_Comienzo de clases_
Pasos incesantes se escuchabas por doquier. Quizás era esa angustia que la pelirrosa traiga con ella misma, o quizás pueda a que solo sea el insoportable ruido que hacía una gran muchedumbre por querer entrar temprano el primer día de clase.
Era comienzo de septiembre, el año ya había reiterado esa época tan fría y fresca como es el otoño. El día de hoy el cielo no portaba ni una sola nube, en vez de eso, se podría admirar las cautivadoras hojas marchitas color durazno resbalarse por esos finos troncos y extremidades de los robustos árboles.
Para nadie era sorpresa que las clases comenzarían muy pronto, más sin embargo, IunMin prefería el día de hoy quedarse en su habitual hogar. Pero... ¿por qué? La respuesta era clara. Después de encontrarse con ese minino de ojos cafes y colita revoltosa, se dio cuenta que no le pertenecía, sino que le pertenecía nada más ni nada menos que a Park Jimin, "ese" Park Jimin. Era un hecho que tenía que devolver al gatito, y era un hecho que tenía que hablar con el dueño para eso. Pero la pequeña chica con tan solo imaginárselo, sus nervios aumentaban. ¿Cómo debería hacerlo? ¿Cómo debería decirle? Rayos, era estresante para ella planificar las cosas así. Ella no era de hacer o decir las cosas espontáneamente, no, claro que no, ella era de pensar y retomar cada detalle, cada posibilidad, cada palabra, hasta crear el mejor plan, o bueno, algo que por lo cual le pudiera ayudar en su posición.
Un escandaloso ruido se hizo presente por todos los pasillos, la hora había llegado. Se dirigió a su nueva aula y entro junto a muchos alumnos más, los cuales ahora serían sus compañeros, algunos conocidos, otros que jamás había visto, lo habitual que sucede cuando comenzamos un nuevo año estudiantil. Al sentarse, se dio cuenta que su docente había llegado junto con ellos y por ende, todos les prestaron atención, bueno, la mayoría.
Como bien sabemos, es muy común que en estos casos el docente les pida a cada uno de los alumnos presentarse formalmente, y así lo hicieron en orden según sus puestos. Está de más decir lo nerviosa que estaba IunMin, pues bien, expresarse nunca fue uno de sus virtudes.
—Buenos días, me llamo Lee IunMin. Vivo en la calle 16 de Boogang, y este es mi segundo año escolar estudiando aquí.
—¿segundo año? —preguntó una chica de la primera fila— o sea, ¿que ya llevas estudiando en la escuela durante dos años? Js, jamás te había visto. Pero, significa que no estudiabas la primaria aquí —sí, así era, IunMin fue transferida de una muy buena institución privada a esta otra que es pública, extraño ¿verdad?.
—¿de donde te transfirieron? —preguntó otra.
—Ehhh... De la escuela Hong Hanabie —apretó su mandíbula justo en el momento en que todos se quedaron boca abiertas por la gran sorpresa.
—¿¡vienes de la escuela Hong Hanabie!?... ¿¡de "esa" Hong Hanabie!?
—Boba, solo existe una —la chica le recordó a su amiga con sarcasmo al hablar—. Es obvio que viene de la escuela rival —la detalló de arriba abajo—, los ñoños de su estúpida escuela me causan náuseas.
—Quizás quieras comer afuera de la escuela, Margareth —esta vez hablo un chico junto a ella—. Ya que ella será nuestra compañera de ahora en adelante.
Algunas risillas se escaparon de sus compañeros por el comentario de más de su amigo.
—¿¡como es que te transfirieron acá? —habló nuevamente la primera chica— Me refiero a que... ¡Hong Hananie es la escuela más prestigiosa de la ciudad! ¿Y te trajeron a esta pocilga?
Muchos de sus compañeros se empezaron a quejar en ese momento ¿y como no hacerlo? Esa chica estaba usando un término ofensivo en su territorio.
—Señorita Tasha... —la docente llamo su atención.
—No se alteren, solo digo que la escuela Hong Hanabie es muy buena. Ay vamos, no se hagan, al menos una vez ustedes quisieron caminar por sus elegantes pasillos, o escuchar a esos apuestos tutores de noveno año.
—En primera, soy chico, no me fijaría en sus profesores —aclaró un compañero algo obstinado—. Y en segunda, te recuerdo que nuestro equipo de Basketball le ganó en los juegos finales a la escuela rival —muy orgulloso comentó.
