"El sueño de un Ángel"

By Maavalof

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Ella, está cansada de escuchar siempre los mismos comentarios y recomendaciones para conservar su salud físic... More

Introducción
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Dedicatoria y agradecimientos

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By Maavalof

Santiago dedica cada segundo a acariciar y besar a Mariela, llenarla de cariños y susurrarle al oído. Pero a pesar de responder a los mimos de su novio, la escritora no está disfrutando del todo ese momento; no puede quitarse de la mente los insultos y comentarios de Noemí.

-¿Qué pasa, mi vida? -pregunta de pronto Santiago, notando cierta incomodidad en ella.
-Nada, mi amor -niega Maya, con una leve sonrisa.
-Claro que pasa algo. Desde que llegamos te noto extraña, distante. Estás aquí pero tu mente está en otra parte. No eres la misma de siempre. ¡Siento que me besas por inercia!... ¿Qué pasa? ¿Sigues molesta por lo de hace rato? -indaga él, viéndola a los ojos.
-No, Santiago, no es eso. Simplemente, no me siento bien, me duele la espalda, estoy cansada, no tengo ganas de hacer nada -se disculpa ella, al dejar de abrazarlo.
-¿Segura de que es eso? -insiste él.
-Sí -contesta Maya un tanto seria.

El doctor guarda silencio unos minutos y después se levanta del sofá. Se dirige a la cocina dejando sola a su novia en la sala.

Maya tampoco dice nada al respecto, lo único que hace es cerrar los ojos mientras pasan por su mente un sinfín de cosas. De repente, una lágrima recorre su mejilla.

Continúa en silencio y sola en aquella sala.

Por su parte, Santiago busca en la cocina algo de beber. Aunque Maya no se lo dijo, él sabe que algo está pasando con ella, la conoce y está seguro de que lo que la está haciendo sentir tan mal es el problema que tuvieron en el parque, y por eso trata de encontrar la manera de hacerla sonreír y olvidar ese mal rato.

Varias ideas vuelan en su cabeza, pero sólo una es la idónea para lograr su objetivo. De inmediato reúne todo lo necesario para llevar a cabo su plan y hacer de ésa una tarde-noche inolvidable para ambos.

Tiempo después, a Santiago le parece extraño que Maya no le haya hablado, por lo que decide regresar a la sala para contarle lo que se le ha ocurrido hacer esa noche.

Al llegar a donde Maya, se da cuenta de que se quedó dormida recostada en el sofá. Y entonces sonríe mientras contempla la belleza de su novia, la acaricia y le da un tierno beso en su frente; luego la cubre bien para que no tenga frío y apaga la televisión.

Silenciosamente vuelve a la cocina, donde está realizando su plan.

Después de una siesta de casi dos horas, la escritora despierta y enseguida busca a su pareja.

-¡Santiago! -lo llama desde el sofá.

Él escucha a su novia desde la cocina y va a verla.

-¿Ya despertó mi bella durmiente? -pregunta él sonriendo y besa sus labios.
-¿Por qué me dejaste aquí solita? -se queja ella chiqueonamente.
-Porque fui a prepararte una sorpresa -responde Santiago.
-¿Qué sorpresa? -exclama ella.
-Vamos a cenar -dice él.
-No, amor. No me lo tomes a mal, pero no tengo ganas de ir a ningún lado -se niega Maya, mientras lo abraza.
-Pero no vamos a ir a ningún lado, mi vida hermosa. Vamos a cenar aquí, ¡tú y yo solos! -explica él, al pasarla a la silla de ruedas.
-Y, ¿cuál es mi sorpresa? -pregunta con curiosidad ella.
-Que cociné especialmente para ti -le cuenta, y ella le regala una hermosa sonrisa.

Los novios van hasta el comedor, donde todo listo para una verdadera cena romántica.

Pétalos de rosas, velas y una botella de vino adornan la mesa, haciéndola muy especial.

