EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, DO...

By CarlosMauriciojr

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Este libro forma parte de la saga Experimentos Los Orígenes pero no necesitas leer Inmunes para entenderla El... More

DEDICATORIA
Primera Parte
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Segunda Parte
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
Tercera Parte
22
23
24
25
26
27
28
29
Epilogo
NOTA DEL AUTOR
ELENCO

30

54 3 6
By CarlosMauriciojr

April

Era obvio que perdimos nuestra única oportunidad de salir desprevenidamente se luego de haber perforado el cráneo a Marron Whintinfield.

¡Bang!

¡Por fin esa perra estaba muerta!

—¡Rayos! —al costo de crear una alerta.

Los pasillos se oscurecieron y fueron iluminados por luces rojas que eran encendidas y apagadas cada cinco segundos acompañados por una estridente alarma.

—¡April! —y Rick estaba preocupado— ¿Qué hacemos?

Teníamos poco tiempo...

—¡Oh no! —y muy mala suerte.

—¡Ahí estan! —Guardias, de cualquier genero, comenzaron a aparecer.

Todos apuntándonos con armas que solo creí ver en vídeo juegos. Sin duda la mejor forma de decir que ya no era necesario seguir con esta mierda de Sexo Perfecto e Imperfecto.

Afortunadamente nosotros estábamos preparados.

—¡Ahora! —como en la Sr y Sra Smith.

Rick y yo le disparamos a quince guardias, apuntando al único punto que les daba muerte definitiva.

El caneo.

—¿Qué de...? —Selwin, en cambio, parecía sorprendido, como sí no pudiera creerlo.

—¿Qué? —Y esa era mi parte favorita de este trabajo—¿Creíste que nos enviarían aquí sin entrenamiento?

—Eso pensé —Los guardias quedaron derribados, como un montón de cadáveres esperando ser descompuestos.

—¡Rayos! —pero había más.

Y no teníamos muchas balas.

Solo nos quedaba una opción.

—¡Corran! —la buena noticia era que estábamos en el piso del gran salón.

Rick y yo teníamos las armas Selwin, en cambio, contaba con un par de manos que nos fueron útiles al llevar a Allison en medio de estos pasillos vigilados por los guardias que usaban el verdadero uniforme de La Zona.

—¡¿A dónde tenemos que ir?! —Selwin no estaba informado de todo.

—Al gran comedor —gritó Rick—, donde se celebra el Torneo de la Vida.

—¿Acaso estan locos?

—No —dije—. Es la única salida que tenemos.

—¿En el comedor?

—Un ducto especial que esta en el congelador, para ser más específicos.

—¿El congelador? —solo que para él todo esto era nuevo— ¿Cómo en el León, La Bruja y el Ropero?

—Tal vez. De esa forma podríamos salir de este maldito infierno.

Solo podíamos correr y disparar a los guardias que en un momento fueron humanos.

Disparábamos al ritmo que perdíamos las municiones, mientras que ellos nos dirigían el brillo de sus apuntadores, en vez de la palabra.

—¡Rayos! —ya no teníamos más balas.

—Haste a un lado —Pero Rick no se estaba preparado.

—¿Qué vas a hacer?

—Lo que me dijiste que hiciera en caso de una emergencia.

—¿Espera qué? —Sacó de su pantalon una pequeña granada de mano— no estarás... —. Como en las peliculas...— ¡No!

...tiró del seguro...

Bang ...

...y creo una explosión colosal.

Nunca había visto algo así.

—¡Oh por Dios! —...y Selwin tampoco.

Los diez guardias que nos detuvieron explotaron junto con la pared que teníamos delante de nosotros.

—Ahora hay más espacio —Y una alerta mayor— ¡Miren!

Afortunadamente no estábamos tan lejos.

Corrimos entre los pasillos hasta para dar con la puerta que conducía al gran salón.

Él único lugar que nos ofrecía la opción para escapar...

—¡Mierda! —...siempre que no estuviese protegido.

¡Esto sí fue culpa de Mike!

El Gran Salón estaba repleto de guardias, vestidos como los que nos atacaron, todos sujetando a miembros por igual pero sin tener algún arma sobre su cráneo, con la excepción de un chico que permanecía en el centro del lugar junto a dos lideres de La Zona.

—¡Oh Melody! —no podía ser verdad—, pero que sorpresa —por qué teniamos que encontrar a Mireya Arnowin y a su nefasto novio Lawrence—. No sabíamos que te interesara tanto el torneo de la vida— vigilando el centro del escenario y dirigiéndome la palabra como sí aun me sintiera capaz de obedecer sus estúpidas ordenes— ¡Y trajiste a mi príncipe! ¡Pero que grata sorpresa!

