—Koko, la cena estará lista pronto, ve a lavar tus manos —acarició sus cabellos.
—Bien —soltó sus dibujos, y poniéndose de pie extendió sus alitas.
—No. Cierra esas alas y camina —Tomiko bufó, pero aun así obedeció—. A-ah... lo lamento, Midoriya. Una vez que alguien le cae bien es imposible separarla.
Él rio suavemente.
—No se preocupe. Tomiko-chan es una niña muy dulce.
—Sí, lo es.
El sonido de una puerta cerrándose les llamó la atención; teniendo segundos después las figuras de Shoto y Toya entrando en la sala.
Los dos se pusieron de pie viendo a sus compañeros.
Toya le guiñó uno de sus ojos a Keigo, en señal de que todo salió bien, y con la mirada le pidió que lo siguiera.
—En fin, fue un gusto charlar contigo, Midoriya.
—I-Igualmente, Takami-san.
Ambos hicieron una pequeña reverencia hacia el otro y el rubio corrió tras su esposo para que le dijera lo que había pasado.
Shoto soltó una risita antes de caminar al peliverde y envolverlo en sus brazos.
—Aclaré todo con Toya.
—¡¿De verdad?! Me alegro mucho, Sho-chan —sonrió enormemente, hablando en el mismo tono de voz bajito—. ¿Ya viste? Te dije que todo estaría bien y que no debías preocu-...
El héroe tomó su mentón y besó sus labios.
Izuku se sorprendió, y a pesar de la vergüenza que invadió su interior —ante el pensamiento de que alguno de los hermanos Todoroki pudieran verlos— correspondió lentamente la muestra de afecto, llevando una de sus manos a su mejilla izquierda, acariciándole, al sentir sus manos tomar su cintura.
—Si no fuera por ti seguramente seguiría dándole vueltas al asunto sin llegar a nada... gracias, Izu —besó una de sus mejillas.
El médico se sonrojo y se miraron con una sonrisita en sus labios.
—No hay nada que agradecer, Sho-chan. Me alegra que pudieran hablar y que estés más tranquilo —dijo entre pequeñas risitas por los besitos que le estaba dando en diferentes zonas de su rostro.
No obstante, una leve tos falsa a sus costados les hizo brincar de la impresión. Y al girar sus rostros: notaron a Natsuo en el marco de la puerta, intentando contener una risa.
—La cena está lista —avisó.
Izuku estaba rojo hasta la nuca, y Shoto sólo asintió hacia su hermano.
Natsuo, negando con su cabeza mientras sonreía, se fue en busca de su otro hermano, cuñado y sobrina.
Cuando se quedaron solos una vez más, Izuku tapó su rostro con sus manos, avergonzado, y el bicolor le abrazó contra sí.
En el comedor se encontraron con la mesa ya lista, la mayoría de comida servida y con Fuyumi, estaba en una de las puntas terminando de servir el último plato que Shoto intuyó era para ella misma. Siempre había sido una gran anfitriona.
—Tomen asiento, por favor. ¿Natsu fue a buscar a los demás?
—Sí, no deben tardar.
—Por supuesto que no, muero de hambre —Keigo entró con Tomiko en brazos y Toya junto a Natsuo detrás suyo, hablando entre ellos en voz baja; opacados por la vocecita de Tomiko que halagaba a su tía por la comida que lucía deliciosa.
Una vez todos sentados, sobre los cojines en el suelo, agradecieron por los alimentos al igual que a Fuyumi por preparar la cena y comenzaron a comer.
—Es un gusto que nos acompañe esta noche, Midoriya-san.
—E-El gusto es mío, Fuyumi-san. Todo está delicioso, aunque lamento haber venido sin avisar —repitió.
—Tonterías —Toya negó—. Usted siempre será bienvenido en nuestro hogar.
Izuku le sonrió e inclinó su cabeza, agradecido.
