Cuando Chaeyoung levantó su vista, Mina estaba con los ojos brillosos, se estaba conteniendo. No esperó que ese pequeño relato le afectara, tal vez... Era lo que Mina necesitaba escuchar
— ¿Estás bien?
Mina movió su cabeza lentamente, negando.
¿Era broma cierto?
— lo siento...
¿Qué diablos pensaba hacer?
Chaeyoung no era lo que había creído, para
nada. No era como su padre y tampoco
merecía que le hiciera lo que Mark y ella tenían planeado. Se había equivocado por completo.
— y-yo no sé...— Mina calló por unos segundos—, entonces tu matrimonio es toda una mentira.
— En teoría, sí — Chaeyoung se levantó del sofá para traerle un vaso de agua a Mina, por lo visto, le había afectado, solo que Chaeyoung no sabía exactamente de qué manera, porque Mina no estaba triste, más bien parecía...Sorprendida. Mina estaba sentada en el sofá y Chaeyoung se agachó en frente de ella colocando una rodilla en el suelo, como la posición para pedir matrimonio, sólo que en vez de un anillo, le ofreció un vaso de agua—. De otra manera, no podría ir más enserio contigo.
Mina tragó saliva y dejó el vaso a su lado, en el sillón.
— de verdad creía que todo era un juego, estaba convencida que tú eras cómo esos hombres o esas mujeres que les gusta tener aventuras teniendo familia y por poseer dinero, creen que todo les pertenece.
— ouch ¿Realmente parezco como una persona de esas? — le habló tranquila, su voz grave que tenía de vez en cuando, siendo apacible, daba un estado de calma interior.
— no — Mina rió, sintiéndose tonta—. No lo pareces, tu rostro es hermoso, como la de una buena persona y también eres muy atractiva.
Chaeyoung sonrió y la abrazó pero fue Mina quién se abalanzó a su cuerpo, aferrándose fuerte. Por el impulso, Chaeyoung cayó de trasero al suelo, no se soltaron, siguieron aferradas la una a la otra. Se separó un instante para ver a Chaeyoung de frente y la besó.
Una parte de ella se sentía genial por besarla, pero la otra parte, la tenía atada. Necesitaba olvidar que estaba mal.
Aquí la única mentirosa soy yo
y necesito olvidarlo.
Abrió su boca para cerrarla nuevamente sobre el labio de la menor. No quería detenerse, los húmedos y cálidos labios de Chaeyoung eran como meterse a la ducha con agua caliente en un día frío. Era muy relajante y adictivo.
Otra vez se separó de Chaeyoung, sus bocas quedaron de frente, recibiendo el cálido aliento de la contraria.
— ¿Podemos hacer el amor, Chaeng?— susurró.
Otra vez sus estúpidas mejillas se pusieron rojas, lo sabía porque su cara se sintió caliente.Chaeyoung sonrió, tener a Mina entre sus brazos era algo especial y ahora que ella le había dicho eso simplemente...No lo creyó. Tampoco la vista que tenía era fácil de procesar, la ventana abierta dejaba pasar los rayos dorados del sol de esa bella tarde y todo apuntaba e iluminaba al ángel de cabellos negros y piel blanca que tenía entre sus brazos.
¿Es una señal?
Mina era todo lo que Chaeyoung había deseado.
Desde que la conoció no podía sacar de su mente a la nipona. Se podría perder en las facciones de su rostro, especialmente en sus ojos negros que a pesar de lo oscuros que eran, brillaban y se asemejaban a dos piedras de azabache pulidas. Eran hermosos.
Sentía que podría pagar millones si eso significaba tener más tiempo de su compañía.
Mina se acomodó mejor, y se puso a horcajadas sobre la menor.
— ¿vamos a la cama? — preguntó Chaeyoung y besó el cuello de la nipona, adoraba el sabor de su piel.
— donde sea, no me importa — contestó Mina llevando su cabeza hacia atrás cerrando los ojos, mientras sus brazos envolvían el cuello de la coreana— . Quiero hacer algo
Mina la miró con ojos brillantes y expresión tranquila, Chaeyoung asintió lentamente, curiosa por lo que Myoui quería hacer.
La pelinegra tomó su mano y la obligó a sentarse en el sillón y le abrió las piernas. Chaeyoung abrió un poco su boca y tomó un suave suspiro cuando Mina se arrodilló en medio de estas.
El corazón de Mina estaba con el pulso un poco más acelerado de lo normal. Lo cierto era que, nunca se había atrevido realmente a tocar o explorar el cuerpo de Chaeyoung, sólo en una ocasión se atrevió a tocarle y fue sólo por un breve momento.
Desde hace días realmente quería hacerlo.