Al verla, Maya queda totalmente sorprendida y agradece a Santiago el haber pensado en consentirla de esa manera.

-¿Sabes que en toda mi vida sólo he cocinado para tres mujeres? -comenta él, mientras la acerca a la mesa.
-¡Ay, ajá! Eso ni tú te lo crees -contesta ella a carcajadas.
-Te juro que solamente he cocinado para tres personas... Mariana, Marijó y tú. ¡Te amo, Maya! -asegura Santiago, al tomar y besar su mano.
-Yo también te amo. Y, gracias, mi cielo. Todo está hermoso -exclama Maya al besarlo.
-Y lo que viene va a estar mucho mejor -añade él, al levantarse y entrar a la cocina.

Luego de unos minutos, Santiago regresa con una charola con la cena. Enseguida, le muestra a su novia lo que ha preparado con amor para ella. Es el platillo preferido de la escritora, razón por la que ella agradece aún más el detalle.

Con cariño, el doctor sirve la cena para ambos y se sienta a comer junto a su pareja.

-¡Está delicioso, amor! -agradece Maya, al probar el platillo.
-Me alegra de que te guste, preciosa -responde Santiago al besarla.

Ambos disfrutan del momento, en que conversan de una infinidad de temas. Una cosa lleva a la otra, y de pronto, la charla se enfoca únicamente en Mariana.

Santiago cuenta con una sonrisa, cómo era la vida junto a su mujer, cada detalle y miles de experiencias vividas a su lado.

Mariela escucha atenta cada palabra de su novio, y sinceramente, le fascina la admiración y el inmenso amor con que Santiago habla de Mariana.

-¿Sabes algo, mi vida?... Estoy segura de que Mariana era la mujer más feliz del mundo al tenerte a su lado -se imagina sonriente Maya.
-No sé si fue la más feliz del mundo, pero ten por seguro que el tiempo que estuvimos juntos hice todo lo que estuvo en mis manos para verla sonreír en todo momento -confiesa Santiago con sinceridad.
-No tengo la menor duda de que así fue, mi cielo, porque yo también soy la mujer más feliz del universo al tenerte conmigo -afirma Maya, y lo besa con ternura.
-Y yo soy el hombre más afortunado por tener a mi lado a una mujer tan hermosa, admirable y maravillosa como tú -añade Santiago con una gran sonrisa.

Continúa la charla entre la joven pareja, al tiempo que siguen saboreando el platillo y el excelente vino tinto.

Cerca de las nueve, llegan a casa Estela, Tina y Marijó, quien se encuentra muy cansada después de un largo día de ensayo en la academia.

-¡Hola, papi! -dice la niña, entrando al comedor.
-¡Hola, princesa hermosa! -saluda con alegría Santiago, al cargar a la niña en sus piernas.
-Hola, mi vida. ¿Cómo te fue? -pregunta Maya, mientras entran Tina y Estela.
-Mayita, me fue bien pero me duelen mucho mis piecitos -responde la niña, abrazando a su padre.
-¿Quieres que te dé un masajito? -le propone Santiago acariciándola.
-Sí, ¿y también me haces piojito? -pide Marijó.
-Claro, mi vida, pero primero cenas y te bañas porque hueles medio raro -dice Santiago riendo.
-Amor, ¿cómo va a oler raro? -exclama enseguida Maya.
-Sí. ¡Huele a limón agrio! -asegura Santiago y ríen todos.
-Claro que no -dice Marijó.
-Claro que sí -repite Santiago, haciéndole cosquillas.
-Y ¿por qué está aquí todo esto? -pregunta la niña, al ver la mesa con las flores, las velas y el vino.
-Porque Maya y yo acabamos de cenar -explica Santiago.
-¿Le hiciste una cena romántica a Maya? -exclama sonriendo la niña.
-Sí -afirma él.
-¡Qué padre, papi! -le dice Marijó, al abrazarlo.

