— Myoui Mina... ¿y tu?
Chaeyoung estuvo a punto de responder pero fue interrumpida por la hermosa chica.
— Es broma — rió—, sé quién eres — Chaeyoung recordó que su nombre era público y sonrió — , muchas gracias Son, además de alguien poderosa, eres amable.
— No soy poderosa... — susurró—, por favor, dime Chaeyoung, no me gusta que me llamen por mi apellido, suele ser aburrido y algo confuso. Alguien grita "Son" y muchos en el trabajo volteamos a ver.
Mina dió una pequeña sonrisa, muy sexy ante los ojos de la más baja.
— Bueno con mi apellido no suele pasar eso —pasó una mano por su cabello mojado, llevándolo hacia un lado. Esta chica podría provocar a cualquiera fácilmente —, no son tantos con el apellido Myoui. De hecho, nunca he conocido a alguien más con mi apellido — sonrió
— ¿Y a qué te dedicas? Te ves joven... o ¿aún estudias?
— El año pasado terminé mis estudios — dijo mirando la ventana—. Soy informática — Mina apenas vió que la más baja le haría la pregunta que todos hacían, se tomó la libertad de adelantarse y responder—. En el campo de base de datos.
— Oh... ya veo — dió una mirada de reojo a la chica pelinegra mientras su vista se centraba en la calle —, por cierto, cuando estemos cerca de tu casa, ¿puedes guiarme?
— Sí, claro — Mina empezó a tararear la canción de la radio, poniendo en evidencia su hermosa voz.
— Wow, cantas hermoso — Chaeyoung estaba completamente asombrada. La voz de Mina era como escuchar la dulce voz de un ángel—, ¿has pensado en ser cantante?
La chica rió.
— Me lo han dicho muchas veces, aunque no estoy segura si sea verdad.
— ¿Estás bromeando? ¡Tu voz es magnífica!
— ¿Lo crees?— se mordió labio inferior mientras sonreía esperando una respuesta.
Chaeyoung simplemente no podía dejarlo pasar. ¡Tenía que hacer algo!
— ¿Te importaría que primero pasemos a mi casa?
— No tengo prisa. ¡Oh!, pero, si tú tienes que hacer algo, puedo bajarme aquí si quieres —Mina hizo ademán de irse colocando su mano en la manija del coche.
— ¿Y dejarte bajo esta lluvia? ¡Ni hablar! Ya que has mojado mi auto, has que valga la pena.
Mina miró hacia abajo, nerviosa por lo que sabía que tenía que hacer, algo que no podría evitar. Así que tomó un poco de aire.
— No te asustes si digo esto pero... —habló despacio, ganando la atención de la más baja, ya que esperaban que el semáforo pasara a verde —, eres muchísimo más atractiva en persona
— Me lo dicen mucho. Tanto hombres...—Chaeyoung hizo un gesto con su lengua—, como mujeres — sonrió de lado mientras miraba fijamente a la joven pelinegra a su lado—, si quieres... puedo prestarte algo de ropa, si sigues con eso por más tiempo enfermarás — sugirió, llevó su mano al muslo de la contraria y apretó levemente
Las oscuras pupilas de Mina vieron las manos de la joven empresaria sobre su pierna, para luego ver el rostro de la más baja que le hacía una obvia invitación.
Por alguna razón, eso hizo estremecer su cuerpo por completo. Era obvio.
Su mirada inconscientemente viajó hacia un lugar que le sorprendió por completo; ¡Esta mujer quería romperle el culo!
Nunca se había sentido tan acosada por otra mujer, y es que los penetrantes ojos de la baja eran como dos limpia ventanas.
¿En qué diablos se había metido?
— Espero que no sea una molestía para ti —Mina le dió una rápida sonrisa, aceptando la pequeña y callada invitación
— No, no. Por supuesto que no
Cuando el semáforo pasó a verde, Son quitó la mano de su pierna, dándole a Mina un fuerte alivio. Después, se dedicaron a "escuchar" la radio del auto. Ambas sumidas en sus propios pensamientos. Mina tenía sus manos puestas en su regazo y empezó a jugar un poco con ellas sintiéndose intranquila.
Myoui pudo apreciar mejor todo cuando entraron a la residencia de la joven empresaria. El lugar era demasiado lindo. Sin duda era una mujer de dinero, con varios edificios de apartamentos. Chaeyoung aparcó el auto y se bajaron.
Entraron al edificio directo al elevador, durante ese trayecto Mina no vió a nadie.
— Me gusta este lugar porque suele ser tranquilo, aunque es un poco solo —comentó Chaeyoung. Apretó el botón del piso número 5.
Cuando llegaron, la baja sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta de su apartamento.
— Pasa, por favor
Ambas se quitaron los zapatos y los dejaron al lado de la puerta. El pulso de Mina aumentó, estaba nerviosa.
¡Dios! Era la peor estafadora/ladrona de todas. No servía para esto.
— Permiso — hizo una breve reverencia—, que linda casa tienes.
— Ah, sí. Supongo que sí. Vamos, por allá está mi cuarto. — Chaeyoung hizo una seña para que la joven entrara primero, cuando Mina iba delante de ella, bajó un poco la mirada para observar como esos pantalones se pegaban a las piernas de la joven chica.
Aunque ahora veía detenidamente como ese mojado pantalón negro se adhería a los muslos de la joven, que estaban muy bien formados. Y ni hablar de su trasero, aunque era algo pequeño, estaba muy bien formado.