—Y en nuestros hogares también —añadió Natsuo, haciéndoles reír levemente, empezando a charlar al mismo tiempo que degustaban la comida en sus platos.
Cada hermano cuenta con su propio hogar, por lo que Izuku tiene entendido.
Shoto vive solo en un departamento, Natsuo alquila una casa cerca de la de su madre, Fuyumi también alquila una casa —pero cerca de la de su padre— y la casa en donde se encuentran ahora mismo es del matrimonio entre Keigo y Toya.
—Por cierto, Sho, Mamá quiere que el fin de semana vayamos a su casa —habló Fuyumi una vez más—, deberías traer a Midoriya-san; ella estará feliz y seguramente se llevarán muy bien.
El susodicho sintió la sangre llegarle hasta las orejas mientras que los ojitos heterócromos de Shoto brillaron.
Le emocionaba mucho que Izuku conociera a su madre, y viceversa al presentarle a ella a una persona que se había vuelto muy importante para él en muy poco tiempo. Algo que jamás ocurrió, cabe destacar.
Izuku no conocía mucho sobre la madre de los hermanos Todoroki. Sí conocía parte de su historia porque como fan que es de Shoto, en su adolescencia, no dudo en investigar todo sobre él. Aunque estuviera muy mal indagar en la vida personal de otra persona, pero era joven e inocente y jamás creyó que se encontraría con todas las atrocidades que el bicolor y su familia sufrieron a causa de su padre... y mucho menos la historia de su madre. Todoroki Rei.
Shoto no culpaba a su madre, para nada, eso lo sabía muy bien por lo que él mismo le contó: como cuando reunió el valor suficiente, en su adolescencia, y fue a visitarla al hospital después de muchos años de no verla ni estar en contacto con ella... y se le veía muchísimo mejor que con ellos en aquella casa. Ambos se pidieron perdón ese día, y su vínculo no se rompió.
Toya vivió una situación parecida. Pues lo primero que el ex villano hizo al obtener su libertad fue ir a visitar a su madre. Rei se culpaba a sí misma por la persona en quién se había convertido su hijo, pero Toya no la culpaba en absoluto y su vínculo volvió a crecer.
Con el tiempo, el vínculo de los tres hermanos y hermana volvió a ser el que alguna vez compartieron de niños, aunque Shoto a penas había participado de el, y por primera vez los cuatro juntos visitaron a su madre; como parte de la terapia de la albina que, lejos de reaccionar de manera negativa, desbordaba de alegría de ver a todos sus pequeños y única pequeña juntos en sus brazos una vez más.
Y así, entre terapia y terapia —está vez al lado de sus hijos e hija— Rei fue dada de alta, permitiéndole vivir por sí misma, del hospital en el que pasó tanto tiempo a causa de sus traumas y miedos que la llevaron a lastimar a uno de sus hijos sin ser consciente. Incluso vivió con Fuyumi un tiempo, en la casa que Enji mandó a construir, hasta que la mayor decidió seguir su rumbo.
Por primera vez, en muchos años, Rei se sentía segura en un espacio que pudo llamar su hogar, pero claro que no vivía a costa de sus hijos o Enji. Rei no perdió el tiempo y no dudo en conseguir un buen trabajo para vivir por su cuenta, independientemente, como siempre había querido; tomando las riendas de su vida.
Ninguno de los hermanos y hermana culpaban a su madre, la comprendían a la perfección y no juzgaban sus acciones. A la verdadera persona a la cual le tenían un genuino rencor... era a su padre. Todoroki Enji.
Natsuo tenía sus propias razones, aún las tiene, pero Toya y Shoto, quienes habían sido en parte los que más sufrieron, lo culpaban rotundamente a él. Fuyumi, por su parte, siempre intentó que fueran una familia "normal", queriendo ocultar lo verdaderamente afectada que se encontraba por las situaciones que ocurrían en su hogar.
