Mi razón ; Shinsou Hitoshi

By Snowiiii-

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Pequeños relatos de la vida diaria entre Aleska De La Cruz y Hitoshi Shinsou. Una sabrosura latina y un aburr... More

Prólogo
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•mi razón para ser un héroe•
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🌸Ficha de personaje🌸
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Ingreso a la U.A. parte 1

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By Snowiiii-

Capítulo 39; vamos a la playa.


—¡Ya no tiene excusa!— Cantó con sentimiento.

Explicando la situación, estaban los alumnos de la clase A y B, además de los dos colados de la clase de estudios generales, Shinsou Hitoshi y De La Cruz Aleska.

—Siéntate.— Sintió un dejavú mientras la tomaba de la cintura y la regresaba al asiento.

—¡Pongan Tusaaa!— Gritó otra vez. Para este momento la mayoría ya estaban con sus audífonos puestos ignorando a la americana.

—El chofer no va a poner eso.— Le recordó.

Cuando de pronto comenzó a sonar música por los parlantes del autobús.

—¡BABY NOO!— Se volvió a levantar.— ¡Me rehuso a darte un último beso así que guardalo!— Bailó el ritmo de la canción.

El chico al lado sólo pudo suspirar y rendirse.

Y se estarán preguntando, ¿A donde se dirigían? La respuesta es simple.

—¡Vamos pa la playa, pa curarte el alma!— Cantó la siguiente canción.

Aresuka-san tiene una muy bonita voz.— Rió bajo el de pecas.

—Aww, mi vida, gracias, Izuku.— Tomó de sus mejillas obligándole a que tuviera los labios de pato.— Di soy un rico panquesito.— Se acercó más, pues éste estaba en el asiento del frente.

A-Areska-san...— Su rostro no podía estar más rojo.

—No molestes a Midoriya.— Habló el de cabello violeta.

—¿Te molesta, Izuku? Verdad que no.— Sonrió mientras lo soltaba.

—N-no...— Volteó la mirada.

—A mí sí me puedes molestar.— Levantó la mirada el bicolor.

Antes de que ella pudiera responder, su pareja jaló de ella logrando que terminara sentada en sus piernas.

—¿Hmm, me pareció escuchar un sonido molesto, no lo crees, Aleska?— Susurró en su oído, tentando a la muchacha.

Quien, sin esperar, regresó a su asiento, ahora con su vista en la ventana.— Qué bonito paisaje.— Ignoró el tema.

Y es que desde lo que pasó aquella ocasión con los tres chicos transformados en animales ella había ignorado el tema.

Confundiendo a su novio, pues si bien estaba feliz porque no consideraba los sentimientos de los otros dos, tambien le molestaba ver que ella no los rechazaba formalmente.

En fin, había logrado que no se encontrara con los otros dos por un buen tiempo, pero ahora ya no había opción de ignorarlos.

En el asiento del frente estaba Todoroki junto a Midoriya; y atrás de ellos estaban el de cabello rojo con pinchos junto a Bakugou.

—Hey, Areska-san, ¿Ya has venido a alguna playa aquí?— Se asomó desde atrás el de dientes de tiburón.

—En realidad, no, es la primera vez que voy a una playa aquí en Japón, ¿Qué tan bonitas son las playas aquí?— Preguntó apoyándose en el asiento, quedando así frente a frente.

—Creo que te va a gustar la playa a la que vamos a ir.— Sonrió brillante.

—¿Y qué vamos a hacer?— Preguntó apoyando su rostro en su mano.

—Mm, usualmente se juega volleybal, o también se hacen castillos de arena y a bañarnos en el mar.— Enumeró.

—¿Van a hacer parrilla?— Preguntó inocente.

—¿Parrilla?— Se extrañó.

—...De todos modos traje mi comida, aunque extraño mi parrilla.— Observó al horizonte con ojos soñadores, notando por primera vez al rubio, quien solo había estado observando callado.— Caray, Kacchan, no me había fijado que estabas aquí, holaa.— Saludó divertida.

Al instante ese semblante cambió a uno agresivo.— ¿Cómo me has llamado, rara?— Comenzó a prepararse para explotar todo lo que vea.

