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By melistylinsonbutera

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AU. Midoriya Izuku es un joven médico de veintisiete años, pues gracias a su gran intelecto -que sorprendió a... More

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Final. 36
Epílogo

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By melistylinsonbutera

—¡Koko! —tomó una de las manitos de su hija—. No intentes volar, podrías hacerte daño.

—Pero sí puedo hacerlo —frunció el ceño y sus alitas se encojieron.

—No sin tu padre cerca. Anda, ve a jugar.

Tomiko asintió, resignada a tener que caminar.

Toya suspiró dejándose caer junto a Natsuo, que reía por lo bajo, en una de las bancas de aquel parque al que su hija tanto ama ir.

Solían venir siempre con Keigo para que la pequeña practicará su vuelo, pero el día de hoy se encontraba ocupado... y tenía que admitir que era algo solitario sin él.

«Da igual. Al menos Natsu está conmigo» pensó, observando con cariño el rostro llenó de alegría de su pequeña. Pero aquello se esfumó cuando una persona pasó frente a ellos y murmuró:

—Qué desagradable.

Toya se mordió la lengua. Sí, estaba hablando de él.

Natsuo intentó levantarse para ir detrás del sujeto y obligarlo a disculparse. No obstante, la mano de su hermano mayor sobre su pecho le obligó a quedarse donde estaba.

—Déjalo, Nat, no importa.

—Per-... —él le vio suplicante y bufando cruzó sus brazos—. Ahg, bien.

—Gracias...

Los días como hoy, en los que Toya decidía salir sin su "camuflaje", eran los peores.
Por eso siempre necesitaba algo de apoyo —la mayoría de veces solía ser Keigo— para soportar las miradas o insultos de las personas; le incomodaban de sobre manera, pero que aun así no puede culparlas.

Natsuo en segundos leyó a su hermano, y con una sonrisa tenue en sus labios acarició su espalda de arriba hacia abajo, dándole ánimos.

—Tranquilo, Toya. Estoy aquí para ti.

—Lo sé, y lo valoro mucho, sólo es... difícil.

Él asintió y palmó su hombro derecho.

—¡Susu‐ojisan! ¡Ven a jugar conmigo! —llamó Tomiko desde unos columpios.

—¡Ahora voy! —respondió volteando a ver a su hermano—. Iré con Koko, ¿estarás bien?

—Sí, no te preocupes. Pero te advierto que si vuelve con las rodillas lastimadas, otra vez, te golpeare.

El albino rio y asintió, poniéndose de pie, yendo a la zona de juegos en donde estaba su sobrina.

Toya volvió a suspirar, jugando con una hoja seca, de uno de los muchísimos árboles que allí habían, que cayó justo sobre sus blancos cabellos.
De soslayo notó cómo alguien se sentaba a su lado, y sin darle importancia alguna decidió ignorar a esa persona, pero al oír su voz... el palpitar de su corazón se detuvo por un instante.

—Vaya, Tomiko-chan ha crecido mucho.

—¿Himiko?

La mujer oculta tras unos lentes de sol, un gorro sobre sus rubios cabellos, ahora cortos, y un vestido negro con una chaqueta de cuero sobre sus hombros, llevó uno de sus dedos a sus labios en señal de que guardará silencio mientras se ponía de pie para que la siguiera.

Toya, sintiendo sus manos temblar, dio una última mirada hacia su hermano e hija y chasqueando la lengua se puso de pie también; siguiéndole desde una distancia prudente.

Hace unos días atrás recibió una llamada de ella. No tenía ni idea de cómo había conseguido su número, pero colgó en el instante en el que reconoció su voz.
Ahora mismo podría simplemente haberla ignorado e irse... pero al estar en público y con su hija a unos pocos metros de ellos: era preferible seguirla y acabar con todo de una vez porque conocía a Himiko.
No se rendiría hasta lograr lo que fuera que buscará con él.

La chica caminó hacia la parte posterior de los baños, un edificio pequeño parecido a un establo. Él la siguió. Y al momento de rodearlo... ella ya no estaba allí.

Volteó en todas las direcciones, sin encontrar rastros de la rubia, hasta que se vio acorralado por la misma con uno de sus cuchillos sobre su garganta.

—Himiko...

—Me hieres, Dabi. Creí que éramos familia.

—Bien dicho: éramos. Lo fuimos por muchos años pero yo ya no soy Dabi, ya no soy parte de la Liga o el Frente de Liberación Paranormal y ya no soy un villano —habló entre dientes.

Himiko se alejó de él cuando lo vio soltar una leve llamarada azul de una de sus manos en modo de advertencia.

—No respondiste mi llamada, ¿por qué?