Había guardias por todas partes.

Y aparecieron más.

—¡Oigan! —los guardias nos atraparon, tomaron nuestras armas y — ¡No! —se llevaron a Allison.

¡No podía ser cierto!

¡Todo ese trabajo y esfuerzo...!

—¡Allison! —...para nada—. ¡No se la lleven!

—Debemos hacerlo —dijo Mireya— es nuestro deber asegurarnos de que todo este en orden.

—¡Maldita bruja! —pero ahora me sentía deseosa de atacar

—Ah-ah-ah —lamentablemente no podía—, me temo que no voy a permitirlo. Además no tengo deseos de enojarme contigo, luego de que me trajiste a mi príncipe.

—No soy tu príncipe —y Selwin tampoco quería seguir— ¡Miserable arpía!.

—¡Connor!, ¿pero qué clase de modales son esos? —dijo Lawrence— no te dije que le tuvieras más respeto a los miembros del Sexo Perfecto.

—¡No me llamó Connor!.

—Por favor. No te crié para que me hablaras de esa forma.

—¡Tú no me criaste! ¡Maldito mentiroso!

—¡Connor!, pero ¿Qué sucede contigo?

—¡Y deja de llamarme "Connor"!

—Pero ese es tú nombre. ¿Acaso Tyler no te cuidó en esos momentos que necesitaste ayuda?

—¡No me llames así! —la rabia era mutua— ¡Mi nombre es Rick!

—¡Y yo soy Selwin! —lamentablemente el no tener un arma para defenderse solo empeoraba las cosas.

—¡Uy!, pero que sensibles. Supongo que ustedes ya tienen una idea de todo lo que esta pasando.

—Así es —dijo Selwin—. No tienes que fingir más.

—Pues que mal. Porque me temo que sí se niegan a seguir nuestras reglas los vamos a tener que castigar.

Selwin

Despertar en este infierno con todos mis recuerdos devueltos fue como colocarme en una de esa escenas donde estar atrapado era la perfecta señal para decirnos que debíamos entregarnos.

—¡Connor! —pero al ver que tenían a alguien que creía muerto...

—¡Tú! —...despertó en mi la curiosidad de creer sí iría o no a verlo como lo hacía antes.

—¡Estas vivo! —no podía creerlo.

¡Cameron!

El mismo chico que amenazó con clavarme una navaja el día del levantamiento estaba aquí...

—¡Y Tyler! ¡Tú también estas vivo! —...creyendo ser Nick, como sí nunca me hubiese hecho algún daño.

Todo volvio a mi cabeza, por eso no podía verlo como al hermano que me obligaron a tener.

Él intentó matarme.

—¡No! —y April temía por cualquier cosa que viera —¡No puede ser! —como el cuerpo que estaba reposando en el suelo— ¡Mike! —. Una inesperada sorpresa que dejó a April sin palabras— ¡No! —porque la hizo ver a Cameron— ¡tú! —como sí creyera que en realidad él estuviese trabajando para La Zona.

—No es necesario que te enojes, Melody —dijo Mireya—. Él muchacho no tuvo nada que ver, y al juzgar por su comportamiento yo diría que ese tipo fue el que le dijo la verdad.

—¡Miserable!

—Vaya vocabulario, aun no logro entender como lograste engañar a nuestros sistemas de defensa.

—Hemos tenido infiltrados entre ustedes desde que se llevaron a los nuestros —continuó Rick—. Fueron ellos los que me ayudaron a despertar.

—Y es una lastima, porque tu también eras muy bueno en la cama.

—¡Cállate! —Rick deseaba poder moverse.

Lamentablemente Mireya tenía la ventaja.

Bang

—¡No! —Ahora solo eramos April y yo contra un ejercito esperando la señal de Mireya.

—Pero que forma más patética de morir —dijo el hombre al que llamé Padre.

—Lo sé, Lawrence. Pero no olvides que se trata de los humanos. No son capaces de comprender lo fácil que es para nosotros hacerlo.

—¿Fácil? —April, en cambio no parecía sorprendida sino desesperada, como sí estuviese harta de ver eso— ¿Cómo pueden decir eso? ¡ellos eran mis amigos!

—Y por eso es que nuestra raza logra progresar —dijo Lawrence.

—¿Qué dijiste?

—Esas tonterías de amistades y amores son un estorbo. Lo importante es desarrollar y evolucionar de cualquier cosa que lo limite.

