"El sueño de un Ángel"

By Maavalof

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Ella, está cansada de escuchar siempre los mismos comentarios y recomendaciones para conservar su salud físic... More

Introducción
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Dedicatoria y agradecimientos

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By Maavalof

Después de un largo día, la joven escritora se retira a su recámara con ayuda de su hermana.

-¡Buenas noches! -exclama Cecy, después de haber persignado a su hermana.
-¡Qué descanses! -responde sonriendo Maya.
-Igualmente... Duerme ahora que puedes, ¡que mañana será un largo día! -le aconseja Cecy, al apagar la luz.
-¡Es verdad! -responde la escritora.

Maya no deja de pensar en lo que va a ocurrir al día siguiente. Sin embargo, a pesar de los nervios y su gran emoción, el sueño y el cansancio acaban venciéndola, quedándose completamente dormida minutos más tarde.

Finalmente llega el viernes, y las actividades para los Valencia inician poco después del amanecer. Sara se levanta temprano, como de costumbre, para preparar el desayuno.

Mientras que su hija mayor atiende a su marido en lo que necesita antes de irse a trabajar. Minutos después de las ocho, alguien toca repentinamente el timbre de la casa y Carmen atiende.

-Diga... -pregunta Carmen al abrir y ver a un mensajero.
-Disculpe, ¿la señorita Mariela Valencia? -responde el joven, amablemente.
-Sí, aquí vive -dice Carmen, sonriendo.

En ese momento, Cecy se acerca a ver qué sucede.

-¿Qué pasa, nana? -pregunta Cecy, al salir también.
-Este joven busca a tu hermana -responde Carmen.
-Me mandaron a dejar unas flores a la señorita Mariela -explica el muchacho mientras les muestra a ambas varios arreglos de rosas rojas.
-¡Por supuesto!... Pase por aquí -responde Cecy, realmente sorprendida.

La profesora de danza árabe sube las escaleras corriendo y entra de prisa al cuarto de su hermana, quien apenas se está despertando.

-¿Qué pasa? ¿Por qué entras así? -exclama Maya, al verla.
-Maya, ¡no creerás lo que acaban de traerte! -le dice Cecy, con emoción.

De pronto, entra a la recámara Carmen, seguida por el joven mensajero. Ambos traen en las manos un enorme y bello arreglo floral, que colocan frente a la cama de Mariela.

El joven sale de la habitación y segundos después regresa con otros dos arreglos más.

Poco a poco la recámara se llena de rosas rojas, pues son más de diez arreglos los que han llevado.

Al verlos, Maya se pone más que feliz, su rostro se ilumina con una gran sonrisa, mientras que su mirada se llena de lágrimas.

Entran a la habitación Sara y Ricardo, y al verse rodeados de rosas, piden una explicación.

-¿Qué es esto? ¿De dónde sacaron tanta flor? -exclama Ricky, al ver rosas en todos lados.
-No preguntes y préstame dinero para pagarle al chavo -responde enseguida Cecy.
-Gracias, pero no hace falta. El señor que envía las flores ya me pagó... Con permiso -se despide gentilmente el joven y sale del cuarto.
-Lo acompaño -dice Carmen, y sale con él.
-¿Quién mandó estas flores tan lindas? -pregunta Sara, sonriente.
-¡Busca una tarjeta! Debe de estar entre las flores -dice Mariela a su hermana, quien empieza a buscar de inmediato.
-¡Aquí está! -exclama Cecilia, al encontrarla entre los pétalos de las rosas.
-¡Dámela! -pide Maya, emocionada.

Cecy abre apresurada el pequeño sobre blanco que contiene una nota y se la acerca a su hermana para que pueda leerla.

"Hoy se cumple uno de tus más anhelados sueños, lo cual al igual que a ti, ¡me hace inmensamente feliz!... Eres admirable y agradezco a Dios haberte puesto en mi camino. Te quiere, Santiago" -lee Mariela en voz alta ante su madre y hermanos.

