¿Sera porque te amo?||Erick B...

By gloriamturrubiates

38.1K 2.9K 422

Dicen que del odio al amor sólo hay un paso. ¿Pero...que hay realmente del amor al odio? ---------- (Historia... More

Prólogo
P1: El contrato.
P2: Sacrificios.
P3: Chica afortunada.
P4: ¿Sera porque te quiero?
P5: Real.
P6: El tipo más feliz de Miami.
P7: Plan de escape.
P8: Secuestro consensuado.
P9: Mundo pequeño.
P10: Lugar favorito.
P11: Demuéstrame.
P12: Propuesta indecente.
P13: Dos palabras para recordar.
P14: Luna de miel.
P15: Dulce tortura.
P16: Buenas malas.
P17: Viejos amigos.
P18: Erick Junior.
P19: Señores Colón.
P20: Lo correcto.
P21: Fecha de caducidad.
P22: El regalo de Zabdiel.
P23: Clausulas.
P24: Tolerancia.
P25: Nicol Olsen.
P26: Culpas y engaños.
P27: Incómodo.
P28: Debilidad.
P29: Mal presentimiento.
P30: Lejos.
P31: Historia repetida.
P32: La verdad.
P33: La última cena.
P34: Creo en ti.
P35: De cero.
P36: Sí.
P37: Sencillez es amor.
P38: Una buena historia para contar.
P39: Vidas cambiadas.
P40: Esta vez para siempre.
P41: ¿Sera porque te amo?
P42: Arlene.
Epílogo.-
Extra único; hasta que la muerte nos separe.

P43: Son de paz.

688 57 7
By gloriamturrubiates


Danna inspiró profundamente y luego dejó escapar el aire de sus pulmones de manera lenta.

Todavía le seguía doliendo cada centímetro del cuerpo pero cada vez que veía a su bebé más de diez segundos todo rastro de dolor desaparecía. Llevó su atención al electrocardiógrafo a su lado al mismo tiempo que la puerta de la habitación se abría suavemente atrayendo su atención.

Sus ojos se quedaron fijos en el recién llegado y negó un poco.—Lo siento…

—Papá…no.—anunció en medio de un susurro.—Por favor hoy no…

—No quiero discutir o reprocharte nada, Danna.—la voz de Renato Francis salió de sus labios como un susurro y el corazón de Danna se aceleró de inmediato.

—¿Entonces que haces aquí…?—preguntó en voz baja.

—Vengo en son de paz. Yo…solo quería verte…—anunció.—Sé que debes estar pensando lo peor de mi y para ser sincero, no te culpo…de hecho creo que te comprendo perfectamente bien porque al final de cuentas entiendo que fui el peor padre que te pudo haber tocado…y me di cuenta en estos meses que estuviste lejos de mi…—indagó sin apartar sus ojos de los de la castaña.—Pero al final de cuentas tenías razón…

—¿En que se supone que tenía razón?—cuestionó en voz baja.

—Pues en todo en realidad.—respondió.—Lo comprendí en el momento en el que me enteré que habías sido mamá...

—¿Cómo te enteraste?—le preguntó ella.

—Erito me lo dijo.—Danna asintió lentamente.

—Papá...

—Sé que vas a ser una excelente madre y que vas a educar a tu hija de la mejor manera…Erick y tú lo van a hacer bien, quiero decir…—Danna se quedó en silencio un momento.

—Espero que si.—anunció ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—¿Sabes una cosa? No es que pueda decir que soy un tipo ejemplar o algo que se asemeje con eso en realidad pero siempre traté de hacer lo que consideraba que era mejor para ti, cuando eras una niña quiero decir porque después creciste y comencé a mirarte como una proveedora de ingresos para que mi fortuna creciera, lo tengo que admitir…—hizo una pausa.—Y de alguna manera no terminaba de comprender el daño que esta haciéndote. Y…—soltó una risita irónica y negó un poco.—mis dos hijos me odian y soy el culpable de eso...

—Las cosas con Chris no iban a ser fáciles de cualquier manera después de todo lo que pasó entre ustedes—le dijo ella sin dejar de mirarlo.—Le hiciste daño, papá.  Humillaste a demasiado a Christopher y era obvio que las cosas con él no iban a ser fáciles de ningún modo…

—Yenny nunca me dijo que estábamos esperando un hijo, si ella me lo hubiera dicho entonces yo…—suspiró.—Supongo que ya no tiene sentido…

—Si lo hubieses sabido entonces te hubieses quedado con ella; lo sé.—susurró la chica.—Y Christopher hubiese estado al frente de tu empresa desde el principio…

—Danna…—ella negó lentamente.