—Yo podría matar a Lawrence y no me sentiría débil —continuo Mireya— ustedes en cambio hacen demasiado lamento por ver morir a alguien. Por esa razón que su raza es tan débil. No pueden superar las simples emociones, por eso deben ser destruidos —Lawrence sacó de su pantalón un pequeño control—, y por como vemos...

—¡no!

—¡...es hora de empezar!. —Todo fue tan rapido.

Lawrence oprimió un botón y en segundos un silbido comenzó a escucharse de un guardia, al que él le dirigió el control.

Él tipo sujetaba a una chica.

—¡No! —la cual se veía asustada— ¡No pueden hacerme esto! ¡Soy la hija de la directora del sistema de salud!.

—Querida. Me temo que nada de eso es cierto —dijo Mireya— y ahora ya no nos sirves de nada...

3..,

2...,

1...,

Bang.

—¡No! —el hombre que sujetó a la chica estalló acabando con la vida de los dos.

—Amo esa parte.

—Lo se querida, yo también —y todo se volvió a repetir...

Bang

Una y otra vez.

Bang

Los guardias emitieron el pequeño sonido que provenía desde la parte superior de sus chalecos antibalas. Un sonido que traía consigo a la muerte de cualquiera que sujetasen.

Bang.

Como un control de televisión.

—¡Detente!

—¡Tú no eres nadie para darme ordenes!.

—¡Miserable! —y ahora yo era el más preocupado— ¿Por qué nos hacen esto? ¿Quiénes son ustedes?

—Ha, ha, ha —Lawrence actuó como mis gritos de dolor fuesen un chiste viejo— Oíste eso, cariño. No tiene idea de quienes somos.

—¿Y qué esperas de alguien que no conoce el progreso de la humanidad?

—¡¿A eso llaman progreso?! ¡¿A la muerte?!

—Solamente nos deshacemos de lo que no sirve —dijo Mireya— como lo hicimos con estos cuerpos.

—¿Qué? —y ahora mi mente entró en duda— ¿Acaso ustedes son humanos?

—¡No te atrevas a llamarnos así! —gritó Lawrence— ¡Somos...!

—Infectados —intervino April.

—¿Qué?

—Seres humanos que fueron infectados por la plaga que ellos se denominan ser.

—Pero que nombre tan vulgar para referirse a nosotros —Mireya no se sintió complacida ante tal palabra.

—Así es —dijo Lawrence— nosotros somos la salvación del planeta.

—Ustedes son unas viles basuras que merecen llamarse "Infectados" porque infectaron nuestro planeta; mataron a muchos inocentes o los convirtieron en marionetas.

—Nosotros tomamos lo que necesitábamos —dijo Mireya.

—Robaron los cuerpos de quienes no pudieron matar y los usaron como sí siempre hubiesen sido suyos. Y lo se porque mi madre fue una infectada.

—¿Tú madre?

—Antes de que todo esto pasara ellos eran humanos, como nosotros. Pero mataron a los verdaderos dueños de esos cuerpos y los usaron fingiendo ser ellos.

—Les dimos un mejor uso a estas insípidas formas —comentó Mireya—. ¿Acaso la dueña de este cuerpo aprovechaba su uso trabajando como actriz?

—¡Esperen! —entonces la reconocí— ¡Ella es "Veronica Castro"!

—Lo era. Ahora soy Mireya Arnowin. Una de las directoras principales de la salvación

—¡Ustedes asesinaron inocentes!

—Nadie es inocente, April. Nuestra raza eliminó lo que no servía, pero sí no te sientes dispuesta a entenderlo...

—¡No!

Bang.

—...Me temo que no vivirás mucho.

—¡No!—ahora si me sentía solo—. ¡April!

Verla desplomarse me hizo entender que estaba en un verdadero infierno.

April...,

...Rick...,

...La chica de la camilla....

...El tipo del piso...,

Todos arriesgaron sus vidas por mi...

—Miserables —...y no era capaz de contener más la ira— ¿Por qué nos hacen esto?

—No lo vez, Connor.

—¡Deja de llamarme "Connor"!.

—Lo sé, Príncipe. Pero no tienes que ser así con la mujer que te salvó la vida.

—¡Tú no has hecho nada por mi!

—Estas equivocado, o no te dijeron que de no ser porque yo lo decidí tu habrías muerto.

—Y no habría estado encerrado seis meses en esa habitación trabajando como esclavo sexual.

—¡Esclavo sexual! —Lawrence actuó sorprendido— Mireya, sí que te divertiste.

—Así es. Por eso voy a extrañar tanto este lugar. Y quizás a mi príncipe.

—¡No soy tu príncipe!

—Te di una buena vida.

—Ustedes nos separaron de nuestras familias

—Fue por el bien del mundo.

