십팔. / dieciocho.
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TaeHyung.
Era de día, el sol atravesando las persianas de la ventana en la habitación me lo hizo saber. No pude dormir en toda la noche, me sentía cansado y sabía que mis ojos están hinchados de tanto haber llorado sin descanso. Decidí, después de darle tantas vueltas al asunto; irme por unos días y despejar mi mente lejos del dolor y el constante recuerdo de su engaño.
Le marqué a mi madre, HoSeok quiso que mi abuela y ella tuvieran un lugar propio, así que les compro una casa amueblada con todo lo necesario a nombre de ellas. Al inicio fue difícil que aceptaran, pero tanto mi madre como mi abuela sabían que no tenían que estar en un espacio donde HoSeok y yo estábamos iniciando una etapa de nuestras vidas, así que aceptaron.
Al tercer timbre, descolgó- ¿TaeTae? ¿mi amor? -lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
- M-Mamá...
- ¿Está todo bien, cariño? te escuchas diferente -preguntó SunMi, preocupada.
- No es nada importante mamá -limpie mis mejillas- ¿qué tal estás?
- Conseguí un nuevo empleo en una pequeña cafetería como mesera, ¡no sabes lo emocionada que estoy! -sonrió levemente- he estado dándome la oportunidad de conocer a alguien... es un hombre realmente respetuoso.
- Me alegra tanto, mami...
- Me alegra tanto que lo aceptes, osito -sonrió, era un apodo que le decían mucho de pequeño- ¿qué tal todo con HoSeok? -un nudo se instaló en mi garganta, aguante mis ganas de llorar, no quería que mi madre lo supiera.
- Todo muy bien -respondí simplemente- quiero ir a visitarte... ¿te molesta si voy?
- ¡Por supuesto que no, mi amor! ¿sabes? puedo hacer unas ricas brochetas de cordero e invitar a JiYong para que al fin se conozcan -sonreí, realmente amo por fin escucharla tan feliz.
- Por supuesto mamá, en una hora estoy por allá.
- ¡Excelente, bebé! está vez me luciré para hacerles algo rico a HoSeok y a ti -me tense ante eso.
- H-HoSeok no p-podrá ir.
- ¿Mmm? ¿por qué, cariño? ¿paso algo?
- N-No, solo que tiene demasiado trabajo en la empresa -trate de sonar lo más natural posible.
- Está... bien -habló, no muy convencida- entonces aquí te espero, cariño. Te amo.
- Yo también te amo, mami.
Colgué, luego de echarme a llorar. Cada vez dolía más, esta opresión en mi pecho es horrible, no creo poder soportarlo más. Me bañe rápidamente y me puse ropa cómoda, una camisa estampada, pantalones holgados y unos zapatos cerrados, hacía muchísimo tiempo que no me vestía así... tan yo. Tome una mochila, tenía estampados de corazones con rostro y varios perritos con suéter amarillo, uno de los tantos regalos de HoSeok que me trajo de Japón. Guarde lo necesario y salí de la habitación, bajando las escaleras con rapidez, deteniéndome abruptamente al ver a HoSeok acostado en el sillón completamente dormido. Pensé que iría a trabajar, tenía sus ojos hinchados y un rostro que delataba cansancio. Suspiré triste y escribí una nota para no despertarlo, sabía que si lo hacía, jamás dejaría que me fuera.
Y pensar que aún lo sigo amando como si fuera la primera vez.
"Me voy durante un par de días. No me busques, necesito estar solo para pensar mejor las cosas. Por favor, cuídate, come bien, duerme tus ocho horas y piensa en nosotros antes de hacer cualquier cosa.
Kim TaeHyung"
Cientos de pensamientos inundaron mi mente desde el instante en que el taxi dio marcha, la sensación de pérdida me impedía respirar. Algunos sobre que, posiblemente HoSeok no tuviera la culpa... él admitió haber bebido demás, quizás la mujer se aprovechó de su estado para que se acostaran... pero rápidamente mi mente me gritaba lo patético que era por querer buscarle una justificación a sus actos, me engaño, me engaño el día que lo vi con aquella mujer encima en su oficina y me engaño con la mujer de Londres, nada de esto hubiera pasado si al inicio me hubiera sido sincero sobre que ya no le intereso y solo fui un simple entretenimiento para él. Sorbí mi nariz, deseando profundamente poder olvidarme tan solo unas horas de HoSeok.
