Sokka acostumbraba a preguntar al resto, qué habían soñado, para exponer el mismo sus extraños sueños. Y Zuko entendió eso de una manera muy vergonzosa.
Se había levanto temprano, como comúnmente lo hacía, pero lo más extraño de todo, fue que Sokka se levantó tan deprisa, sonriendo. Que le asustó en cierto punto, algo andaba mal.
La mirada azul del chico de la tribu agua lo miró por un instante.
—¿Qué soñaste anoche? —preguntó, como era su costumbre.
Y Zuko sin pensarlo respondió al instante.
—Soñé contigo.
Sokka parpadeó, una felicidad le extendió, de seguro el chico fuego había soñado que peleaban juntos en una ardua batalla o que vivían el día a día.
—¿Y qué soñaste, Zuko? —había curiosidad en sus ojos. — ¿Acaso ganábamos la guerra? ¡¿O podía volar?! —expresó con entusiasmo las mil posibilidades.
La mente de Zuko viajo instantáneamente a partes de su sueño.
“¡Ah! Zuko ¡Siii! ¡Justo ahí! Masmasmas”.
—La verdad es que no me acuerdo.
Y se fue. Demasiado avergonzado. Dejando a un Sokka de brazos cruzados, atrás. Toph para su mala suerte había logrado captar todo. Sabía que Zuko mentía y sabía porque lo hacía.
Uy, hormonas de
adolescentes (? uvu