—¿Kacchan?— Volvió a repetir haciéndose la desentendida, recibiendo la misma mirada hostil.— ¿Hay algún problema? Ese es el nombre de mi perro.— Sonrió con burla.

—¡¿Le pusiste ese nombre a un maldito perro y tienes el descaro de dirigirte a mi de esa forma?!— Se habían formado ya algunas pequeñas explosiones en las manos del chico.

—¿A qué te refieres? Tú eres mi perro.— Terminó sonriendo, y usando su quirk para mantenerlo sentado antes de que se lanzara a ella.— ¡Chofer, puede poner una de CNCO!— Gritó, regresando al ciclo.

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—¡Ya llegamos, wuu!— Festejó saliendo la de piel rosada, seguida por la chica invisible, quien vestía un vestido floreado.

—Qué bonito.— Sus ojos brillaron al ver el paisaje, bajando junto a su pareja.— El mar se ve tan claro, ¿Es por que estamos lejos de la ciudad?— Preguntó con clara emoción.— Ojalá así se vieran las playas de mi pueblo.—

—Sí, está bien cuidada.— Sonrió enternecido por la clara emoción.

Ambos llevaron sus cosas y las ubicaron en el sitio señalado, debajo de una gran carpa se encontraban los objetos de la mayoría.

—Entonces yo voy a entrar ya.— No le dio tiempo al chico de procesar lo que ella había dicho, pues ya se había sacado la prenda de arriba, provocándole un sonrojo.

—¿Q-qué haces?— Trató de cubrirla, volviendo a bajar la prenda.

—Oye, déjame, ¿No es obvio? Voy al mar.— Finalmente se lo quitó y con su quirk lo guardo en el bolso que levitaba a un lado de ella.

Un bonito bikini, la parte de arriba era de un color negro con puntos blancos y con vuelos, se veía muy delicado, apartó la mirada en cuanto algunos pensamientos no tan adecuados llegaron a él.

Pero rápidamente decidió que lo mejor era colocarse delante de ella al notar la mirada curiosa del resto de alumnos.

—Sabes, hay un probador a unos metros de aquí, ahí podías cambiarte cómodamente.— Le dijo lo obvio.

—Vergüenza, de robar, como dice mi mamá.— Respondió antes de sacar su short, ahora luciendo el bikini.— ¿Qué te parece?— Dio una vuelta e hizo algunas poses, divertida.

—Te ves muy bien.— Trató de sonar lo más tranquilo y simple posible, no teniendo mucho éxito debido a sus mejillas rosas.

—Qué lindoo.— Se acercó dándole un beso en la mejilla, dejándolo para ir al mar, comenzando a jugar en el agua.

El chico simplemente la observó a la distancia antes de ir al cambiador.

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—Cuándo era pequeña jugaba a que era una sirena.— Dijo Uraraka, mientras estaba en la orilla echada, dejando que el agua llegara hasta ella.— Pero terminé siendo una ballena.— Su expresión se volvió oscura.

La otra castaña le arrojó agua, haciendo que se sentara.— Uraraka, nooo, no digas eso.— La regañó.

Las chicas comenzaron a jugar en el mar, básicamente se arrojaban agua unas a otras.

Desde lejos observaban los chicos que jugaban con la pelota y algunas chicas que tomaban el sol.

—¡Shinsouuu!— Su novia la llamó desde la distancia, este le prestó atención, aunque estaba echado en la sombra junto a su maestro.— ¡¿No quieres entrar?!— Preguntó con la intención de que se uniera, este negó a la distancia.

—¿Estás seguro que no quieres ir?— Cuestionó calmado el azabache a un lado.

—No soy muy fan de la playa.— Respondió tranquilo, cerrando los ojos.

—Están terminando de jugar y pronto se unirán a las chicas.— Habló al aire.

—Confío en Aleska.— Siguió tranquilo.

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Algunos chicos se habían acercado a las que jugaban en el mar, con unas pistolas de agua.

—¡Hay que hacer una competencia! ¡Chicos contra chicas!— Gritó Kirishima, siendo apoyado por el resto.

