Odio Profundo |BL| ©

By Mila_Darkness

5.7M 562K 731K

Dominik Evans es un joven introvertido, preso entre las paredes de su propio hogar. Maltratado por la persona... More

• Introducción
• Epígrafe
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Laguna Inestable

Capítulo 24

98.8K 10.8K 12.8K
By Mila_Darkness

La ciudad se vio sacudida por una fuerte tormenta; lluvia, vientos feroces y truenos que le indicaban a cualquiera que debía quedarse en casa. Bueno, definitivamente no a Fred. A él le pareció una excelente idea salir de su cómodo hogar para venir al mío con ese desastre natural cayendo encima suyo. Quería negarme pero recordé que nuestro proyecto es para mañana y aún nos faltaba bastante para terminarlo. 

Este es como el cuarto trabajo que hacemos juntos, ambos nos dimos cuenta de que somos geniales siendo un equipo. Cuando sacamos la nota más alta en el primer proyecto ninguno de los dos lo podía creer, esperábamos como máximo un aceptable. No le habíamos puesto muchas ganas, además de que estando en su casa nos distraíamos bastante ya que hablábamos de cualquier cosa antes que del proyecto. Entonces ver tan buen resultado nos sorprendió, de ahí en adelante decidimos hacer todos los demás trabajos juntos. 

Debo admitir que en este mes Fred me pareció agradable y divertido, tanto así que podría considerarlo mi amigo. Esto se hizo más notorio al ver que Kara comenzaba a sentir celos de él, cosa que me pareció adorable. Según ella paso más tiempo con ese ''pelirrojo aburrido'' dejándola de lado, y sí es verdad que últimamente salgo seguido con él pero no es cierto que la dejo de lado. Actualmente ellos no se llevan muy bien, aún así sé que sólo es cuestión de que se conozcan un poco y terminarán siendo grandes amigos. Se parecen bastante a decir verdad.

El ruido de una puerta cerrándose me asustó, enseguida la sensación de entrar en pánico se apoderó de mi cuerpo. Una de las razones por las que dejé a Fred venir es porque me encuentro solo: mi padre y Rebeca se fueron de viaje hace un par de días, Aaron había desaparecido hace unas horas. El hecho de escuchar ese ruido me aseguró que ya no estaba solo, internamente deseé que fuese alguna clase de espíritu demoníaco. Si mi padre viese que traje a un amigo... no sé lo que pueda ocurrir. Probablemente no me grite ni nada delante de él para mantener su imagen de ''buen padre'' pero en cuanto Fred se fuera seguro me daría la paliza de mi vida. No lo dudo, le molesta hasta que respire así que podría usar eso como excusa para golpearme. 

Cerré mis puños de la rabia, rápidamente traté de controlarme. No sirve de nada ponerme así, menos ahora que alguien llegó y puede ser cualquiera de los tres. Obviamente mi padre no me dijo cuándo pensaba volver, perfectamente podrían llegar de su viaje en este momento.

— ¡Maldita sea! — alguien grita abriendo de una patada la puerta de la habitación, suspiro aliviado al ver que se trata de Aaron. 

Espera... ¿Desde cuándo me alivia su presencia? 

Bueno, realmente es mejor que sea él a que sea mi padre, tengo motivos válidos para relajarme. No puedo evitar mirarlo demás al ver que está completamente empapado, parece un perro mojado. Uno muy enojado en realidad. Su remera se pega tanto a su cuerpo que no deja nada a la imaginación, marcando cada uno de sus abdominales. Siento que la respiración se me corta por momentos y de inmediato me pateo mentalmente.  Mierda, Dominik, no es momento de volverse un pervertido. 

— ¿Qué me ves? — pregunta a la defensiva, enseguida aparto la vista sintiendo mi rostro arder. 

— ¿Ocurre algo? Pareces bastante molesto. — digo evadiendo su pregunta, él sacude su cabello con sus manos y comienza a quitarse la remera. 

Maldición. 

 — No sé qué te hace creer que te diría si ocurriera algo. — contesta tirando la prenda mojada al suelo mientras baja la cremallera de su jean. Nuevamente quiero desviar la mirada pero se me hace imposible. 

¿Por qué se cambia delante de mí sin pudor alguno? ¿No tiene sentido de la decencia acaso? 