-¿Agradece a Dios? ¿No que no cree en Dios? -exclama Ricky, confundido.
-¡La gente cambia, hermanito! -replica Cecy, sonriendo.
-¿Creen que esté recuperando la fe? -pregunta Ricardo, al sentarse en la cama.
-No sabemos, mi amor. Pero si es así, ¡sería un hermoso milagro! -responde Sara ante sus hijos.
-¡Un milagro de amor! -añade Cecy, al voltear a ver a su hermana y sonreír.
-Pásenme el teléfono -dice Maya con impaciencia.
-Por supuesto -exclama Cecy, al tomar el teléfono de inmediato y marcar el número de Santiago.

Luego le sostiene la bocina a su hermana para que pueda hablar.

-"El número que usted marcó está apagado o fuera del área de servicio" -responde una grabación del otro lado del teléfono.
-Está apagado -grita Maya.
-¡A la clínica, mensa! -dice Ricky, mientras su hermana marca de nuevo.
-Clínica ortopédica del doctor Carmona, buenos días... -responde Hortensia amablemente.
-Hortensia, buen día. Soy Mariela, ¿me comunicas con Santiago, por favor? -le pide Maya.
-Maya, disculpe pero el doctor acaba de entrar a cirugía...
¿Necesita algo? -responde Hortensia.
-Ah, ok. No, no te preocupes... Cuando salga, sólo dile que le hablé, por favor -ruega Maya, un poco desanimada.
-Claro que sí... Hasta luego -se despide Hortensia.
-Gracias -dice Maya y cuelga.
-Está en cirugía -comenta a su familia Mariela.
-No te preocupes, mi amor. Ya habrá tiempo para que le agradezcas el detalle -responde Sara, sonriendo.
-¿Detalle? Detallazo, diría yo. Mamá, ¡le llenó el cuarto de flores! -aclara Ricardo, y todos ríen.
-Bueno, lo que sea -corrige Sara.
-Pues yo las dejo en su jardín y me voy a la escuela a estudiar -dice Ricardo, al levantarse y salir del lugar.
-Te acompaño a la puerta, hijo -dice Sara, y se va con él.

Maya y Cecy se quedan solas en la habitación.

-¿Ves por qué lo amo?... ¡Ve estas rosas, qué hermosas están! -comenta con alegría, la escritora.
-Sí, hermanita. ¡Es imposible no amar a ese hombre! -responde Cecy, respirando el aroma de las rosas.

El tiempo sigue su curso, y a la hora de la comida todos se reúnen ara vivir un agradable momento acompañado de bromas, risas y mucha diversión familiar.

El teléfono de la casa suena y es Ángela quien responde enseguida, mientras los demás conversan.

-Mayita, te llama Santiago -dice Ángela, dándole la bocina a su prima.
-¡Hola! -responde enseguida Maya.
-¡Hola, hermosa!... ¿Cómo estás? -saluda sonriendo Santiago, mientras va conduciendo su auto.
-Muy contenta y nerviosa. ¿Y tú? -responde ella.
-¡Feliz de escuchar tu voz!... Me dijo Hortensia que me llamaste hace rato, ¿necesitas algo? -comenta él.
-Solo quería agradecerte las rosas tan bonitas que me mandaste y decirte que me gustaron muchísimo -responde Maya, con mucha alegría.
-Me alegra escucharte tan feliz -le dice él al oírla tan emocionada.
-¡Están hermosas!, Santiago, ¡llenaste de flores mi cuarto! Parece un jardín -exclama ella sonriendo.
-Ésa era la idea -asegura él.
-No debiste molestarte -dice ella un poco apenada.
-Te mereces eso y más -afirma Santiago, mientras estaciona su auto.
-De todos modos no debiste hacer algo así -insiste ella.
-¡Ssshhh! Ya no digas nada y disfruta de tus rosas -responde él, al entrar a su casa.
-Eres genial -dice Maya.
-Paso por ti en un rato -le dice él.
-De acuerdo... ¡Gracias! -exclama ella y termina la conversación.
-¿Qué te dijo? -pregunta Cecy, al acercarse a su hermana de prisa.
-Que su idea era esa, llenar de flores mi cuarto y que yo merezco eso y más -le cuenta Maya, llena de felicidad.
-Maya, ese hombre está loco por ti -asegura Cecy, al abrazarla fuertemente y sonreír.