—¿Chicos contra chicas?— Preguntó Aleska.— Qué injusto, les ganaríamos en un instante.— Sonrió orgullosa.

—¿Hacemos equipos al azar?— Preguntó Izuku.

—Hay que llamar al resto, si jugamos todos será más divertido.— Opinó Kaminari.

—No todos van a querer.— Respondió triste la alien, viendo como Momo tomaba el sol junto a Kendo, Pony, Kodai y Komori, todas habían venido a relajarse.

—Y esos están en su celular jugando Free Fire.— Observaron a Amase, Kaibara y Kuroiro en la sombra concentrados en sus teléfonos.

—Entonces jugamos los que estamos ahora.— Todos asintieron, pues los demás estaban haciendo castillos de arena o jugando volley ball.

—¿Cómo decidimos los equipos?—

—Yo tengo una aplicación para hacer sorteos.—

Al final los equipos quedaron así, cada uno decidió un nombre.

El equipo Azul conformado por Hagakure, Izuku, Ojiro e Iida, un nombre normal para un grupo normal.

Seguidos por Ashido, Tokare, Tetsu y Mineta haciendo el equipo Boomer.

Después estaban Ochaco, Kaminari, Shiozaki y Kirishima con el equipo Skere.

Finalmente, nuestra protagonista Aleska junto a Todoroki, Bakugou y Monoma haciendo el equipo Tusa.

—¿Qué pasa con su nombre?— Preguntó Izuku con una gota de sudor.

—¿Qué pasa con el tuyo?— Respondieron los demás grupos.

—¿Qué hay con este jodido nombre ridículo?— Preguntó con claro enfado el de ojos rubíes.

—¿Algún problema? Es el mejor nombre del mundo.— Dijo obvia.

—Aún no puedo creer que nos haya tocado juntos.— El albino maldijo el guión por ponerlo junto a Bakugou.

—¿Ah? ¿Tienes algún problema, maldito mitad mitad?—

—Tienen suerte de que les haya tocado conmigo.— Habló altanero el rubio sobrante.

Chale, otro rubio.— Se apenó.— Oigan, ¿No me lo pueden cambiar a este? Figurita repetida no llena el álbum.— Lo señaló.

—¡Ja! ¿Disculpa, es que acaso le temes al éxito?— Se acercó indignado el de ojos grises.

Pues no, mi ciela.— Mostró su manicure.— Por si no lo has notado aquí el éxito soy yo, y a mis condiciones.—

—¡Ya vamos a comenzar!—

Dejaron sus diferencias y se fueron a esconder, todos tenían pegado al pecho una hoja blanca circular que si se mojaba significaba que estaban muertos, podían usar sus quirks para defenderse, pero no para atacar.

Mientras los demás equipos charlaban civilizadamente sobre que hacer o a quienes atacar primero, el equipo Tusa ya pasaba por su primera crisis, sólo por saber quien iba a estar al mando.

—Por supuesto debería ser yo.— Hizo una pose el de la clase B.

—¿Tú? Ja, ni siquiera pudiste quitarme unas simples cintas.— Se burló el rubio ceniza.

—Yo tengo un plan.— Habló calmado el bicolor.

—¿Ah, si? Al menos no causé el retiro de All Might.— Sonrió.

Ya, wey, era puro pedo, hasta a mi me dolió.— Se metió antes de que empezara una masacre.— Yo digo que hagamos de campers así como en el fornite.—

—¿Esconderme? Eso es para cobardes.—

—Concuerdo con Bakugou.—

—Incluso yo.—

—¿Entonces que hacemos?— Preguntó enfadada, pues su plan era el más útil.

—Bien, por lo que sé, el quirk de Aresuka nos permitirá defendernos de los chorros de agua, ella puede cambiar su trayectoria o detenerlos, ¿Verdad?— Confirmó Monoma.

—Así podemos atacar directamente sin preocuparnos mucho por los ataques que recibiremos.— Siguió Shoto.

—Bien, y mientras están concentrados en ustedes y en tratar de sobrecargar a la rara yo puedo dar el ataque sorpresa desde atrás.— Hizo un puño.