— A pocos pasos de ti está el baño, podrías poner tu ropa en el cesto en vez de tirarla por todas partes. — comento casualmente ganándome un gruñido de su parte. 

— Ponla tú. — responde lanzando el sucio jean a mis pies, lo miro con desagrado levantándome de la cama. 

— La época de la esclavitud terminó hace casi dos siglos. — digo frustrado mientras me agacho para tomar su estúpida ropa y lanzársela haciendo que choque contra su pecho, me mira furioso. 

— No para ti, ve y ponla en el maldito cesto. — ordena tirándomela de regreso, suspiro irritado.

— Bien, lo que sea, no tengo tiempo para esto. — suelto simplemente, camino hasta donde Aaron dejó su remera y la recojo.  

En cualquier momento puede llegar Fred, lo último que necesito es que me encuentre en plena discusión con el maldito rubio. 

— ¿La princesa piensa salir con esta lluvia? — pregunta burlón. — Yo diría que no lo hicieras, podrías enfermarte y eso sería una pena. — dice sarcástico, rodeo los ojos. 

— No voy a salir, estoy esperando a alguien. — digo dirigiéndome al baño, antes de llegar una mano me detiene, la miro exasperado. 

— ¿Qué? — pregunta serio, apenas y vestido con sus boxers. Levanto la vista encontrándome con aquellos acusadores ojos, frunzo el ceño confundido.

 Me volteo lo suficiente para quedar a poca distancia de él, frente a frente.

— Pensé que podría llegar a molestarte, pero como vi que no estabas decidí... — comienzo a hablar, Aaron me interrumpe. 

— Decidiste traer a alguien aprovechando que estabas solo. — responde apretando los dientes y a su vez el agarre sobre mi brazo. Mis ojos se abren incrédulos cuando comprendo a lo que se refiere, no pude evitar soltar una carcajada que sólo lo enoja más. 

— No en ese sentido, tonto. — contesto sin parar de reír. — Sólo es Fred que viene a terminar con nuestro proyecto de filosofía, es para mañana. 

— Sí, claro. — escupe mirándome fijamente, a pocos centímetros de mi rostro. — Ese estúpido va a venir con esta tormenta sólo para terminar un proyecto, qué mentira más absurda. 

El timbre sonó haciendo que ambos nos sobresaltáramos, miro a Aaron con suficiencia. 

— Debe ser Fred, ahora voy a abrirle para que veas que no miento. — digo confiado,  zafándome de su agarre. Coloco la ropa húmeda en sus manos mientras me mira sorprendido, antes de que pueda reclamarme salgo rápidamente de nuestra habitación. 

El pelirrojo se encontraba completamente mojado, lo más probable es que se resfriara si no se calentaba un poco. Le alcancé una toalla para que por lo menos se secara el pelo y lo dejé sentado en la sala de estar, en unos minutos regresé con una caliente taza de café en mis manos. No le pregunté si quería porque sabía que iba a negarse para no causarme molestias, así que preferí dársela de imprevisto. Me la aceptó agradeciéndome, le sonreí en respuesta. Hubiese sido un momento agradable de no ser por la penetrante mirada que Aaron nos daba desde la otra punta de la sala, mis deseos de asesinarlo se hicieron presentes. Por lo menos tuvo la decencia de vestirse porque no sabría cómo explicar el tener a ese demonio caminando casi desnudo por la mansión.  

— Espera aquí un momento, ya vuelvo. — le dije a Fred saliendo del lugar haciéndole señas al rubio para que me siguiera, este se rehusó al principio pero lo terminó haciendo. 

Cuando ya estábamos un poco lejos me detuve en seco y lo miré fastidiado, él parecía divertido con mi reacción lo cuál sólo me enojó más. 

— ¿Cuál es tu problema? — pregunté tratando de no sonar demasiado molesto, no funcionó.

— Ninguno. — respondió inocentemente, sonriendo. 

— Aaron, es molesto que alguien te mire constantemente, no dejas que me concentre. — suspiré poniendo mi mano sobre mi frente. 

— ¿Y en qué se supone que debes concentrarte? No empezaron con su estúpido trabajo. — soltó casi molesto. — Además esta es mi casa también, puedo andar por donde yo quiera y hacer lo que se me dé la gana. 

— Te estás comportando como un niño. — dije sin pensar, su mirada se oscureció haciendo que me arrepintiera enseguida. 

