☀︎ Capítulo Diez ☀︎
❝I had the best day,
with you, today❞
Hartley☀️
-¡Cole! ¡Al fin llegas! ¿Como te fue? ¿La besaste? Por favor dime que no te pegó una patada en los huevos otra vez.- Es lo primero que se escucha cuando Cole abre la puerta de su departamento y mis mejillas se calientan al escuchar lo último.
-Eh... Valentina...- murmura Cole claramente avergonzado y es entonces cuando la chica nota mi presencia.
-¡Oh!- exclama la niña poniéndose rápidamente de pie junto al sillón. -Hola Hartley, soy Valen, no me conoces... creo.
-Supongo que no oficialmente... un gusto.- Respondo incómoda, y ella me sonríe.
-Eres muy linda.- me dice y algo en mi interior se remueve.
-Concuerdo.- Declara Cole a mis espaldas y no sé donde meterme.
Logro murmurar un suave gracias intentando detener a las lágrimas que se acumulan en mis ojos.
Pero no son las usuales lágrimas de tristeza y depresión, sino que son lágrimas de emoción.
Emoción porque fui capaz de salir con un chico sin arrepentirme ni una vez.
Emoción porque ese chico no se espantó ni se cansó de mí.
Y emoción porque por primera vez en mucho tiempo no siento la necesidad de andar forzando sonrisas ni escondiéndome de los demás. Simplemente puedo relajarme y ser yo misma.
-Ah y, Cole, no creas que porque ella esta aquí te zafas de esta. Me prometiste una partida de Monopoly y una partida de Monopoly es lo que voy a tener.- Dice Valentina señalando a su hermano con el dedo índice de una forma acusatoria que me pareció bastante divertida viniendo de una persona tan pequeña (incluso más pequeña que yo).
-Me parece bien.- Responde, indiferente. -Hart, ¿juegas?
-Nunca... nunca jugué a eso.
En realidad, jamás jugué a ningún juego de mesa. Es que no había nadie para hacerlo.
-¿Nunca jugaste al Monopoly? ¿Al Estanciero?- niego con la cabeza. -¡Son clásicos!
-Listo, entonces.- Su hermana lo interrumpe.-Jugaremos para que Hartley aprenda.- Con la emoción a flor de piel corre hacia un pasillo, supongo que para buscar al juego.
-Lo siento,- se disculpa Cole por el comportamiento de su hermana una vez que nos encontramos solos en la pequeña sala de estar. -Ella es así, muy...
-¡No tienes por qué disculparte! De verdad, no tiene nada de malo ser como ella es. De hecho, es genial. Es divertida, me gusta.
-¿Te gusto?- escucho a mis espaldas y me doy vuelta para verme frente a frente con la hermana de la única persona que parece apoyarme y realmente interesarse en mí.
-Claro que sí.- Le respondo.
-¡Genial! Porque tú me gustas a mí.
-Y las dos me gustan a mí.- Añade Cole. -Ahora, a jugar.
Así que, por las próximas horas, nos dedicamos a jugar al Monopoly, que resultó ser bastante fácil, dentro de todo.
Aunque me mandaron al banco.
Y, sí, digo horas porque ese juego es más largo que la odisea. Al final terminó ganando Valentina, que tenía un enorme monto de billetes mientras a nosotros no nos alcanzaba ni para comprar una propiedad entre los dos.
Pero perder es lo que menos podría importarme. Porque me divertí. Realmente me divertí.
Reí por las tonterías que decía Valen y las tontas peleas de hermanos que tenía con Cole.
Reí tanto que mis mejillas dolían... y eso es algo que nunca me había pasado.
Se sintió bien. Ser parte de algo, ser incluida en algo.
Pero como todo lo bueno, esa diversión tuvo su fin.
Y fue cuando vi que eran casi las cuatro de la madrugada y yo aún no había llegado a casa.
-¡Mierda! Se me hizo muy tarde, tengo que irme.- Digo.
-Ay dios, ¡son las cuatro de la mañana! ¿Cómo pasó eso?- exclama Cole.
-¡Que Hartley se quede a dormir!- ríe Val.
-No seas tonta.- Le regaña su hermano. -¿Te acompaño a casa?- se dirige a mí.
-Awww.- Expresa Valentina y me sonrojo.
-Eh... no, no es necesario, pero gracias igual.
Me encargo de recoger todas mis cosas y me encamino a la puerta de salida.
-Oye, Hartley.- Me detiene Valen.
-¿Sí?
-¿Volverás mañana?- mi corazón se estruja el distinguir una pizca de esperanza en su voz. Creo que... realmente quiere que regrese.
-No seas cargosa.- Se apresura a responder Cole. -Ella no va a querer...
-De hecho... me gustó estar con ustedes, y...
-¡Genial! Entonces está arreglado. Vendrás mañana a las seis.- declara Val y sonríe inocentemente cuando Cole le echa una mirada severa.
Suelto una risilla tonta. -Nos vemos.
Abandono el departamento con una brillante sonrisa iluminando mi rostro.
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❝Should we just search
romantic comedies on Netflix and
then see what we find?❞
-¡Hartley!- Valentina me saluda ni bien abre la puerta.
Sus ojos brillan al verme y mi corazón se ablanda.