La familia continúa en el comedor platicando en lo que la pequeña Marijó y Estela cenan.

En la sobremesa, Santiago se la pasa jugando y molestando a su hija, que se muere de risa con cada chiste que él hace.

-Tina, ¿me acompañas al baño, por favor? -pide repentinamente Maya.
-Claro, Maya -responde amablemente.
-Sí, Tina. Ayúdala, por favor, porque ahí sí no me meto... ¡todavía! -comenta Santiago y todos se carcajean.
-¡Cállate, Santiago! -le dice Maya apenada, al dirigirse hacia el baño con Tina.
-¿Qué quisiste decir con eso, papá? -pregunta Marijó inocentemente.
-Nada, princesa -contesta un poco nervioso.
-Explícale a la niña, hijo -dice Estela riéndose.
-Sí, papito. ¡Explícame! -insiste la pequeña.
-No hay nada que explicar, Marijó. Ve a bañarte ya -indica el doctor y la niña obedece.
-Sigue jugando, hijito -comenta en tono de burla Estela, mientras su hijo se pone serio.

Luego de acostar a su princesa y darle un masaje en los pies, Santiago sale de casa para llevar a la escritora con su familia.

Llegando a casa de los Valencia, Maya y su novio deciden no entrar enseguida y quedarse charlando un momento afuera.

Poco después de las once de la noche, llegan también Fernando y Sara, y al ver a los jóvenes afuera se sorprenden.

-¡Hola, má! -saluda Mariela a su madre que baja del auto.
-¡Hola, hija! ¿Qué hacen aquí? -pregunta Sara.
-Platicando -responde Santiago, abrazando a Maya.
-¿Y no tienen frío? -pregunta Fer, abriendo la puerta de la casa.
-Sí, pero estaba buena la plática -dice Maya, y ríen todos.

Al entrar, se encuentran con Ricardo, Jorge y Cecy viendo la televisión. El doctor Carmona permanece un corto tiempo en casa de su novia, y a las doce se despide de todos y se retira a descansar.

Enseguida, Maya sube a la recámara de su hermana, que está sumamente nerviosa, pues sólo faltan unas horas para el concurso de danza árabe.
Finalmente, los Valencia se van a dormir alrededor de la una de la mañana, y a decir verdad, todos sienten emoción, e incluso nervios, por el evento del día siguiente.

El día tan esperado por Cecy ha llegado, por fin.

Desde los primeros rayos de sol, la maestra de danza y su familia han comenzado a prepararse para el gran evento.

Ella se adelanta a la academia, pues ha quedado de verse con sus alumnas para afinar los últimos detalles, como maquillaje, vestuario y hacer un último ensayo.

Los demás permanecen un rato más en casa, y se dan tiempo para arreglarse y estar perfectos para el concurso.

Antes del mediodía, todos se trasladan al teatro para presenciar el evento, en el que participan más de diez escuelas de baile árabe.

Poco a poco, el público se hace presente y en menos de treinta minutos el lugar está totalmente lleno. Alumnas, papás, maestros, familiares y amigos se reúnen para apoyar a las participantes, esperando ver ganar a las mejores.

Los nervios tras bambalinas aumentan a medida que transcurre el tiempo y la hora de comenzar se acerca.

Cecilia da a sus alumnas una y mil recomendaciones para triunfar, pues recibirían uno de los reconocimientos más importantes en el mundo de la danza árabe.

Por su parte, los Valencia y compañía se encuentran ya en el lugar ideal para observar el espectáculo.

Maya y Santiago están ya juntos, esperando con ansias la participación de la academia de danza árabe "Morehna Malak", de la que Cecy es dueña y directora, y cuyo nombre es el nombre artístico de su directora, que significa en árabe "Morena del amor".

A las dos de la tarde, inicia el evento. Una a una, las distintas escuelas de danza dan a conocer lo que con tanto entusiasmo y esfuerzo han preparado para este día. El público se muestra atento a cada número, apoyando a su academia preferida.

