𝐌𝐈 πŒπ„π‰πŽπ‘ π…π€π’π“πˆπƒοΏ½...

Oleh Mar_GD

1.1M 116K 60.7K

β€’ . 𐂂 ━━ 𝐌𝐈 πŒπ„π‰πŽπ‘ π…π€π’π“πˆπƒπˆπŽ ❝ A pesar de todos los problemas que han vivido, ella siempre serΓ‘... Lebih Banyak

𝐌𝐈 πŒπ„π‰πŽπ‘ π…π€π’π“πˆπƒπˆπŽ; 𝐧
β”†π†π‘π€ππ‡πˆπ‚π’
┆𝐀𝐂𝐓 πŽππ„
┆OO.O
┆OO.1
┆OO.2
┆OO.3
┆OO.4
┆OO.5
┆OO.6
┆OO.7
┆OO.8
┆OO.9
┆O.10
┆O.11
┆O.12
┆O.13
┆O.14
α΄Έα΄±α΄Ήα΄Όα΄Ί
┆O.15
┆O.16
┆O.17
┆O.18
┆O.19
┆O.21
┆O.22
┆O.23
┆O.24
┆O.25
┆O.26
┆O.27
┆O.28
┆O.29
┆O.30
┆O.31
┆O.32
┆O.33
┆O.34
┆O.35
𝐌𝐈 πŒπ„π‰πŽπ‘ π…π€π’π“πˆπƒπˆπŽ; 𝐧𝐬
β”†π†π‘π€ππ‡πˆπ‚π’
┆𝐀𝐂𝐓 π“π–πŽ
┆O.36
┆O.37
┆O.38
┆O.39
┆O.40
┆O.41
┆O.42
┆O. 43
┆O. 44
┆O. 45
┆O. 46
┆O. 47
┆0. 48
┆O.49
┆O.50
┆O.51
┆O.52
┆O.53
┆O.54
┆O.55
┆O. 56
┆O. 57
┆O. 58
┆O. 59
┆O. 60
┆O.61
┆O.62
┆O.63

┆O.20

18.1K 2.1K 1.4K
Oleh Mar_GD

RECUERDOS

• • •

Inhale aire sin saber qué hacer. Aún no entendía cómo habíamos llegado a esto.

¿Qué sucedió en tan solo unos minutos?

¿Qué hice mal para acabar así?

¿Por qué...? ¿Por qué me sucede a mí?

Necesito ayuda, no puedo con esto... no sola.

Necesito que alguien me salve, ojalá alguien lo hiciera.

No podré resistir mucho más. Kenzo... él está... ¡No! Me niego a creerlo.

──¡KENZO! ─grite como nunca antes lo había hecho, mi garganta dolió.

──Y-yumei... ─tosió sangre llamando mi nombre mientras me miraba.

No perdí más tiempo, como puede caminar hasta él soportando el dolor que sentía en todo mi cuerpo.

──Quédate conmigo, Kenzo. ─no sabía mucho ninjutsu medico, solo lo poco que aprendí leyendo un libro de mi madre y no era para nada buena en ello y menos ahora que mis manos no paraban de temblar. ──. ¡Mierda! ─exclamé frustrada al sentir las miradas de los dos tipos observar lo que era inevitable.

──Me das tanta risa niñata. ─apreté mi mandíbula al escucharlo. ──. Él ya se murió, pero tranquila la siguiente serás tú.

──Deja de hablar y acaba con ella de una buena vez. ─le dijo el otro sujeto con un cadáver en su hombro. ──. Tenemos que ir a recoger la recompensa de este tipo.

──C-corré... Y-yumei. ─balbuceo atragantado por su propia sangre.

──No hables, estarás bien. ─mentí al no saber qué más decir.

Él negó la cabeza manteniendo una pequeña sonrisa, con las pocas fuerzas que le quedaban. A pesar de tener literalmente el corazón partido pareciera que no le doliera.

──Mierda. ¡Mierda! ¡¡Mierda!! ─maldije cada vez más alto, mi chakra estaba casi al límite y el ninjutsu médico iba desapareciendo. ──. Lo siento tanto, Kenzo. ─lo mire con mi único ojo que tenía. ──. Esto es mi culpa.

──Está bien... no duele. ─me miraba, su brillo se estaba acabando. ──. ¿Puedo pedirte un extraño favor? ─tomó mis manos para dejar de usar el ninjutsu. ──. ¿Me abrazas mientras me voy? Siempre he querido un abraz...

Antes de que terminara lo abrace con fuerza dejando su cabeza descansar en mi pecho.

──Lamento todo esto. ─susurré sintiendo su respiración ser más pausada.

──N-no... te culpes. ─habló entre suspiros. ──. Fue la culpa de Suki... ella... nos...

