Seamos amigos (KawoShin)

Autorstwa CharlotMAD

22.8K 2.3K 2.4K

Evangelion AU preescolar. Shinji Ikari de 5 años y Kaworu Nagisa de 6 años, son un par de niños con historias... Więcej

La vida de Shinji Ikari
La vida de Kaworu Nagisa
Una nueva etapa
Encuentro indeseable
La travesura
Llamadas
Galletas, cuentos y desconfianza
Cambio de planes
Ganando terreno
¿Aprobación?
¡Todos al zoológico!
Hoy es tu turno
La reunión más especial
¿Qué es lo que siento? Parte I
¿Qué es lo que siento? Parte II
Trabajo en equipo
Cuestiones paternales
Sorpresas

El gran golpe

696 70 125
Autorstwa CharlotMAD

Kaworu Nagisa, su mejor amigo. Su único amigo. Kaworu Nagisa, el niño más tierno que había conocido. El más dulce, el más comprensivo, el más lindo. Kaworu Nagisa, su chico especial.

¿Cómo pudo haberlo tratado así de mal? Esquivar su mano, su abrazo... Todo sin ningún miramiento... Definitivamente repasarlo todo una y otra vez en su cabeza lo hacía sentir como la peor persona del mundo.

Sabía que debía compensar los malos tratos que le dio, pero ¿Cómo hacerlo? Si se desahogaba y le decía exactamente lo que ocurría, puede que Kaworu lo odiara. O no, tal vez no, pero quizás dejara de ser su amigo. O no, tampoco. ¿Por qué haría eso? Si Kaworu siempre le había demostrado un cariño muy sólido.

¿Realmente qué sería lo peor que podría pasar?

Que Kaworu no sintiera lo mismo, sólo eso.

Cada vez se sentía más resignado a lidiar con esa idea, pero también, cada vez la odiaba más. Enfrentar el rechazo sería durísimo, pero no tenía muchas opciones. Después de todo, peor que eso sería perder a Kaworu como su amigo. Como su mejor amigo.

Shinji no tenía mucha idea de qué ocurriría o de cómo terminaría el día, pero el huir como un cobarde solo lo había hecho sentir peor.

Era hora de enfrentarse a sí mismo.

---

Mientras transcurría el segundo recreo, Kaworu se dirigió rápidamente hacia el patio trasero como le había indicado Asuka. No esperó casi nada en el mismo lugar de las bancas, hasta que logró divisar a un confundido Shinji que seguía caminando torpemente a su encuentro.

—¿K-Kaworu...? —dijo en un hilo de voz, bastante avergonzado a la vez que se acercaba más a paso lento.

—Shinji... —avanzó hacia él rápido como por inercia, y al estar lo suficientemente cerca se percató de que había llorado un poco— ¿Te encuentras bien? —preguntó con voz suave.

—Lo siento, Kaworu —musitó suavemente.

—¿Qué? —respondió de igual forma— No te entiendo bien...

—Que yo... Lo siento mucho. Perdón... —se sonrojó al máximo y evitó su mirada. Aún así su tono de voz era increíblemente dulce y sosegado, por lo que Kaworu sonrió medianamente satisfecho.

—No te preocupes. Te... te perdono, Shinji —le dedicó una sutil sonrisa con la que Shinji se sintió un poco más confiado.

—¿Estuviste llorando otra vez? —el castaño intentó disimular— ¿Qué pasa, Shinji? —pronunció cada palabra con sumo cariño, lo que derritió el corazón al pequeño, aunque al mismo tiempo la tristeza seguía latente en su pecho.

—No te fijes... No importa... —quería saltarse explicaciones rebuscadas e ir al grano, pero contra todo pronóstico, Kaworu volvió a perder muy rápido la paciencia.

—¡Deja de actuar así!... —alzó la voz, aunque su tono seguía siendo muy cálido— Sólo dime qué te pasa, ¿Sí? —lo sujetó por los hombros, sosteniendo su mirada con preocupación— ¡Por favor! Si no me dices lo que te pasa, yo tampoco podré decirte lo que me pasa...