—Y desde que puedo copiar la habilidad de Aresuka, aunque no sea igual de eficiente, seré capaz de servir como defensa y ataque.— Culminó

—Wow, y yo que pensé que eras pendejo, estoy sorprendida.— Halago sinceramente.

—Yo también ayudé con el plan.— Pidió un cumplido el de la cicatriz.

—¡Tsk, no te lleves todo el crédito!—

Sisi, a la chingada.— Se levantó.— Empecemos.— Sonrió con su pistola de agua, siendo seguida por los otros tres chicos.

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—¿Qué está pasando?— Se quitó un audífono, mientras abría los ojos y se sentaba. Habían interrumpido su descanso.

—Están teniendo una especie de battle royal.— Respondió Jiro, quien estaba cerca con Tsuyu y otros dos chicos de la clase A haciendo un imperio de arena.— Nos movimos aquí porque empezaron a jugar en serio hace un rato y nos estaban salpicando a todos.

Su vista fue en dirección al desorden, pudo ver como el rubio con una marca negra en el cabello estaba tirado en la arena dramáticamente junto al de cabello de pelotas.

—Están muertos, gero.— Contestó la de quirk de rana, pero añadió otras palabras al ver la expresión del chico.— Quienes quedan fuera tienen que fingir estar muertos en su sitio, no pueden moverse hasta que acabe el juego o reciban un nuevo medidor de vida de Momo-chan.—

—Ya veo...— Buscó a alguien con la mirada.— ¿Y Aleska?—

Kirishima disparaba contra la latina, pero no llegaban debido a su quirk.

—¡Kacchan!— Dio la señal.

—¡No me llames así!— Apareció impulsado por sus explosiones, logrando darle al pelirrojo.

—¡Noooo!— Cayó sin cuidado a la arena, muriendo.

—Muy bien hecho, Kacchan.— Sonrió.

—Ya te dije que no me digas ese estúpido nombre, rara.— Escupió las palabras.

—¿Rara? Aww, ¿Ya me pusiste un apodo?— Su sonrisa se hizo más grande, molestandolo más.

En el medio se coló el de quirk de copiar.

—¿De qué están hablando? Dejen eso cuando ganemos, por cierto.— Su vista se enfocó en la chica.— Tu quirk es muy genial, Aresuka-chan, ¿No quieres estar en la clase B?—

—Oy, no que dejáramos la conversación para el final.— Se quejó el otro rubio.

—No deberíamos estar aquí, nos van a atacar en cualquier momento.— La voz de la razón era Aleska.

Y como lo predijo, Ochako se acercó lo suficiente en silencio y ahora estaba lista para disparar contra Aleska, para derrotar su defensa inquebrantable.

—Cuidado.— Neito la agarró de la cintura y la acercó hasta él, mientras que con telekinesis la pistola disparaba el agua por si sola haciendo que la otra castaña retrocediera, y por consiguiente, el de las explosiones diera el golpe de gracia, dejándola fuera de combate.

—Terminamos con un equipo.— Sonrió.

—¿Estás bien?— Sonrió aún con sus manos en su cintura, y por lo tanto, con ella pegada a su pecho.

La castaña lo observó, porque los ojos están para mirar, y las manos para tocar.— Soy papa casada.— Repitió más para ella.— Y no necesitaba tu ayuda.—

—¿Mm?— No quitó su sonrisa.

—¿Qué están haciendo? Aún nos queda el equipo de Midoriya.— Apareció Todoroki.

—¿El equipo Boomer fue derrotado?— Preguntó ya lejos del rubio.

—¿Qué esperamos? Vamos por el maldito de Deku.—

—No, necesitamos otro plan.— Recomendó la chica.— Izuku es el protagonista por lo que va a ganar.— Asintió como si fuera la verdad del universo.

—¿Ah?—

—Y tenemos que tener cuidado con Hagakure, podría estar en cualquier parte.— Recordó.— Iida también debería de ser muy rápido, ¿No?— Comenzaron un nuevo plan.

Shinsou seguía buscando con la mirada a su novia, porque estaba seguro que no la habían derrotado.

Y finalmente la encontró, venía con una pistola de agua y lentes de sol, caminando en el medio de su grupo.

