Frank
El ruido del teléfono me sacó del sueño, no quería salir de la cama, los sábados eran para no hacer absolutamente nada.
-_____- llamé con pereza.
-No Frank, dejame dormir.
-Si no te quisiera te odiaría- rió mientras yo salía sin ganas de la comodidad de nuestra cama- ¿Hola?- pregunté al atender.
-¿Frank Iero?
-Sí, ¿Quien es?
-¡Frank! Soy Joe, del colegio.
-¿Joe?- oh claro que lo recordaba, los recordaba a todos los infelices del curso- ¿Qué pasa?
-Estamos organizando una reunión con todos, va a ser donde hacíamos las fiestas- ¿Como olvidar que me habían invitado solo a la última?- ¿Sabes donde es?
-Sí, la sé, no te preocupes. ¿Cuando es?- pregunté cuando bien sabía que no tenía ninguna intensión de ir.
-El viernes que viene, ¿Vas a venir?
-Un momento, voy a revisar la agenda- dejé el teléfono en la mesa y me fui a preparar algo de comer, lo hice sin prisa, y cuando volví, _____ tenía el teléfono en las manos y estaba riendo a carcajadas. Había olvidado que se llevaba tan bien con todos- ¿_____? Dame el aparato- pedí.
-Sí, un momento- dejó el teléfono y me miró sonriente- ¡Van a hacer una reunión! ¿Vamos?- la miré dudando, frunció el ceño y volvió a agarrar el teléfono- Te confirmo después, cuidate.
-No pienso ir.
-¿No? Yo voy, va a ser lindo ver que fue de esos monos.
-Ellos me trataron mal año tras año, no quiero verlos.
-Ay, como quieras, ya te contaré como estuvo.
-¿Enserio vas a ir?
-¿Te tengo que pedir permiso?- dijo saliendo de la cama- Frank, sé que no te gustan, pero yo tenía amigos ahí, y hace años que no los veo, así que voy a ir, quieras o no.
No dije nada, me frustraba que fuera, era como si no le importara lo que me habían hecho. Me volví a acostar y me hice un bollo entre las sábanas.
-No te enojes- sentí que se sentó en los pies de la cama. No respondí- Frankie... es hora de levantarse Frankie- dijo con suavidad- Frank... Fraaaankiee- siguió llamándome. En un movimiento inesperado, me sacó todas las sábanas.
-¡_____!
-¡Te dije que salgas de esa cama!
-No me jodas... solo quiero dormir- traté de sacarle las sábanas, pero las hizo una pelota y salió corriendo entre risas.
Corrí tras ella hasta que volvimos a caer en la cama, ambos riendo a mas no poder. Adoraba el tiempo con ella, siempre lograba hacerme sonreír, había sido así desde siempre.
Cuando nos conocimos me hizo reír, cuando fuimos amigos me hacía reír, cuando empezamos a salir me hacía reír, solo me hizo llorar cuando tuvo que mudarse. Sentí una alegría inmensa cuando supe que había vuelto, creí que podría recuperarla y ser al menos su amigo. Pero la historia volvió a repetirse, entre risas volvimos a estar juntos, y cada tanto pasaba de días a semanas viviendo conmigo.
No quería revivir los recuerdos de la secundaria, no era el mas amado en el curso, y los pocos amigos que tenía eran de otros años.
Nos pasamos el resto del día haciendo absolutamente nada, habíamos hecho una maratón de películas, pero ella se quedó dormida para el final de Shrek Para Siempre. Se veía tan adorable, apagué todo me acosté a dormir abrazado a ella.
[...]
Estaba en esta casa, en esta cama, desperté solo, buscando a ciegas al motivo de mis sonrisas, pero no estaba. Escuché ruidos en la cocina, así que fui a ver que pasaba.
Era _____, pero mas joven, parecía ser la misma de la secundaria. Apenas me vio puso mala cara, una que solo había visto que le hacía a una tía religiosa cada vez que hablaba.
-¿No estas listo? ¡La reunión es en 20 minutos!
-¿La reunión?
-Por Dios Frank, arreglate de una vez, vamos a llegar tarde por tu culpa.
