✧ Special YoonGi's Day [OS's]...

By MinMinGoldenSquad

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❝ Recopilación de One Shots : YoonMin ; JimSu ❞ En este pequeño libro les presentaremos distintos one shots c... More

Las flores del Prícipe 🍃🌺 || JimSu
𝚂𝙰𝚈 𝚂𝙾🍒 ||𝒀𝒐𝒐𝒏𝒎𝒊𝒏
Despedida||YᴏᴏɴMɪɴ
☾ 𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐓 ☽ || 𝐉𝐈𝐌𝐒𝐔

↬ Don't Start Now ❞ || JimSu

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By MinMinGoldenSquad

→Pareja: JiMin top ; YoonGi bottom.
→Contenido +18 ; lime/smut
→ Escrito por: bxngtxnbiased

☆゚・*:.˛ ˚ღ゚:゚:*•:。.: ★ ˛ღ゚・*:。.・*.☆

YoonGi rebuscaba apresuradamente entre el cajón, su preciado y preferido lápiz labial brillante. Por Dios, ya casi iban a ser las diez de la noche y él aún no estaba totalmente listo.

Luego de un par de segundos transcurridos, soltó un suspiro de alivio al hallarlo meticulosamente. Vaya fue su mala suerte cuando se dio cuenta que su cosmético estaba debajo de una foto, una foto que creyó haber roto y quemado hace ya varias semanas.

Lo tomó entre sus manos, observando la forma en cómo era abrazado por el que ahora era su ex novio, Park JiMin.

Rodó los ojos con hastío. ¿Por qué seguía teniendo esas cosas? Él estaba completamente seguro que había botado todo a la basura.

Maldita coincidencia.

El timbre de su celular le avisó sobre una llamada entrante, rápidamente dejó caer la fotografía y dejando su mal humor en el aire, cogió el móvil para atender.

— ¿Se puede saber dónde éstas? — las quejas de JeonGguk fue lo primero que escuchó. — Llevamos casi diez minutos esperándote.

— Ya, cálmate Gguk. — bufó, evitando frotarse el rostro porqué arruinaría el suave y leve maquillaje que traía puesto. — Ocurrió un pequeño percance, pero ya estoy tomando un taxi. Dame solo cinco minutos.

— Ah, está bien. Nada más que eso, Min; apresúrate.

Su mejor amigo cortó la llamada y él se dirigió rápidamente hacia el espejo a aplicarse el labial rosado brilloso. Acomodó sus rizados mechones y terminó por colocarse unos aros plateados en ambas orejas.

Bien, ahora sí ya estaba listo.

La emoción recorrió su cuerpo ni bien cerró la puerta de su apartamento. Habían tenido una larga semana de exámenes y presentación de trabajos en la universidad por lo cual ahora culminando todo en el semestre, se sentía libre y relajado otra vez.

Subió al primer taxi que vio y le dio la dirección de la discoteca a la que asistiría. Ah, moría por llegar ya.

Los minutos pasaron y gracias a que no había ningún tipo de tráfico en la carretera central, YoonGi logró llegar a su paradero.

— Dijiste cinco minutos, solo cinco. ¿Por qué siempre tengo que creerte? — le reclamó como de costumbre ni bien se vieron frente a frente en la acera.

— Ya, lo siento. ¿Si? Lo importante es que ya estoy aquí y que me has esperado porque me amas mucho. — bromeó, destensando el momento y entrelazando su brazo con el del más alto.

Pagaron sus respectivas entradas y con un ademán del tipo de seguridad, pudieron ingresar al fin.

YoonGi aspiró el aire relajadamente. Las luces neón decoraban casi cada rincón del amplio lugar, pero a la vez, todo se notaba tenuemente oscuro y discreto; justo como para tener un momento de privacidad si es que quería ser besado y tocado por algunas de sus posibles conquistas.

¿Qué más daba? La noche era larga y él era muy joven.

— Yoon, allá están TaeHyung, Jin y los demás. — casi le gritó al oído debido a la estruendosa música sintética.

Ambos caminaron con dificultad por medio de muchos cuerpos, parecía una travesía infinita, pero que al fin y al cabo lograron cruzar.

— ¡Creí que no vendrían! — exclamó HoSeok. Dándole un sorbido a su vaso de cerveza.