—¡Y por suerte! Tuvimos tres años tratando de estar a su nivel, ¿y de la noche a la mañana los the Beam cometieron tantas penalizaciones en un juego? Sospechoso~
—¿¡Qué rayos estás insinuando Tasha!?
—¡Silencio! Ya basta, ni un solo comentario más —espetó la docente que aparentemente ya se estaba hartando—. Señorita Lee, puede tomar asiento.
Y en cuanto dijo esas palabras, la pelirrosa no dudó ni un segundo para dirigirse a su asiento.
El transcurso de la clase se vio realizada por presentación personal, plan de evaluación, y una larga charla de información institucional.
Curiosamente, el ambiente de su sección se sentía más fresca que la anterior, a pesar que aún portaba algunos de esos compañeros egoístas y orgullosos del año pasado. Y fue en esa milésima de segundo que recordó un detalle algo notorio...
Jeon Jungkook no está en mi sección...
Se cuestionó algo extrañada por su ausencia, pues bien, era extraño que luego de dos años estudiando en la misma escuela, de repente se transfiriera a otra, o solo quizás lo cambiaron de sección. No obstante, el tema no le interesaba del todo, ya que en el momento de rectificar nuevamente lo que significaba "Jeon ya no estudiara conmigo" le generó semejante felicidad. Todos sabemos que ese chico era un verdadero peso para ella.
—bien, ya pueden retirarse —informó su profesora para dar inicio a unos cuantos minutos libres que les brindaba su horario.
IunMin recogió su morral y junto a todos los demás se dirigió a la puerta. Pero como era de esperarse, ella fue una de las últimas en salir gracias a su reducido tamaño y la poca cantidad de velocidad que le proporcionaba su cuerpo.
—Oup~ —la pelirrosa se quejó en el momento en que fue tropezada con un cuerpo justo al frente de ella.
—oh, perdón —mencionó el chico. Más cuando IunMin analizó esa característica voz que portaba, se vio envuelta en una situación algo tediosa.
—¿¡Jeon!?
—¡Conejillo de indias! ¿Me extrañaste tan pronto? —se burlo mientras permanecían en el marco de la puerta. Todos ya se habían ido, a exención de la profesora—. No te preocupes, aquí estoy, listo y preparado para entregarte todas mis responsabilidades que asignen esta semana —altaneramente siguió caminando, esta vez con el propósito de comunicarle a su docente sobre su tardanza, ya saben, quizás borrar el registro de su inasistencia.
—Imbécil —murmuró ella. Tenía ganas de borrar la existencia de ese fastidioso ser que abusaba de ella, pero ¿saben? Esta vez sería diferente.
—¿Qué dijiste? —preguntó perplejo, no tanto por el término, sino por la firmeza en que lo decía. Algo era claro, nunca la había escuchado de esa manera.
—¿yo? —se cuestionó ingenua, volteando a verlo—, no dije nada —fueron sus últimas palabras antes de salir.
Quizás para ella ese momento fue un tanto "cool" haber hablado sin ninguna muestra de timidez, no obstante, por dentro se sentía un poco tonta por pensar que por fin existiera un año sin tener que lidiar con Jungkook.
Jeon ya no estudiara conmigo, eh? —recordó sus antiguas palabras—. Hable muy pronto...
Caminando por los pasillos, se encontró con Charlotte. Esta lucía un tanto confundida y angustiada, se refleja a en su sembraste mientras volteaba a cada extremo del pasillo.
—Hola, Charlotte —IunMin la saludo amablemente, pues la rojiza era una de las pocas chicas que le agradaba, sin contar que el sentimiento era mutuo.
—Oh, hola IunMin Onni —formó una pequeña reverencia—. Wa~ me encanta tu cabello, te queda hermoso el color salmón —admiro su nuevo look mientras la otra le agradecía el cumplido un tanto ruborizada—. Me alegra verte, pensé por un momento que ninguno de ustedes estudiaría aquí.
—Descuida, realmente no creo que alguno de nosotros se a transferido a otra institución, y de ser así, no tienes porqué preocuparte, yo sigo aquí —la rojiza sonrío grandemente.
—Muchas gracias Onni. Por cierto, ¿no has visto a Woozi Oppa? Me preocupa que no haya venido hoy, quedamos en comer juntos.