Hubo una corta pero notoria pausa entre ambos.

—¿Te pasa algo? —preguntó sorprendido, cambiando su semblante de uno totalmente abochornado a uno curioso en cuestión de segundos.

—Más o menos... —desvió la mirada— Pero tú eres el que lleva todo el día actuando muy raro. Así que debe pasarte algo peor que a mí...

—Sí, tal vez... —apenado, volvió a bajar su mirada.

Esta vez quedaron un largo rato en silencio, hasta que Kaworu lentamente tomó su mano. Por supuesto, esta vez Shinji no lo rechazó. Y tenía claro que más nunca lo volvería hacer. Su toque cálido era lo que siempre necesitaba para sentirse mejor.

—Eres mi mejor amigo, Shinji —el aludido volvió a mirarlo, y el tenue brillo en sus ojos indicaba cada vez más determinación— También el único que he tenido —Kaworu se encogió de hombros— Pero estoy seguro de que no podría tener a nadie mejor que tú. Por eso... odiaría que volviéramos a pelearnos.

—¿Lo... lo dices en serio? —aunque lo creía difícil en aquel preciso momento, Shinji comenzó a sentir súbitamente como las mariposas revoloteaban en su pancita otra vez.

—¡Claro que sí! Sin duda alguna... —Kaworu sujetó ambas manos y acortó todavía más la distancia entre ellos. Seguidamente pudo contemplar en su mayor esplendor que la tierna carita de Shinji estaba toda sonrojada, y que sus bellos y expresivos ojos estaban clavados en los suyos— Si alguna vez en estos días sentiste que me portaba algo extraño contigo... —desvió la mirada un segundo— No es porque me aburras o porque ya no seas interesante para mí, o algo así —tomó aire— Es por otra cosa, Shinji...

—¿Por qué cosa? —Shinji con una ingenuidad inmensa parpadeó un par de veces, confuso. A decir verdad no había notado esos detalles descritos por el otro chico. Todo lo contrario, era él mismo el que se había comportado como un cretino hace poco cuando su amigo sólo era amabilidad, encanto y cortesía con él.

Así que incluso llegados a ese punto, ni siquiera podía sospechar nada de lo que Kaworu diría. Se veía que era importante, sí, pero al tenerlo tan cerca después de tanto tiempo sin hablar como acostumbraban, se estaba embobando con mucha facilidad, hasta el extremo de comenzar a desconcentrarse por completo de sus recientes emociones negativas. En unos momentos olvidó su miedo, sus nervios y ansias. Sólo se conformaba con ver a Kaworu así de cerca mientras se perdía en sus ojos. La verdad no le importaba demasiado quedarse así todo el día.

—Tú sabes que los buenos amigos se quieren el uno al otro... Pero, Shinji, yo... —dio una pausa para tomar más aire y no tartamudear o titubear mucho— Yo siento mucho más que amistad por ti.

Shinji no podía creerlo. No quería creerlo.

¿Y si se trataba de una confusión o malentendido?

Kaworu no podía estarse refiriendo a lo mismo que le había dicho su madre... Lo mismo que él sentía... ¿O sí?

—No entiendo... —atinó a decir en el momento— Pero sí somos amigos, ¿No?

—Claro... ¡Claro! —sonrió Kaworu segura mientras continuaba acariciando su mano, poniéndose un poco nervioso— Pero yo... siento algo más... aparte de eso —bajó su mirada y esta vez Shinji fue quien buscó la suya mientras apretaba el agarre.

—¿Kaworu...? —dijo después de unos segundos de silencio.

—Tal vez creas que soy un tonto, pero... Me gusta estar contigo más que con nadie... —lo miró fijamente a medida que se acentuaba su sonrojo— Nadie más puede hacerme sentir como tú. Me gusta mucho abrazarte y tomarte de la mano. Y me gusta aún más cuando tú me abrazas, te acurrucas conmigo o me agarras del brazo.