— ¡Hola a todos! Y no, no es culpa mía. — dijo Jeongguk, señalando indiscretamente a su mejor amigo.

— Sí, bueno. Ya estoy aquí y no tienen por qué llorar. — comentó airosamente, sonriendo con cierta picardía y tomando asiento junto a Taehyung. — Hey, qué pasa. ¿Por qué Jin trae esa cara de amargado?

El aludido tosió inevitablemente, mirando a todos menos al rizado pelinegro. — ¿Alguien le ha dicho ya?

YoonGi frunció el ceño al no entender nada. — ¿Decirme qué?

— Jin, ahora no. — interrumpió TaeHyung.

— Vamos, alguien hable; odio que me mientan.

— Uh, no es nada grave. — intervino NamJoon.

— ¿Entonces por qué actúan así? — la situación ya no le estaba agradando.

— Es que se trata de...

— Hola Yoon~

Esa voz, el pelinegro podía reconocer rápidamente esa jodida voz.

Alzó la mirada, chocándola al instante con la de su ex novio. ¿Qué clase de estúpido cliché era ese?

— JiMin. — fue lo que dijo como posible saludo. Todos los demás quedaron en absoluto silencio, como si estuvieran a punto de ser ejecutados.

— Vamos. ¿Qué tienen? — el pálido rodó los ojos. — ¿Nunca han visto a una ex pareja reencontrarse?

Nadie respondió algo, impancientado más a YoonGi.

— Agh, mejor voy por algo de beber. Vuelvo luego. — aseguró su celular en el bolsillo del pantalón y se encaminó a la barra del atractivo bartender. — No es como si fuera importante después de todo. — murmuró para sí mismo.

Es decir ¿Qué cambiaría con verlo de nuevo? Claramente nada. Si en el pasado JiMin lo dejó herido al terminar con él de una manera absurda y arisca. Ahora no le podría afectar menos luego de varios meses de recuperación en las que se dedicó a mejorar por sí mismo.

Al llegar, pidió un Cosmopolitan y luego tomó un simple Daiquiri. El calor del alcohol empezaba a viajar por su garganta y entonces comenzó a entrar en zona de confort otra vez. Realmente era eso lo que necesitaba luego de varios días redactando, leyendo y estudiando. Tomó entre su mano un vaso de vodka y caminó nuevamente hacia le mesa en donde se encontraban sus amigos. Ellos seguían tomando cervezas y nadie se dignaba a ir a la pista de baile.

— Gguk ¿Vamos? — le incitó a levantarse, dándole el último trago a su vaso para dejarlo en la superficie de cristal. Ignorando la fija mirada que JiMin tenía sobre él.

Aparentemente al rubio le sorprendió totalmente que su tierno y tímido ex novio, ya no existiera más debido a lo cubierto que estaba en esas prendas ajustadas a su cuerpo y el maquillaje que -por supuesto- embellecía aún más a YoonGi.

Mierda, se veía demasiado provocativo con esa camisa de seda que traslucía su lechosa piel y esos pantalones que se ajustaban deliciosamente a su pequeña cintura. Hombros estrechos, finas piernas, carita de ángel pero con una actitud rebelde y desinteresada, actitud que al parecer era recientemente nueva.

— Apenas llegamos, Yoon. Espera un poco. — intentó sonreírle.

El mencionado resopló, y justo antes de responder. Un toque en su hombro derecho lo hicieron dar vuelta, observando a un chico castaño sumamente guapo y jovial, tal y como a él le atraían.

— Hola. — y su voz era llamativamente ronca. Los ojos de YoonGi se perdieron en la chaqueta que aprisionaba el fornido cuerpo del adverso. — Mi nombre es DaeHyun.

El pelinegro sonrío complacido, le encantaba que hubieran chicos totalmente dispuestos a pedir una oportunidad, ya sea para conversar o bailar, de igual modo eso significaba socializar.

— Sí pero nadie te lo preguntó. — dijo JiMin, arrebatándole la oportunidad de responder al más pálido.

YoonGi y por poco deja caer su mandíbula. ¡¿Quién rayos le había mandado a hablar?!

— Y eso a ti tampoco te incumbe. — contraatacó, con la mirada brillando en enojo.