—¿Acaso no escuchaste lo que te acabo de decir?

La rubia rio quitándose los lentes.

—No fue fácil contactarte. Aprecia un poco mi esfuerzo.

—Himiko, basta, ¿qué es lo que quieres?

—No se trata sobre lo que yo quiero... o quizás sí, pero el punto es que me gustaría tener a mis hermanos de vuelta.

—Todos están en la cárcel y tú estás prófuga al igual que Spinner, si es que aún está vivo, ¿de qué hermanos me hablas?

—No digas esas cosas...

—¡Es la verdad! ¿Sabes cómo me dañaría si alguien nos viera juntos? Tengo una hija, Toga.

—Dab-...

Él la interrumpió, histérico.

—¡Ese no es mi nombre! ¡No me llames así!

Ambos escucharon el leve sonido de los arbustos frente a ellos moverse y en una fracción de segundos algo se clavó en el muslo desnudo de la rubia.

Himiko jadeó adolorida, desvaneciéndose, y Toya la atrapó; su cuerpo se movió por pura inercia, mas al levantar la mirada... se congeló.

—Keigo...

—¿Qué haces con Toga?

—Yo n-...

—¿Sabes una cosa, To? La policía me contactó para que vigilará a mi propio esposo por la supuesta sospecha de que podría estar involucrado en un movimiento sospechoso junto a una de las ex integrantes de la Liga de Villanos —le rebajo con la mirada—. Pero al parecer fui el único idiota que creyó que era una tontería.

—Keigo, por favor, no es l-...

Él volvió a interrumpirlo:

—Vete. Ve, busca a Tomiko y lárgate antes de que la policía llegue.

Toya entreabrio sus labios y ni una sola palabra salió de ellos, solo se digno a agachar la mirada. Y estuvo a punto de irse de no ser porque notó que aún tenía a Himiko en sus brazos.

—¿Qué harán con ella?

—Toga Himiko es una delincuente y una villana prófuga, ¿tú que crees?

—P-Pero no le harán daño, ¿verdad?

—Dependiendo de su colaboración. Ella no tiene un apellido que la resguarde como fue contigo —respondió serio.

Toya negó con su cabeza.

—Keigo, promete que nadie le hará daño mientras esté en prisión.

—Tch. ¿Por qué te preocupas por ella? — cuestionó irritado.

—¡Porque ella fue la única persona que tuve en el mundo! —se sorprendió a sí mismo de verse tan enojado, por lo que tomó aire intentando serenarse al sentir un ligero ardor en su piel—. Sólo prometemelo.

—Está bien. Vete.

Dejó con cuidado a la chica inconsciente sobre el suelo antes de mirar a su pareja por última vez y correr por donde vino en primer lugar.

Natsuo, una vez que le vio llegar, miró con preocupación las gotas de sangre deslizándose por debajo de las cicatrices en sus glándulas lagrimales.

—Oi, Toya, ¿qué pasó?

Toya no respondió, simplemente tomó en brazos a su hija; abrazándola con todas sus fuerzas.

Se sentía mareado y horrible. Acababa de entregar a Himiko a la policía.

—No es nada. Vámonos.

—Papi, ¿por qué lloras?

Tomiko pasó sus manitos por sus mejillas, importandole muy poco marcharse de sangre, y él respiró hondo obligándose a sonreír.

—No lo sé, amor. Quizá algo se metió en mis ojos —besó una de sus mejillas y la niña, sin estar del todo convencida, asintió; abrazándose a su cuello y recostando su cabecita en uno de sus hombros.

Sus alitas no tardaron en cubrir su cuerpo en un intento de protegerlo.

—Toya...

—Vamos a casa, Natsu. Allá hablamos.

—Bien —suspiró.

Toya observó a lo lejos una patrulla de policía dirigiéndose hacia el lugar en donde había dejado a Keigo con Himiko, y sintiendo su corazón encogerse, aceleró el paso; aferrándose suavemente a Tomiko.

•••

Cuando la reunión acabó, Shoto se sentía agobiado porque durante la misma se anunció que capturaron una vez más a Toga Himiko.

Keigo, haciendo uso de su ex título como el héroe Hawks, lo había hecho.
Él era "el personal especial" que habían solicitado para vigilar a Toya.

«Qué desastre»

—¿Estás bien, Sho?

Eijiro colocó una de sus manos en su hombro izquierdo, pero enseguida la apartó soltando un quejido por lo caliente que se encontraba.

Shoto salió de sus pensamientos y le pidió una disculpa con la mirada.

—S-sí... me iré primero, permiso —titubeó, saliendo de la sala.

