⩇⩇. ૮ᅠinocencia pasionalᅠ✶ᅠ...

By perfectbin

87.4K 9.8K 7.9K

‣‣ ׂ 🏴 . ¡ sinopsis ! Hay cinco cosas que vue- lven loco a Yeonjun. 1; La forma en la que el ro- s... More

Prólogo
Capítulo 02 : Malditas cervezas
Capítulo 03 : Maldito departamento
Capítulo 04 : Instituto
Capítulo 05 : Supermercado
Capítulo 06 : Cena
Capítulo 07 : Mall
Capítulo 08 : Maldita lluvia
Capítulo 09 : Desayuno (Prt1)
Capítulo 10 : Desayuno (Prt2)
Capítulo 11 : Soobin
Capítulo 12 : Fotografía
Capítulo 13 : Fría noche (Prt1)
Capítulo 14 : Fría noche (Prt2)
Capítulo 15 : Maldito regreso
Capítulo 16 : Fuego
Capítulo 17 : Maldita migraña
Capítulo 18 : Beomgyu
Capítulo 19 : Malditos pensamientos (Prt1)
Capítulo 20 : Malditos pensamientos (Prt2)
Capítulo 21 : Asuntos inesperados
Capítulo 22 : Celos
Capítulo 23 : Tú
Capítulo 24 : Anuncio
Capítulo 25 : Lo siento
Capítulo 26 : Espuma
Capítulo 27 : Tarde (Prt1)
Capítulo 28 : Tarde (Prt2)
Capítulo 29 : Palabra
Capítulo 30 : Sopa
Capítulo 31 : Extra - Auto
Capítulo 32 : Sonrisas

Capítulo 01 : Malditos platos

5.6K 473 631
By perfectbin

"¡Vaya, bribón, de verdad te atreviste a aparecer!"

Yeonjun notó cómo todos los ojos se enfocaban en él. Su hermana y sus cuatro empleadas; todos los ojos lo miraban. Sonrió un momento como él lo sabía hacer, lanzando su mochila a una de sus empleadas, mientras se despojaba de su casaca de cuero negra, deslizándola por su cansado cuerpo de veintitrés años para luego echar un vistazo a lo que tenía al frente. La casa estaba igual como la dejó hace tres semanas, lo único que había cambiado era la mesa de comedor, que estaba atiborrada de todos los platos habidos y por haber. Su sonrisa sinvergüenza se ensanchó, mirando ahora a la que era su hermana.

"¿Por qué no aparecería? ¿Acaso no enviaron al chofer para que vaya por mí?"

"No sé, pensé que te quedarías por ahí, haciendo lo que te gusta..."

Puta. ¿Haciendo lo que le gusta, dijo? pensó Yeonjun.

Bueno, quizá, Sihyeon tenía razón. Cada vez que llegaba de viaje, se iba a cualquier pub cercano y terminaba follando a media ciudad. Sí, claro, era extraño que hoy no se encontrase "haciendo lo que le gusta".

"¿Por qué? ¿Alguna de tus amigas está disponible, hermanita?"

"Imbécil."

"Si es que es así, solo avisa y pásame su dirección. No, no, mejor dile que vengan ellas para acá, pues el que les hará el favor seré yo."

"Cerdo, creo que quieres morir..."

Yeonjun reprimió una carcajada, lanzándole su abrigo en el rostro y caminando hacia la mesa vacía para sentarse y engullirse todo lo que le sea posible. Si hoy no habría sexo, al menos había comida, ¿no? Tomó un plato frente a la incrédula mirada de su hermana y lo llenó de fideos, llevándoselos a la boca luego.

"Yeonjun, qué bueno tenerte temprano, ¿cómo te fue en Boston?"

La voz de su padre lo detuvo enseguida. Los fideos tocaron su boca, pero esta no los probó. Se levantó enseguida, fingiendo la mejor sonrisa que podía. Su madre también lo miraba con el rostro más serio que había visto en su vida, repleta de esas estupideces enormes alrededor de su muñeca, sus orejas y su cuello.

"Pensé que vendrían luego y tenía mucha hambre" hizo una reverencia mal hecha y se sentó de nuevo, echándole un ojo al spaghetti "No pasó nada interesante en Boston, la charla estuvo muy aburrida, pero hice lo mejor de mí, créanme."

Sí, exacto, él había hecho lo mejor de sí; se había reventado todas las botellas del hotel, había tocado todos los culos expuestos en la piscina, había tenía sexo acuático, había llevado a su habitación a todas las que le fue posible y mientras asistía a la charla empresarial, había flirteado con señoras mayores que él. Yeonjun había hecho lo mejor de sí, de eso no cabía duda. Observó cómo todo mundo se sentaba alrededor de la mesa.