La tensión se hizo muy notoria, era obvio que terminaríamos en una pelea fuerte, así que me apresuré en tratar de evitarla. Tomé su rostro entre mis manos y lo besé, agarrándolo desprevenido. Él demoró unos segundos en corresponder mi beso, pero cuando lo hizo fue de manera intensa haciendo que mi cuerpo chocase contra la pared y mis brazos terminaran envolviéndose en su cuello. 

Esa fue la forma más rápida que encontré para evitar una discusión, me sorprendí al ver que realmente funcionó. La conversación que tuve con Kara sobre manipular a Aaron se hizo presente en mi mente, la descarté enseguida mientras disfrutaba con culpa de aquel beso. 

Está celoso. 

Esa es la única explicación que le encuentro a su comportamiento tan irracional y molesto. Fue un error haberlo besado ahí, lo alenté a que siguiera comportándose como un idiota. En primer lugar tuve que rogarle para que me prestara una de sus remeras y pantalones para dárselo a Fred, el pobre seguía mojado y podría agarrar un resfriado si no se ponía ropa seca. Le hubiese dado la mía con gusto pero mi cuerpo es más pequeño que el suyo, probablemente ni le entraría. Por suerte Aaron accedió a dármela con la condición de que estudiáramos en nuestra habitación. ¿Por qué? No tengo ni idea, quizás para observarnos mejor. 

Es demasiado incómodo verlo en su maldita cama mientras nosotros estamos en la mía tratando de hacer el proyecto. Sé que Fred debe sentirse molesto, yo me siento molesto, ni siquiera podemos hablar con total libertad porque él está aquí. Sabemos que escucha todo lo que decimos, es irritante.

— Ya me aburrí. — suspira el pelirrojo cansado, luego de diez minutos leyendo uno de los cinco libros que tenemos regados en la cama. — Es mucha información para lo corto que debería quedarnos el trabajo. 

— No es mucho, tenemos que resumirlo nada más. — digo quitándole el libro de sus manos y comenzando a leer. Él está sentado junto a mí con sus piernas estiradas y su espalda apoyada en la pared. 

— Creo que la lluvia paró un poco. — dice esperanzado, lo miro entrecerrando los ojos.

— No vamos a salir. — respondo serio, él ríe haciendo que se me escape una pequeña sonrisa. — Hay que terminar esto, Fred. 

— Sí, mamá. — suelta divertido, lo golpeo con el libro jugando. — Auch, qué agresivo. 

— Ya, concéntrate. — niego con la cabeza al ver que me hace caso omiso. 

— Hace una hora que estamos leyendo, merecemos un descanso. — comenta poniéndose de pie. — ¿Y si salimos a comer algo? 

Este chico sólo piensa en comida, definitivamente es un Weasley. 

— Dominik no va a ninguna parte. — la voz de Aaron retumba en la habitación, Fred y yo lo miramos. Está recostado en su cama con el celular entre sus manos, mirando desinteresadamente la pantalla. 

— Dominik va a hacer lo que quiera. — le responde desafiante, el rubio se pone de pie enseguida. 

Mierda.

— Obviamente haré lo que quiera. — hablo llamando la atención de ambos. — Pero la lluvia todavía no se detuvo y puede empeorar, es mejor quedarse aquí. 

Al ver la mirada complacida de Aaron me dieron unas enormes ganas de agarrar a Fred y salir a la calle por más tormenta que hubiera, usé mi fuerza de voluntad para contenerme. No quise quedarme porque él lo dijera, realmente no tengo ganas de mojarme y menos de enfermarme. 

Nuevamente el ambiente se sintió tenso hasta varios minutos después, lo único bueno es que evité una posible pelea. Seguimos estudiando más silenciosamente esta vez, aunque mi amigo parecía irritado. Después de un rato Aaron salió de la habitación, en ese momento sentí que podía respirar tranquilamente. 

— Esto me preocupa. — habla el pelirrojo, lo miro intrigado. 

— ¿Qué cosa? — pregunto dejando el libro a un lado. 

— Aaron. — dice casi en un susurro. — No me gusta ver cómo te trata, pareciera que quisiera controlar cada cosa que haces. 

