- Selena Marie Gómez. - anunció el
director.
Mis padres me dedicaron una sonrisa y
con nervios me acerqué a que me dieran mi carton
Los profesores me tendieron la mano y yo me puse al lado de Hannah.
Poco a poco todos los alumnos fueron
uniéndose y yo sólo esperé con nervios
un nombre.
- Justin Drew Bieber.- Le vi subir mientras me miraba.
Me sentía rota en mil pedazos, esta última semana había sido complicada
había intentado por todos los medios
volver a hablar con él de manera desesperada, me negaba a aceptar que me hizo lo que tanto miedo tenía que me ocurriera.
Pero poco a poco la realidad cobraba
sentido y me llevaba a ser realista.
Desde entonces era como si me hubieran desgarrado por dentro. Estoy enamorada hasta las trancas de alguien que hace que me queme cada vez que me acerco un poco.
Soy una tonta por creerme todo, una
ingenua. Lo que daría por echar el tiempo a atrás acabar y haber acabado con esto.
Este año me he sentido como una muñeca de trapo que se pasaban de mano en mano, sin que a nadie le importarse mis sentimientos.
En casa todos los días había seguido una rutina voy a mi habitación me encierro, lloro y le doy mil vueltas a todo lo ocurrido mientras me repito a mi misma lo idiota que fui.
-¿Estás bien?- me preguntó Aiden a mi
otro lado. Negué con la cabeza
- No lo puedo soportar Aiden y no consigo que se me pase.
Se mordió el labio nervioso
- Selena te tengo que decir una cosa importante que creo que debes saber....
Todos comenzaron a quitarse los birretes y a tirarlos al aire y Aiden calló.
Cuando acabamos, nos dejaron tiempo
libre y yo me sentí atraída por un lugar.
Entré en la clase en la que había vivido
tantas cosas, cuando me senté con Justin el devaneo con Gavin, las escusas de Paul, las miradas de Aiden a Grace...
Empecé a sollozar sigilosamente, lo iba a echar mucho de menos.
Instintivamente miré el pupitre, nuestro pupitre. Ese sitio dónde había discutido, había reído, me había enamorado...
Hubo un carraspeo.
-No, fuera vete.
-Tenemos que hablar
-No tengo que hablar nada contigo, fuera.
-Porfavor
Esta vez me di la vuelta para mirarle a los ojos
- ¡Déjame de una maldita vez! ¡Deja de
hacerme daño! ¡Deja de acercarte a mí,
darme falsas esperanzas y tirarme a los
dos segundos!.- Calló y las lágrimas eran tantas que todo comenzó a ser algo borroso.-¿No te cansas de hacerme daño?¿De verme sufrir? Por favor hazlo solo por humanidad.
- Selena .-Aiden irrumpió en la habitación- De esto quiero hablarte
-¿Tú que tienes que ver con esto?.-
Tomó aire
-Se que me vas a odiar pero yo fui quien le dijo a Justin que fingiera que
sólo fuiste un polvo.- Mi sistema nervioso colapsó
-Aiden por que...tu no....no tiene sentido, solo le estás intentando tapar.
-Me acordé de tus palabras, cuando me
exigiste que te defendiera y te protegiera. Pensé que el echo de que te vieras envuelta en una relación a distancia no te haría disfrutar de tus años de universidad así que le dije a Justin que para no hacerte daño te dijera que sólo había sido un polvo
-¡Te pedi que me protegieras de los buitres de tus amigos no que controlaras mi vida ni tomaras decisiones que sólo yo puedo
decidir!.- Agachó la cabeza y asintió
- Cuando vi que el efecto que había tenido en ti era peor del que pensaba hablé con Justin y bueno aquí estoy. Se que ahora me odias pero solo lo hice por que te quiero y pensaba, que era lo mejor.
No pude hablar, asimilar este giro era
un shock, uno tras otro y parece que nos acaban.
- Los voy a dejar a solas, tienen que hablar de muchas cosas.
Me quedé sola con Justin y no sabía que
decirle.