"Qué bueno que estés interesándote más, sabes que es por tu bien, debes ya empezar a prepararte para hacerte cargo de la empresa" su madre habló de repente, elevando la mano hacia las uniformadas criadas "Sírvenos el vino y ven llévate algunos platos, que están de más."

¿Hacerse cargo de la empresa?
Esa era la mayor bobada que había escuchado en su vida, pero no dijo nada y solo se llevó la comida a la boca, maldiciendo en su mente. En realidad, solo había accedido a ir a Boston por dos razones. La primera era que podría ventilarse las neuronas y follar con extranjeras y la segunda, obviamente, era que si no lo hacía, su padre era capaz de amputarle los testículos y desheredarlo. Así como lo escuchaban. Dos de las criadas se acercaron rápidamente, retirando uno que otro plato en silencio.

"Tráeme un vaso de jugo de naranja con tres cubitos de hielo." Sihyeon se cruzó de piernas, sin prestar atención a la comida que se encontraba en su frente "Pero rápido, porque me duele la garganta."

La anciana asintió de inmediato, moviéndose seguramente hacia la cocina.

"¿Y cómo están los negocios por Boston, hay mucha aceptación?"
Yeonjun no movió su mirada de su plato, solo continuó absorbiendo los fideos por sus labios de forma brusca y tomando algo de ensalada hacia su plato. Le valía mierda la aceptación que los negocios tengan en Boston, pero no podía escupirlo de esa manera.

"Claro, hay aceptación por todas partes..."

"Lo sé, pero no sé si será bueno arriesgar mucho dinero ahí. Tendría que analizarlo mejor en la próxima reunión" su padre interrumpió, bebiendo un tanto de su copa "Sí, definitivamente, tengo que empezar a esparcirme y Boston es una buena idea..."

Sí, mierda, mientras a él no le falte dinero, su familia podía construir todas las putas empresas que quiera y restregarse en ellas también.

Tenía ganas de salir de esa casa, subirse en su deportivo, largarse al pub más cercano y mandar todo este numerito barato de cena familiar muy al diablo. Pero tenía que tolerarlo; además, sus padres no tardarían en hacerse humo el día siguiente y volar en avión a algún otro país, dejándolo libre en casa. El solo sentir la libertad de nuevo, le hizo exhalar de golpe, mientras se vertía todo el vino en los labios. Puto vino, no tenía ni una gota de alcohol, ¿de dónde coño lo habían sacado?

"Choi Yeonjun, no bebas tan rápido."

El hombre enorme lo reprendió, ahora enviándole una mirada severa. Sin embargo, Yeonjun solo atinó a jugar con la copa entre sus manos, logrando divisar su propio reflejo en el cristal: su camiseta blanca, sus vaqueros negros y su cabello desordenado por el viaje. Menuda mierda estaba hecho, aunque seguramente a muchas las pondría calientes el verlo de esa manera.

"¿A qué horas piensa traerme el jugo? ¿No lo va a traer nunca?"

El mujeriego muchacho colocó los ojos en blanco, volviendo su cabeza hacia la cocina. Sus ojos negros se movieron desinteresados y estuvieron al borde de regresar a su plato cuando algo en la cocina captó rápidamente su atención, lográndolo hacer que se relamiera los labios. ¿Estaba viendo bien? ¿Ese maldito culo que tenía frente a sus ojos le pertenecía a alguien en su casa? Sus labios se humedecieron con su lengua nuevamente, mientras no quería perderse ningún movimiento de ese bien proporcionado trasero. Vaya, vaya, ¿había alguna invitada no presentada en la casa o su visión se había vuelto pornográfica y estaba alucinando culos perfectos? No, definitivamente, era real.

Su oscura y lasciva mirada descendió hasta sus piernas, maldiciendo a quien quiera que sea esa mujer por estar usando un pantalón negro largo hasta los pies. Se mordió el labio con inquietud, enviando a la mierda a las escaleras, pues se interponían en su visión, evitándole ver de la cintura hacia arriba. Pero bueno, al menos, le daba acceso a la mejor parte, ¿verdad? Se imaginó colocando sus manos sobre ese trasero, aunque su imaginación se fue al bote cuando observó cómo 'la dueña del buen culo' se acercaba hacia ellos repentinamente.

Oh mierda, la diversión había realmente llegado cuando menos lo esperaba.