— Déjalo. — el castaño interrumpió nuevamente, tomando la mano de YoonGi con delicadeza. — ¿Te gustaría tomar algo suave conmigo?

JiMin soltó una especie de gruñido, levantándose rápidamente para apreciar mejor la absurda escena. No dejaría por nada del mundo que YoonGi se fuera -a quién sabe dónde- con ese estúpido castaño.

— Claro, me encantaría. — fue lo que todos escucharon.

Los amigos de la ex pareja podían ver claramente como es que el rubio ardía en celos. Nunca había dejado de serlo.

— Será un placer para mí. — dijo DaeHyun campante, tomándolo confianzudamente por la cintura para llevárselo.

— Vuelvo después, no se preocupen. — avisó al aire, caminando con entusiasmo.

— Oh, yo creo que no, YoonGi. — lo detuvo cogiéndolo de la muñeca, el aludido se zafó del agarre como si le dieta asco. — ¿Eres consciente del peligro al que te expones? — le reprendió sin importarle que los demás lo observaran.

— ¿Y a ti qué te importa? — contestó con repudio, intentando controlarse. — Preocúpate por tus asuntos. ¿Se te ha olvidado que no eres absolutamente nada mío? ¡Deja de joder!

— YoonGi...

— Vamos Dae, realmente necesito algo fresco para beber.

Completamente ignorando al rubio, aquel par de jóvenes desaparecieron de su vista. JiMin soltó un fuerte resoplido y tiró de su cabellera hacia atrás. ¿Qué les estaba pasando? Diablos, sí. ¿A quién quería engañar? El no había podido superar a YoonGi.

— Hey, Ji. — lo llamó JeonGguk. — No le tomes importancia, Yoon no es un niño y no es como si fuera la primera vez que acepta invitaciones de chicos nuevos.

— ¿Qué? Eso es imposible, él no era así.

— Tú lo has dicho, “era”. Yoon ya no es ni siquiera un poco de lo que antes fue. — culminó TaeHyung.

— No puedo quedarme así, no lo soporto.

— ¿Y entonces qué pretendes? Ustedes ya no son nada, por favor no intentes meterte en su vida cuando fuiste tú quien terminó con él.

JiMin guardó silencio, porque sí, JeonGguk tenía toda la razón al decir aquello. Ahora mismo se sentía como un completo estúpido.

Tremenda ironía al no poder olvidar a su ex cuando él fue el causante de la ruptura.

El rubio mordió el interior de su mejilla izquierda, tirando su cabello compulsivamente por la exasperación contenida de no saber qué es lo que haría YoonGi con ese tipo. Sin decir alguna otra palabra, se separó de ellos para dirigirse hacia la barra. Él también necesitaba un maldito trago agridulce que le ardiera la garganta.

Sus pasos fueron constantes, valiéndole muy poco si llegaba a lastimar a alguien en el camino. Se acomodó en una de las sillas individuales con brusquedad y pidió primero una lata de cerveza. Tenía la mirada medio perdida entre el gentío hasta que halló lo que tanto ansiaba: a YoonGi.

Relamió sus labios con lentitud mientras apretaba la lata que tenía en su mano izquierda. Maldita escena que tenía frente suyo y a unos cuantos metros de distancia.

El bonito pelinegro se encontraba a gusto, con DaeHyun bailando detrás de él de una manera muy poco inocente. Ambos cuerpos no tenían ni dos centímetros de separación.

— Te mueves demasiado bien. — susurró el castaño en tono seductor, paseando su nariz por todo el blanquecino cuello.

YoonGi mordió su labio inferior traviesamente, llevando una de sus manos al cuello del más alto. — Tú tampoco lo haces mal. — comentó dulcemente, dándose la vuelta para ser sostenido.

— Mierda, ya es suficiente. — murmuró JiMin cuando notó que el castaño deslizaba una de sus manos hacia el trasero de YoonGi y con la otra lo tomaba de la nuca.

El pálido sonrió ansioso, colaborando con romper la tensión. Tensión que se vio alterada al ser halado bruscamente hacia atrás.

— ¿Pero qué...?

— ¡Aléjate de él, imbécil! — bramó con ira, empujando a DaeHyun lejos de YoonGi.