—No creo que eso sea tonto —le dijo Shinji con ternura— No podría creer eso de ti —tales palabras hubieran sido suficiente para calmar por completo a Kaworu y animarlo a seguir, pero de pronto Shinji sintió que no podía aguantar más— Yo... creo que también siento algo así...

—¿En serio? —abrió ligeramente los ojos— ¿Estás seguro? Porque... no quiero asustarte, pero si fuera por mí, podría abrazarte todo el día, podría tomar tu mano siempre, podría b-- —se calló de golpe para no decir una barbaridad— pero no sé si tú querrías eso...

Shinji sentía la cara muy caliente. No podía tener fiebre, ya que se sentía fenomenal. Quizás como nunca en toda su vida. Kaworu mientras tanto estaba ciertamente sorprendido. Sin duda alguna estaba observando su propia expresión ilusionada, reflejada al 100% en su adorable amigo.

—Sí lo quiero, Ķaworu... —se encogió de hombros, cerrando los ojos con alegría— ¿Por qué no? —lo atrajo hacia sí lentamente, hasta quedar sus narices casi tocándose— Si hasta quisiera irme a vivir al bosque sólo contigo —rio con timidez al recordar la "promesa" que habían hecho, lo que a Kaworu le pareció sumamente tierno.

Estaban tan absortos en su mundo compartido, que a penas se percataron de unos cuantos ruidos provenientes del patio frontal. Parecía que alguien se acercaba, así que Shinji tomó de la mano a Kaworu y velozmente lo llevó detrás de unos pequeños matorrales en donde nadie los vería. Una vez se acomodaron, Kaworu estrujó en sus brazos a Shinji con toda la energía contenida.

—Oye, en serio perdón por lo de hoy en la mañana... Yo... sí que me comporté como un idiota... —dijo el pequeño castaño.

—Sólo un poquito —respondió y luego ambos rieron.

Se miraron fijamente unos segundos sin decirse nada. Shinji se sentía muy relajado de nuevo, y Kaworu ya no estaba pensando con mucha claridad por lo que de un momento a otro, y sin vacilar más, tomó el rostro de Shinji y depositó un suave beso en su mejilla rechoncha.

Shinji en respuesta se sonrojó mucho pero sonrió, extremamente contento y satisfecho por la iniciativa de su amigo. Luego se lanzó a sus brazos nuevamente, procurando esconder la cara en su pecho para que no viera su expresión.

—Bueno... también tengo algo para ti —dijo Kaworu, rascándose la cabeza tímidamente.

—¡Oh! ¿De verdad? ¿Qué es? —la felicidad lo invadió antes de percatarse de que no tenía nada para él.

—Es sólo algo que hice ayer, mientras estaba en cama. Especialmente para ti...

Shinji se sintió un poco más avergonzado de recibir el regalo con esa declaración.

—Kaworu, muchas gracias, pero... No tenías que molestarte por mí —Susurró agachando la cabeza.

—Oh, está bien —intentó calmarlo— No demoré nada, y además, no es algo sólo para ti. Es para ambos —se mordió el labio, un poco nervioso.

—¿Para ambos? ¿A qué te refieres?

Kaworu metió la mano a uno de sus bolsillos y sacó una pequeña cajita que no estaba en absoluto adornada, ya que esperaba que Shinji le diera toda la importancia a su contendido.

—Pensaba dártelo hoy, y en este momento. Pero sólo si me sentía seguro de que podía... —tardó unos momentos, pero finalmente le cedió la pequeña caja a su amigo— Puedes abrirlo.

Shinji cuidadosamente tomó la cajita, y la abrió con parsimonia.

—Es... ¿un anillo? —preguntó Shinji con mucha curiosidad, tras ver el interior.

