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Debo admitir que nunca me había sentido tan emocionada por los lunes, siempre los he odiado y más ahora en la universidad. Sin embargo, esta semana lo esperé con ansias.
Cuando entro al aula, veo a la mismísima Thea sentada en su pupitre mientras observa su celular con cautela, su dedo se desliza por la pantalla y su mirada se torna frustrada. Me acerco a ella y me siento a su lado —Hola —le saludo.
Ella me ve y deja su celular de inmediato volteándolo boca abajo, yo frunzo el ceño ante su acto y ella me muestra sus dientes —Abby ¿Cómo estás?
Niego con la cabeza despejando mis pensamientos —Muy bien —respondo —No sabía que compartimos clases.
—Entré semanas después de que comenzaron las clases —menciona.
—Oh, seguro es eso —y también lo distraída que soy, la verdad es que ni siquiera pongo atención en cómo se llaman mis compañeros y no me tomo la molestia de ser social con ellos.
—Supongo —me volteo para preparar mis materiales de esta clase, cuando de repente Thea decide hablar —Oye Abby... de pura casualidad ¿eres de Nueva York?
Me sorprendo ante su pregunta, pero más ante su suposición —¿Cómo lo sabes?
Ella rasca su cabellera rubia —Ah, lo supuse. Tu acento del noreste dice mucho.
Arrugo mis cejas —¿Se nota mi acento?
—Bueno, al menos yo lo noté.
La profesora llega en ese momento y el día transcurre normal, estudios y apuntes. Después de unas horas, es la hora de mi salida, camino por el pasillo de la universidad y llego a mi casillero, lo abro y deposito mis libros dentro, lo cierro y cuando me volteo me encuentro con los lindos ojos grises de Drake —¿Qué tal te fue? —me pregunta respecto a mis clases.
—Bien ¿y a ti?
—Agotador —menciona —El sábado noté que te fuiste temprano.
—Ah, si —respondo mientras bajamos las escaleras hasta el primer piso del campus —Me sentía frustrada y quería despejar mi mente.
—Lo entiendo —él guarda una pausa y vuelve a hablar —¿Es por lo de Darla? Porque si es por eso, sabes que tú no tienes la culpa de nada, eres asombrosa e hiciste lo correcto para ella, quizás ella no piense lo mismo, pero estoy seguro de que algún día te lo agradecerá. Nunca dudes de ti ¿quieres?
Sonrío ante sus palabras —Ya estoy mejor, enserio —le tranquilizo —Pero gracias por tus palabras.
Él asiente con la cabeza convencido, me paro de puntillas para alcanzar su rostro e impacto mis labios en su mejilla con delicadeza, él se queda perplejo ante mi acto y comienzo a pensar que fue una mala idea, después de unos segundo él me sonríe con sus mejillas ruborizadas. Estoy por salir del campus cuando él me detiene —¿Tienes algo que hacer hoy? —me pregunta.
Me giro sobre mis tobillos —¿Por qué?
—Quería ver si quisieras salir a comer algo conmigo —propone rascando su nuca.
Doy un paso hacia él y muerdo mi labio inferior —No lo sé... tengo cosas que hacer.
—Puede ser otro día si deseas, cuando quieras...
—Quizá en otro momento ¿sí?
Él asiente con su cabeza —Claro.
Le doy una última sonrisa y salgo del campus con cautela mientras mi mirada busca a la persona que he deseado ver desde el sábado. Paso por el estacionamiento, frunzo el ceño al no verlo por ningún lado y cuando decido rendirme e irme a casa, escucho una voz conocida —Tu y ese imbécil sí que empalagan.
Me giro para verlo —Mi persona favorita —digo con sarcasmo —Deseaba verte con ansias.
—¿Qué bicho raro te picó?
—Oh, uno no muy agradable para ti seguramente.
—¿Qué es lo que quieres?
—Mi querido Eitan...
—Ya basta.
Ruedo los ojos —Y la amargada aquí soy yo... —él cierra su cajuela y me mira a los ojos esperando a que hable —Bueno, sólo quería decirte que te aborrezco.
—¿Es todo? Porque me tengo que ir.
—¿Qué acaso no te interesa saber que sucedió cuando le dije a Darla todas tus verdades?
Su mirada se torna convencida —Entonces ya lo hiciste...
—Por supuesto que lo hice.
Él sonríe —Genial, eso significa que nuestro trato ha terminado, ahora si me disculpas amargada, no te quiero volver a ver —él abre la puerta de su auto para irse, pero continúo hablando.
—Lo hice y no funcionó.
Él sostiene la ira que emanan sus puños y su rostro se torna frustrante —¿Qué quieres decir con que no funcionó?
—Ella tiene una obsesión realmente inmadura contigo —me encojo de hombros —Y eso ya no es mi problema, hice lo que pude.
—El trato era que me alejaría de ti, si tu lograbas que ella se alejara de mí.
—Lo sé.
—No obtendrás lo que querías.
—Lo sé.
Él se queda perplejo —¿Entonces? ¿Qué esperas? Ve e inténtalo de nuevo.
—Eitan, Eitan, Eitan...
—Tu suspenso está acabando con mi preciado tiempo.
—Tranquilo, iré al grano —menciono y doy un suspiro —No voy a seguir siendo tu estúpido juguete ni tu esclava, no logré tu cometido y al parecer tampoco lograré que te largues de mi vida jamás. Pero hice lo que pude y gracias a ti y a tu estúpida cara de niño bonito perdí una amistad, así que puedes meterte tus amenazas por el culo y olvídate de que seguiré ayudándote.
Él frunce el ceño digiriendo mis palabras y de repente la sonrisa se forma en sus labios para después echarse a reír —¿de qué te ríes idiota?