Por su parte, Santiago convive con su hija un largo rato, dado que durante la semana no tuvo el tiempo necesario para estar con ella como siempre.

-Papi, te extrañé mucho esta semana -le dice Marijó, mientras lo abraza.
-Yo también te extrañé, mi amor -responde Santiago, al darle un beso.
-Oye, pá, cuando llegaste venías hablando con Maya, ¿verdad? -pregunta la niña, al subirse a su cama y empezar a brincar.
-Sí, ¿por qué? -le dice él, al tomar su mano para evitar que se caiga.
-¿Puedo hacerte una pregunta? -dice ella, mientras sigue saltando.
-Claro, mi amor. Pero deja de brincar, pareces loquita -replica él y ambos ríen.
-Maya te gusta, ¿verdad? -pregunta de repente la niña, al sentarse en la cama.
-¿De dónde sacas eso? -responde él, realmente sorprendido.
-Ay, papito, ¡soy niña pero no tonta!... Me doy cuenta por las cosas bonitas que le dices, cómo la cuidas y la quieres -explica Marijó seriamente, mientras él la escucha anonadado.
-¡Me das miedo, María José! -bromea Santiago y le hace cosquillas.
-Papá, no te hagas el tonto y contéstame... ¿Te gusta Maya? -insiste la niña, molesta.
-Sí, mi amor. Maya me gusta, y me gusta mucho -responde Santiago al mirar a su hija a los ojos.
-Y ¿por qué no se lo dices? -exclama ella, con alegría.
-Porque en los últimos años he hecho cosas que no debía hacer, y por eso no soy digno del amor de Maya -explica cariñosamente, él.
-Pero si tú eres muy bueno, papito -asegura sonriendo la niña.
-Sí, mi amor. Pero también he hecho cosas indebidas -afirma él, con tristeza.
-¿Qué cosas, papito? -pregunta ella, confundida.
-Cosas que tú estás muy pequeña para entender -dice Santiago, al acariciar el rostro de su niña.
-Bueno, pero estoy segura de que Maya te perdonaría. ¡Ella es buena como tú! -dice sonriendo Marijó.
-Mi vida, es muy difícil que Maya me crea si le digo que la quiero después de todo lo que hice antes de conocerla -contesta Santiago.
-Pero lo puedes intentar. ¡Vas a ver que sí te cree! -exclama ella sonriendo.
-Además, no puedo decirle a Maya que la quiero, porque estaría faltando a la promesa que te hice hace tiempo -agrega él.
-¿La de no casarte nunca con nadie? -pregunta Marijó.
-Exactamente -responde él.
-No papito. ¡Ya no quiero que me cumplas esa promesa!
-¿De qué hablas, María José? -pregunta él, muy sorprendido.
-Ya sé que hay mujeres buenas como Maya y estoy segura de que, si son novios y se casan, ella no me trataría mal porque me quiere y yo a ella -explica mientras su padre sonríe en silencio.
-¿Estás hablando en serio? -dice Santiago.
-Sí, papi. Ya no tengo miedo y sé que Maya es buena -afirma sonriente ella.

Santiago abraza con ternura a su hija, pues sus palabras lo han impactado verdaderamente.

-Inténtalo, pá. Antes de que otro te gane -dice la niña de repente.
-¿Otro? ¿De qué hablas? -pregunta Santiago, al no entender.
-No me preguntes... sólo inténtalo -responde ella, con un guiño.
-¿Sabes algo que yo no? -sigue indagando Santiago.
-No, papito -niega la pequeña.

La conversación entre padre e hija continúa por más de una hora.

Antes de las cinco de la tarde, el doctor Carmona pasa a buscar a Mariela a su casa y ambos se dirigen al aeropuerto a recoger a Vivi y su familia.

Las amigas sienten mucha alegría por estar juntas de nuevo. Maya saluda con besos y abrazos a Fer y Emy, hijos de su amiga fiel, del mismo modo que hace saber a su esposo Luis lo feliz que la hace el contar con su presencia en un día tan importante.

-Jamás dejaría de acompañarte en un día tan especial -exclama Vivi, mientras le da un abrazo.