──Shhh... no hables, por favor. ─pedí. ──. No te esfuerces en decir algo que ya no sirve para nada. ─apreté mis puños al recordar cómo llegamos a esto. ──. Eres un gran amigo Kenzo, eres mi amigo. ─tome su mano con fuerza.

──¿Por qué lo haría...? ─respiraba lentamente. ──. ¿Por qué Yumei? ─me miraba pidiendo una explicación que ni tenía. ──. Acaso, ¿hice algo mal?

──No, no, tú nunca hiciste nada mal. ─aclaré mientras miraba sus ojos. ──. Sabes lo mismo que yo. ─cerré mi ojo. ──. Juró que esto no quedará así, te juro que la mataré.

──No lo hagas, no quiero verte como a Sasuke... no quiero eso para ti. ─levantó su mano acariciando mi mejilla. ──. Despide a Banri-sensei de mi parte, a los chicos... ─soltó una risa. ──. Ahora recuerdo que le prometí una cita a Tenten... ─cerró sus ojos. ──. Me odiara...

──No lo hará. Nadie lo hará. ─le sonreí reteniendo mi llanto. ──. No quiero perderte... ─confesé. ──. ¿Quién intentara hacerme reír en los entrenamientos? ¿Quién se la pasará dándome halagos estúpidos? ─pregunté con una mueca. ──. Si no estas, ¿como se supone que te protegeré de las chicas que te golpean por ser un idiota?

Soltó una amarga risa.

──Tienes que seguir adelante... pase lo que pase siempre te estaré halagando aunque no me escuches. ─acarició mi mejilla con pesadez. ──. Siempre ten presente que esta no es mi derrota, que esta es una victoria más y ahora serán tuyas también. Te prometo que ni muerto voy a dejar de entrenar. ─sonrió. ──. Te estaré observando... siempre... ─dejó salir su último aliento, su mano cayó al suelo mientras el brillo de sus ojos se apagaba.

──¿Kenzo? ¡No, por favor! ─lo sacudía, pero él no daba señas de vida. ──. ¡Kenzo!... Kenzo. ─cerré mi ojo mordiendo mi labio inferior con fuerza.

──Bueno, ya te di tu momento patético con el chico muerto. ─escuche su irritante voz. ──. No te preocupes linda, en unos minutos tu estarás con él.

──¡Vete a la mierda, maldito idiota! ─exclamé levantándome débilmente. ──. ¡Te voy a arrancar tu asquerosa cabeza malnacido! ─saqué mis cuchillas drenando mi poco chakra en ellas.

──Sabes que no tienes oportunidad y aun así me haces frente. ─me apunto con su guadaña. ──. Tengo que admitir que tienes más agallas de las que pensé niña. ¿Cuál es tu nombre? Me interesa saber el nombre del sacrificio para Jashin-sama.

──Mi nombre te aseguro que no lo olvidarás. Seré la persona que acabe contigo. ─coloque las cuchillas en alto. ──. Sarutobi Yumei será tu peor pesadilla.

Corrí directo a él esquivando su guadaña, sabía perfectamente su estilo de pelea. Mientras peleaba con Kenzo planee una estrategia ante su jutsu y movimientos. Él intentara a toda costa tomar aunque sea una pequeña gota de mi sangre para caer en su maldición.

En un descuido de él, logre crear un clon para que tomara mi lugar. Mientras que él peleaba con mi clon, logró hacerle un corte.

Perfecto, todo marcha como la estrategia. ─pensé al verlo hacer su ritual.

Estaba tan concentrado en jugar en donde iba a clavar su lanza en varios lugares de su cuerpo, que no se percató de mi presencia a su espalda.

──¡Es tu fin! ─gritó clavando su lanza en el corazón. Mi clon cayó al suelo y a los segundos desapareció ganado la cara de sorpresa del platinado. ──. ¿Pero qué demonios...?

Sin darle tiempo a reaccionar le corté su cabeza con mi cuchilla terminando con lo poco que quedaba de mi chakra.

Caí de rodillas al suelo, estaba más que cansada, mis piernas estaban deshechas de tanto cortés. Mi lado izquierdo de mi rostro ardía y la sangre no paraba de salir.

──¡Maldita mocosa! ¡Jashin-sama te castigará! ─escuche su gritó, lo mire aun respirando con dificultad. ──. ¡Kakuzu puedes acercar mi cuerpo hasta mi cabeza!

──No. ─le contestó el otro que solo miraba desde un punto sin moverse.

──¡Maldito! ─exlamó disgustado. ──. ¡Puedes, por favor, traer mi cuerpo hasta mi cabeza! ¡Por favor, Kakuzu, viejo amigo!

──Es tu culpa por ser tan descuidado en las batallas. ─lo miro para después mirarme. ──. Pero no podemos dejarla viva, sabe mucho sobre nosotros.