—Sé como es esto, de verdad.—respondió.—Y bueno…ahora lo tienes; así que supongo que si quieres que las cosas entre ustedes mejoren entonces vas a tener que poner de tu parte…ambos quiero decir: tú para enmendar tus errores y Chris para lograr perdonarte…—le explicó en voz baja.

—Creo que si…

—¿En donde está mamá?—cuestionó en voz baja. Renato se quedó en silencio un segundo.—Renato…

—Hace varios meses que no vivimos juntos.—anunció.

—¿Qué?—susurró.

—Estaba tan enfadado porque no me dijo que Yenny estaba embarazada cuando se alejó de mi, por no decirme que tenía un hijo que decidí tomarme un tiempo.—inquirió débilmente.

—Se divorciaron…—murmuró la chica.

—No realmente; simplemente ya no vivimos juntos.—Danna asintió lentamente como si acabase de comprender absolutamente todo.

—Y papá…no te odio; simplemente no me gustó la manera en la que hiciste las cosas pero bueno; dicen que todos los seres humanos cometemos errores…—anunció sin dejar de mirarlo.

La puerta se abrió suavemente y un Erick recién duchado apareció delante de ellos: los miró un momento y luego apartó la mirada.—Ay, lo siento. No sabía que tenías visita. Puedo volver a entrar más tarde, mientras iré a ver a Aitana…

—Erick, espera.—lo llamó el hombre cuando lo vio hacer amago de marcharse. El ojiverde frenó sus pasos y se giró para mirarlo.—Quería pedirte una disculpa…

—¿Una disculpa a mi?—repitió.

—Si. Es que todo lo que me importaba era mi empresa y que hicieras el trabajo bien que fui prepotente, grosero y una mala persona: te humillé y no te lo merecías…—Erick negó lentamente.

—Eso ya no importa.

—Ahora sé que Danna no pudo haber encontrado un hombre mejor para formar una familia como la que acaban de formar; tienen una hija que seguramente es bellísima y que es el fruto de una ferviente lucha como la que tuvieron que pasar para consolidar su amor.—Erick se quedó en completo silencio contemplándolo fijamente mientras Danna permanecía observándolos a ambos.

Su cerebro no terminaba de comprender que era lo que había pasado para que Renato Francis estuviese actuando de esa manera y le estuviese diciendo eso. De cualquier manera el hombre parecía arrepentido; él lo podía ver en sus ojos.

—Gracias.—comenzó.—Y no te preocupes por nada de lo que pasó; está olvidado.—llevó sus ojos hasta la castaña sobre la camilla y le ofreció una pequeña sonrisa.—¿Quieres conocer a Aitana?—añadió Erick y  él automáticamente asintió.

—Me encantaría.—respondió.

—Sígueme entonces...

(…)

Seis meses después…

—Hola.—Saludó Erick entrando a la habitación. Danna sentada desde la cama con la niña entre sus brazos le obsequió una pequeña sonrisa.  El pelinegro se acercó a ella para depositar un pequeño beso sobre sus labios antes de tomar asiento a su lado y tomar a la niña de sus brazos.—¿Estás lista?

—Ya casi.—respondió. Erick asintió lentamente y le obsequió una débil sonrisa antes de volver a llevar su  atención a su pequeña hija que lo observaba fijamente con sus lindos ojos verdes.—¿Estás nervioso…?

Él la miró un segundo y se rio en voz baja dejando un beso sobre la frente de la pequeña.—Tener un suegro siempre es motivo de nervios.—inquirió lentamente.—Ahora imagínate tener dos.

Danna se echó a reír de inmediato y negó lentamente.—¿De verdad estás nervioso por eso?—Erick asintió.—Mi amor…te llevas bien con mi papá. Con mis papás quiero decir, Renato todavía está a prueba pero lo está haciendo bien...—se corrigió de inmediato.

—Supongo que eso debería ser un motivo para tener más confianza pero lo cierto es que no puedo controlarlo.—anunció y Danna le sonrió.

—Bueno…si te sirve de algo: recuerda que no importa lo que digan cualquiera de los dos; soy lo suficientemente mayor como para saber que quiero unir mi vida a la tuya y seguir juntos por el resto de nuestras vidas…sin importar si mis padres lo aprueban o no…—Erick se echó a reír en voz baja y volvió a besar la mejilla de la niña.