Después dejan a Viviana y a los demás instalados en el hotel que se encuentra a unas calles de casa de Maya.

De esta manera, tienen tiempo para descansar y más tarde arreglarse para la fiesta.

Santiago y su amiga llegan a casa y, después de conversar unos minutos, él se retira para que Mariela comience a prepararse para su gran noche.

Cerca de las siete de la noche, se presenta en casa de los Valencia Alicia, la joven maquillista que han contratado para apoyar a la escritora y sus familiares y estar más bellas que nunca.

Alicia inicia su trabajo con Sara, a quien maquilla y peina de manera espectacular. Luego ayuda a solucionar pequeños detalles en el arreglo de Cecilia y Ángela. Verónica y Magaly no requieren tanto la ayuda de Alicia, pues ambas son expertas en belleza.

Finalmente, Alicia entra a la habitación de Maya, a quien la ansiedad y los nervios han invadido por completo.

-¡Hola, Mayita! ¿Lista para convertirte en una princesa? -exclama Alicia, al ver a Mariela.
-Sí, Ali. Mil gracias por venir -responde sonriendo Maya.
-No agradezcas nada. Sabes que siempre estaré aquí cuando me necesites... Ahora, trata de relajarte, para que en unos minutitos estés más bella de lo que ya estás -dice Alicia, mientras le da un ligero masaje en el cuello.

Y así, poco a poco comienza Alicia a maquillar a Maya.

Con paciencia y mucha habilidad, hace que el rostro y la mirada de la joven escritora luzcan radiantes. Después inicia un peinado perfecto para la ocasión, que hace verla deslumbrante.

En ese momento aparece Cecy en la habitación para ver si su hermana necesita de ella.

Al ver que Mariela está lista para el evento, queda verdaderamente impresionada de su hermosura.

-¡Mi reina, estás hermosa! -exclama Cecy, con gran alegría.
-Gracias, hermanita. ¡Tú también te ves preciosa! -responde Maya, al verla con un lindo vestido de noche y un maquillaje extraordinario.
-Alicia, de verdad que eres genial en el arte de la belleza -afirma Cecilia, mientras admira a Maya.
-Gracias, pero sólo cumplo con mi trabajo -responde Alicia, humildemente.
-Cecy, ya es tarde. ¡Vámonos, por favor! -ruega Maya impaciente, al ver la hora.
-Claro. Ya todos nos esperan abajo -exclama Cecy, al salir del cuarto con ella.

Cecy sale con su hermana al jardín, donde las espera el resto de la familia.

-¡Dios mío! Estás preciosa, muñequita -dice Fernando al ver a Maya.
-Mi niña, ¡luces como una reina! -exclama Sara, con lágrimas en los ojos.
-Gracias a los dos. ¡Estoy muy nerviosa! -responde Maya sonriendo, al tomar la mano de ambos.
-Tranquila, hermanita. Esta noche es tu noche, y todo saldrá bien... ¡Disfrútalo! -asegura Ricardo.
-Prima, sabía que eras hermosa, pero no tanto -bromea Ángela, y todos ríen.

La familia sale con rumbo al salón de fiestas del prestigiado hotel donde se llevará a cabo la recepción de invitados al lanzamiento de "El sueño de un ángel".

En el lugar de la fiesta se encuentran ya presentes desde hace varios minutos algunos de los invitados, como Cata, Sugey, Jisela, entre otros, además de uno que otro medio de comunicación, como la prensa.

A las 9:30 entra al salón, en compañía de su familia, Mariela, la anfitriona y festejada de esa noche, que es recibida con gran alegría y admiración por todos los presentes. Muchos se acercan a ella para saludarla y felicitarla por el lanzamiento del libro, y también para agradecer la invitación a ese importante evento.

-Amiga, estás hermosa... ¡Pareces una princesa! -comentan Jise y Sugey, al acercarse a Maya.
-Gracias... Muchas gracias por estar aquí conmigo -responde Maya con gran emoción, al abrazarlas.
-¿Cómo crees que me perdería un evento tan especial? -exclama Sugey, sonriendo.
-Al contrario, Maya. Gracias a ti por invitarnos -comenta Jisela.
-¿Y cómo no invitarlas? ¡Si son parte de mi familia! -exclama Maya, muy feliz.