Con algo de timidez, sus ojos se deslizaron hasta encontrarse con los de Chaeyoung, mientras le bajaba la bragueta para sacar su miembro.
Lo tenía entre sus manos y se lamió los labios por el nerviosismo, pasaron unos segundos y su cuerpo se quedó inmóvil, fue entonces cuando Chaeyoung le acarició la mejilla.
— no tienes que hacerlo si no quieres — le dió
una agradable sonrisa y Mina pensó que
realmente era amable.
Mina hazlo, maldita sea, hazlo.
— me da miedo no hacerlo bien y que no lo disfrutes — admitió— . Pero, lo haré.
Gracias al cielo.
Mina comenzó a mover su mano sobre el falo de la menor, para que se pusiera erguido. Luego abrió su boca y de una vez por todas, metió el glande de Chaeyoung a su boca mientras cerró los ojos y sus mejillas se calentaron. Hizo presión con su boca y lengua succionando delicadamente la cabeza del miembro de Chaeyoung, ocasionando que esta gimiera complacida. Chaeyoung había imaginado esto mil veces y por fin se hacía realidad.
Mina pasó sus húmedos labios por el glande y lo besó para nuevamente introducirlo a su cavidad bucal, era cálida y su boca se logró amoldar bien al miembro de la coreana. Quería que Chaeyoung tuviera mucho placer, pero lo cierto era que, ella también lo estaba disfrutando.
Para ser la primera vez que lo hacía, no estaba mal, hizo lo que creyó "instinto". Esta vez, introdujo la mayor parte de la longitud de la menor, no dejó de estimular la base y Chaeyoung llevó su mano izquierda a los cabellos de Mina, enredando sus dedos en ellos para guiarla.
— oohh... — Chaeyoung se deleitaba en cada roce que Mina le daba a su miembro. Por un momento llevó su vista hacía abajo viendo como los hermosos labios de su mayor se deslizaban a lo largo de su virilidad.
La mano de Mina llegó hasta sus testículos y jugó un poco con ellos. Chaeyoung gimió y Mina atrevida, fue dando besos por el miembro de la coreana hasta la base y luego pasó a besar y chupar sus testículos.
— M-Mierda M-Mina ah
Mina casi la hace delirar.
Si fuera por ella, dejaría a Mina ahí una eternidad, pero no era una especie de dios para aguantar por siempre, ahora era turno de Mina para disfrutar.
Hizo que ella se detuviera y esta la miró confundida, luego se lamió los labios para quitar y saborear cualquier rastro de los fluidos de la menor. No tenía asco porque era Chaeyoung, y cada parte de Chaeyoung era hermosa.
Son agarró la muñeca de la mayor y la atrajo para darle un beso mientras sus cuerpos volvían a amoldarse el uno al otro. Chaeyoung deslizó sus manos por la espalda de Mina, por debajo de su blusa, alzando la tela conforme sus manos subían para luego retirar la prenda.
Mina alzó los brazos para que Chaeyoung cumpliera su cometido. La nipona sonrió levemente y se inclinó hacia adelante para besar la mejilla de la chica que gustaba usar camisas caras de variados diseños. De manera lenta y despacio fue abriéndose paso para besar su mandíbula e ir a su cuello, todo mientras movía su cadera para que su trasero siguiera estimulando el miembro de Chaeyoung.
Con esto, la menor se estaba volviendo loca, Mina la tenía delirando, sus manos estaban firmes en sus caderas pero era Mina la que marcaba su ritmo.
A una velocidad moderada, terminaron de quitar sus ropas para tener ese ansiado contacto piel con piel que amaban. Cuando sus cuerpos volvieron a unirse una vez más, Mina dió un gemido, complacida, todo el miembro de Chaeyoung estaba dentro suyo.
Colocó sus manos en los hombros de la menor y comenzó a montarla, dando pequeños saltitos, al fin y al cabo no era su primera vez haciendo aquello
Chaeyoung recostó su cabeza en el respaldar del sofá con la boca semiabierta para dejar escapar suaves jadeos. Mina la envolvía y se deslizaba a lo largo de su miembro cada vez que se elevaba para volver a caer, penetrándose a sí misma, hasta el fondo.
Chaeyoung también comenzó a impulsar levemente sus caderas hacia arriba cada vez que Mina descendía, haciendo que sus caderas chocaran en un delicioso vaivén. La menor deslizó sus labios a través del pecho de Mina, su toque no era fijo debido al moviendo constante que Mina hacía.
Era malditamente buena.
Chaeyoung agarró a Mina de la espalda y la giró para que esta quedara recostada en el sillón, el vaso que la pelinegra había colocado antes cayó al suelo y se quebró, poco les importó. Mina tenía sus piernas abiertas y encogidas para que Chaeyoung se colocara entre ellas. Otra vez su cuerpo estaba siendo presionado contra una suave superficie, podía sentir el calor en la piel del otro cuerpo, se miraron a los ojos mientras Chaeyoung se abría paso en su interior y cerró los ojos deleitándose en la sensación, nunca se cansaría de ello.