-Se que estarás enfadada pero...
- ¡¿crees que no puedo tomar mis propias decisones?!
-¡Por su puesto que si! ¡¿Crees que para mi ha sido fácil, reprimir todos mis
sentimientos por ti y verte sufrir de esa
manera cuando lo único que quiero es
hacerte lo más feliz que pueda?!
-Justin no me voy a echar a tus brazos
cómo una tonta mientras te digo que eresmi príncipe azul.
-Y no quiero que lo hagas- se acerco un
poco más a mí.-Te he echo daño, lo sé y no te voy a pedir que olvides todo de un día para otro, solo, que porfavor me permitas ser para ti lo que me muero por ser.
-Esto no se arregla con dos palabras
bonitas ¿y su mañana vuelves a hacerme sufrir? ¿Y si otra vez estás fingiendo?
Me cogió la mano y la puso en su cara,
estaba ardiendo y después la llevo a su
corazón que latía frenético.
-Es la mayor prueba que puedo darte.- Dijo
-Pero te vas a Roma y yo a Harvard.
-Da igual, unos kilometros no me van a
alejar de ti.
Le abracé, con todo mi ser,toda mi alma y en sus brazos me derreti completamente
-Te quiero-me susurró.
Me quedé quieta con el corazón en un puño y la respiración entrecortada.
-Yo también- me salió instantáneamente
Fundió su boca con la mía en un beso
desesperado y apasionado.
Su mano se coló entre mi entrepierna
- ¿Despacio recuerdas?.- Dije
Asintió y con cierta pereza se separó.
Sus ojos me penetraron y su cercanía me encendió
-A la mierda-le besé y como si hubiera
desatado mi insitinto más profundo.
Rapidamente me quitó las bragas
- Justin espera- comenzó a besar mi cuello- aquí..ah..no es muy cómodo.
Me cogió y me subió a los que habían sido nuestros pupitres.
- Tu dejate llevar, no me digas que no te da morbo hacerlo en el colegio.
Con gran habilidad me desabrochó el
vestido que llevaba quedando en ropa
interior ante él.
Se puso de rodillas y no sabía que iba
a hacer hasta que posó su boca en mi
feminidad
Una descarga me inundó el
cuerpo
- Justin...ahí no está bien.
Pero antes de que pudiera acabar, localizó el clitoris y comenzó a subcionar.
-¡Ah, Dios mío me muero!
Me intenté agarrar a su pelo,intentando
sujetarme al mundo que poco a poco
parecía que iba a caerse.
-No sabes lo bien que sabes.
Siguió con la danza de su lengua sobre el clitoris que me hizo maldecir como en mi vida.
En el momento en el que introdujo dos
dedos creía que me iba a morir de placer.
-¡Justin!
Llegué al orgasmo rápidamente
-No...tenemos condón-conseguí jadear.
Cogió algo de dentro de su pupitre
- Siempre me llevaba uno a clase por si
acaso.
Puso los ojos en blanco y noté cómo se lo ponía. Sin previo aviso se hundió en mí y solté un gémido que habrían oído hasta en el salón de actos.
-Estás tan mojada, es delicioso.
Comenzó a moverse con delicadeza y
seguramente entré en el maldito cielo.
No quedaba nada de racionalidad en mi
cabeza, solo placer, invandiendo cada
maldito poro de mi ser. Me agarré a su
espalda en un intento de mantenerme
en este mundo por que esa sensación era gloriosa.
Aumentó el ritmo y en un par de minutos llegué al climax en el que unos fuegos artificiales me incendiaron y a los pocos segundos llegó el con un fuerte gruñido.
-Vas de inocente pero en el fondo eres una pequeña fiera.
-Que voy a decir tu me has hecho así-
sonrío y me dio un pequeño beso
-La primera vez que te dije pensé que
esa virgen sería mía pero lo que no
contemplaba es que al final yo sería suyo.
-Supongo que las cosas más maravillosas pasan de casualidad.-me dio otro beso
nos vestimos y volvimos a la celebración
Capitulo nuevo
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