El pelirrojo le vio irse sin refutar nada.

—¿Adónde va el mitad-mitad? Debo darle estos reportes para que los firme —dijo Katsuki.

—Será mejor otro día, Blasty. Déjalos en su oficina.

—¿Acaso me perdí de algo?

—No. Todo está bien, cielo —besó su frente y posó una de sus manos en su espalda baja, invitándole a caminar—. Luego te explico.

Mientras Shoto prácticamente corría por los pasillos de la agencia, sintió su celular vibrar y contestó sin siquiera ver de quién era la llamada.

—¿Hola?

Sho-chan.

«Bendito seas All Might»

Lo lamento, ¿estás ocupado?

—Izuku... —suspiró aliviado—. No, no lo estoy. ¿Ya acabo tu turno?

Así es, dijiste que te llamara cuando estuviera en casa —le sintió sonreír y su voz tembló—. ¿Sho-chan, estás bien?

—Izu, ¿podría ir a tu hogar ahora?

Claro, por supuesto, pero ¿estás bien? —repitió.

Se escuchaba verdaderamente preocupado y eso le hizo sonreír.

—Lo estaré en cuanto te vea. Nos vemos —colgó sin escuchar una respuesta.

Al meterse en el ascensor recostó su espalda en una de las paredes y se pasó una de sus manos por el cabello. Sentía su lado izquierdo tan caliente que el saco del traje estaba empezando a soltar un poco de humo. Necesitaba calmarse.

Himiko había sido arrestada. Sí. Pero se cuestionaba si fue a causa de Toya ya que el lugar de la captura fue el parque que suelen frecuentar con Tomiko; como bien había advertido Hitoshi por la mañana.

¿Qué tal si ellos se reunieron en alguna parte del mismo y por esa razón Keigo pudo atraparla? Después de todo, su cuñado, había sido asignado para vigilar a su propio esposo. Y si para él es muy difícil de digerir la teoría de que su hermano siguiera en contacto con al menos una de las ex integrantes de la Liga, no imaginaba lo que debe estar sintiendo Keigo.

Cuando las metálicas puertas se abrieron frente a él, corrió hacia el auto aflojando su corbata en el camino. Y una vez dentro, arrojó la misma y su saco a los asientos traseros antes de ponerle en marcha con destino al hogar de la única persona que podría ayudarle a tranquilizarle en estos momentos: Izuku.

—¡Adiós, Midoriya-san!

Lex junto a Pony y Jomei lo saludaron de lejos.

—¡Qué tengan buena noche! —les imitó agitando una de sus manos; empezando su caminata habitual hacia la estación de metro.

Pudo respirar en paz una vez que puso un pie en su departamento, dejándose caer sobre el sofá. Estaba agotado. Pero aun así logró recordar las palabras de Shoto:

Llámame cuando estés en casa.

Sonriendo bobamente tomó su celular, buscando en sus contactos al bicolor, sin dudar al momento de presionar el botón para realizar la llamada. La cual no tardó ni cinco segundos en ser contestada.

¿Hola?

«Su voz no suena nada bien. Quizá interrumpí algo importante»

—Sho-chan, lo lamento, ¿estás ocupado?

Izuku... —escuchó un suspiro—. No, no lo estoy. ¿Ya acabo tu turno?

—Así es, dijiste que te llamara cuando estuviera en casa —sonrió levemente, siendo capaz de escuchar la entrecortada respiración del héroe.

«Algo no anda bien»

—¿Sho-chan, estás bien?

Izu, ¿podría ir a tu hogar ahora?

—Claro, por supuesto, pero ¿estás bien? —ahora sí que estaba preocupado, y en lo único que podía pensar era en que el héroe llegará lo más rápido posible.

Lo estaré en cuanto te vea. Nos vemos.

Colgó sin esperar su respuesta, y él lentamente quitó el celular de su oreja.

«¿Por qué sonaba tan afligido?» pensó, y negando con su cabeza alejó los pensamientos negativos, caminando hacia la cocina para preparar algo de té.

Dejó la puerta sin seguro para que Shoto pudiera entrar sin problemas, así que cuando sintió la misma ser abierta, con algo de brusquedad, soltó la taza de té y se asomó.

—¿Sho-chan? —en un segundo se vio envuelto en los brazos del héroe en un cálido, frío y desesperado abrazo—. ¿Qué sucedió?

Se alejó unos centímetros buscando su mirada... y le partió el corazón ver sus ojitos heterócromos tristes.

—Yo... nisiquiera sé por dónde empezar —rio sin gracia.

El peliverde hizo una pequeña mueca, acariciando sus mejillas dulcemente.