Volví a la habitación, la cama estaba hecha, y había un conjunto para mi sobre ella. Totalmente confundido me vestí, y al acercarme al espejo para ajustarme la corbata, vi que tenía como diecisiete años. Ahogué un grito porque _____ me estaba llamando impaciente. Terminé de arreglarme y salí.
Estaba en esa casa, en esa casa que había visitado solo una vez, habían luces y música fuerte. Busqué a _____ con la mirada, esto era un sueño, una pesadilla, no era real, no estaba pasando.
La vi charlando felizmente con Joe, el Joe que yo recordaba por empujarme por las escaleras cada vez que podía, el mismo que me había encerrado en casilleros una infinidad de veces. Reían de lo mas bien, y yo estaba cerca, lo suficiente para escuchar lo que decían.
-Sí, bueno, casi que vivo con él.
-¿Si?- rió estrepitosamente- Que horror...
-¡Sí, lo es! No sabes... deja todo tirado por todos lados, no es capaz de lavar un plato- rió junto con él. Quise acercarme pero no podía, y la gente que pasaba no me dejaba verlos bien.
Ahora era ella, era la _____ que vivía conmigo, y hablaba con un hombre alto y apuesto, hablaba con Joe.
-Si viviéramos juntos no tendrías que mover un dedo... te trataría como una reina- dijo acercándose mas a ella, en lugar de alejarlo, solo rió y lo dejó acercarse mas.
-¿Si? Yo siempre tengo que limpiar todo...
-¿Enserio?- asintió- Dios... él no te aprecia para nada... yo me iría de ahí.
-Lo estuve pensando... no soy feliz con él desde hace mucho tiempo...- me dolió en el alma que dijera eso, mas que nada porque sentí que era verdad.
-¡Entonces dejalo! Podrías venirte a vivir conmigo.
-Talvez lo haga.
Fue demasiado, fue suficiente para que pudiera comenzar a mover los pies hacia ellos.
-__-_____- la llamé, me sentía demasiado pequeño.
-¿Qué, Frank?- dijo con fastidio.
-Deberíamos irnos...
-Yo no me voy a ningún lado, la estoy pasando bien.
-Vamos _____, no dejes que éste te diga que hacer- le pasó una mano por la cintura, iba a irse con él, y yo no podía soportarlo.
Le sostuve el brazo y tiré de él para que se quedara conmigo, pero ni bien estiré un poco, sentí un tremendo golpe en la cara. Cerré los ojos con fuerza ante el repentino movimiento, ella me miraba con odio y desprecio, la música ya no estaba, en un abrir y cerrar de ojos estábamos en nuestra habitación.
-¿¡Cómo pudiste hacerme eso Frank!? ¿¡Sabes la vergüenza que me hiciste pasar!?- caminaba enojada de un lado al otro- Es increíble que la única vez que salimos me humilles así.
-Y-yo no...
-¡Callate! No te quiero escuchar, estoy harta- caminó hacia el ropero y empezó a sacar toda su ropa.
-¿Q-Qué haces?- estaba al borde del llanto y ni siquiera sabía que había hecho mal.
-Me voy Frank, eso hago. Joe tiene razón, es mejor esto a seguir siendo tan infeliz.
-P-pero ¿Hay algo que pueda hacer para que te quedes?
-No Frank, se acabó.
-No no no esto no puede estarme pasando- me dije tirando de mi cabellera con ansiedad.
-Sí esta pasando Frank, y esto esta pasando porque siempre hago todo en este lugar y no recibo un mísero 'gracias'. ¿Pensabas que me iba a quedar toda la vida al lado tuyo? ¿Qué esperabas, que me quedara para siempre con un enano fracasado que no puede dar dos pasos sin hacer el ridículo? Porfavor Frank.
Me dejó destrozado, no miró atrás y cerró de un portazo.
Desperté asustado, llorando, solo, sudando frío y temblando. Había tenido una pesadilla horrible.
La busqué por toda la habitación con la mirada, me detuve cuando la escuché maldecir en la cocina.
Corrí como si mi vida dependiera de ello, necesitaba verla. La encontré haciendo el desayuno, bailando y cantando al ritmo de Long Cool Woman, con el pelo atado a medias, con una manga corta que me había robado hacía ya bastante tiempo. Me dio bastante tranquilidad, pero seguía angustiado.
-¡A pair of forty fives made me open my eyes! ¡My temperature started to rise!- cantaba sin vergüenza.