—Pareces una tonta adolescente rebelde revelándose ante sus padres.
—Te estoy hablando de algo serio.
Hasta que él deja de reír, suspira para hablar tranquilamente —Entiendo que Darla no se quiera alejar de mí, soy irresistible.
—Me tienes harta con tu ego.
Él no le toma importancia a mis palabras, porque sigue hablando —Sin embargo, lamento mucho la pérdida de tu amistad.
Noto el claro sarcasmo en su voz y me lleno de furor —¿sabes qué? Quien está perdiendo su "preciado tiempo" aquí, soy yo. Ve y búrlate de tu puta madre que te parió, porque yo me largo.
En cuanto las palabras salen de mi boca, Eitan se queda sin palabras y torna su rostro de burlón a molesto, quizá las palabras que le dije si le afectaron o lo hicieron razonar un poco respecto a su comportamiento de niño inmaduro, entonces estoy orgullosa de ello.
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Tomo de mi malteada deleitando el delicioso sabor de fresas y chocolate, Allen me mira admirando mi bebida y entonces suspiro —Está bien, ya es tuyo —menciono. Él sonríe al escuchar mis palabras y lleva la deliciosa bebida a su boca.
—Thea ¿Qué tanto estás haciendo? —le cuestiono al ver que no ha dejado de escribir en su libreta.
—Ordeno mi horario —responde como si fuera lo más normal.
Allen acerca su silla a la de ella y pone su cabeza sobre su hombro —No olvides poner en tu horario "ir a beber con el fantástico de Allen"
Thea rueda los ojos y lo aparta de su lado —Ya está anotado, no te preocupes.
Por lo que he visto durante el día, Thea y Allen ya se conocían hace tiempo y tienen una muy linda amistad. Ambos parecen tenerse confianza y diría yo que incluso parece que hay algo más ahí, pero ellos no hacen mención de cosas por el estilo, supongo que son de esas personas que quedan mejor como amigos y no se arriesgan a iniciar una relación por miedo a perder su amistad.
—Abby —dejo mis pensamientos a un lado en cuanto Thea me habla —¿Qué sucedió ayer con Eitan? ¿hablaste con él? ¿le dijiste lo idiota que es?
Me acomodo en mi silla y una sonrisa de orgullo se forma en mi rostro —Lo hice, lo puse en su lugar e incluso diría que lo bajé de su nube con lo último que le dije.
Allen frunce el ceño sin entender mucho —¿De qué hablan?
—Del conflicto que tengo con Eitan —menciono —Tenemos una rivalidad que me podría sacar pelos verdes.
—¿Qué fue lo que le dijiste a Eitan? —Thea vuelve al tema.
—Lo normal; que hice lo que me pidió, que no funcionó y que no crea que voy a seguir siendo su juguete mensajero, que si él quiere terminar con Darla, abra su puta boca y se lo diga en la cara.
Thea me mira con orgullo —¡Bien! —dice chocando palmas conmigo —Eres mi nuevo ejemplo a seguir.
—Oh y no has escuchado todo —continúo —Al final le dije algo que lo dejó sin palabras y créeme que hasta diría que se molestó lo suficiente como para no quererme volver a ver.
—¿Qué fue lo que le dijiste? —Allen se intriga sorbiendo de la pajilla de la malteada en su boca.
—Él se estaba burlando de mí, entonces le dije que fuera a burlarse de la puta madre que lo parió. Por un momento creí que me pasé un poco con el control de mis palabras, pero cuando vi su rostro molesto, me sentí orgullosa de mí y no me arrepiento de nada.
—Le diste su merecido, no hay problema con ello —menciona Thea con una sonrisa de madre orgullosa.
Le sonrío y frunzo el ceño al ver que Allen no dice nada —¿Estás bien? —le pregunto.
Él aleja la pajilla de su boca, deja la malteada en la mesa y traga en seco —¿En verdad le dijiste eso? —la manera en la que lo menciona me pone los pelos de punta, ¿hice algo malo acaso?
—Por supuesto —digo esta vez no muy segura.
—No hay nada de malo con eso, Allen —menciona Thea —No la asustes, Eitan es una persona peor y ni siquiera por insultos verbales.
—No... lo que pasa es que... —Thea y yo nos quedamos atentas esperando por sus palabras —La madre de Eitan falleció de cáncer cuando él era pequeño.
La sonrisa de orgullo se va desvaneciendo de mi rostro en cuanto él menciona eso, niego con la cabeza intentando digerir sus palabras, entonces golpeo su hombro algo molesto —No es gracioso Allen, con eso no se juega.
—Abby, no estoy jugando.
Me hundo en mi asiento con los brazos cruzados y la cara roja —No, no, no, no... —Thea agarra un plato desechable y me echa aire con éste —Soy la más terrible persona que existe en este universo —coloco mis manos en mi cara con vergüenza —Y lo peor es que se sintió bien ver su cara perpleja, él no estaba en shock por mis palabras, él estaba molesto... porque yo le hice acordar de ese horrible suceso que quizá él ya había superado.
—No es tu culpa, Abby —dice Allen a mi lado —Tú no tenías idea de eso...
—Bueno, yo opino que fue un buen comienzo para ponerlo en su lugar —dice Thea por el otro lado, Allen niega con la cabeza —¿Qué? Se lo merece.
Bajo mis manos de mi rostro y los miro a ambos —¿Debería disculparme?
—Eso creo —me recomienda Allen.
—Por supuesto que no —responde Thea casi al unísono. Allen le golpea el hombro y Thea rueda sus ojos mientras se contradice —Bueno... sí, tal vez.
Me levanto de la silla aun digiriendo la situación —¿Alguien sabe dónde puedo encontrarlo?
Allen se levanta y piensa un momento —Creo que tengo una idea...
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