-Cole aún no llega del trabajo, pero eso no te importa, ¿cierto?
Niego con la cabeza como respuesta.
-¡Perfecto! Estaba pensando que podríamos mirar una película en Netflix, si te parece bien.- Sugiere.
-Claro, me gusta... ¿qué clase de películas sueles mirar?
-Bueno, en realidad me gusta de todo. Pero hoy tenía ganas de alguna comedia romántica. El otro día encontré una que se llamaba "10 cosas que odio de ti" y tuve que agregarla a mi lista porque, dios, el protagonista se veía hermoso. Creo que me enamoré con sólo ver una imagen de él...- Valentina habla mientras me arrastra al sillón. -Tengo que aprovechar, ¿sabes? No tenemos Netflix en casa, así que estoy mirando todo lo que puedo; ya terminé Stranger Things y... ay, estoy hablando mucho, ¿no?
-No, tranquila, está bien. Yo también miré Stranger Things.
-¿De verdad? ¿Quién es tu personaje favorito?
-Y... depende. En la primera temporada, Dustin. En la segunda, Steve, y en la tercera Steve y Robin. ¿Cuál es el tuyo?
-Mm... Will. Me casaría con él, pero sospecho que es gay... de todas maneras, miremos la película.
Valentina puso, como había dicho, "10 cosas que odio de ti", que terminó siendo una típica historia donde se le paga al chico rebelde para salir con la chica. Luego ella se entera de que en realidad era por dinero pero él le confiesa que está enamorado de ella y blah blah blah.
Y aunque sea el clásico cliché, no pudimos evitar...
-¡¡Ay!! Lo amo- chilla Valen al final.
-Es hermoso...
-¿Quién? ¿Yo?- La voz de Cole se escucha a nuestras espaldas y no puedo evitar reír ante semejante entrada.
-No, hermano, ¿acaso te miras al espejo en las mañanas?
-Valentina, por favor. Ambos sabemos que yo heredé los buenos genes de la familia.
-Sí, en tus sueños.
-Mmm... como digas. Vengo por Hartley.-Finaliza la conversación con su hermana y se para frente a mí. -Quiero hablar contigo. ¿Salimos a caminar?
Me encantaría... pero caminar no es mi actividad favorita del momento, no con un yeso que me hace picar la pierna y unas muletas que me lastiman los brazos.
Pero obviamente no le voy a decir eso.
-Claro...- me sonríe y siento el calor invadir mis mejillas.
Me ayuda a ponerme de pie como si fuera una embarazada (cosa que es bastante embarazosa) y nos vamos dejando a la pobre Valentina sola.
Cole y yo nos adentramos al centro de Pinamar, y es hermoso. Es una exquisita mezcla entre rústico y moderno que hace que cualquiera que pasee por allí sienta paz.
O al menos así es para mí.
Pasamos por un montón de lugares bonitos, pero cuando Cole nota que comienzo a cansarme, tomamos un descanso en un banco.
-Hartley... me gustas. Y sé que probablemente te asuste al decirte esto tan pronto pero no puedo guardármelo para mí mismo. Me gustas, y me gusta que me gustes. -Me dice y me quedo completamente callada, con mi corazón latiendo cada vez más rápido.
Decí algo, tarada. Me digo a mí misma.
-Eh... tú... también me gustas. - Digo nerviosa después de un rato.
Si él me dice que todo esto era sólo una broma, juro que voy a hacer un pozo acá mismo y enterrarme hasta morir. Ya sea de vergüenza o de falta de aire, aunque probablemente sea lo primero.
Cole suelta una pequeña carcajada y todo mi cuerpo se pone alerta.
Yo tenía razón, todo era una...
-Bien, eso es un alivio, porque no sólo me gustas... me encantas.
Lo miro a los ojos sorprendida y la dulzura que estos me transmiten hacen que mi corazón se derrita en mi pecho.
-¿De... verdad?- pregunto con un tono de voz demasiado bajo.
-Por supuesto que sí.- Cole susurra y no puedo evitar sonreír.
Una sonrisa genuina y honesta. Una sonrisa tan real que duele, una sonrisa que no tuvo que ser forzada para ocultar dolor, sino que fue mostrada para manifestar felicidad... pura felicidad.
Y justo en ese momento, ese momento en el que me di cuenta de que tal vez no todo estaba perdido para mí porque tal vez, y sólo tal vez no era tan imposible que alguien me quisiera aunque sea un poco... Cole me besó.
Apartó un mechón de cabello del camino y me besó... y fue perfecto.
Fue esa clase de besos que ni todas las palabras del mundo podrían describir.
Fue dulce pero pasional, delicado pero rudo, suave pero descuidado.
Y eso, de alguna manera, lo fue todo para mí.
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¡Llegamos a las dos mil lecturas! *crying in a cool way*
Muchas millones de gracias a todos ustedes 🥺❤️ los amo mucho...
Y sé que este capítulo es una caca but I'm trying... espero que de igual manera les guste.
¿Ustedes están en cuarentena? ¿Cómo van? Yo sobreviviendo y aguantando las ganas de matar a mi familia JAJSJSJ.
¡Nos leemos el martes!
Xoxo
-V ☀️