Sus cejas se movieron al ver el equipo, seguía un poco reacio sobre el de cabello de colores y el de pinchos, al otro no lo ubicaba, pero tenía cara de que también era un dolor en el culo.

Se encontraron con el equipo de Midoriya, parecía que iban a enfrentarse cara a cara.

El primer movimiento lo hizo Bakugou, disparando contra el que tenía una cola. Rápidamente respondieron, pero fue bloqueado por Aleska, entonces comenzó a llover por todos lados, todos disparaban.

El de la clase B tenía copiado el quirk de la chica, y con este traía el agua del mar y llenaba rápidamente las pistolas de su equipo, a diferencia del otro.

La primera víctima llegó con Hagakure, que se había quedado sin munición, un disparo por parte del bicolor.

Siguiendo en un tira y afloja, el espectador pudo ver que se esforzaba la americana, pues tenía toda su concentración en desviar el agua que llegaba a su equipo, y ya se notaba afectada. Y ese parecía el objetivo del equipo Azul, pues de un lado llegó el golpe de Iida acertando en Aleska.

Quien retrocedió y como si de un golpe mortal fuera, primero cayó de rodillas y después se desplomó, internamente agradecida por descansar.

El de cabello morado observó como el equipo Tusa reaccionaba ante la caída de su novia, como si estuviera realmente muerta, disparando mientras gritaban venganza.

Se levantó sacudiendo un poco la arena y se acercó hasta donde ella, agachandose.

—Qué buena actriz.— Se burló.

Ella abrió los ojos.— Hola, mi amor.— Sonrió aún echada, pero ahora apoyando su rostro en sus brazos.

Se escuchaban los gritos de los que seguían jugando, parecía que el Equipo Tusa ganaría.

—¿Nos vamos?—

—No voy a abandonar a mi equipo, mira como están vengando mi muerte.—

Y casi como por arte de magia, el equipo Tusa terminó por derrotar al último en pie, es decir, a Midoriya.

Dieron un grito de euforia, y se dirigieron donde la castaña, Monoma usando el quirk prestado la levantó y la colocó en sus brazos comenzando a dar vueltas.

Los cuatro celebraron, la chica contagiada por su exageración.

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Se recosto en el hombro de su amado novio, este tomó su mano y la acercó a sus labios, besandola.

—Iugh, consiganse un hotel.— Habló Neito, siendo golpeado por Kendo, quien con otras chicas veían la escena como si de una película se tratase.

Ambas miradas, café y violeta se encontraron y sonrieron, seguirían con lo que hacían más tarde.

—¡Es hora de comer!— Gritó Ochako con euforia, todos estaban sentados en un tapete inmenso, cada uno con su respectivo obento.

La latina sacó de su mochila una bolsa negra con otra bolsa que contenía pan, y un tupper con plátano para que no se aplastara.

—¿Eh? Areska-chan, ¿Es eso lo único que vas a comer?— Preguntó con el corazón roto la otra castaña.

—Así es, pan con plátano, uma delizia.— Hizo un gesto de ok con sus dedos mientras preparaba su comida.

—Puedes comer de mi almuerzo.— Propuso Hitoshi, sabiendo que posiblemente no iba a llenarse con eso.

—Aww, está bien, también traje otras cosas.— Sacó otro tupper con atún, limón, sal y cebolla.— Después comeré pan con atún.—

Aún no muy convencido, solo asintió.— Puedes comer tu atún con mi arroz si aún no te has llenado.— Volvió a aconsejar, ella sólo sonrió.

—Está bien, mi amor.—

Mientras las espectadoras comían mientras veían la escena, como si de una película estadounidense para adolescentes se tratase.

—Qué romántico.— Suspiró Hagakure.

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El atardecer marcaba que era hora de volver, algunos aprovechaban para tomarse fotos para recordar el momento antes de partir, mientras otros paseaban por la costa para explorar.

Como nuestros protagonistas, aunque era una excusa para estar solos.

Se sentaron en la arena, escuchando el sonido de las olas rompiendo, y la brisa fresca llegar a sus rostros mientras sostenían sus manos.

—Hitoshi.— Lo llamó.