—Supongo que eso sirve de algo.—respondió.

—Por cierto, te miras guapísimo el día de hoy.—decidió obsequiándole una amplia sonrisa.

—No más que tú.—anunció el ojiverde.—Llegaron Zabdiel y Miranda…me pidieron que llevara a Aitana con ellos así que creo que un tiempo a solas para que termines de arreglarte te vendría bien. ¿No?—Danna se rio en voz baja y asintió lentamente.

—Gracias.—murmuró. Erick negó lentamente y se acercó a ella para dejar otro beso sobre sus labios.

—No es nada.—sonrió.—Te veremos en unos minutos…—Danna asintió y él se marchó.

Danna se quedó en silencio, dejó escapar un pequeño suspiro y se puso de pie para acercarse al espejo de pedestal de la habitación. Se contempló un par de minutos y se sonrió a sí misma casi sin terminarse de creer lo que estaba pasando.

Finalmente luego de varios meses sentía que su vida estaba completa. Era feliz al lado de Erick y juntos tenían una hija preciosa. Sebastián Silvetti pasaba mucho tiempo con ellos –Danna le tenía confianza pero de vez en cuando le seguía recordando que estaba a prueba- mientras que Renato  Francis intentaba por todos los medios ser una mejor persona y un buen padre aunque sus intentos por acercarse a Christopher seguían fallando épicamente; pero Danna sabía que la barrera que el castaño había creado entre ellos poco a poco iba derrumbándose. Al principio él había odiado la idea de ser su hijo pero con el paso del tiempo la realidad iba abriéndose paso en su relación; eran padre e hijo y no podían negarlo aunque quisiera hacerlo. Christopher era una buena persona y Renato estaba luchado para serlo y muy en el fondo era una buena señal. Lo sabía.  Lo conocía a la perfección como para saberlo y al final de cuentas era su casi hermano. El hermano que siempre había querido y que nunca había tenido, ahora lo tenía y aunque las cosas entre ellos habían comenzado de una manera extraña Danna tenía la certeza de que había hecho lo correcto. Aitana estaba creciendo rodeada de amor con unos padres, dos tíos, un primo y cuatro abuelos que la adoraban. Su familia.

Pero lo más importante de todo es que era feliz. Era completamente feliz y estaba segura que cada día que pasaba su felicidad crecía y crecía más y de ese modo era perfecto.

Un par de golpes en la puerta la hicieron volver de golpe a la realidad: se giró lentamente y le ofreció una sonrisa al hombre castaño de ojos miel idénticos a los suyos que la miraba desde el umbral de la puerta.

—Hola, espero no interrumpir.—le dijo y Danna negó lentamente.—Erick me dijo que podía pasar así que espero que no te moleste…

—No me molesta en nada, Sebastián.—respondió.

—Dan...Quería verte antes de que la recepción comenzara porque…tengo algo para ti.—anunció.

—¿Algo para mí?—cuestionó en voz baja y él asintió lentamente.—No entiendo… ¿Qué es lo que pasa?

Los ojos de su padre la observaron un momento y una pequeña sonrisa comenzó a formarse en sus labios.—Esto es para ti.—inquirió introduciendo en el bolsillo de su saco su mano para después tenderle una caja alargada de terciopelo rojo.

—No, yo no.—negó.—No me gustan los regalos, lo sabes.—le recordó.

—Es que este no es cualquier regalo,  Danna.—respondió sin dejar de mirarla.

—Sebastián…

—Era de tu madre.—soltó y automáticamente el corazón de la muchacha dejó de latir un momento y su piel se erizó de golpe.—Era suyo y estoy seguro que le habría gustado que tú lo tuvieses…—hizo una pequeña pausa y le sonrió débilmente.—Tómalo por favor, hija…

Con manos temblorosas la chica lo tomó lentamente y la abrió con cuidado antes de soltar un jadeo de sorpresa. Se quedó en silencio contemplando fijamente el fino brazalete que descansaba en el interior acolchado de la pequeña cajita.

—Es precioso…—susurró sin dejar de mirarlo.

