Carta a mi vida
Es un martirio.
Me visualizo como un ángel y no necesariamente por ser bueno y bondadoso. Me visualizo como uno por las plumas que tenía y que con el tiempo me han sido arrancadas.
Escribo esta carta, porque puede ser la última. La última con un final feliz o la última con un trágico final. ¿Trágico para quién? ¿Quién me extrañará? Cuestiones que no puedo dejar de preguntarme todo el tiempo con frecuencia, al final del día en las largas y frías noches de insomnio.
Las personas dicen que no muera, que tengo mucho por hacer, que soy fuerte e inteligente, que internet absorbe mi mente y de esa manera; influye en mis oscuros y melancólicos pensamientos. Conozco más la tristeza que la felicidad, y soy una persona sonriente.
Estar fuera de casa, sin ese grupo social al cual se le denomina familia, a ese grupo social al cual también se le llama amigos o conocidos. Solo la naturaleza y yo, los lugares que me traen tanta tranquilidad a mi mente. Estar ahí, me hace sentir en paz. ¿La muerte también puede ser tan bella? Porque me estoy enamorando de ella. Quiero danzar a su lado lo más pronto posible, quiero irme con ella y soltar ideales, conexiones, memorias y sentimientos.
Durante unos años estuve buscando algo que me atara a ti; vida. Pero ya no siento nada. Ya no te amo, ya no te quiero y no hay nada que puedas hacer para que vuelva amarte. Porque me dañaste, me heriste, me mataste aún estando a tu lado. La muerte arrulló mis pensamientos de venganza y dijo que era tan perfecto para ti.
Querida vida, ¿quieres saber por qué aún sigo contigo? Yo también quisiera saberlo. Quizá aún tenga cosas que hacer a tu lado pero eso no significa que las haré por gusto, con cariño o con amor. Los días que siga aquí serán el infierno al que todos temen. Serán el fuego que termine por quemar mis terribles y estúpidos sentimientos.
Vida, hace mucho que estoy contigo sin sentir nada. Hace mucho que me subí a un puente y salté en silencio.
Ahora te soy infiel con la muerte, vida.
Atte: Evan Fallter —IrrealKael