Este volteó a verla, el cabello castaño húmedo y desordenado por la arena y el agua salada, sus hombros suaves descubiertos por su holgado vestido, sus mejillas rosas por el sol y aquellos labios rosas secos.

O, bueno, sus ahora labios húmedos por el beso que estaban teniendo.

Sin soltar su mano la atrajo hasta él, Aleska pasó sus brazos por el cuello del peli-morado, tentando la suerte mientras se subía a él y se sentaba en sus piernas.

Se separaron, pudiendo escuchar el sonido de sus labios al terminar de besarse.— No me dejaste hablar.— Lo miró algo molesta y orgullosa desde un punto más alto.

—Te amo.— Soltó él, pasando sus brazos por su cintura, abrazandola con fuerza, como si fuera a desaparecer.— ¿Eso ibas a decir, no?— Acercó su rostro, robando un suave y corto beso.

Las orejas de la latina se calentaron.— ¿De que hablas?— Dijo con la voz temblando.— No te creas la gran cosa.— Negó, mientras hacía que el chico terminara recostado en la arena, ella sobre él.

—Te amo.— Volvió a repetir.— Y no tengo miedo de decirlo.— Sonrió de lado, mientras pasaba una mano por su cabello oscuro, dejándolo detrás de su oreja.

—Ajá, sí.— Apoyó su rostro en la fuerte mano de su pareja.— Yo también te amo.— Cerró los ojos, sintiéndose tranquila.

Aunque los volvió a abrir por la sorpresa, el chico se había vuelto a sentar, pegandola más a él.

—Dilo otra vez.— Pidió, acercando sus labios.

—Te amo.— Declaró segura y firme, como lo era siempre, aunque tembló un poco al ver la expresión de Shinsou.

Verlo sonreír abiertamente eran casos especiales que podía contar con los dedos de la mano, pero la sonrisa que veía en este momento era la más hermosa que había visto en sus cortos 15 años.

La había hecho temblar como ciervo recién nacido, ¡Dios! Las ganas de que la tomará en esa misma playa hasta hacerla gritar eran inmensas, y de no ser por su fuerte voluntad ya hubiera hecho volar su calzón.

Piensa en la Biblia, en la Biblia.— Repitió evitando su mirada, mientras trataba de calmarse.

—¿Hasta donde podremos llegar?— Susurró cerca a su oído, agarrando sus piernas con fuerza al sentir como ella se pegaba más.

Sin esperar una respuesta empezó besando su cuello, por alguna razón su tibia piel solo lograba calentarlo más.

Con cuidado de no dejar ninguna marca notable a la vista, mordisqueo su hombro para después mover sus ojos y maravillarse con la expresión que tenía su novia, los ojos cerrados mientras apretaba los labios, posiblemente reuniendo toda la fuerza de voluntad que tenía, sonrió un momento antes de seguir besando su piel al pensar que ella se veía muy tierna.

Siempre tan segura, tan experimentada, tan valiente y ahora, temblando sólo por unos cuantos besos, vaya que lo estaba disfrutando.

Agarró sus piernas antes de morder suavemente el lóbulo de su oreja.

—¡Está bien, ya no aguanto!— Se separó un poco sorprendido por la repentina interrupción.

Pensando que ya se había acabado la diversión, no esperaba lo que iba a venir.

Sin ninguna dificultad sacó la camisa del oji-violeta, mientras lo botaba nuevamente a la arena, y ella aún sentada sacando las tiras del vestido, dejando ver su bikini, aunque aún con la falda del vestido colgando en su cadera porque no se lo podía sacar al estar encima del chico.

Todo pasó tan rápido que Hitoshi aún tirado en la arena no podía salir del shock en el que estaba.

—¿Qué?— Preguntó antes de sentir los labios de la castaña comenzar a besar su cuello.— Agh...— Apretó los dientes mientras levantaba su cara al cielo, dejando que siguiera, no pudo evitar cerrar los ojos al sentir aquellas suaves manos pasar con cuidado por su pecho y abdomen, solo pudo pensar en agarrar su desnuda cintura con ambas manos.