Escuchó el sonido de vasos tintinando al sentirla aproximándose. Una sonrisa algo fiera se formó en sus labios. De seguro, era alguna otra empleada que había sido recientemente contratada y añadida al personal, pero su ética de 'una buena follada de una noche' no hacía discriminación alguna, así que tener sexo con el personal de servicio, también estaba aceptado. Sobre todo si el personal de servicio, tenía ese culo.

Deslizó la copa de vino entre sus manos, mientras escuchaba que el resto mantenía una conversación sobre algo que no era de su interés. Y finalmente, la del buen trasero apareció frente a ellos, acabando con todas sus malditas expectativas de golpe.

"Aquí está su jugo... señorita Choi... disculpe la demora, disculpe la interrupción..."

¡¿Qué carajos?! Las facciones de Yeonjun cambiaron radicalmente, mientras sus ojos no dejaban de observar lo que tenía en frente, intentando asimilarlo. Su dueña del buen trasero había resultado ser un muchacho de complexión delgada, que ahora se encontraba frente a él con la mirada descendida y el cuerpo encogido. Como instintivamente, observó su nariz diminuta, sus ojos pequeños, sus labios carnosos, sus clavículas resaltando sobre su piel, sus mejillas enrojecidas; su cuerpo menudo y femenino. Su cabello le caía sobre la frente y Yeonjun siguió con la mirada el recorrido de su físico, fijándose en su camiseta grisácea suelta y sus pantalones negros largos.

Sintió cómo la respiración se le aceleró de nuevo cuando sus ojos se centraron en su trasero perfectamente proporcionado y su cintura delgada y atractiva.

Vaya, vaya, ¿qué clase de persona era esta? Se relamió los labios, sin quitarle la mirada de encima, aunque el muchacho solo miraba al suelo y ahora se disponía a marcharse tras murmurar unas cuantas palabras y hacer otra reverencia. ¡Qué buen culo, santo cielo!

"Este niño me tiene cansada, ¿de verdad, tenías que contratarlo, madre?"

Yeonjun volvió su mirada hacia la niñata consentida, obligándose a abandonar sus interesantes pensamientos para tomarle un poco de atención a la conversación.

"Me dio lástima, eso es todo. Mientras cumpla su trabajo de forma indicada, no veo mucho problema con mantener a ese muchacho acá y asunto terminado."

El rostro de Yeonjun se encontraba pensativo, mientras se recostaba sobre la mesa, mordiéndose el labio con impaciencia. La estúpida reunión familiar se acabó enseguida y sus padres se movieron hacia su habitación, mientras Sihyeon se desviaba hacia el patio con celular en mano.

Yeonjun se lanzó sobre el sofá más cercano, observando cómo las empleadas acudían a recoger los platos y se marchaban del mismo modo. Enarcó una ceja, echándole una rápida mirada a la cocina, al mismo tiempo que sacaba su Iphone y se dedicaba a darle una mirada a los 45 mensajes recientes. Se mordió el labio, recostándose completamente sobre la comodidad del sillón negro encuerado.

━━━━━━━━

De: Ryun Ryujin
Fecha: 04/03/19
Junnie, avísame cuando estés en Seúl, ¿vale? Quiero verte, tú sabes, lo del viernes pasado fue fenomenal y quisiera que se vuelva a repetir. Besos húmedos, Ryujin.

━━━━━━━━

Soltó una estridente carcajada, mientras sus dientes dejaban descansar a su labio y ahora se cernían sobre su pulgar. ¿Acaso esas chicas eran insaciables o estaban tan necesitadas que eran capaz de suplicarle por mensaje de texto para que les abra las piernas? El resto de mensajes era algo similar y una minoría, venía del grupo de putos que tenía como amigos o al menos, personas cercanas.

Elevó la mirada nuevamente hacia la cocina y percibió cómo las tres criadas sonreían y se movían también hacia su respectiva habitación a pasos lentos. Una sonrisa se formó en los seductores labios de Yeonjun cuando se levantó de golpe del sillón y caminó firmemente hacia la cocina de su propia casa. Las luces aún se mantenían encendidas y el agua goteando sonaba incluso, a unos diez pasos lejos de él. Cuando finalmente llegó, su sonrisa se amplificó ante la imagen que tenía frente a él: el menudo muchacho estaba de espaldas, con su cabeza inclinada, sus manos sobre unos cuantos vasos y platos y el agua del lavadero salpicándole al rostro.

"Hola, nena. ¿Cómo van esos platos, se te están haciendo los difíciles?"

Su insinuante gruesa voz resonó en toda la habitación, mientras el menudo muchacho se sobresaltaba enseguida y se volvía sobre sus talones, soltando la espumosa esponja sobre unos cuantos platos. Su mirada pareció toparse con la suya durante un breve segundo, pero el menor descendió fugazmente la mirada y una inocente y diminuta sonrisa se formó en su rostro, al tiempo que hacía una reverencia y se mantenía sin moverse.