—la verdad no, tampoco es como si he visto a muchas personas. Si acaso y he tenido una clase que al final se volvió un debate —formó una mueca—. ¿Cuál es tu sección? ¿Sigue siendo la misma?
—Ehh no, hoy en la mañana me di cuenta que me cambiaron a otra. Por eso mismo he estado un tanto despistada. Y me aterra tener que hacer nuevos amigos en una sección desconocida. Antes por lo menos tenía a Woozi Oppa —sus argumentos eran entendibles, más cuando se sabe por todo lo que ha pasado.
—¿Sabes en que sección caíste?
—ehh sí, en la A3 —la pelirrosa la observo sorprendida—. ¿Qué tienes?
—Oh mi Dios, eres mi compañera de clases —contaba feliz—. Con razón no encontraste el salón, nos transfirieron al segundo piso.
—¡¿En serio?! me alegra saberlo, Onni. Ahora estaré más calmada —soltó algunas risillas.
Por otra parte, mientras las dos chicas estaban contentas por la noticia repentina del día de hoy. En la oficina del director se hallaba un Woozi totalmente agitado.
—¿Cómo que no puede hacer nada para solucionar esto? ¿Adonde se supone que me quedaré? ¡No quiero estar allí! —hablaba enfadado, pues el director no estaba cooperando del todo a pesar de cuantas veces el peliplateado reiterará sus argumentos.
—Ya le dije, el registro ya quedo escrito e impreso según la oficina. Las inscripciones fueron hace mucho. No podemos cambiar el papeleo solo porque no acepta a sus compañeros.
—En primera, yo no soy quien no los acepta ¡ellos no me aceptan a mí! Y en segunda... —el señor de corbata omitió su habla por un instante para luego interrumpirlo.
—Lamento que nuestro registro de este año no haya sido de su satisfacción, señor Lee. Pero me temo que no puedo hacer nada para su cambio de sección. Al menos que un alumno de la dicha sección se quiera transferir con usted, de lo contrario, podría aprovechar este tiempo para hacer amigos.
—No, gracias... —dijo sarcásticamente— Yo mismo lo resolveré —tomo su morral, salió de la habitación, y dejó a un director algo estresado por su visita, pues bien, él no era el único que había venido a discutir un cambio de sección.
No obstante, en las afueras de la institución, se encontraba un tímido chico, precisamente en el jardín central, sentado en el césped y apoyado sobre un robusto árbol. Acomodó sus lentes ante el libro de geometría que traía consigo. A simple vista, se le dificultaba entender.
—¿Necesitas ayuda?
Esa cálida voz —pensó él. Más cuando levantó su mirada en busca de la chica, ya no se encontraba allí.
—¿De que es el libro? —pronunció la chica muy cerca de él, motivo por el cual se asustara tanto. Nunca pensaría que en un rápido movimiento la chica se sentaría junto a él para curiosear en las páginas del cuyo libro.
—Me asustaste —mencionó agitado—, pensé por un momento que eras un fantasma.
—No lo creo, de ser un fantasma no estaría en la escuela sino en...
—¿Una casa embrujada?
—¿Qué? Nooo~ —negaba entre risas mientras recuperaba el aire— Te extrañé.
Eso al chico le tomó por sorpresa, ¿extrañaba su presencia?
—Y-yo... yo ta-ambien, IunMin—ella género una pequeña ronrisa, por lo cual el chico se sonrojó un poco—. ¿me quieres ayudar en geometría?
—Por supuesto que sí, Chíran.
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—Maldicion, ¡no puedo! —dijo frustrada. Dando miles de vueltas por su habitual recámara—. ¿Porque nací siendo tan tímida? —se aborreció—. Quisiera ser normal... —dijo sin más. Echándose en uno de estos banquitos de mesa y apoyando todo su peso superior en el escritorio, tapando así su rostro sobre este.
Minutos más tardes, mientras la pelirrosa se asfixiaba en sus propios conflictos, se acercó un minino. Estaba en busca de compañía y mimos.
—Mochi~ —pronunció sutilmente acompañados de acaricias hacia el nombrado—. ¿Extrañas a tu dueño? —le preguntó al mínimo, quien permanecía intacto con sus característicos ojos curiosos—. Sí, te entiendo ¿quién no querría estar junto a él? —esta vez, sostuvo el gatito para luego colocarlo sobre sus piernas.
