate, Elizabeth! — le grita aquel hombre alto y pelinegro, también vestido formal, mirándola con desprecio. — ¡Tu maldito hijo no hizo más que arruinar nuestra salida! 

— ¡Él no hizo nada malo! — responde con ira latente en su voz, él se acerca rápidamente y la toma del cabello con fuerza. 

— ¡Te dije que te callaras! — escupe acercando su rostro al suyo, ella quiere retroceder pero no puede. — Ese niño se merece el golpe que le di y más. — sisea venenoso. — En el casamiento se puso a jugar con unas niñas, unas malditas niñas, a las muñecas. ¿Qué esperabas que hiciera? Mi hijo no va a ser ningún maricón. 

— ¡Tiene cinco años, Patrick! — le grita ganándose un bofetón que enrojeció su mejilla, ella no se calló. — ¡No tiene nada de malo que juegue con niñas a lo que sea! ¡Sólo es un niño, deja de envenenar así su cabeza! 

— N-No le pegues a mami. — digo sollozando, él me mira furioso. 

— ¡Vete a tu habitación, cariño! — grita mamá mientras mi padre vuelve a golpearla. 

Y yo sólo pude quedarme paralizado, observando. 

Siento dedos aferrarse con fuerza a mi barbilla, cuando enfoco mi mirada veo a Aaron gritando furioso y sólo quiero desaparecer de una maldita vez. No puedo oírlo, sólo puedo sentir las lágrimas cayendo por los costados de mi mejilla y un enorme vacío en el pecho. Poco a poco recupero más la razón, viendo con claridad la furia en los ojos del rubio. 

¿Por qué mi vida siempre está llena de miradas así? 

¿Por qué siento que tengo la culpa de que eso ocurra?

— ¡No te saldrás con la tuya ignorándome, Dominik! — la voz llena de ira retumbó en mis oídos, la cabeza me duele demasiado. 

— Para... duele. — susurro agotado, Aaron suelta de inmediato mi barbilla. Quizás creyó que eso era lo que me dolía. — Mi cabeza duele, tus gritos me lastiman. — trato de explicarle. 

— ¿Te duele la cabeza? — pregunta desconcertado, su ira desapareció un poco. Si no fuese él incluso pensaría que está preocupado. 

Tu padre constantemente dice lo zorra que era tu madre.

— Aléjate de mí. — escupo con odio al recordar lo que dijo hace minutos atrás. Mis manos hacen presión en su pecho tratando de que se vaya pero él no se mueve. — ¡Aléjate, Aaron!

— ¿Cómo te atreves a hablarme así? — cuestiona encendiendo nuevamente esa ira abrazadora que lo caracteriza. Al verlo a los ojos vuelvo a notar ese destello de dolor en ellos, como si lo hubiese herido de alguna manera. — Eres tú el que anda de puta dejándose follar por cualquiera. Tu madre estaría muy orgullosa. 

Antes no había podido reaccionar, pero ahora siento la furia recorrer cada parte de mi cuerpo. Con todas mis fuerzas comienzo a forcejear contra él, intentando quitármelo de encima.

— ¡Déjame ir! — le ordeno empujándolo, apenas logro moverlo. Aaron soltó un gruñido frustrado y me tomó de las muñecas, poniéndolas a los costados de mi cabeza. — ¡Te odio, te odio con mi vida! — le grito sollozando. 

— Me alegra saberlo, el sentimiento es mutuo. — susurra acercándose a mi rostro. — Voy a golpear a tu novio hasta que quede irreconocible, y tú no volverás a acercarte a él. Es la última vez que te lo digo. 

— ¿En qué te afecta que esté con otra persona? ¿Por qué reaccionas así? — pregunto en un susurro, mi voz ya está ronca. 

— ¿Y tienes el descaro de preguntar eso? — sisea con tirria. — Me besaste hace unas malditas horas, luego entro a nuestra habitación y te encuentro besándote con otro. El idiota de tu novio es un cornudo de primera, y tú una zorra asquerosa. — escupe apretando su agarre en mis muñecas, no tengo fuerzas para seguir forcejeando. — ¿Te gustó besarme sabiendo que él podría descubrirnos? ¿Esa clase de cosas calientan a una puta como tú? 

— Esa es tu forma de ocultar que te duele, ¿no? — le digo cerrando los ojos debido al dolor en mi cabeza. —  Me denigras e intentas humillarme para no sentirte mal, cambias el dolor por la ira. Ni siquiera te pusiste a pensar en que quizás fue Fred quien me besó a mí, en que podría haberte mentido porque estoy harto de que trates de controlarme todo el jodido tiempo. 