— No es tan así. — contesto sintiéndome un poco nervioso, no es un tema que me gustaría tocar. Sé que él tiene comportamientos bastante nefastos pero no puedo evitar ver los cambios de cómo me trata ahora a cómo me trataba antes, obviamente es mejor ahora. Fred no sabe nada de las cosas que pasaron entre nosotros, si las supiera quizás entendería mejor las acciones de Aaron y las mías. No pienso decirle de todas formas, aún no tenemos tanta confianza y son temas que prefiero evitar. 

— ¿Lo dices en serio? — pregunta indignado. — Dominik, no deja de vernos desde que llegué, incluso hizo que viniéramos a su habitación para poder vigilarnos mejor. Está enfermo, da miedo. — al ver que no respondo, respira hondo y continúa. — Vi las marcas en tu cuello de hace unas semanas, antes se veían marcas en tus brazos también. ¿Qué se supone que debo pensar con eso? 

— No tienes que pensar en nada porque es problema mío, no tuyo. Sé defenderme, sólo no te metas más. — suelto a la defensiva, sin medir mis palabras. Fred baja la mirada sintiéndose herido, la culpa se estanca en mi pecho. — Lo siento, no quería...

— No, está bien. — responde poniéndose de pie. — Creo que es mejor que me vaya, no quise molestarte. 

Se levantó y comenzó a guardar los libros en su mochila, me quedé quieto viéndolo, sin saber qué hacer. Reaccioné cuando vi que estaba yendo hacia la puerta, lo alcancé enseguida y lo detuve tomando su brazo. 

— De verdad lo siento, no quería decir eso. — le digo con honestidad, él se da la vuelta quedando frente a mí. — Son cosas de las que prefiero no hablar, eso es todo. 

— No puedes quedarte callado para siempre. — responde mirándome fijamente. 

— Escúchame, sé lo que esto puede dar a entender pero hay muchas cosas que no sabes. — suspiro mordiendo mi labio con frustración. — No soy la víctima en esto. 

— Eso no es lo que parece. — contesta poniendo su mano en mi hombro, tranquilizándome. 

— Las cosas rara vez son lo que parecen. — respondo. 

— Mira, entiendo que no quieras decirme nada y lo respeto, pero quiero que sepas que puedes venir a mi casa cuando quieras y quedarte el tiempo que gustes. El idiota de mi hermano mayor no está casi nunca, a mi madre le agradas mucho, así que cuando este imbécil te moleste sólo debes venir conmigo. — ofrece amablemente, sonrío agradecido. 

— Gracias, lo tendré en cuenta. — digo sintiéndome contento al pensar que se preocupa tanto por mí, apreciando su afecto. Me doy cuenta de que todavía lo tengo agarrado del brazo así que lo suelto bajando la mirada con algo de vergüenza, fue muy impulsivo de mi parte agarrarlo así en primer lugar. No quería que se fuera sintiéndose mal, y menos por una estupidez que dije.

Iba a preguntarle si quería quedarse un poco más cuando siento su mano sobre mi cintura, levanto la vista para averiguar qué hace y me sorprendo al verlo más cerca de mí de lo que creía. De un segundo a otro su mano libre me toma de la barbilla y sus labios se unen con los míos. No fue un beso brusco, fue suave, delicado. Mis ojos se cerraron inconscientemente, me quedé unos segundos perdido en esa nueva sensación. Mi parte racional quería separarse enseguida de él, pero por alguna razón no pude y sólo me quedé congelado hasta que el beso terminó repentinamente. Caí al suelo sin entender bien por qué, miré hacia arriba y ahí estaba la razón:

Aaron tenía a Fred agarrado del cuello. 




Continue Reading

You'll Also Like

30.8K 2.7K 14
Es una obra protegida con documentos legales. Queda prohibida su copia o reproducción total o parcial. Cuando Samuel Da Silva y William Delz fueron a...
5.3K 974 26
Sang se ha mudado de ciudad al iniciar la universidad, al llegar al campus conoce a Prem, su compañero de habitación, quien resulta ser un chico coqu...
747 95 1
Todos saben que en Grimore reinan las mentiras, los secretos, la cuenta bancaria más grande y el linaje más puro. Ser rico no es suficiente para entr...
197K 20.9K 39
Gadreel ha pasado toda su vida creyendo fielmente en la secta a la que su familia pertenece. No desobedeció hasta que el hijo del alcalde de la ciud...