—Dos anillos. Uno para ti, y otro para mí —al ver que Shinji seguía medio incrédulo, continuó explicando— No quise regalarte anillos de dulces, porque estos son para algo muy diferente. Los hice con banditas adhesivas y papel de aluminio y...

—¿Significa que estaremos juntos por siempre? —Shinji vio que uno de los anillos tenía su inicial escrita e interpretó libremente que él tenía que ponerse el otro para hacer juego.

El albino se sorprendió con dicho gesto. Se suponía que cada uno debía usar el anillo con la propia inicial, no con la del otro. Pero esta vez Shinji había tenido una mejor idea, o tal vez un mejor instinto.

—Significa eso, sí. Que estaremos juntos... por siempre —tras ponerse también su anillo, con la inicial de Shinji, Kaworu entrelazó sus manos, asegurándose de mirarlo fijamente a los ojos y viceversa.

—Me gustas mucho, Shinji —dijo finalmente Kaworu.

—Y tú también a mí... —respondió, con el corazón lleno de felicidad, acercándose poco a poco con toda la intención de besarle la mejilla.

—¡Shinji...! ¡Shinji...! —Asuka gritaba por el patio junto a Rei, ambas estaban algo preocupadas por el niño Ikari, al haberlo visto tan mal anteriormente.

Kaworu salió de los matorrales con su amigo, y juntos corrieron hacia ellas.

—Mira, ahí vienen... —dijo Rei por lo bajo.

—¡Ah! Con que ahí están... y vienen de la mano como siempre... Qué tontos, se arreglaron enseguida.

En lo que quedaba de tarde, los cuatro jugaron juntos en los recesos y el almuerzo, sintiéndose felices, y Kaworu y Shinji, completamente enamorados.

---

Shinji volvió a su casa totalmente agotado ese día, por el uso desmedido de energías y emociones de todo tipo, pero aún así eso no lo limitó para contarle a su madre la mejor noticia que había recibido nunca: Kaworu, su mejor amigo, la persona con la que mejor lo pasaba y a quien había aprendido a querer de una forma antes desconocida, no sólo aceptaba sus sentimientos, sino que se sentía de la misma forma.

Yui estaba feliz por Shinji, aunque muy sorprendida. Kaworu aparentemente le había regalado incluso un anillo a su hijo, y este parecía de lo más contento e ilusionado. Eso la hizo confiar mucho en el cariño y confianza mutua que se tenían los dos, así que luego de decirle a su hijo que ya no se preocupara más de nada con respecto al tema, le preparó un sándwich ligero y un poco de leche caliente para mandarlo a dormir temprano.

Pero a pesar de la infinita alegría de su pequeño, seguía algo preocupada por las posibles repercusiones del asunto. Tal vez había que reconsiderar la opción de hablar con su esposo, ya que no pensaba que estuviera listo para procesar algo que avanzaba además tan rápido. Un día eran amigos, ahora se habían declarado con anillos a juego y en algunos años más tal vez y hasta se considerarían "novios". Quería sacar esa idea de su mente únicamente por el miedo que le tenía a la reacción de su cónyuge, al enterarse de que su propio hijo podía ser homosexual.

Su única opción válida desde ese momento, era ser una buena madre.

Por Shinji.

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

289K 22.8K 51
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
353K 39.3K 81
✮ « 🏁✺ °🏆 « . *🏎 ⊹ ⋆🚥 * ⭑ ° 🏎 𝙛1 𝙭 𝙘𝙖𝙥𝙧𝙞𝙥𝙚𝙧𝙨𝙨𝙤𝙣 ✨ 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙚𝙨 𝙩𝙤 𝙡𝙤𝙫𝙚𝙧𝙨 ¿Y si el mejor piloto de l...
158K 7.6K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
131K 15.2K 25
SLOWBURN :: Es difícil explicar cómo mierda había llegado aquí. Se supone que solo era un pequeño secreto, mi pequeño secreto; ese tipo de secretos q...