Así pasaron varios minutos, acariciando el mínimo, escuchando sus ronroneos conforme pasaba el tiempo. Y en un instante, su vista cruzo nuevamente hacia esa enorme cantidad de notitas amarillas que minutos antes escribía.
Releyó un par de ellas, pensando nuevamente en el estresante plan que había propuesto. Pero al terminar, otro suspiro agobiado salió de sus labios.
No puedo hacerlo...
Se había rendido aparentemente. Más su corazón decía lo contrario, debía hacer algo.
—Miauh~ —maulló por lo bajo, acercándose más a su pecho.
La mente de IunMin se desmorono completamente tras ese maullido, dedicando así toda su atención al michi. Este último estaba muy bien, solo trataba de jugar con el collar que colgaba del cuello de la pequeña chica. Más ella solo se limitó a seguir mimándolo de acaricias.
Tras ello, otros pensamientos del día abrumaron la mente de la pelirrosa.
FlashBack:
—Y así es como el resultado es 58.97 y no 82.3 como creías —afirmaba la chica cuyo cuál se encontraba sentada en el jardín central de la institución, ayudando a su tímido amigo—. ¿Entendiste? La geometría es más fácil de lo que crees, Chíran. —decía divertida.
Por otro lado, el chico que solo se mantuvo observándola todo este tiempo, no sabía ni cómo contestar. ¿Había entendido? Por supuesto que no, y no era como si la pelirrosa explicara mal, sino que sencillamente se le dificultaba concentrarse. Y era obvio, en su posición nunca se concentraría, no con ella...
—¿Wong?
—Perdón, yo... no —ella sonrió ladinamente mientras lo veía tratando de expresarse.
—Está bien, descuida. A algunos se les hace más fácil que a otros —decía mientras guardaba sus pertenencias—. Quizás sea yo, no estoy acostumbrada a dar clase de esta forma —se burlo un poco para luego levantarse del verdoso césped que antes estaba. El chico al ver sus intenciones, se levanto rápidamente al compas de ella.
—No, no, estoy seguro que eres una excelente profesora, Lee. Soy yo... siempre se me han dificultado estos tipos de ejercicios, por más que estudie.
—Oye, está bien. Solo es práctica. Aunque yo siendo tú me preocuparía un poco —él frunció el ceño, no comprendía—. Pues bien, eres de noveno año... las primeras pruebas serán en unas semanas... —entorno sus palabras conforme las decía para dar a entender lo que quería decir.
—Ah sí... la prueba principal está cerca —formuló una mueca en sus labios.
—La geometría y física en noveno grado es más extenso. Quizás deberías recurrir a clases particulares, te vendría bien.
Y justo con esas palabras en la mentesita de Wong Chíran, se le atravesó una idea.
—¡Lee! —vociferó alegre. Pero al ver que IunMin se asusto un poco por la cercanía se disculpó—, perdón. Pero, lo tengo. Yo amerito clases particulares, y tú eres una excelente alumna que sabe estudios más avanzados de tu propio grado... yo, pensaba, no sé, que quizás —mentiría si dijera que no se encontraba nervioso, ya que así era.
—Wong...
—Te gustaría ser mi tutora de clases particulares... —ya sea pregunta, o afirmación, la chica se confundió. Era la primera vez que le proponían eso y de hecho, no se sentía preparada para dar clases de esa forma.
—No lo creo, es que... hay muchos factores que influyen. Como el hecho de no saber que ira en tus pruebas, o que es mi primera vez enseñando... aparte eres de noveno, Chiran. No estoy preparada académicamente para darte clases.
—¿De qué hablas? Se bien que en tus tiempos libres estudias temas de años avanzados.
No era completamente cierto, ni completamente falso. IunMin si ha estudiado muchas áreas de años avanzados al suyo. No obstante, eso no era lo que hacía en su tiempo libre, claro que no, su tiempo libre incluía una "J", sí, la J de Jimin.
Y hablando del mencionado, el castaño chico se encontraba a tan solo un par de metros lejanos, resulta que ahora el jardín centrar a sido últimamente un ambiente preferido por el grupo de los "populares".
Curioso.
Muy curioso.
—Wong, yo... no sé.
—Lo sé, lo sé, ya me mencionaste los contras, pero...