Intenté levantarme para huir, pero unos hilos salieron de la tierra traspasando mis brazos reteniéndome en el suelo. Grite de dolor, nunca pensé que ese tipo pudiera hacer eso. No podía mover mi cuerpo, si lo hacía podía desprender la piel de mis brazos y eso dolería a millón.

Ahora solo podía observar al sujeto coser la cabeza del platinado a su cuerpo, este me miró una vez que regresó a estar de pie.

──De nuevo en una pieza. ─me miró sonriendo. ──. Es hora de acabar con esto.

Camino directo al diagrama que hizo de su sangre hace tiempo, sacó su lanza enterrandola directamente en su pierna. Gemí de dolor cerrando mi ojo con fuerza, apretando mis puños.

──¡Se siente bien, ¿no lo crees?! ─la sacó bruscamente. ──. Me alegraría jugar más contigo, pero ya debemos irnos. Aunque puedo divertirme unos pocos minutos más. ─tomó su guadaña y sin previo aviso la enterró en su pecho.

Escupí sangre sintiendo el inmenso dolor en mi cuerpo. Ya no escuchaba lo que decía, solo lo miraba mover la guadaña a los lados generando un enorme dolor. Mis gritos y sus risas eran lo único que escuchaba en el bosque hasta que saco la guadaña, esta vez me la iba a lanzar directamente.

Voy a morir. ─pensé observando en cámara lenta el filo del arma venir a mí. ──. ¿Mi vida terminará aquí? ─cerré mis ojos esperando mi fin, pero nunca llegó.

Comencé a sentir una ventisca de viento cada vez más fuerte hasta el punto de ver a un tornado arrasar con todo lo que había en su camino. Los hilos que tenía incrustada en mis brazos se esfumaron cuando el tornado pasó al frente mío. El viento no me afectaba al contrario sentía como si me abrazaban protegiéndome.

Cuando desapareció ninguno de los tipos de las capas negras con nubes rojas se encontraban. Llevé mi mano al porta armas sacando el pergamino y el frasco que tenía antes el ninja renegado, que por lo que vi, tenía una gran recompensa.

Mire el Byakugan que era de mi ex-compañera, tomé una bocanada de aire para lo que iba hacer. Lo abrí tomando el ojo, mordí mi labio al sentir como introducía el Byakugan en la cuenca vacía.

Ojo por ojo. ─pensé cuando terminé de colocarlo. Aplique lo ultimo de mi ninjutsu médico, tenía que levantarme antes de que volvieran.

Le di una última mirada al cuerpo de Kenzo y con paso lento y apoyándome con los árboles comencé a caminar hacia la aldea.

Mi mente estaba en blanco, no sabia que pensar. Quería llegar, eso era lo único que pedía y deseaba. Mi vista se iba nublando poco a poco por la pérdida de sangre hasta que visualice a lo lejos la entrada, a tan solo unos pasos de llegar caí sin fuerzas al suelo.

Lo último que recordé era un par de brazos cargarme, después... una profunda oscuridad me absorbió.

Desperté sobresaltada sentandome en la camilla donde me encontraba.

Respiraba frenéticamente mirando a los lados cayendo en cuenta que estaba en una habitación blanca, indicios de que me encontraba en el hospital.

Mi mirada cayó en los cables que estaban incrustados en mis brazos, de pronto deje de ver cables observando los hilos de aquel sujeto, estos se estaban enterrando en mis brazos peor que agujas. Grité fuertemente tratando de quitarlos dañando mis brazos, pero poco me importaba.

Desesperada los arranque de golpe llevando una parte de mi piel, no me importó el dolor me levanté de la camilla enseguida.

La puerta fue abierta bruscamente.

──¡Yumei! ─mire a mi hermano entrar con la Hokage y detrás de ellos estaban todos. ──. ¿Qué sucedió? ─miro mis brazos llenos de sangre. ──. ¿Qué hiciste? ─se acercó a mí, yo retrocedí. ──. Tranquila, soy yo. Todo está bien. Estamos juntos ahora.

Esas palabras... esas jodidas palabras.

──Tranquila, soy yo. Todo está bien. Estamos juntos ahora. ─mire a la castaña.

──¡Suki! ─exclamó Kenzo feliz de verla.

──¿Suki? ─la miré. ──. Creí que habías muerto, cuando te vi por última vez...

──Estaba peleando con un ninja. ─se rió. ──. La cosa es que no estaba peleando con él, estábamos teniendo una charla. ─la mire confundida.

──¿Charla? ¿Estabas teniendo una charla con el tipo que nos quiso matar? ─me estaba empezando a enojar. ──. ¿Por qué mierda tienes una charla con el tipo que te quito un ojo?

──Bueno, si hizo todo eso fue porque yo le di una paga para que lo hiciera. ─informó con simpleza.