Los aplausos y ovaciones son cada vez más emotivos, pues todas las bailarinas son buenas y ponen el corazón en el escenario. Además, de ser hermosas y lucir espectaculares vestuarios.

-Esas viejas bailan horriblemente feo -comenta Ricardo, al observar un número de baile.
-Bailan horrible, ¡pero están bien buenas! -responde disimuladamente Santiago, y se carcajean los dos.
-¿Qué dijiste? -interviene Maya, dándole un codazo a Santiago, pues alcanzó a escuchar su comentario.
-Nada, mi vida, que te amo muchísimo -se corrige Santiago, mientras se talla el brazo y ríe.
-Te escuché perfectamente -desmiente seriamente ella.
-¡Escuchaste que te amo! -repite Santiago, intentando abrazarla y besarla. Sin embargo, ella lo rechaza.
-¿Qué decías, cuñadito? -se burla Ricardo.
-¡Que eres un idiota! -contesta Santiago riéndose.
-¡Ssshh! ¿Qué les pasa? -los regaña Sara, sentada junto a Ricardo.
-Éstos están con sus cochinadas -responde enseguida Maya.
-Oye, yo no dije nada. El que empezó fue Santiago -aclara Ricardo.
-No es cierto, amor. No le hagas caso -corrige Santiago, abrazándola de nuevo.
-No quiero que me abraces. ¡Suéltame! -protesta muy molesta ella.
-Amor, no te pongas así. Fue sólo una broma -insiste él.
-Pues me chocan tus bromas -sanciona Maya realmente enojada.

Santiago abraza a su novia y comienza a susurrarle al oído palabras de amor. Con esto y los apasionados besos, le demuestra una vez más cuánto la ama.

Minutos después, llega el turno a la academia Morehna Malak, que cuenta con un gran público.

Primero, se presenta la coreografía preparada con el grupo de alumnas más pequeñas, en el que se encuentra Marijó.

Los Valencia disfrutan al máximo la presentación, mientras Santiago se siente profundamente orgulloso de ver por primera vez a su pequeña en el escenario.

Miles de aplausos reciben estas hermosas niñas al terminar su número. Además de obtener la felicitación de su maestra tras bambalinas.

El siguiente baile está a cargo de las alumnas que cursan el último grado en la academia. Y realizan un trabajo excelente, cautivando tanto al público como al jurado calificador.

Finalmente, es Morehna Malak quien sube al escenario para brindar a los presentes un pequeño baile individual, que cierra con broche de oro su participación en el concurso.

Morehna Malak provoca en su familia un inmenso orgullo y una emoción indescriptible, tanto que Sara y Maya no pueden evitar derramar una que otra lágrima de alegría.

El concurso sigue con la presentación de dos academias más, y, por fin llega el momento en que el jurado decide quiénes serán las ganadoras de las categorías infantil, juvenil e individual.

Los nervios y la incertidumbre entre el público son cada vez mayores, pues todos desean que triunfe su preferida. Tras el escenario se encuentran las alumnas y maestras, más nerviosas e impacientes que nadie.

El jurado emite los resultados del concurso, dando a conocer, primeramente, el tercer y segundo lugar es en la participación infantil.

El primer lugar de esta categoría lo obtiene la academia... ¡Morehna Malak! De inmediato, el lugar se llena de gritos, aplausos y felicidad.

Las pequeñas alumnas pasan al escenario, junto con su maestra, para recibir el premio y las felicitaciones del jurado.

A continuación, se procede al premio a la categoría juvenil. La tensión continúa para las alumnas de Morehna Malak. El presidente del jurado nombra a la academia merecedora del tercer lugar, que es nada más y nada menos que ¡Morehna Malak!

El público se emociona aún más, y las alumnas salen al escenario para la entrega del merecido premio.