Mientras la escritora continúa charlando con sus amigas, el salón se va llenando de personas que tienen sólo una cosa en mente: disfrutar y compartir la dicha de Mayita.

La familia Valencia se ha reunido de nuevo, ya están ahí Manolo y su esposa Montse acompañados de su pequeño hijo Manolito.

También ha llegado Betty con su hija Victoria, su yerno Cristian, el travieso Christopher y la preciosa Valentina. Además de Claudia, Paco, Alinna, Antonio, Ariadna y Andrea.

Paloma, está muy contenta de ver a su cuñis consentida, dado que tenían varias semanas sin estar juntas. Marco y Carlos saludan con amor a su tía y después se van a jugar con sus primas Renata y Paulina.

Por supuesto, la pequeña Palomita no podía dejar de asistir a un evento tan especial e importante para su tía.

-Mi cielo adorado, ¡me encanta que estés aquí conmigo, preciosa! -exclama la bella Mariela, al abrazar con mucho cuidado a su Palomita.

Viviana llega con Luis y los niños. Y a decir verdad, le da muchísimo gusto reencontrarse con grandes amigas como Sugey.

Todo parece estar listo para el lanzamiento oficial de "El sueño de un ángel".

Raúl, el presidente de la editorial que ha publicado el libro de Mariela, se asegura de que todo esté en orden para iniciar.

Obviamente, en una noche tan importante no podía faltar la presencia de Santiago, una de las personas más especiales en la vida de Mariela.

Con el doctor Carmona llegan también Alex, Estela, Marijó y Tina, todos con una enorme felicidad por estar ahí.

-Maya, todo está más que listo -dice Raúl, al acercarse a la escritora.
-De acuerdo -responde ella, un poco nerviosa.
-¿Comenzamos? -pregunta él, sonriendo.
-Por supuesto -afirma ella.

Con los nervios a flor de piel, Raúl y Mariela caminan entre los invitados hasta llegar y pararse frente a todos en un pequeño y elegante escenario.

-¡Raúl, me tiembla todo! -dice Maya, nerviosa.
-¡Tranquila! Ya hicimos esto una vez y todo salió excelente... ¡Hoy saldrá espectacular! -asegura él,con una sonrisa.

Lentamente, los asistentes guardan silencio y Raúl toma el micrófono. Él, al igual que su escritora estrella, está nervioso, a pesar de los años que lleva realizando exitosos lanzamientos literarios.

Después de respirar profundo y tomar de la mano a Maya, inicia dando la bienvenida a todos.

-Buenas noches a todos. Antes que nada quiero agradecerles por estar aquí esta noche. Tanto para Maya, como para mí, el contar con la presencia de cada uno de ustedes es fundamental -expresa Raúl a todos los presentes que escuchan con atención.
-Como todos saben, estamos reunidos esta noche para celebrar el gran lanzamiento de "El sueño de un ángel", de mi escritora estrella... Mariela Valencia -declara Raúl, y todos aplauden alegremente.
-Quiero que sepan que presentar el trabajo de Maya es un gran orgullo para mí. No cualquier casa editorial tiene el privilegio de contar con una colaboradora como ella... ¡Sus escritos son geniales! Me atrevo a decir que son los mejores que he leído en años -dice Raúl mientras voltea a ver a Mariela y sonríen ambos-. Además de ser una mujer a la que admiro muchísimo. Su vida es un ejemplo de lucha constante, y la prueba perfecta de que en este mundo ¡todo es posible! -agrega el presidente de la editorial y todos los presentes aplauden sonrientes.

Los ojos de la escritora brillan de manera especial, mientras Sara, Cecy, Andrea, Vivi y otras personas cercanas a ella derraman una que otra lágrima.

-"El sueño de un ángel," es precisamente eso. Una historia especial, llena de amor, que representa, como su nombre dice, el sueño de Maya, ¡un ángel en la tierra!... Estoy seguro de que este libro, será al igual que el anterior, del agrado de todos y lo disfrutarán muchísimo -exclama Raúl, con el primer ejemplar del libro en sus manos, que muestra a todos los presentes-. Ahora es el momento de escuchar unas palabras de su creadora, Mariela Valencia, para quien pido un fuerte aplauso -termina Raúl con una gran sonrisa.