-_____- la llamé casi en un susurro.
-¡Frankie!- dijo alegre, su sonrisa fue tornándose a una mueca de preocupación- ¿Qué pasó? ¿Tuviste una pesadilla?- asentí- ¿Te preparo un té? ¿Algo de comer?- apagó la cocina y se acercó a abrazarme- Ya pasó, ya pasó- dijo con tranquilidad mientras me acariciaba la espalda.
Tuve demasiadas ganas de llorar, era demasiado buena para mi. La abracé con fuerza, no pude contener las lágrimas y escondí la cara en el hueco de su cuello para dejarlas salir entre jadeos y sollozos.
-Ya pasó, ya pasó... vamos a estar bien ¿Si?... tranquilo- repetía entre que me acariciaba en círculos la espalda y me dejaba besos cortos en la cabeza-... dejalo salir... tranquilo, tranquilo... está bien.
-_____- dije cuando tuve fuerzas para levantar la cabeza.
-¿Ya pasó?- dijo con tranquilidad mientras me limpiaba los restos de lágrimas con los dedos, asentí a medias- Bien... emm, espera en la cama, ahora voy con el desayuno.
No quería irme, pero lo hice para poder lavarme la cara y no volver a llorar. Ella nunca me había dicho algo por llorar, siempre había estado para consolarme y escucharme, me daba vergüenza tener que confesarle esta nueva inseguridad desbloqueada.
Vino a la habitación con el desayuno listo, lo dejó en la mesita de noche y se acostó conmigo.
-¿Hablamos de lo que pasó o desayunamos?
-Los dos- rió y me pasó una taza con un té de tilo.
-¿Qué pasó?- dijo dándole un sorbo a su taza.
-Soñé... una estupidez- me parecía tan estúpido que no quería decírselo.
-¿Eran pingüinos peleando contra el presidente por un par de tacones?
-¿Qué? No- reí débilmente.
-Entonces no puede ser tan estúpido. ¿Qué soñaste?
-F-fue la reunión... y-yo fui, fuimos juntos... mas o menos... estabas enojada, porque no me había vestido y se hacía tarde... y Joe estaba ahí... y hablaban... y no estabas feliz... y volvimos... y-y- sentía que iba a volver a llorar. Ella me sacó la taza de las manos, la dejó en la mesita y me abrazó.
-¿Y?
-Me dejaste...
-Oh...- sonaba bastante sorprendida.
-N-no entendía nada y-y-y solo sacabas la ropa y-y ¡Por Dios es cierto!
-¿Qué cosa?
-¿¡Por qué estarías conmigo!? ¡No tiene sentido!- salí con brusquedad de la cama y empecé a sollozar otra vez.
-¡Calmate Frank!- se acercó a mi y volvió a rodearme con los brazos- A ver... respiremos ¿Si? Necesito que te calmes un poco... un poco mucho- me llevó devuelta a la cama y me hizo recostar la cabeza en su pecho, los latidos de su corazón eran relajantes- Primero, solo fue un sueño. Segundo, hasta que no me des un motivo real para irme, no me voy a ir. Tercero... yo tampoco sé por qué estamos juntos, ¿No es loco?- rió y tuve muchas ganas de salir corriendo- Es increíble... realmente no tengo idea de qué pasa con nosotros, pero me gusta. Me gusta despertarme al lado tuyo, me gusta molestarte, besarte, tenerte cerca... no sé por qué, pero me haces bastante feliz. No puedo decirte una cosa que me disgusta Frank, yo no sé que pasa, así que no esperes que te lo explique, solo sé que en otro lugar no me sentiría así nunca. A pesar de todos estos años... si te tengo que ver después de varios días sigo poniéndome nerviosa, ya nos vimos desnudos, no sé que es lo peor que podrías ver después de eso... Frank, nunca dudes de mi cariño ¿Si? Que dudes me ofende.
No la veía, pero sabía que lo había dicho con una sonrisa tranquila. No podía soltarla, no sabía que decirle. La abracé con mas fuerza.
-Te amo Frank, no te olvides de eso.
-Te amo _____, gracias por la paciencia- rió.
-Lo mismo digo.
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BUENAS
tardes
o días
o noches
o lo que sea
Anduve en crisis existencial y escribi lo que sea que sea esto