—Tu madre era igual a ti ¿sabes?—susurró.—No era una mujer a la que le gustase llevar cosas costosas o que anduviese por la vida  exhibiendo joyas…de hecho era la mujer más sencilla sobre la faz de la Tierra y sé que no ha pasado demasiado tiempo desde que comenzamos a pasar tiempo juntos tú y yo…sin embargo; con este tiempo me he dado cuenta que eres igual a ella…—le explicó con una pequeña sonrisa tirando de sus labios.—Eres sencilla…

—¿Por qué tenía un brazalete así de fino sino le gustaba llevar joyas?—cuestionó tomando asiento en el filo de la cama.

Él se sentó a su lado y le obsequió una sonrisa genuina.—Porque era una regalo de su madre…era de tu abuela, fue de tu madre, ahora es tuyo y seguramente en un futuro será de Aitana y después de su hija…—le explicó en voz baja.—Es casi una reliquia familiar que ha estado en la familia de tu madre desde hace mucho tiempo…y ahora te pertenece…

—Gracias...

—No tienes que darme las gracias.—respondió de inmediato.—Si te la estoy dando en este momento es porque creo que a tu madre le hubiese gustado que la usaras esta noche porque estoy completamente seguro que será una de las más importantes de tu vida…

—Gracias, papá…—susurró.

—¿Papá…?—repitió en voz baja.

—Sí, papá…

(…)

El tintineo de una copa chocando lentamente con un tenedor de cristal llenó el aire. El silencio de la habitación cesó de golpe  y cuando cada par de ojos cayeron encima de Erick; su corazón se aceleró.

—Bueno…primero que nada quiero darles las gracias  por estar aquí esta noche.—comenzó.—Todos y cada uno de ustedes son muy importantes para nosotros  por eso Danna y yo queríamos compartir este momento tan importante con ustedes. Sé que todos saben que estamos comprometidos desde hace un tiempo y que han sido testigos de cada cosa maravillosa  y mala que ha pasado en nuestras vidas tal como lo fue el nacimiento de nuestra hija o…o como la perdida de nuestro primer hijo; todos han estado ahí apoyándonos de diferentes maneas pero todas han sido importantes por eso el día de hoy queremos hacerlo de manera oficial y de la manera tradicional…así que…delante de ustedes siendo testigos de este momento; como nuestros hermanos, amigos  nuestra familia…quiero pedir oficialmente la mano de Danna a su…a sus padres…—Los ojos de Danna lo miraron fijamente y una amplia sonrisa se instaló en sus labios mientras Erick la observaba fijamente con sus lindos ojos verdes completamente brillantes.—Señores Francis y señor Silvetti; con todo el respeto que ustedes merecen…quiero pedirles de manera oficial la mano de su hija…para unir mi vida a la de Danna y permanecer juntos por un largo, largo tiempo…—Danna le volvió a sonreír.

—Bueno…por mi parte no tengo absolutamente nada que decir.—respondió Renato.—Sé que amas a Danna con toda tu alma, lo has demostrado desde hace mucho tiempo así que por mi parte no tengo nada que decir…

—Yo solo quiero que Danna sea feliz y sé que a tu lado es el lugar correcto para ella y para  mi nieta…—el corazón de Erick dio un vuelco.—Así que…tampoco tengo nada que decir; excepto que espero que sean felices juntos…

—Gracias.—susurró Erick y luego volvió  a mirar a su prometida.—Así que Danna…—hizo una pausa.—Sé que te lo pregunté antes pero…voy a preguntártelo una vez más…¿me harías el honor de casarte conmigo y de compartir tu vida conmigo para ser felices junto a nuestra hija para siempre hasta que la muerte nos separe…?—cuestionó en voz baja.

El corazón de la chica se aceleró de inmediato y asintió lentamente.—Pues claro que me quiero casar contigo y ser felices junto a nuestra hija para siempre hasta que la muerte nos separe…porque Aitana y tú son todo lo que quiero en mi vida; son lo más importante que tengo  lo que más amo…y no hay forma de que te liberes de mi porque te voy  a amar hasta con el último aliento de mi vida…

Erick le sonrió débilmente.—Te amo.—anunció Erick acercándose a ella para dejar un beso sobre sus labios.

—También te amo, Erick Brian Colón…por el resto de mi vida…


×××××××
Ahora si, ¿listas para el epílogo?

¡Nos leemos en el último capítulo de ¿Sera porque te amo?! ×3




Continue Reading

You'll Also Like

108K 16.4K 59
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
2.4M 243K 133
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
868K 91.3K 139
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
440K 44.8K 113
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...