Cabellera castaña, rebelde y brillante. Uniforme impecable. Ese lindo reloj de mano en su muñeca izquierda. Y claro, su característica sonrisa que llamaría la atención de cualquier ser humano...
Esos eran los pensamientos de Lee IunMin cuando el perfecto chico de mejillas carmesí apareció en su visión. Él junto a su equipo habían llegado al jardín. La pelirrosa se encontraba completamente embelesada en Park, mientras que el chico de su al frente se dedicaba a explicarle con profundidad su idea, pues bien, era un hecho que el pelinegro quería pasar más tiempo con esa linda chica, más sin embargo, era una lástima que está ni escuchara lo que Chiran decía. No pasó mucho tiempo, para que el chico se diera cuenta de lo que ocurría, tampoco era la primera vez, cosa que lo lastimó más.
—Lee... —y nada— Lee IunMin —ella levantó la mirada rápidamente para encontrarse con la suya.
—Perdona, estaba...
—Despistada... —terminó sus cotidianas palabras— Lo sé. Perdón, mi clase ya debió haber comenzado.
—Pero... —y allí estaba ella, hablando sola. Puesto a que el pelinegro ya se había ido, con su miraba gacha, como de costumbre.
Y fue allí la primera vez que se sintió culpable por el estado de Chíran, sin saber el motivo clave.
Fin del Flashback...
Una sensación de remordimiento abarcó el cuerpo de la pequeña chica. ¿Se había sentido culpable? Sí, reconocía que hizo mal en no prestarle tanta atención, a pesar que fueron tan rápidos los sucesos. Se sentía incluso más culpable que solo lo que relacionaba ese hecho ¿Por qué? Se preguntaba.
Quizás retome la idea de ser su tutora —pensaba ella—, puede a que sea de ayuda tanto para él como para mí —esta vez analizó los ojitos gatunos del animal—. Es lo correcto, ¿verdad?
El minino se limitó a bostezar, y posteriormente, lamerse sus patitas delanteras.
La chica suspiró para luego seguir analizando las notitas sobre su escritorio. Esta vez tomo toda la valentía que pudiera poseer y marcó el número que casualmente ya se lo había memorizado en solo minutos. Al escuchar los característicos sonidos que hacía el celular al repicar, sus nervios hicieron de las suyas, más sin embargo, estaba decidida. Sostuvo unos cuantos papelitos en orden con sus manos temblorosas.
El momento había llegado.
Solo pasaron uno, dos, cuatro, seis segundos y...
—¿hola? —habían hablado...
Me gustaría decir que la pelirrosa chica estaba preparada y decidida en responder a por todas, pero eso no fue lo qué pasó...
A contrario, en cuestión de segundos su habitación se había impregnado del particular ruido de un objeto siendo golpeado contra el suelo.
IunMin había dejado su celular caer...
Querrán saber el motivo tanta como yo. Y era que, la voz que había escuchado a través de la línea, no era la del castaño, sino la de...
—Una chica —masculló la pequeña Iun algo desorientada—. Era, era su, ¿novia? —sí efectivamente, la voz de la cuya chica que escucho era la novia de Park. Curioso, no?
Momentáneamente luego de recobrar sus sentidos, se aseguró rápidamente que la llamada se había cortado. Para luego tomar las ciertas de notitas que había escrito y botarlas en la papelera más cercana.
Algunos ya se habrán dado cuenta del motivo por lo cual hizo las notas, no es así? La chica lo había hecho con la intención inocente de tener buenos argumentos, preguntas y cuyas razones de que un chico recibiera la llamada de una desconocida hasta los momentos, o según ella lo imaginaba así.
Se acercó al minino que se ubicaba recostado en la superficie de la cama, aún con sus pensamientos revueltos por lo qué pasó.
–Mochi... creo que tendremos que esperar a organizar otro plan...
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Holis~ nuevamente yo después de tanto. Informo que poco a poco tengo más inspiración en la historia y se me ocurren muchas ideas próximas ✨
Cuídense~
Nos vemos pronto~
안녕= adiós... 🤗
¿Les gustó el look de IunMin? ¿Con su cabellito corto y rosa coral? e.e
En el próximo capítulo explicaré cómo será sus outfit estudiantil y casual. Ya que luego de la transformación que le hizo la prima Rose fue un tanto notorio en su semblante y aspecto js