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"THE CULLEN"
CAPITULO UNO
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ME DESPERTÉ POR UN EXTRAÑO OLOR. Mire extrañada a mi alrededor, pero mi habitación se encontraba totalmente normal. Baje las escaleras con rapidez hasta llegar a la cocina.
—Y por esto soy yo la que cocino—Dije mientras comenzaba a reír.
De la sartén salia humo de color grisáceo. Mi padre se encontraba intentando quitarlo con un trapo moviéndole de un lado a otro.
—Se supone que las tortitas son fáciles de hacer—Se quejó el.
Reí—Dejalo, desayunaré cereales—Dije.
—Lo siendo hija, tu primer día de instituto, y ya la estoy liando—Dijo.
—No digas tonterías, imagínate cuando le cuente a la tía Lyli mi primer día de instituto, comenzó con un casi incendio en mi casa, suena bien, ¿no crees?—Le pregunté con una sonrisa inocente.
—Ni se te ocurra contarle esto a tu tía, se burlaría de mi por años—Dijo mientras bufaba.
—Eso hace que me den mas ganas de contárselo papá—Dije mientras le miraba con las cejas alzadas.
—Mala hija—Dijo mientras intentaba hacerse el enfadado.
Me toque el pecho haciéndome la ofendida.
—Dios, que cruel—Le dije.
—Si, si. Venga termina los cereales y sal de mi vista—Dijo.
—Estas amargado por la edad, ¿verdad?—Dije con burla.
—¿Jovencita me estas llamando viejo?—Preguntó ofendido.
—Que va—Dije mientras terminaba mis cereales y ponía la taza en el lavavajillas.
—Vete al instituto ya—Dijo mientras me daba con el trapo que anteriormente habia usado para el casí incendio.
—Hey, hey, ya voy, tampoco hace falta ser grosero—
—¿Y me lo dices tu? Me acabas de llamar viejo—Se quejó el de nuevo.
Reí de nuevo.
—Adios papa—Me despedí.
—Nada de quemar a nadie—Advirtió el.
—Yo también te quiero.
[...]
Al llegar las miradas curiosas no tardaron en llegar.
—Bonita moto—Dijo un chico de tez oscura mientras sonría de forma tonta.
—Lo sé—Si, quizás sonó un poco egocéntrico, pero la verdad es que soy una chica bastante egocéntrica. Además de que siempre me río en los peores momentos y digo muchos tacos, creanme, muchos.
Entré y las miradas seguían en mi, realmente tenia ganas de gritarle cuatro cosas pero pensé que era muy temprano para eso.
—Hola, tu debes ser Venus William—Dijo un chico con el pelo negro.
—Esa soy yo—Dije mientras le sonreía—¿Y tú? ¿Cómo te llamas?—Pregunté.
—Eric, Eric Yorkie—Se presentó mientras extendía su mano.
—Encantada de conocerte Eric—Dije mientras estrechábamos las manos.
El hizo una pequeña mueca. Sabia porque era, mi mano debía estar bastante caliente, como todo mi cuerpo. La verdad es que eso era una de las cosas que mas odiaba de ser un fénix, estar tan caliente, solo imaginense en verano.
—Soy los ojos y oídos de este lugar, y llevo el periódico, eres primera plana—Dijo mientras sonreía.
—¿En serio? Vaya, espero que me saques buenas fotos—Dije.
El pareció sorprendido.
—Eso esta hecho.—
—¿Me podrías llevar a la oficina?—Pregunté.
—Claro, sigueme—Dijo el mientras comenzaba a caminar.
Al llegar a la oficina una señora nos sonrió de forma falsa.
—Hola, soy Venus William—Dije.
—¿Quién? Ah, si, la alumna nueva—Dijo mientras me miraba de arriba a abajo.
—Si—Dije en tono duro mientras le miraba con el ceño fruncido.
—Este es tu horario, y esta es la contraseña de tu taquilla, si necesitas ayuda no dudes en pedírselo a alguno de tus compañeros—
Rodé los ojos.
—¿Cuál es tu primera clase?—Preguntó Eric una vez salimos de la oficina.
—Algebra—Dije.
—No nos toca juntos pero te pudo llevar a tu clase—Dijo.
—Gracias—Agradecí. Lo mas seguro es que me hubiera perdido por el orgullo a no preguntar.
Al llegar a la puerta el se giro hacia mi.
—Si quieres te puedes sentar conmigo y mis amigos en la cafeteria—Dijo
—Claro, gracias. Nos vemos después Eric.
La clase ya había comenzado, por lo tanto todos se encontraban en clase. Me acerqué hacia la mesa del profesor sintiendo la mirada de los alumnos.
—Hola, usted debe ser Venus William—Dijo mientras miraba un hoja.
—Si señor—
—Bien, te puedes sentar al lado de la señorita Cullen—Dijo el mientras apuntaba hacia el único sitio en el que no se encontraba nadie.
Fui hacia allí y me senté sin mirarla hasta que ella habló.
—Hola, soy Alice Cullen, tu debes ser Venus William—Dijo ella. Me giré para contestarle viendo su gran y perfecta sonrisa. Aunque la verdadera pregunta sería, ¿algo en ella no lo era? Creerme, no estoy exagerando. Alice tenia el pelo corto y el rostro pálido, parecía maldita porcelana.
—Si, encantada—Dije mientras extendía mi mano para estrecharla con la de ella. Su mano era bastante fría, pero simplemente lo ignoré.
—Me encanta tu cabello—Dijo—¿Es realmente tuyo?—Preguntó un poco avergonzada.
Reí en voz baja.
—Si—Mi pelo era de un extraño color blanquecino, poca gente solía elogiarlo, ya que la mayoría me miraban raro o mal.
—Oh dios mio, ¿donde te has comprado esas botas?—Preguntó sorprendida.
—Mi padre me las compro en un viaje a New York—Dije mientras sonreía de lado.
—Creo que nos llevaremos bien—Dijo ella sonriendo.
—Si, yo también lo creo—