Acompañada de grandes aplausos y con la ayuda de su jefe y amigo Raúl, Maya toma el micrófono para decir unas palabras:

-Antes que nada, quiero agradecer infinitamente a Raúl por apoyarme, por creer en mí y dejarme ser parte de su editorial. Por darme siempre mi lugar como escritora y respetar mis decisiones y mis opiniones. Sé que sin su apoyo y orientación jamás hubiera podido llegar hasta este momento... Gracias por creer en "Angelitos en la Tierra" y, ahora, en "El sueño de un ángel" -dice Maya tomando la mano de Raúl.

Luego se dirige a su familia:

-También quiero agradecer a mi madre, que ha estado a mi lado siempre, a pesar de que en ocasiones no está de acuerdo con lo que hago, nunca me ha negado su ayuda... Creo que esto lo he dicho ya muchas veces, pero gracias a Sara Valencia soy quien soy. A ella le debo todos mis logros, pues sin ella no sé qué sería de mí... ¡Te amo, mamá! -exclama mirando a su madre a los ojos, quien al escuchar las palabras de su hija no puede evitar el llanto.

A continuación se dirige a sus hermanos, demás familiares y amigos:

-Cecy, Ricky y Marco, donde quiera que estés..., han sido los mejores hermanos que Dios me pudo dar... Cuñado, cuñis, gracias por estar conmigo en todo... Andy, eres la mejor prima de este mundo... Aidé, Sugey, Cata, Jise, su amistad es una de las cosas más preciadas que tengo en la vida... Amiga fiel, eres genial. Gracias por enseñarme tantas cosas, por cuidarme, regañarme, aconsejarme... ¡Gracias a todos por su inmenso amor, pero ante todo por ser parte de mi vida! -dice con la alegría a flor de piel, mientras ruedan por sus mejillas lágrimas de felicidad.

Sigue, agradeciendo a Dios:

-Agradezco a Dios por guiar mis pasos hasta aquí, poniendo en mi camino a personas excepcionales como lo son cada uno de ustedes. Sé que es Él principalmente quien ha hecho posible todo esto, y que, a pesar de que me ha puesto pruebas muy difíciles de superar, me ha dado las fuerzas necesarias para salir adelante. Y hoy puedo decir que todo ese esfuerzo ¡ha valido la pena! -reconoce sintiendo una inmensa paz en su corazón.

Y continúa:

-Por último, pero no menos importante, quiero agradecer a una persona que llegó a mi vida hace algunos meses y que se ha convertido en alguien sumamente especial para mí. A su lado he vivido momentos increíbles y, si pudiera retroceder el tiempo, no cambiaría ni un instante de lo que ha sido mi historia junto a él... ¡Santiago, tú me cambiaste la vida! ¡Gracias! -dice mirando fijamente a Santiago, quien sonríe y aplaude sus palabras.

Y así concluye:

-Espero de todo corazón que "El sueño de un ángel" logre cautivarlos y lo disfruten tanto como yo lo he disfrutado... ¡Gracias!

Y entonces todos se acercan al estrado por donde están bajando Raúl y Mariela, al mismo tiempo que comienza a escucharse una agradable música de fondo.

-Mi niña hermosa, no sabes lo orgullosa que estoy de ti- abraza Sara a su hija llorando de alegría.
-Gracias, mamita ¡Te amo mucho! -responde Maya, entre sus brazos.
-Maya, eres grande. ¡Estoy feliz de ser tu hermana! -exclama Cecy, felicitándola.
-Hermanita, una vez más me ha sorprendido tu capacidad para la vida. No tienes idea de cuánto te amo -le dice Ricardo, mientras la llena de besos.
-Amiga fiel, eres lo máximo. ¡Te adoro! ¡Felicidades! -exclama Vivi, sonriente.
-Yo también te adoro y me encanta que estés aquí -responde Maya, abrazándola entre lágrimas y sonrisas.