"Buenas noches... joven Choi, mi nombre es Beomgyu, estoy para servirle..."

Sus palabras fueron dichas en un susurro casi inaudible y Yeonjun solo atinó a morderse el labio, aún sonriéndole con esas sonrisas que eran capaces de incendiar una furgoneta entera. Pero el muchacho no lo miraba, sino miraba fijamente al suelo.

"¿Para servirme, dices?" Yeonjun soltó una carcajada, caminando hacia un extremo para servirse un vaso de agua helada y beberlo poco a poco, sin quitarle la mirada de encima "¿Y luego de lavar, te vas a dormir, nena?"

El muchacho descendió la cabeza aún más, volviéndose hacia el fregadero al escuchar que el agua continuaba cayendo, su inocente mente parecía no procesar el sobrenombre.

Asintió con la cabeza, aunque los ojos de Yeonjun estaban muy lejos de su rostro.

"Sí... cuando termine con los platos iré a descansar si es que el joven y los señores me lo permiten."

Yeonjun abandonó el vaso de agua sobre la mesa circular, observando cómo el muchacho continuaba su labor con la esponja verde, nuevamente de espaldas hacia él. Se relamió el labio inferior y se movió velozmente hacia donde él se encontraba, rodeándolo de la cintura de golpe y colocando sus labios en su oído.

"Porque a mí se me ha ocurrido una cosa que podemos hacer" susurró, mientras el muchacho daba un brinco del susto y la sorpresa, entiesándose luego y temblando impetuosamente, como reteniendo un grito "¿Tú qué dices, nene? ¿No te animas a acompañarme a mi habitación?"

El menudo muchacho retembló mucho más, mientras intentaba liberarse del agarre con mucha ingenua desesperación, aunque le fue imposible porque Yeonjun lo aventó hacia la pared más próxima, arrinconándolo detrás de la nevera con una sonrisa algo insinuante.
Aunque la sonrisa desapareció de su rostro cuando observó al otro muchacho, que estaba completamente ruborizado, con la cabeza agachada y los nervios de punta, el rostro dominado por el terror y el cabello tapándole los ojos, haciendo inválidos esfuerzos por librarse de los impetuosos brazos de Yeonjun, quien solo se dignó a colocar sus manos a ambos lados de su cabeza, apresándolo mucho más.

"¿Qu-Qué hace...? Su-suélteme... suélteme, por favor..." susurró con un hilo de voz, mientras una serie de temblores lo invadía y oprimía los ojos lo más que podía.

"Vamos, no te hagas de rogar, ¿qué carajos te pasa?"

Los ojos de Yeonjun intentaron buscar sus labios carnosos, pero no lo logró, pues el muchacho continuaba en su desesperado intento por salir, cada vez temblando con más potencia.

Finalmente, observó sus ojos y el aspecto del rostro del seductivo playboy cambió enseguida cuando notó que estos estaban hundidos por las lágrimas, que salían y salían, a pesar de que los mantuviera dolorosamente cerrados. Estuvo al borde de decir algo, pero fue detenido por unos pasos aproximándose.

"¡Yeonjun! ¿Dónde te has metido, bribón?"

Reconoció la voz de su maldita hermana enseguida, así que soltó rápidamente al muchacho y le observó salir corriendo con las manos sobre el rostro, ahogando sollozos. Yeonjun maldijo entre dientes, saliendo a la sala y encontrando a Sihyeon recostada sobre la barandilla de las escaleras.

"Ah, aquí estabas, ¿tienes el número de la rubia que es capitana del equipo de vóley?"

"Me largo a dormir" indicó con un tono que no daba opción a respuesta, subiendo las escaleras con rabia y lanzándose de espaldas hacia su cama.

¿Qué mierda había sucedido?

¿Había sido rechazado?

¿Él, el deseado Choi Yeonjun, había sido rechazado por su propio criado?

¡Era putamente increíble!

Había perdido su "polvo de una noche" y ahora tendría que dormir sin haber follado bien en el día.

¿De verdad le había rechazado y se había echado a llorar?

Exhaló con una sonrisa, ¡a la mierda con todo!

Continue Reading

You'll Also Like

569K 51.7K 42
Mazaki Suki es estudiante de primer año, compañera de los grandes jugadores del equipo de voleibol: Hinata Shoyo y Kageyama Tobio. Ella es amante de...
210K 11.7K 19
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
881K 130K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
476K 9.8K 7
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...