Sus manos abrazaron la espalda de la coreana y sus cálidas respiraciones y suspiros volvían el momento más íntimo. Sólo eran Chaeyoung y Mina, nadie más.
Mina hace mucho le había entregado su cuerpo, ahora, tenía miedo y no estaba en una digna posición para hacerlo, pero sin darse cuenta también le había entregado su corazón.
Por eso cuando recibía las constantes embestidas que hacían su cuerpo temblar y retorcerse de placer, dijo algo que Chaeyoung no esperaba.
— te quiero Chaeyoungie — Chae hizo que se detuviera para observar con atención a la mayor. Agitada, dió un beso en la frente sudorosa de Mina y le contestó.
— yo también — después de pronunciar aquellas palabras, continuó dando fuertes estocadas que las hacían gemir de placer, con la única meta de llegar al límite.
— aah...C-Chaeyoung...ah — cada vez que Chaeyoung tocaba su punto g, sentía que iba al cielo y ningún lugar, ya que sólo se centraba en disfrutar hasta el más mínimo segundo.
La sensación de las penetradas en su punto, le daban una especie de oleadas incompresibles de placer por todo su cuerpo, ondas que al final se convertirían en un cosquilleo, indicándole que por fin habían llegado al límite.
Un sonido la alarmó desde la puerta principal, así que abrió sus ojos y vió a Yugyeom de pie en la sala con una maleta a su lado. Él estaba cruzándo los brazos.
— ¿Qué es todo este desastre? — se quejó él. Chaeyoung hizo una seña para que hiciera silencio y rápidamente miró a Mina que estaba dormida a su lado, abrazándola.
Yugyeom llevó una mano a su frente sin poder creerlo. ¿Por qué tenía la suerte de volver de sus viajes y encontrar a Chaeyoung con otra chica? ¡No!. Sólo era culpa de la descarada de su amiga/esposa.
Ni siquiera estaban vestidas. Así que cuando él entró, lo primero que vió fue el cuerpo de Chaeyoung y por sobre todo, el de una chica de piel blanca y cabello negro dándole la espalda, lo que más resaltaba de ella, era su trasero, parecía la piel de un bebé y también era muy blanco.
Dió un suspiro y miró el suelo, no podría pasar su maleta en medio de esa ropa tirada y las pinturas por todo lado, además, si dañaba alguna de las camisas de Chaeyoung, especialmente las Gucci, esta empezaría a reclamarle una y otra vez... No era su culpa que a veces a Chaeyoung le diera la loquera de dejar sus camisas tiradas.
— dejaré mi maleta aquí — avisó y Chaeyoung asintió. Él se encaminó al cuarto pero se detuvo y volvió a ver a Chaeyoung con curiosidad—.¿Esa es Mina? — susurró y señaló a la nipona dormida.
Chaeyoung asintió y Yugyeom le levantó los pulgares, lo que hizo reír a Chae en silencio, no quería despertar a Mina. Rato después Mina comenzó a tener frío, parte de su rostro y algunas partes de su cuerpo estaban cálidas porque estaba pegada a Chaeyoung, pero su espalda y la parte de atrás de sus piernas sentían el frío viento que se colaba por las ventanas, erizando su piel.
— tengo frío — le avisó a Chaeyoung y esta la miraba con una sonrisa como si fuera la cosa más hermosa en el mundo.
Ambas se sentaron en el sillón y mientras Mina bostezaba, vió una maleta en la sala, esta era de color blanco, pero también tenía un abrigo gris encima, un abrigo de chico, sus ojos se abrieron y señaló la maleta.
— ¿alguien más estuvo aquí? — le preguntó la mayor.
— mi "esposo" acaba de llegar — sonrió divertida—. Creo que es hora de que lo conozcas, y confirmes que entre nosotros no existe nada.
— Sí — aceptó Mina—. Pero igual te creí, no me hace falta verlo. Tú no eres de mentir— Chaeyoung dió una risa enseñándole los dientes y luego le robó un beso.
— ¡Never ever, ven aquí! — Chaeyoung llamó en grito con una risa maliciosa.
— ¡que no me llamo Never Ever! —escuchó la voz de él quejarse desde el cuarto.
Él iba a abrir la puerta del cuarto para venir a la sala cuando Mina se alarmó.
— ¡Chaeng, espera, estamos desnudas! — rápidamente Mina se levantó para buscar su ropa y ponérsela.
— es verdad...— Chaeyoung hizo una mueca—. ¡No vengas todavía, Mina se está vistiendo! — volvió a hablar fuerte.