— ¿Eso quiere decir que no tuviste sexo con él? — le escucho preguntar, su voz ahora sin una pizca de enojo, sólo sorpresa. 

— No, maldito imbécil, no tuve sexo con él ni con nadie. La única persona con la que me acosté en mi vida está ahora encima mío sintiéndose herido de sólo pensar en que me podría acostar con alguien más. — suelto más que frustrado. — Y ni trates de negarlo. 

— Eso es lo que tú quisieras. — dice fríamente , abro los ojos encontrándome con su mirada oscurecida. 

Está intentando convencerse a sí mismo de que lo que digo no es cierto.

— ¿En serio? Entonces supongo que podrías decirme por qué me correspondiste el beso que te di hoy, o quizás podrías contarme el motivo de que me besaras hace tiempo. — digo sintiendo que el agarre de Aaron sobre mí comienza a ser menos fuerte. — Bueno, tal vez podrías explicarme por qué tuviste sexo conmigo esas tres veces, también la razón de que ya no busques herirme constantemente. — hablo sin dejar de mirarlo, él frunce el ceño. — Admite que te pasa algo conmigo. 

— No me gustas. — contesta seguro, acercándose más a mi rostro. 

— Nunca dije que te gustara. — susurro contra sus labios. — Pero ciertamente no me odias tanto como antes. ¿O me equivoco?

Como respuesta siento sus labios unirse a los míos de manera desesperada, gimo ante el delicioso contacto. Los besos de Aaron son la mejor sensación que he sentido en mi vida, mi cuerpo se calienta demasiado cuando me besa. Ahora mismo siento que me quemo. El maldito rubio suelta mis muñecas para luego comenzar a meter su mano debajo de mi remera, el sólo sentir esos ágiles dedos acariciándome hace que gima. Abro mis piernas permitiendo que él se meta entre ellas, enseguida algo duro roza mi muslo. Aaron mete profundamente su lengua en mi boca, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello. Quiero intentar llevar el control del beso pero él parece no estar de acuerdo ya que lo toma por completo, haciéndome sentir dominado. 

Bien, no me quejo, que me domine todo lo que quiera. 

Maldición, fingiré que no pensé eso. 

Tenerlo tan pegado a mí es como estar en el paraíso y al mismo tiempo en el infierno. Sé que no es correcto, sé que podría terminar muy mal, pero la sensación es tan adictiva que no puedo resistirme. 

Es el pecado más hermoso que he cometido. 

Aaron termina el beso haciendo que sienta su ausencia, antes de separarse muerde con fuerza mi labio inferior, suelto un pequeño quejido adolorido. Él lame la zona magullada con destreza, siento el sabor metálico de la sangre en mi boca. Quiero retarlo por morderme de esa manera tan brusca pero me detengo al percibir una de sus manos comenzar a bajar hacia mi entrepierna. Acaricia suavemente mi miembro por encima de la ropa, sin poder contenerme entierro mis uñas en su espalda ganándome un gruñido complacido de su parte. Aaron vuelve a besarme pero esta vez (para mi desgracia) lo hace de manera más lenta, busca enloquecerme. Enseguida lo beso con intensidad, tomando algo de control. Tiro de él para pegarlo más a mí, él gime roncamente sobre mis labios. Me separo un poco para recuperar el aire, él aprovecha y empieza a descender por mi mandíbula dejando un rastro de besos hasta llegar a mi cuello. Se queda allí mordiéndolo mientras continúa tocando mi erección de manera más rápida. Siento la enorme necesidad de que ambos estemos desnudos. 

— Tengo que ser sincero; todavía sigo deseando dañarte, hacer que te revuelques en tu propia miseria y ruegues piedad. — dice contra mi cuello, lamiéndolo. — Pero no puedo, maldición. No importa cuánto lo intente, cuando estoy a punto de lastimarte simplemente me detengo. — se levanta para poder verme a los ojos, su mirada está llena de lujuria. — ¿Qué demonios hiciste conmigo? Yo debería estar torturándote, no tocando tu cuerpo y encima disfrutándolo. En verdad te detesto, odio que me hagas sentir así. 

Mi corazón empezó a latir aceleradamente. 

¿Esa fue una especie de confesión? 