En instantes como éste es cuando Cecy ve el fruto de su esfuerzo y dedicación de tantas horas de trabajo. Con estos dos reconocimientos, se siente plenamente satisfecha y orgullosa de todas sus alumnas.

El festejo de decenas de chicas tras el escenario es impresionante, porque este evento reconoce única y exclusivamente a quienes de verdad tienen talento.

Entre lágrimas, sonrisas y abrazos las estudiantes de Morehna Malak celebran los logros obtenidos. Aunque falta conocer a las ganadoras del último premio.

Finalmente, el jurado da a conocer de una emotiva manera el tercer y segundo lugar es de la competencia individual entre maestras. Los espectadores guardan absoluto silencio mientras los jueces se preparan para revelar el nombre del primer lugar.

Este último reconocimiento es sumamente importante, pues la academia que lo obtenga será reconocida como la mejor de la ciudad.
Profesoras y alumnas se toman de las manos y con los ojos cerrados esperan escuchar su nombre en el resultado final.

Los jueces dejan pasar unos minutos más de suspenso, para después pronunciar entre todos el nombre de la academia ganadora... ¡Morehna Malak!
Los miembros del jurado son unánimes, y el teatro se convierte en una verdadera fiesta.

Familiares y amigos suben de inmediato al escenario para festejar el merecido y tan anhelado triunfo. Cecilia está realmente feliz; hoy se ha cristalizado uno de sus más preciados sueños.

La escritora llega junto a su hermana y le da un fuerte abrazo, que dura varios minutos, y, juntas, lloran de alegría.

-¡Muchísimas felicidades, hermanita! No sabes lo orgullosa que estoy de ti. ¡Eres genial!... Me consta lo que has luchado para llegar hasta aquí. Y te mereces esto y más -le dice Maya, sin dejar de abrazar a su hermana.
-Sí, he luchado mucho, y eso ha sido porque tengo en casa el mejor ejemplo -agradece Cecy con una enorme sonrisa.
-¡Te amo! -exclaman ambas, al abrazarse de nuevo.
-Mi Morena hermosa, ¡felicidades! Me hace muy feliz que hayas logrado esto. ¡Eres la mejor del mundo, mi amor -felicita Sara a su hija, con mucho amor.
-Gracias, má. Sin tu apoyo no hubiera podido hacer nada. ¡Te amo! -reconoce Cecy, mientras su madre la acaricia.
-Yo te amo más. ¡Eres mi vida entera! -añade Sara con lágrimas en los ojos.
-Amor, ¡eres maravillosa! ¡Felicidades! -exclama Jorge, tomándola entre sus brazos.
-¡Gracias por tu apoyo, mi cielo! Por aceptar y amar tanto como yo mi trabajo, por aguantar que me pase todo el día en la academia, que a veces no quiera salir por estar cansada, que te hable mañana, tarde y noche del baile y las alumnas. Pero sobre todo, ¡gracias por tu amor! -responde Cecy sonriendo.
-Aguantaría eso y mucho más, con tal de verte feliz siempre -asegura Jorge, al besar sus labios.

Ricardo, Andrea, Betty, Fernando, Santiago, y muchos más, se acercan a felicitar a Morehna Malak de todo corazón por este logro tan especial.

-¡Mi princesa hermosa! ¡Bailaste genial! -le dice Santiago, a su hija al tomarla en los brazos y llenarla de besos.
-Mi vida, te ves preciosa y lo hiciste maravillosamente hermoso -le dice Maya, abrazando a la niña.
-Gracias, Mayita -exclama Marijó.
-¡Amor mío! ¡Bailaste perfecto, princesa! Eres la mejor de todas, mi vida. ¡Te amo! -le dice Estela, llenando de besos a su nieta.

El festejo continúa a lo grande. Cerca de las seis de la tarde, todas las alumnas e invitados de Morehna Malak se trasladan al restaurante de Betty, que se pone de manteles largos para celebrar a las bellas bailarinas.