— ¡¿Y sino qué?! — contestó el castaño igual de violento.

— ¡¿Quieres que te lo muestre?! — JiMin arremetió con más fuerza y sin esperar las palabras del adverso, le pateó en abdomen y le tiró un golpe en la mandíbula haciéndolo caer repentinamente.

— ¡Mierda, JiMin! — fue lo único que YoonGi pudo maldecir, intentando socorrer a DaeHyun pero siendo sujetado fuertemente por su ex novio.

— ¡¡Te quedó claro?! — los gritos del rubio llamaron la atención de muchos que estaban a su alrededor, que con pena, miraban al castaño totalmente desorientado en el piso. —  ¡No vuelvas a tocarle ni un puto pelo! ¡¿Me entendiste?!

— ¡Cállate ya! — se quejó el pelinegro, intentando quitar las manos de JiMin en su cintura.

— Y tú, guarda silencio. Tenemos que hablar. — lo amenazó, haciendo que YoonGi hirviera en cólera.

— ¿Quién te crees tú para darme órdenes? — el rubio lo jaló de la mano hasta los pasillos más alejados del local. — ¡Hey, suéltame! ¡Joder, JiMin. Déjame en paz!

— No voy a soltarte hasta aclarar las cosas.

— ¿Qué cosas? ¡No hay nada de qué hablar, estás siendo ridículo! — reprimió un quejido cuando su espalda chocó torpemente contra la pared.

— Hay demasiado. ¿Qué haz hecho contigo? Tú no eras así. — le habló seriamente, llevando ambas manos hacia los costados de la cabeza del más bajo.

— ¿Y eso qué? — frunció el ceño totalmente irritado. — No empieces a preocuparte por mí ahora.

— ¡Deja de actuar, maldita sea! ¿Crees que es bueno verte bailando de esa forma?

— Si no soportas verme entonces aléjate, no es tan difícil. — intentó escapar siendo sostenido nuevamente de las muñecas.

— YoonGi, basta. Quizás todo esto fue mi culpa. ¿Cierto?

— No, tú detente. ¿Qué ganas rememorando el pasado? No sirve.

— La ruptura te ha cambiado, no eres el mismo, pero aún y con todo esto, sigo enamorado de ti.

— ¡Deja de decir mentiras!

— No estoy mintiendo.

— Pues no te creo, puedo esperar cualquier mierda de alguien que me fue infiel.

— Fue un malentendido, estaba confundido y ella se me insinuó.

— ¿En serio? — sonrió con ironía. — Entonces ¿Ella te obligó a decirme todos esos insultos, a acostarse contigo, a herirme? Vamos JiMin, aléjate antes de que tu asquerosa reputación de chico heterosexual se venga al piso cuando alguien vea que me estás tocando. — soltó con asco.

— Cometí errores, lo sé. Pero tenía miedo, me tomó muchas semanas comprenderlo. Ahora mismo puedo besarte y no importa si luego lo divulgan.

— Ni lo pienses. No tengo nada que ver contigo. Ahg, fueron muchos meses de desperdicio estar con alguien tan cobarde y superficial.

— Pero te enamoraste de mí. — contestó, pegándolo hacia su cuerpo. — Digas lo que digas, no puedes engañarte a ti mismo. Me sigues amando.

— Sí, claro nene. Di lo que quieras. — el pelinegro no titubeó ante la cercanía; pero por dentro, Dios, estaba cayendo en puros nervios.

“Contrólate, no caigas en su estúpido cuerpo.” — se reprendió mentalmente.

— Sabes que sí, te lo voy a demostrar. — sonrió ladino, sujetando más fuerte a YoonGi.

— ¡No, espera...! — fue callado por los gruesos labios del rubio en un movimiento errático y profundo. Como si besarlo era lo único que necesitaba.

El pálido intentó alejarse. Mierda, semanas de reflexión y superación se estaban yendo a la basura.

JiMin lo apegó a la pared, mordiéndole el labio para hacer ingresar su lengua a la cavidad bucal del contrario. Las piernas de YoonGi empezaron a flaquear, no importaba con cuantos chicos se había besado, Park JiMin tenía un gran efecto sobre cada parte de su cuerpo que lo hacía delirar.