Cuando se terminaron de vestir, Chaeyoung caminó al cuarto y abrió la puerta.
— ya puedes venir — escuchó Mina desde la sala, también escuchó leves murmullos de Chaeyoung y el chico hablando en la puerta del cuarto. No pasó mucho para divisar cuando ellos se acercaron a ella.
— Así que tú eres Mina— dijo él con una
sonrisa. Y luego fue a la cocina para traer tres copas de vino y la botella. Volvió a la sala y sirvió dos de las tres copas, pues Chaeyoung se negó.
Mina lo observó, era un chico elegante de cabello castaño, corto; Piel muy blanca y agradable, era un chico muy atractivo, con una sonrisa muy linda.
— mi nombre es Yugyeom — él hizo una breve reverencia y Mina también—. Bueno... — suspiró— . ¿Hay algo que quieras que te diga? Chaeyoung me dijo que estabas algo cohibida porque pensaste que sólo serías una aventura en su vida.
— ah bueno...— hubiera preferido que Chaeyoung se reservara aquello.
— sabes, si de verdad vas en serio con
Chaeyoung, me alegra mucho — él miró a la menor y le sonrió, luego sus ojos se posaron en Mina— Porque sí, es cierto que Chaeyoung traía a varias chicas...
El vino de Mina se fue por mal camino y comenzó a toser un poco. Chaeyoung le dió una mirada asesina a Yugyeom y él se encogió de hombros y rodó los ojos. No había terminado de hablar.
— traía a varias chicas con la esperanza de que alguna le hiciera caso — él rió y tomó un trago de vino—. Ella siempre fue en serio, pero ninguna quería nada serio con ella. –Yugyeom hizo un puchero mirando a Chaeyoung—. Pobre ChaeChae.
A estas alturas la cara de Chaeyoung era seria, cómo deseando ahorcar al chico.
— fuera de bromas — dijo Yugyeom y su expresión se volvió más seria—, de verdad me alegra que Chaeyoung te encontrara. Porque es muy difícil para nosotros conseguir a alguien ¿Sabes? Todos allá afuera piensan que ya tenemos nuestra vida hecha y por más que quisiéramos tener a una persona a nuestro lado, nadie se queda — una lágrima salió de su ojo deslizándose por su mejilla— . No se quedan porque para ellos nosotros ya tenemos un compromiso. Pero nadie sabe que esto es... Falso. Pero tampoco pueden saberlo, de lo contrario, arruinaría nuestras vidas — Yugyeom terminó su copa y la dejó en la mesa de sala—. Yo un día quisiera encontrar a alguien que no le importe, y que entienda mi situación. Por eso Myoui Mina... Si quieres dañar a Chaeyoung, me olvidaré que eres una chica, y yo mismo haré que pagues las consecuencias — amenazó.
Mina dió una breve sonrisa y cerró los ojos. ¿Con qué cara los iba a ver? Debía tomar una decisión.
— descuida — le contestó Mina también terminó su copa. Yugyeom se levantó y fue a su maleta para abrirla.
— casi lo olvido, Chaeyoung. Te traje lo que me pediste.
La cara de Chaeyoung quitó su seriedad en cuestión de segundos y la reemplazó por una de emoción mientras se acercaba a Yugyeom.
Él sacó un marco y Chaeyoung lo contempló. Mina bajó su mirada a sus manos, después de todo se sentía mal, muy mal. Tenía que hacer algo porque se estaba confundiendo mucho. No podía dejar ninguna de sus dos opciones por ahora. No quería, su mente estaba al límite en este momento.
La pelinegra escuchó los pasos descalzos de Chaeyoung hasta la pared de la sala. Mina curiosa, siguió el trayecto de la menor y la vió colgando el marco. La cabeza de Chaeyoung tapaba lo que estaba dentro del marco. Mina se levantó en silencio y se colocó al lado de Chaeyoung y cuando lo vió no pudo creerlo.
Era la foto de ella que Chaeyoung le había tomado en Jeju. Algo dentro de Mina se desplomó y miró a la menor sin poder creerlo ¿Porqué había hecho eso?
— creo que esta foto es digna de enmarcar — dijo Chaeyoung, su cara estaba seria, pero su voz tenía cierto grado de emoción. Giró su cuello y vió a Mina–. ¿Mina?
La extranjera miró el suelo y cerró los ojos.
— eres una idiota, Chaeyoung — le susurró.
Chaeyoung se quedó perpleja y quiso tocar el hombro de Mina para preguntarle qué pasaba, pero Myoui fue más rápida y se apartó.
— lo siento...yo, estoy confundida — dijo rápido y se marchó.
Chaeyoung la observó irse sin saber por qué.
Tu no eres idiota Son, la idiota soy yo...