Y aunque las cosas, actualmente, ya se hubieran "arreglado" en la familia: jamás, ninguno de los hermanos, podrían perdonar del todo a su progenitor, y aún intentan —con mucho esfuerzo y paciencia— formar el vínculo como padre e hijos que jamás tuvieron con él. Todos por igual.
Cuando la cena acabó, Izuku ayudó a Natsuo y a Keigo a lavar los recipientes utilizados durante la misma. Al principio se negaron, pero terminaron aceptando ante la terquedad del peliverde.
Por otro lado, Toya, Fuyumi y Shoto se encontraban en la sala, con Tomiko dormida en los brazos de su tía ya que eran cerca de las diez de la noche y cayó totalmente rendida.
—Con que no es una aventura —murmuró el albino.
—No, no lo es.
—Pero tampoco son pareja —siguió Fuyumi.
—Así es.
—¿Entonces qué demo-... —Fuyumi le dio una clara mirada a Toya de que no dijera malas palabras, señalando con su cabeza a Tomiko, quien balbuceaba cosas entre sueños, y Toya chasqueó su lengua—. ¿Entonces qué son?
—Sólo nos estamos conociendo, nada más. No deben preocuparse por ello. Ambos estamos bien así y si decidimos formalizar una relación créanme que serán los primeros en saberlo.
Los hermanos, al mismo tiempo, asintieron para luego dirigir sus miradas grisácea y celeste hacia el dulce médico que reía con aquellos dos vaya a saber Dios de qué. Sin agregar ni refutar nada, simplemente confiaron en las palabras de Shoto.
Aunque es la segunda vez que se ven, y también tuvieron la oportunidad de conocerlo más, se nota que Midoriya Izuku es la persona más amable, humilde y dulce del mundo entero. Así que están muy de acuerdo con la idea, pues les alegra demasiado que su hermano por fin encontrará a una persona como él.
Están seguros de que la pureza que rodea al adorable médico de cálidos iris esmeraldas y mejillas salpicadas de pecas terminaría por curar el corazón de su hermano, y es exactamente lo que Shoto necesita en su vida: alguien con un corazón valiente como el de Izuku, capaz de poder acompañarle en cualquier conflicto que se presentase y viceversa. Alguien que le ayudaría a cerrar definitivamente sus heridas, de una vez por todas, con la fuente de poder más grande del mundo entero: El amor.
Abandonaron la casa del matrimonio para regresar a la del médico a las once de la noche, y los hermanos se despidieron cálidamente de él y de Shoto; dejando pactado que volverían a verse el próximo fin de semana en casa de Rei.
Izuku se siente muy emocionado al respecto, y por esa razón no dudo en aceptar a pesar de sus inseguridades.
—Tus hermanos son geniales, Sho-chan.
—El genial eres tú. Atraes a las personas como un imán... no creo que a nadie en esta tierra le caigas mal o sea capaz de odiarte —pensó en voz alta.
Izuku rio bajito, negando al mover su cabeza suavemente.
—Estás exagerando —murmuró, terminando de vestirse con una de sus pijamas para luego caminar a la cama y recostarse junto al bicolor.
—Jamás les había presentado a nadie a mis hermanos ¿sabes? Excepto por los chicos, claro —aclaró, refiriéndose a su grupo de amigos y amigas.
—¿De verdad? —se recostó en su pecho—. ¿Puedo preguntar por qué?
—Mmm... supongo que porque nunca conocí a una persona tan especial como para querer que ellos la conocieran.
Izuku volvió a reír.
—Me alegra haber ido y que todo terminara bien, a pesar de las circunstancias: fue divertido. Tienes buenos hermanos.
—Es bueno saber que pasaste un buen momento, aunque al principio dudé y creí que te negarías a ir —confesó, jugando con sus manos entrelazadas.
El médico sostuvo su peso sobre sus propios brazos para poder mirarle.