—¿Cómo pueden llamar "bien" a esto?

—Porque ustedes hicieron lo mismo. Los humanos llamaron "progreso" a las guerras, los asesinatos y la contaminación. Ustedes estuvieron a borde de destruir el planeta que tuvo la suerte de tener a una raza que logró evolucionar lo suficiente.

—¿Evolucionar? —pero Nick seguía confundido—¿Quiénes son ustedes?

—Nosotros pertenecemos una raza que siempre ha habitado en su mundo, solo que nunca notaron nuestra existencia porque eramos lo que ustedes consideraban como plaga.

—Solían llamarnos Arañas —Dijo Lawrence.

— "Arácnidos" sería el termino correcto.

>>Nosotros eramos una insignificante raza que vivía entre ustedes, siendo aplastadas, envenenadas o encerradas en frascos, como viles prisioneros.

>>Pero todo cambio cuando la empresa que hoy en día es conocida como La Zona nos dio una oportunidad de vivir.

>>Durante años diversos humanos estuvieron capturando a varios de los nuestros y llevándonos a esas instalaciones para estudiar nuestra anatomía y aplicar diversas pruebas con el fin de buscar una solución a su problema de la sobre población, pero lo que no vieron era que en realidad nos hacían fuertes.

>>Comenzamos a desarrollar defensas, volvernos inteligentes y hábiles, todo mientras que nos contemplaban como simples arañas, incapaces de rebelarse.

—¿Rebelarse?

—Escapamos de las cajas y nos subimos en las cabezas de los humanos; entramos por sus oídos y al hacerlo solo teníamos que picar nuestros aguijones en su cerebro para así tener control, acabando primero con la vida del verdadero dueño. Lamentablemente no todos tuvieron la misma suerte.

>>Algunos humanos poseían sistemas inmunologicos que los salvaba al momento que entrabamos; muchos de los nuestros murieron por ser alérgicos a dichas defensas, otros en cambio tenían un sistema de defensa especial que enfermaba a las personas al igual que a nuestro miembro. Eso ocasionaba la muerte en ambos.

>>Ustedes era muy impredecibles.

>>Cada vez que alguien invadía un cuerpo se arriesgaba mucho porque solo el treinta por ciento lograba controlar. Lo que sí aprendimos era que ustedes terminaban de desarrollar sus sistemas después de cumplir 21 años, por eso solo nos encargamos de infectar adultos.

>>Con el paso de los años nuestra raza logró apoderarse de un tercio del planeta sin que lo vieran porque creían que eran personas sanas. Eso nos permitió expandirnos. Dejábamos crías en casas y esperábamos a que crecieran lo suficiente para que controlados. Así fue como creamos nuestros laboratorios, ejércitos y a La Zona. Una organización que se hizo pasar como una compañía farmacéutica que se pudo infiltrar en los lugares más importantes del mundo, haciéndoles creer que podíamos encontrar curas contra enfermedades mortales. Así fue como logramos superarlos.

—Son unos malditos.

—No, Connor. Somos la evolución.

Nick

—¡No! —Los guardias mataron a la miembro que supuse debió ser la que Mike me habló.

Ella era de los rebeldes, como ahora Connor también lo era.

—Y como te darás cuenta —El mismo al que tenían en la mira—, no te necesitamos para esa evolución —mientras que Mireya daba las ordenes él idiota al que durante todo este tiempo llamé "Padre" tenía el pequeño control en su mano, dando la orden de manera consecutiva.

Los guardias explotaban junto con el miembro por causa del dispositivo que tenían en la parte superior del chaleco antibalas, como el que llevaba puesto. Eso significaba que Lawrence podían hacer que me matarán con solo oprimir un botón.

Tenía la ventaja de que Mireya me quería para la segunda fase, ya que ningún guardia me tenía sujeto o apuntándome y ambos estaba distraídos.

¡Podía escapar!

—¡Demonios! —pero no podía irme sin él.

Connor era la única familia que me quedaba.

—¿Pero qué? —clavé mi cuchillo en su espalda tres veces, de la misma forma que lo hice en el LaserTag— ¡Ahhhhgggggg! —al dar la cuarta puñalada lo enterré tan profundo que él mango empezaría a penetrar la piel— ¡tú! —al mismo tiempo que Lawrence soltaba el control.

Era mi oportunidad.

Lo tomé, me quité el chaleco, lo coloqué sobre su cabeza...,

—¡No te atrevas!

—Lo siento —...oprimí el botón...—, pero nunca me gustaron tus huevos.

Bang

... y su acabó...

—¿Qué? —...dándole paso a Mireya— ¡Ahhhh! — con un disparo en la pierna derecha.