Poco a poco, se van acercando familiares y amigos a felicitarla y reiterarle su cariño y sus buenos deseos.

Estela, Jisela, Cata, Alex, Yibrán, Gerardo, Arturo, Andrea, Aidé, Marijó, entre muchos otros, comparten la felicidad de Maya.

Minutos después, Santiago busca la manera de llegar a ella por entre tantos invitados.

-¡Estás hermosa! -le dice.
-Gracias -responde ella, mientras Santiago toma su mano.
-¿Sabes qué eres admirable? -exclama Santiago secándose una lágrima.
-No me digas tantos piropos, que me la voy a creer -bromea ella sonriendo.
-No son piropos, es la verdad -aclara Santiago, al abrazarla-. ¿No te gustaría salir un momento a tomar aire fresco al jardín? -pregunta él.
-¡Me agrada la idea! -acepta ella.

Sin que nadie lo note, Maya y Santiago salen del salón donde se encuentra la mayoría de los invitados y se dirigen al jardín, lleno de bellas flores, a respirar el aire entre los árboles.

El cielo está repleto de estrellas brillantes, y la luz de la luna lo ilumina todo.

-¡Qué noche tan hermosa! -exclama Mariela mirando al cielo.
-Es perfecta para la ocasión -asiente Santiago, contemplando el brillo de las estrellas.
-Me fascina ver el cielo tan estrellado -añade ella.
-¡Y a mí me fascina estar contigo! -dice él, volteando a verla.
-¿De verdad? -pregunta Maya, un poco nerviosa.
-Por supuesto que sí... Maya, ¡eres una mujer realmente admirable! Me apasiona ver el esfuerzo que haces día con día para salir adelante... Me gustaría tener la mitad del valor y de las fuerzas que tienes tú para vivir -la alaba Santiago, mirándola a los ojos.
-No es nada fácil, Santiago -confiesa ella.
-Yo lo sé, Maya. En estos meses a tu lado me he dado cuenta de que tu vida no es nada fácil. Sin embargo, todos los días encuentras una razón para sonreír, buscándole siempre el lado bueno a las cosas.
-No siempre es así -aclara ella, bajando la mirada.
-Yo siempre te he visto sonriendo, alegre, gozando de la vida... -comenta él, acariciando su rostro.
-Quizá porque no has estado conmigo cuando tengo un problema grave, o simplemente estoy triste -dice Maya.
-Maya, tú eres más fuerte que cualquier problema o tristeza. Y es ésa una de las cualidades que más admiro de ti -afirma Santiago sonriendo, mientras toma su mano.
-¡Pero yo no quiero que me admires! -protesta de repente ella, soltándole la mano.
-Es que no sólo te admiro... ¡también te quiero! -aclara de inmediato él.

Ambos guardan silencio, manteniendo fija la mirada. Santiago se acerca aún más a ella y, sin pensarlo, vuelve a besar tierna y apasionadamente sus labios.

Mariela responde con todo su amor a ese beso, pues, a decir verdad, no puede recibir un mejor regalo en esa noche tan importante para ella.

Bajo las estrellas, el amor entre Santiago y Maya se manifiesta nuevamente, provocando que por unos minutos se olviden de la fiesta y de los invitados en el salón.

Acompañado de caricias, ese beso confirma una vez más que entre ellos existe un gran amor, aunque ninguno se atreva a confesarlo.

-¡Discúlpame! -exclama Santiago en voz muy tenue, al terminar el beso.
-¡No sé qué me pasó! -explica él, observando sus labios.
-¡Ssshh! No digas nada, nada, nada... -le ruega Mariela, aún entre sus brazos.

Segundos después, es Mariela quien se deja llevar por el deseo de ser ella la que lo bese, sin importar nada ni nadie.

Él la abraza con todas sus fuerzas, mientras el juego entre sus labios continúa.

Lentamente sus labios se separan.

Maya está más que nerviosa y su cuerpo tiembla en los brazos de Santiago.

Él observa la belleza de su rostro, mientras sus manos recorren su espalda suavemente. Ella emite un profundo suspiro, sonríe y se aleja poco a poco de él.

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