—Ven, te preparé un té... quizá te ayude —le sonrió guiándolo a la cocina.

El héroe se negaba a soltarlo, por lo que una vez allí: tomó asiento sobre su regazo, depositando la taza en una de sus manos mientras que la otra se mantuvo alrededor de su cintura firmemente.

Se quedaron varios minutos en silencio, con Izuku acariciando los cabellos de su nuca en un movimiento suave y constante, viéndole beber de manera pausada el contenido de aquella taza, hasta que Shoto sintió su ser tranquilizarse un poco.
Dejó el objeto sobre la mesa y apoyó su frente en el hombro del peliverde.

Él sonrió con cariño, sin detener sus caricias en sus cabellos bicolores, esperando pacientemente a que hablará.

—Supongo que debés recordar a la Liga de Villanos de la que formó parte mi hermano, ¿verdad?

—Así es.

—Bueno... Toga Himiko fue arrestada hace unos días, pero escapó. La policía logró confiscar un celular que llevaba con ella y... en los registros de llamadas se encontraba el alias de mi hermano, Dabi —Izuku lo escuchaba atentamente—. Y al parecer hoy fue a uno de los parques favoritos de Tomiko mientras yo estaba en una reunión basada en todo esto, porque de la nada llegó el aviso diciendo que Keigo arrestó a Toga allí mismo, en ese parque, lo que podría significar: que ella estaba con Toya.

—Sho-chan...

—Estoy seguro de que fue así, y por esa razón Keigo logró arrestarla —pasó una de sus manos por su rostro, frustrado, e Izuku no dudo en envolverlo con sus brazos; besando su frente en un intento de consolarle. Y efectivamente funcionó.

—Sho-chan, entiendo que estés asustado, pero antes de juzgar a Toya-san deberías hablar con él. Estoy seguro de que para él tampoco debe ser fácil. Y si es como tú piensas, dudo que no fuera difícil el entregar a Toga a la policía siendo que alguna vez fueron como una "familia" por más horrible que hayan sido las circunstancias —él le escuchó atentamente aunque se encontraba escondido en su cuello como un niño pequeño—, así que mi consejo es que hables con él antes de suponer.

—Pero...

Izuku tomó suavemente su rostro entre sus manos para que lo viera.

—Es tu hermano, Sho-chan. No dudará en confiar en ti y decirte la verdad.

El bicolor suspiró y cediendo ante su impulso lo besó, siendo correspondido al instante.

Sólo un pequeño roce de sus labios aterciopelados era todo lo que Shoto necesitaba, y luego de unos segundos rompieron el beso lentamente; uniendo sus frentes.

—Está noche vamos a cenar todos juntos en la casa de Toya... ¿Vendrías conmigo? Por favor.

—De acuerdo. Me daré una ducha y nos iremos, ¿sí?

—Sí... gracias —lo dejó ir, no sin antes depositar un pequeño beso de agradecimiento sobre los nudillos de sus manos.

Izuku se sintió ansioso de repente.

«¿Cenar con los hermanos Todoroki? Eso sí que ni en mis sueños más locos lo he imaginado, pero haría lo que fuera por Shoto. Estaré allí con él sin importar qué» habló en su interior mientras terminaba de desvestirse para ducharse.

El héroe lo necesita. Shoto lo necesita. Y obviamente no podía negarse.
No dejaría que cargará con esa situación él solo, estaría a su lado y sostendría su mano tal y como él sostuvo la suya luego de haberle rescatado de aquellos villanos que lo secuestraron.

Cuando salió de la ducha se vistió con algo simple, y enseguida regresó a la cocina donde el bicolor lo esperaba.
Hizo el amague de aproximarse al lavabo para enjuagar las tazas que usaron, pero notó que las mismas ya estaban limpias y en su lugar correspondiente.

—No tenías que hacerlo.

—No fue nada... ¿Nos vamos?

El peliverde asintió y ambos abandonaron el departamento, caminando hacia el vehículo estacionado a unas calles de allí.

Una vez dentro, con sus cinturones ya colocados, vio las manos del héroe temblar sobre el volante y las tomó con las suyas; llevándolas hacia sus propios labios dejando un pequeño besito sobre sus nudillos.

—Todo estará bien, Sho-chan. Yo estaré contigo —sonrió.

Shoto inhaló profundo, dándose ánimo a sí mismo, antes de soltar lentamente sus manos para poder encender el vehículo, que una vez en marcha se dirigió a su destino: la casa de su hermano mayor.

Continuará

Oh el drama, adoro el drama

Espero que les haya gustado bbs💜

Yo me despido y lxs leo el próximo sábado, no olviden que lxs amo^3^💜

Adiós

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