—¿Huh? ¿Por qué lo pensabas?
—Básicamente porque aún nos estamos conociendo y... creí que sería precipitado, es decir: no quiero que te sientas incómodo o algo por el estilo, como lo de la cena en casa de mi madre. Entiendo si tú n-...
Izuku le interrumpió al besar sus labios, tal y como el bicolor hizo horas atrás —cuando ambos se habían quedado solos en la sala—, y al separarse le sonrió.
—Sho-chan, si me sintiera incómodo entonces nisiquiera te habría acompañado esta noche. Lo hice porque verdaderamente quería estar allí contigo, y no dudaré en acompañarte todas las veces que lo necesites mientras me permitas quedarme a tu lado... Nunca te dejaré solo.
«Sí, de verdad creo que puedo llegar a amar a Izuku» pensó, sintiendo a su corazón latir de manera acelerada.
Shoto tomó las mejillas de su rostro, tomándose unos segundos para brindarle unas suaves caricias a su piel antes de acercarse y besarle en la frente. Y lo hizo con tanto cariño que Izuku sintió sus ojos humedecerse ligeramente.
Quizá sería considerado un tanto exagerado conmoverse por algo tan trivial, pero nadie jamás lo había tratado así.
—Aprecio mucho tus palabras, Izu. Y pienso igual: estaré para ti siempre que lo necesites, así como tú estuviste para mí... otra vez —Izuku rio—. No debes preocuparte porque... no tengo intenciones de volver a estar solo, ya no.
El dulce toque de la mano izquierda del héroe en su espalda hizo a Izuku ronronear internamente, feliz ante la calidez de la misma, dejándose caer por completo sobre el pecho ajeno; usando sus pectorales como una almohada.
Shoto rio unos segundos mientras acariciaba de manera lenta sus rizos con su mano libre, disfrutando de la hermosa sensación que le recorría el cuerpo por tenerle en brazos una noche más. E Izuku compartía el mismo sentir llamado: no poder dormir si no tienen el calor del otro al lado.
Claro que no se durmieron de inmediato esa noche, prefirieron quedarse charlando animadamente, sin importarles que a la mañana siguiente tuvieran trabajo temprano.
Hablaron sobre ellos mismos, conociéndose una vez más, y confesaron pensamientos que creyeron jamás podrían expresar en voz alta. Pensamientos que sólo guardaban para ellos mismos y que creían nunca les importaría a nadie como para compartirlos. Pero para Izuku y Shoto, la persona que ahora mismo tienen en brazos son todo lo que estuvieron buscando y siempre desearon tener.
Tienen amigos y familia que aman y aprecian muchísimo. Sí. Pero el único vínculo que sólo puedes formar con una sola persona alrededor de toda tu vida: está empezando a formarse lentamente dentro de sus interiores.
Cada sonrisa, secreto y anécdota que comparten Héroe y Médico solo los acerca más el uno al otro; haciéndoles imposible siquiera imaginar la idea de separarse algún día.
Sin notarlo se están acostumbrando al otro, a su presencia y a buscarse. En este preciso momento, lo único que ronda por sus cabezas, en el instante en que cayeron dormidos en brazos del otro, es un simple deseo: quiero quedarme así... Quiero quedarme a tu lado, por siempre.
Continuará
¡Llegue!
Diossss creí que no llegaría con el capítulo de hoy porque estoy atravesando un bloqueo creativo que hacía meses no sufría /desmayarse ahre
Literal veía como la semana iba terminando ¡y yo no podía escribir nisiquiera un párrafo de Hero! y mi cerebro estaba así cuando llego el viernes y yo aún no tenía el capítulo hecho:
Pero lo termine
En fin, espero que les haya gustado y que hayan tenido una hermosa semana y que su finde sea igual de hermoso bbs, cuídense tomen mucha awita y recuerden que lxs amo uwu
nos leemos en la próxima actualización💜
Adiós✨