Betty organiza todo en cuestión de minutos para atender a más de ciento cincuenta personas.

A Cecilia aún le parece increíble todo lo ocurrido. Y a decir verdad, éste es el mejor día de su vida.
Poco a poco llegan más y más amigos de la maestra de danza, a felicitarla y demostrarle su cariño.

La joven escritora goza al máximo la compañía de sus queridos sobrinos Paulina, Cristopher, Valentina y Manolito, entre todos los familiares.

La celebración se prolonga varias horas más, y todos la pasan de maravilla. De pronto, Carlos se aproxima a su tía Mariela para platicar con ella.

-Tía, dile a mi mamá que me deje ir al antro -le pide el jovencito, al sentarse junto a ella.
-¿Qué dijiste? -exclama ella con tremenda carcajada.
-Que le digas a mi mamá que me deje ir el próximo sábado al antro con mis amigos -repite él seriamente.
-¡Amor, estás loquito! Tú no puedes ir al antro. En primera, porque no te van a dejar entrar. Y en segunda, porque ése no es lugar para ti -explica cariñosamente ella.
-Tía, ¡pero ya no soy un niño! Ya soy grande, todos mis amigos van a ir, pero mi mamá está de amargada y no me deja -insiste él molesto.
-¡Ey! ¡No digas eso! Tu mamá no es ninguna amargada y si no te deja ir es porque no debes ir todavía... Tus amigos podrán ir pero no pueden entrar porque para eso se necesita credencial de elector y ellos no la tienen, ¿o sí? -le dice Maya, mirándolo a los ojos.
-No -responde Carlos.
-¿Lo ves? Es imposible que vayan al antro a tu edad, mi vida. Así que ¡sácate esa idea de la cabeza!... Mejor, cuéntame ¿cómo te va en la escuela? ¿Ya tienes novia? -pregunta ella sonriendo.
-No, no tengo novia. ¡Nadie me quiere! -se apena él.
-¿Cómo que nadie te quiere? Esas niñas están ciegas. ¿Cómo no querer a un niño tan guapo como tú? -lo anima ella, al abrazarlo.
-Ellas no piensan lo mismo -cuenta él.
-¡Pues qué mensitas son!... Pero tú no te desesperes que cuando menos pienses tendrás a miles de niñas tras de ti -le asegura Maya, sonriendo.
-¿Como mi papá? -pregunta Carlos.
-Exactamente, como tu papá -confirma ella, tomando su mano.
-¿Es verdad que tuvo muchas novias? -pregunta él con curiosidad.
-Sí, mi cielo. Tu papá fue bastante noviero. ¡Todas andaban atrás de él! -le cuenta Maya a su sobrino.
-Cuando sea grande quiero ser como él -dice Carlos.
-Claro que serás igual de guapo e inteligente que él, mi vida -exclama ella, al darle un beso.
-¡Y tendré muchas novias! -asegura Carlos sonriente.
-Por supuesto que tendrás muchas novias, ¡siempre y cuando tengas una a la vez y le seas fiel! -advierte Maya y ambos sonríen.
-Obvio, tía. Yo nunca engañaría a una niña -responde él.
-Eso espero, corazón -añade Maya.
-¿Sabes? Me da gusto que tengas novio. ¡Me encanta verte tan feliz! -confiesa él sonriendo.
-Gracias, amor. Pero, ¿sabes qué más me hace feliz? -le pregunta ella.
-¿Qué cosa? -pregunta él.
-¡Los besos y abrazos de un sobrino tan guapo, hermoso e inteligente como tú! -exclama ella, abrazándolo y llenándolo de besos.

En ese momento, Santiago se acerca a ellos.

-Amor, ¿vamos a tomarnos fotos con Morehna Malak? -propone el doctor a su novia.
-¡Claro, mi vida! -acepta feliz ella.

La fiesta llega a su fin cerca de las once de la noche, pues al día siguiente todo mundo tiene que trabajar o ir a la escuela.

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