Tuvo el control por tan poco tiempo, notando que aún estaba lejos de tener esa firmeza, seguiría estando debajo por ahora, pero no para siempre, por lo que se dejó complacer.

Terminando con su cuello, se separó y volvió a sentarse, recuperando la respiración, podía empezar a sentir un bulto en donde estaba sentada, Hitoshi tragó al ver su mirada, aún avergonzado por la presión que sentía.

—A-Aleska, creo que ya está por oscurecer, será mejor vol-.— Se detuvo de repente por el movimiento que había hecho la castaña.—...ver.— Se mordió los labios por la sensación agradable.

Aún moviendo su cadera se acercó a besarlo, pasando sus brazos por su cuello, disminuyendo cualquier distancia que fuera posible. Abriendo más su boca al sentir como pasaba la lengua del japonés, excitandose aún más por los sonidos, y que al separarse no pudieran evitar jadear.

—Hitoshi...— Suplicó con su voz, con un pequeño gemido notó cuán desesperada estaba, al sentir como se frotaba contra él con más insistencia.

—¡Shinsou, Aresuka! ¡¿Dónde están?! ¡Ya nos vamos a ir!— Llegaron los gritos de Kaminari a la distancia, arruinando el ambiente en el que estaban.

Aprovechando la confusión, logró levantarse, provocando que cayera a un lado la chica, y sin perder tiempo se lanzó de lleno al mar.

—Bro... ¿Qué estás haciendo?— Cuándo ya había llegado hasta donde ambos estaban la castaña ya tenía su vestido acomodado y el cabello cubriendo sus orejas.

—Se me antojó entrar al agua, no podía irme de la playa sin hacerlo.— Se excusó mientras salía empapado de pies a cabeza.

—Aquí está tu camiseta, Hitoshi.— Sonrió tranquila mientras se le acercaba, como si nada hubiera pasado.

—G-Gracias.— Lo recibió mientras evitaba verla a los ojos.

—¿Ya están todos en el bus, Kaminari?— Preguntó mientras avanzaba, seguida por el rubio y más lejos el peli-morado.

—Bueno, faltaban ustedes y un grupo de la clase B que están buscando el celular de Kaibara, creo que se le cayó en la arena y está enterrado.— Explicó.

—¡AGRADECIDO CON EL DE ARRIBA!— Gritó el chico mientras extendia los brazos al cielo, y al lado estaba la peli-naranja con el celular del chico en su mano.

Todos terminaron de recoger sus cosas y ya con el cielo oscuro subieron al bus que los llevaría de vuelta a casa.

El ambiente estaba más animado que cuando llegaron, todos conversaban y recordaban los mejores momentos que habían tenido.

Luego teníamos al peli-morado un poco nervioso y sin saber como empezar la conversación.

—Aleska...— Reunió valor y la llamó, ella tenía la vista en la ventana y en cuanto la nombró sus ojos fueron instintivamente hacia él.— Yo...— Antes de que pudiera seguir ella sacó los audífonos de su mochila y los conectó a su teléfono con su singularidad, sin despegar la vista de él en ningún momento, luego de ponerse los audífonos giró su vista de regreso a la ventana.

Sintió feo como la persona que amaba lo ignoraba de esa manera, pero no se rindió y tocó su brazo llamándola otra vez.

Ahora no lo dejó ni hablar, pues al instante de haberse sacado un auricular habló con una sonrisa brillante.— Vete a la verga.— Luego de sus dulces palabras volvió a ponerse su auricular y se enfocó en apreciar el paisaje.

Todo el bus se quedó en silencio, pues si bien no sabían el significado de lo que había dicho podían decir que estaba claramente enojada.

No pudieron evitar comparecer al pobre chico, que si bien no sabían que había pasado, las chicas ya estaban haciendo una película allá atrás.

—Yo creo que descubrió que aquella noche no estaba esperandola a ella en el jacuzzi.— Susurró.

  

 

🌸🌸🌸

4273 palabras, mis vidas como estannn, espero que estén vivitas y sanas en está cuarentena, ya saben, quédense en casa, no se expongan a menos que sea algo extremo, espero seguir actualizando (este capítulo lo había empezado antes de la cuarentena, no vayan a la playa porfi)

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