──¿Qué? ─preguntamos ambos sin creerlo.

──¿Le pagaste para que tratara de matarnos? ─pregunto Kenzo sin creerlo. ──. ¿Por qué?

──Porque solo matándolos seré más fuerte. ─rio psicopatamente. ──. Solo que ese maldito bastardo se llevó mi ojo. ─llevó su mano a su ojo faltante. ──. No quiso desperdiciar la oportunidad de tener el Byakugan. ─sus dedos se llenaron de su sangre misma que probó como una desquiciada. ──. Pero eso me vino como anillo al dedo. Solo necesito uno .

──¿Hacerte fuerte? ¡¿Qué mierda estás diciendo?! ─grité sin creer lo que decía. ──. ¿Cómo llegaste a esto?

──¡Esta es tu culpa Yumei! ─apretó sus puños. ──. ¡Te odie desde el primer momento en el que te vi! ¡Tu tienes todo y fingues sufrir para que todos te tomen en cuenta! ─fruncí mi ceño. ──. ¡Lo único que me aliviaba era el saber que todos me conocían por ser más fuerte que tú! Pero claro, la hija del Hokage no quiso quedarse debajo de mí. ¡¡Me dejaste en ridículo enfrente de toda la aldea!! ¡Te convertiste en lo que por derecho tenía de ser mío!

──¿Te estas escuchando Suki? ─pregunté observando su rostro. ──. Estas hablando como una una idiota. ¡Estas diciendo que le pagaste a unos tipos solo para matarnos a nosotros dos!

──Solo quise hacer una coartada. Todos pensarían que ellos los mataron, pero fui yo y nadie sospechara de mi. ─soltó una risa. ──. De la chica que llevo el pergamino  son múltiples heridas, derramando lágrimas de cocodrilo por haber perdido a sus compañeros que decidieron dar su vida por mí. ─se acercó hasta quedar al frente mío. ──. Que dieron su vida para que terminara la misión.

──Estás trastornada. ─mire fijamente al ojo. ──. Te llevaré ante la Hokage.

Se soltó a reír, como si hubiera dicho el mejor chiste del mundo.

──¿Sabes? Ahora que te veo bien, tienes lindos ojos. ─sonrió maliciosa. ──. Sí él tiene razón tus ojos serían perfectos.

──¡Yumei! ─gritó Kenzo cuando la mano de Suki tomó mi ojo izquierdo como si fuera lo más fácil. ──. ¡¿Qué carajos haces, Suki?! ─se lanzó contra ella.

Suki tomó un kunai, antes de que lo lastimara me coloque al frente de él residiendo la herida justamente en mi ojo izquierdo.

El mismo ojo que me quitó aquella persona que me dijo esas palabras.

Esas mismas palabras que Asuma me dijo, fueron las mismas que Suki. Por un momento dejé de ver a mi hermano para mirar a una psicópata castaña levantando su mano a mi ojo.

──¡No te acerques! ¡Aléjate!

Tomé su mano ejerciendo fuerza, pateé su pierna haciendo que cayera de rodillas estampando su rostro contra el suelo. Me aleje corriendo hasta la salida, pero más personas se pusieron adelante, para mí sus rostros eran los mismos que nos tendieron la trampa.

Le tiré una patada al que extruyó la puerta, los demás se alejaron al ver mis intenciones de golpearlo.

Corrí por los pasillos escuchando a la mayoría llamarme y tratar de alcanzarme. Me quedé mirando tres pasillos sin saber a cual tomar, antes de decidir, sentí varias manos tomarme.

──¡No la suelten! ─escuche la voz del Hokage.

──¡Suéltenme! ¡No caeré de nuevo en la trampa! ─estaba forcejeando, pero ellos eran más fuertes.

Sentí un piquete en mi cuello, mis fuerzas iban disminuyendo mientras que mi ojo estaba pesando demasiado. Las manos dejaron de sujetarme.

──Descansa, Yumei. ─escuche a los lejos la voz de la Hokage. ──. Estás a salvo, estás en la aldea, en tu casa. Ya pasó todo.

──Kenzo... está... mi culpa. ─murmuré antes de caer en un profundo sueño.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

49K 4.3K 32
ΒΏQuΓ© es lo que ocurre cuando nada es recΓ­proco en tu relaciΓ³n?
138K 8.1K 23
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
113K 9.3K 46
Alexia es una chica con miedo al amor y con muchas inseguridades con su cuerpo. ConocerΓ‘ a pedri gracias a su nuevo trabajo, atracciΓ³n, risas, buenos...
398K 47.6K 106
Criada por la muerte en el Orfanato The Wool, Lilith Potter hermana del niΓ±o que viviΓ³ entrarΓ‘ a Hogwarts y no serΓ‘ nada de lo que esperan. Portada h...