Sin alguien dando ordenes los guardias permanecieron tiesos porque no tenían control sobre sí mismos, ahora entendí por qué Clint nunca me reconoció...

—¡Tú! —y el miembro al que durante todo el tiempo que viví dentro de este falso mundo era libre —¡Estas vivo! —Pero me miraba como sí le hubiese hecho algún daño.

—Maldito —Mireya seguía viva y los guardias podían acatar su orden— ¡Mantelos...! ¡Mantelos a los dos!

Esa fue la señal.

—¡Ahhhgggrr! —para disparar mi última bala sobre su pecho.

Lamentablemente los guardias habían acatado la orden.

—¡Cuidado! —Ambos no teníamos un chaleco antibalas. Pero sabía a donde debíamos ir—. ¡Sígueme! —y tenía en mis manos el control que podía hacer explotar los dispositivos. —De veras lo siento —Eso nos dio tiempo suficiente para llegar a la cocina, a cambio de varias vidas inocentes—Oh no —. Pero no fue el fin.

Dentro había otros ocho guardias sujetando a los miembros que fueron colocados como voluntarios.

El control no me daba algún poder sobre ellos porque eso solo lo tenía Mireya, como la orden que fue acatada.

—Deberás lo siento chicos.

—¡No! —y tuve que acabar con sus vidas uno por uno.

—No puede ser —Connor no creía lo que había visto—. ¿Pero qué has hecho?

—Tenía que hacerlo.

—No somos como ellos.

—Sí no lo hubiese hecho nos habrían atrapado —lamentablemente solo teniamos unos cuantos minutos— ahora sígueme. Tenemos que irnos de aquí.

—¿A dónde?

—¡Ahí! —el congelador no fue una muy brillante respuesta.

—¿Hablas en serio? —Pero estaba informado— ¿April o Rick te dijeron lo que estaba sucediendo?

—No se quienes sean.

—¿Entonces como sabes que es seguro?

—Porque estuve con el otro que se hacía pasar por un guardia. Un tal "Mike".

—¿Y qué más te dijo?

—Que si no salíamos por ahí moriríamos —Connor no parecía convencido—. Escucha; por tu comportamiento dedujo que tu ya despertaste, por eso estarás dudando, ya que yo no he recuperado mis recuerdos. Pero tienes que confiar en mi.

—¿Cómo se que puedo hacerlo?

—¡Tú y yo somos hermanos!

—Nosotros no somos nada. ¿Acaso no tienes idea de quien eras antes?

—No. Y te soy sincero no quiero morir creyendo ser alguien que no soy —su mirada parecía perdida, como sí el pasado le impidiese confiar en mi— por favor —, pero por el momento yo no era ese ser—. solo confía en mi

—Esta...—desgraciadamente...

Bang.

...no tuvo el tiempo para hacerlo...

—¡Nooooo!—...luego de que una bala atravesara su cráneo.

Connor.

O quien sea que fuera había caído...

—¿Creíste que sería tan fácil? —...por alguien...

—¡Tú! —...al que creí haber matado— ¿Cómo es posible que sigas viva?

—Como te dije nuestra raza es superior a la tuya.

Era como ver a un monstruo.

Mireya se había recuperado de los disparos.

—Podemos regenerar cualquier parte de nuestro cuerpo, excepto el cráneo.

—¡No! —y esta vez no había ningún guardia.

Estábamos ella, su arma y yo.

—En serio fuiste un adversario digno, para nosotros —Mireya me sonrió como sí un caso como el mio fuera lo que amaba de su trabajo—. y no tienes idea de cuanto deseo poder destruirte; pero la Zona te quiere. Así que te podemos darte otra oportunidad.

—¿Oportunidad?

—Así es. Solo tienes que darme ese control. De esa forma le demostraras a La Zona que eres leal. Olvidaremos todo esto y podrás formar parte del proyecto Experimentos —La puerta del congelador estaba a solo unos centímetros de mi mano.

Solo tenía que abrirla y así poder escapar de este mundo donde los Miembros que eran asesinados en torneos.

Recordé las celdas, el departamento a los miembros que morían por no captar ordenes y...

...a Jeremy.

—¿Qué dices? ¿Aceptas oi no? —Todos estaban muertos...

...por culpa de estos monstruos.

—¡Nunca! —La única arma que tenía era el control.

Mireya no tenía un chaleco antibalas ni había algún guardia cerca. Pero el control sí tenía algo que me podía servir...

—¡No te atrevas! —...un segundo botón que podía ayudarme, solo tenía que oprimirlo.

FIN DEL PROYECTO

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