— Sigues siendo mío. — le susurró, lamiendo el lóbulo de su oreja y bajando hasta besar el cuello lechoso, dejando chupetones que no tardarían mucho en volverse marcas.

YoonGi se perdió, sosteniendo entre sus manos el cabello y la nuca de JiMin, soltando jadeos calientes en la oreja adversa y sintiendo que su grado de excitación se elevaba.

El de piel canela lo tomó nuevamente por las caderas y empezó a frotar ambos miembros erectos, creando una deliciosa fricción.

— No aguanto más, Yoon. — murmuró. — Te necesito a ti, a tu cuerpo, todo.

A pasos rápidos y torpes fue como llegaron dificultosamente a los baños. La prudencia y la vergüenza ya no existían a este punto en la que manejaron la situación.

Se metieron a uno de los cubículos y a YoonGi no le importó tirar del rubio para desabrocharle el ajustado pantalón y luego bajarle el bóxer. Lo empujó haciendo que este se sentara en el inodoro con la tapa cerrada y se puso de rodillas.

El pene estaba totalmente erguido, con la punta llamativamente rojiza y el líquido preseminal saliendo de a poco. Un gruñido gutural salió de lo más profundo del pecho de JiMin cuando sintió como era recibido por la húmeda boca de YoonGi.

— Ah~ sí, bebé. Sigue así~ — murmuró, tirando su cabeza hacia atras mientras entrecerraba los ojos.

El pelinegro introdujo lo que notoriamente pudo, pues su estúpido ex estaba muy bien dotado. Empezó un vaivén constante, de arriba hacia abajo y masajeando con su mano el pedazo de carne que no cabía en él.

JiMin sintió que estaba cerca, la dulce boca de YoonGi nunca fallaba en hacerle llegar a un increíble orgasmo. Pero bueno, él no quería terminar con eso, por lo que tiró del cabello del pálido para separarse.

— Desvístete, vamos.

El pelinegro sonrío con sorna, quitándose casi todo a excepción de la camisa de seda. JiMin estimulaba su miembro hasta que YoonGi se sentó a horcajadas sobre él, lamiendo vulgarmente los tres dedos que el adverso le ofreció. Luego de unos segundos, las ásperas manos no dudaron en viajar hasta esos pequeños pero redondos glúteos, amasando la suave piel e introduciendo los dígitos uno a uno.

YoonGi gimió bajito, sacándole desesperadamente la camiseta al rubio y admirando su trabajado y duro abdomen. Se abrazó a su cuello mientras tres dedos entraban y salían de él.

— Ya~ es s-suficiente. — logró decir, recibiendo solamente una sonrisa ladina.

JiMin lo alzó levemente y con una mano alineó su miembro, dejando que el pálido cayera lentamente sobre él cuando quisiera.

— Oh~ mhg~ — balbuceó. Gimiendo alto cuando el glande se introdujo por completo y escuchando un jadeo grave y ronco por parte del rubio.

YoonGi empezó a mecer sus caderas, moviéndose tortuosamente en círculos mientras era besado por JiMin.

Cuando el ardor se disipó y fue nublándose por el placer, empezó a dar los primeros saltos, impulsándose cada vez más profundo y fuerte mientras el rubio lo sostenía posesivamente por la cintura.

El choque de pieles sonaba a la perfección y los gemidos de YoonGi aumentaron en el momento en que su próstata fue ricamente tocada gracias al largo y grueso pene de su ex novio.

Bien, quizás las cosas habían sido totalmente diferentes a las que pensó YoonGi. Sin embargo, mientras era sofocado y follado calientemente en aquel reducido lugar, con los húmedos y hambrientos besos del rubio, no podía pensar en nada más que moverse y saltar hasta llegar a su preciado clímax.

La situación no iba a cambiar, pero quizás YoonGi pensaría luego en enrollarse nuevamente con JiMin, pero claro, sin ningún tipo de relación de por medio. Solo unas buenas rondas de sexo como las que ahora estaba disfrutando.

❝Di un giro de 180°, qué locura.
Pero mira en dónde terminé,
Ahora estoy bien.❞

☆゚・*:.˛ ˚ღ゚:゚:*•:。.: ★ ˛ღ゚・*:。.・*.☆

Este fue el primer one shot, espero les haya gustado.

Con amor, Teffa.

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