Toque un par de veces frente a la casa de mi madre, a los segundos abrió un hombre de cabellos oscuros y ojos del mismo color rasgados y con facciones definidas.
- Así que tú eres el pequeño TaeHyung, ¿no? -me sonrió.
- S-Sí... soy yo -murmuré un tanto avergonzado, mi madre y sus apodos.
- Bienvenido, pasa -me incliné ante él y lo hice- un gusto conocerte, soy Kwon JiYong, el pretendiente de tu madre -me guiño un ojo al decir lo último, reí divertido.
- Mucho gusto, soy Kim TaeHyung.
- Ven, tu madre está en la cocina.
La casa es realmente acogedora y minimalista, exactamente como le gustaba a mi madre. El aroma a inciensos y música suave de jazz de fondo me hizo sentirme feliz al instante, como en aquellos tiempos cuando era niño y llegaba de la escuela después de un largo día, viendo a mi mamá bailar y cantar al ritmo de la música, me daba un beso en la mejilla de bienvenida y preparaba mi comida favorita.
Justo como ahora.
- ¡TaeHyungie! -me abrazo con fuerza, hice lo mismo, recargando mi mentón en su hombro.
- Te ves muy bonita, mamá -dije, ya que tenía un vestido amarillo que combinaba con su piel blanca y un ligero maquillaje.
- Y tú estás tan apuesto, como siempre mi vida -pellizco mi mejilla y beso mi frente.
- ¿Debería sentirme celoso? -preguntó JiYong.
- ¡Exagerado! -acusó mi madre, causando risas por parte de ambos- cariño, él es JiYong, ¿qué te parece?
- Te demoraste mucho en aceptar a mi hombre, así que no cederé tan fácil -reí.
- Tendré que esforzarme al triple -suspiró JiYong, fingiendo cansancio.
- Y mucho -recalqué, divertido.
- ¿Tienes hambre? las verduras al horno están casi por salir.
- Muero del hambre -admití, el sonido de mi celular inundo la sala.
- Iré a sacar la charola.
- Te ayudaré a poner la mesa, alcánzanos al terminar, TaeHyung -habló JiYong, desapareciendo ambos por la puerta de la cocina.
- ¿Hola?
- Hola, mi amor -mi corazón comenzó a latir rápidamente.
- ¿Paso algo? -mi voz sonó tosca, no pude evitarlo, pero aún me sentía muy mal.
- No cariño, es solo que... m-me acabo de levantar y vi t-tu nota, quería saber dónde... dónde estás, bebé.
- No necesitas saberlo, HoSeok -el nudo en mi garganta me impedía hablar bien- te pedí unos días, por favor evita llamarme, buscarme o escribirme... estoy bien, solo por favor... dame mi espacio.
- E-E...Entiendo -respondió con voz rota- te prometo que no te molestaré... -escuché un sonido lastimero del otro lado- estaré aquí esperándote, mi amor. Te amo... -sollozó- lo siento tanto.
- Adiós, HoSeok.
Colgué antes de que pudiera decirme algo, mis piernas temblaban y me costaba respirar. Sabía que caería otra vez si lo escuchaba de esa manera y eso era lo que menos quería.
HoSeok.
Al despertar me sentí muy aturdido, pensé que todo había sido una horrible pesadilla y que TaeHyung estaría en la cocina preparándome el desayuno como siempre solía hacerlo... pero no fue así.
Estaba solo, nuevamente estaba en la soledad de mi casa, y eso me aterraba.
Cuando vi la nota y la leí, sentí que mi mundo colapsaba, se fue, TaeHyung se fue de la casa, sus cosas no estaban en su habitación, era como si jamás hubiese existido.
Horrorizado marque su número, necesitaba saber dónde estaba, me volvería loco si tuviera la intención de no regresar, ¿qué sería mi vida sin TaeHyung? yo no soy nada sin él.
Decepción, dolor y tristeza se instaló en mi pecho luego de esa llamada, él ya no quería saber de mí y tiene todo su maldito derecho de hacerlo... fui un maldito bastardo y tuve que luchar con todas las últimas fuerzas que me quedaban para no subirme al auto y buscarlo como loco por todo Seúl.
Deseaba tanto tenerlo a mi lado, deseaba tanto el perdón de mi pequeño.
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