— E-Esto tampoco es fácil para mí. — digo intentando estabilizar mi agitada respiración. —Debería querer alejarme de ti, pero en cambio estoy debajo tuyo, disfrutando de tus malditos besos. — susurro poniendo mis manos alrededor de su rostro. — No me importa si esto es un error, sólo quiero sentirte dentro de mí. 

Luego de decirle eso todo fue demasiado rápido, me quitó mi remera sin ninguna delicadeza y también se quitó la suya. Dio vuelta mi cuerpo haciendo que mi pecho quede contra la cama, dejándome expuesto a él. No tardó nada en bajar mis pantalones junto con mis boxers, toda mi calentura pasó a ser una increíble vergüenza. Iba a protestar pero el sentir sus húmedos dedos entrando en mí me calló de inmediato. 

Muerdo mi almohada conteniendo los gemidos desesperados que quieren salir, se siente demasiado bien. Tuvo que ponerle algo a sus dedos para que entraran tan fácilmente, se siente muy viscoso y resbaladizo como para ser sólo saliva.

 ¿Y si es lubricante? 

Pero por qué compraría lubricante en primer lugar, a no ser que esperase hacer esto conmigo otra vez... o quizás con alguien más. Bien, esa idea no me agrada para nada, estar tan cerca de Aaron me pega sus celos estúpidos. 

Salgo de mis pensamientos al sentir la ausencia de embestidas, sintiéndome vacío por unos segundos. Enseguida la punta del miembro de Aaron me presiona haciéndome gemir por el roce. Con cuidado comienza a penetrarme, levanto mis caderas para que pueda entrar más profundo. De una estocada metió todo su pene dentro de mí, una corriente de placer invadió cada centímetro de mi cuerpo. Esta posición se siente mucho mejor que la anterior, aunque preferiría poder ver su rostro mientras me la mete.

Fingiré que no pensé eso. 

— Ahhh... S-Sí, sigue. — gimo sintiendo sus embestidas cada vez más bruscas, aprieto con fuerza las sábanas de mi cama. 

— ¿Te gusta duro, Dominik? — pregunta con su voz demasiado profunda, me toma del cabello con fuerza tirándome hacia él. — Admite que esto te encanta. — susurra en mi oído para luego lamer el lóbulo de mi oreja, muerdo mis labios conteniendo otro gemido. 

— E-Eso es algo obvio. — contesto entre jadeos, él gruñe insatisfecho mientras me penetra más fuerte. 

— Quiero que lo digas. — exige tomando con su otra mano mi pene, comienza a masturbarme sin dejar de embestirme. 

— M-Me encanta. — admito sin vergüenza alguna, complaciéndolo. 

Sé que luego me voy a arrepentir de decir esto. 

Presiona mi cabeza contra la almohada y continúa metiéndose dentro de mí sin piedad alguna, ganándose más gemidos de mi parte. Su mano se entierra con fuerza en mi cadera, la otra sigue masturbándome con rapidez. Mis piernas están temblando mucho, en realidad casi todo mi cuerpo se siente tembloroso debido al placer. Jamás imaginé que el sexo sería tan increíble, ahora entiendo a las personas que se vuelven adictas a él. Sentir el cuerpo de Aaron chocar con el mío no tiene precio, es simplemente pecaminoso y exquisito. 

En pocos minutos terminé viniéndome, manchando las sábanas y parte de mi abdomen. Aaron se vino poco tiempo después, corriéndose dentro de mí. Los dos nos recostamos en la cama, las sábanas desordenadas debido a todo el movimiento. 

Te detesto. — susurra agotado, mirándome por el rabillo del ojo. Pasa una mano por mi cintura y acercándome a él, luego acaricia mi cabello con suavidad. 

Yo también te detesto. — contesto abrazando su pecho desnudo, con una leve sonrisa en mi rostro. 

Continue Reading

You'll Also Like

134K 8.6K 40
Rex Gold es un brujo y es el cantante más famoso de Rivershire. Un día decidió salir de las sombras para mostrarle su increíble voz al público y disf...
57.9K 6.7K 51
Angelo ama el arte. Ethan ama el amor. Angelo ama al del amor. Ethan ama al del arte.
207K 5K 11
Han pasado casi diez años desde la última vez que Sebastián y Alexander volvieron a estar juntos. Sin embargo, el sentimiento que los unió en el pasa...
28.8K 3.9K 31
La historia de un amor estudiantil soñado, que eriza la piel de cualquiera; Luzu después de un tiempo se da cuenta que el chico con aires "cute" como...