Por alguna extraña razón le encantaba.
— Nada mal... — susurró.
— Uhm ¿dijiste algo? — preguntó la pelinegra.
Decir que sentía la mirada de la otra era poco.
— No, nada — la coreana se adelantó en busca de una toalla para la mayor, también fue a su armario para buscar algo de ropa suya —. Toma. Esa pequeña caja, es de ropa interior, no preguntes por qué la tengo, está nueva, te la puedes quedar.
— B-Bueno, gracias — nerviosa, Mina fue al baño y cerró la puerta. Se quitó la polera y con la toalla se secó los brazos y el cabello. Aún no quería quitarse el pantalón, pero si no hacía nada, toda esta visita habría sido en vano.
Mina se quitó los pantalones, tomó la toalla para secarse las piernas y luego agarró el empaque que contenía la ropa interior que Son le había regalado. Sin darse cuenta ya se estaba mordiendo el labio inferior por la preocupación. Ahora todo lo que necesitaba era una excusa para salir así.
Se vió en el espejo frente al lavado pensando y tomó un fuerte respiro mientras la primera idea se cruzó por su mente.
Ya sé...
Cuando abrió la puerta del baño y observó la gran habitación, lo primero que vió fue a Chaeyoung sentada en la cama, como si estuviera esperando desde hace un rato.
Por supuesto que Chaeyoung apenas escuchó la puerta del baño de su cuarto abrirse, toda su atención fue a parar a la pelinegra que, para su sorpresa y dicha, sólo estaba con la ropa interior puesta.
Trató de no estar sorprendida por el espléndido cuerpo de la mayor, incluso sintió un poco de vergüenza hacia su propio cuerpo.
Chaeyoung tenía un buen cuerpo, pero no se ejercitaba tanto como la pelinegra porque le daba algo de pereza. En cambio, Mina, tenía su cuerpo trabajado...
Mina era... ¡Magnífica!
Chaeyoung observó cómo Mina se acercó a ella hasta quedar frente suyo.
— ¿Crees que estas bragas me quedan bien?
¡Dios, que estupidez!... ¿No se me podía ocurrir algo mejor? Que vergüenza.
— Ah... Sí, claro — casi balbucea, sorprendida por esa pregunta. Cerró los ojos y sacudió muy leve la cabeza para concentrarse, debía aprovechar la oportunidad. Rápidamente vió el cuerpo de Mina de abajo hacia arriba, hasta observar su rostro —, te quedan muy bien— hizo una pausa —. Aunque apuesto a que te verías mejor sin ellas.
Mina sonrió y se mojó los labios con la lengua, asegurándose que Son la viera.
— ¿Ah sí? tal vez tengas razón
— Estoy segura de ello — sonrió juguetona.
Seguidamente, Chaeyoung se puso de pie, quedando justo al frente de Mina, llevó su mano izquierda a la mejilla de la pelinegra y se acercó lentamente para besarla. Pudo observar como los ojos de la chica se cerraron esperando el beso.
Sus labios finalmente se conectaron en lo que pareció ser un beso lento, pero al contrario, Chaeyoung tomó el labio superior de Mina con mucha intensidad, succionó un poco su labio para dejarlo ir y abrió un poco los ojos para observar el rostro de Myoui.
En cuestión de segundos Mina puso sus manos en los hombros de la más baja mientras esta la tomaba de la cintura, juntando más sus cuerpos.
Mina pudo sentir la erección de Chaeyoung chocar contra su centro; no le pareció asqueroso, en lo absoluto, pero sí nuevo...
Nunca se imaginó en tal escena.
Sabía lo que tenía que hacer, pero su cuerpo no respondía como quería, con algo de dificultad seguía el intenso beso de Chaeyoung .
En un movimiento rápido, Son giró ocasionando que cayera a la cama, Mina abrió sus ojos sorprendida, sentía que no tenía el control y eso le aterraba.
La coreana pasó de besarla en la boca a ir lentamente por su cuello y hombros, besando y chupando toda la piel que encontraba, Chaeyoung pensó que Mina era muy limpia ya que su piel tenía un cierto aroma a jabón. Por otro lado, Mina sólo estiró su cuello dejando que la otra chupara y besara todo lo que quisiera, trató de cerrar los ojos dejándose llevar por la sensación, pero por más que quisiera, había algo en su interior diciéndole, gritándole que estaba mal, que no hiciera eso, que se detuviera
Haciendo lo contrario a lo que sentía, sus manos fueron a la camisa de Son, desabotonando lo más rápido que pudo, Chaeyoung la tiró lejos, seguidamente se quitó los pantalones quedando completamente desnuda.
Mina sintió algo parecido a la vergüenza, frente a su novio había estado desnuda y no le importaba, pero esta chica... Ella era una mujer. Y una desconocida también. Trató de evitar ver el miembro de la más baja, sabiendo que lo más probable era que, terminara muy dentro suyo.
Mina dió un suave jadeo al abrir sus ojos y ver a Chaeyoung encima suyo, quien comenzó a repartir besos húmedos por su abdomen bajando y bajando. Con una mano la coreana empezó a tocar el centro de Mina por sobre la tela de su ropa interior, inevitablemente en respuesta, sus bragas comenzaron a mojarse
Se sentía completamente mojada y su respiración no hizo más que aumentar. Cuando Chaeyoung colocó sus manos en sus bragas para quitarlas de una vez por todas, para dejar expuesta a la chica de tez blanca, Mina rápidamente llevó una mano a su muñeca, evitando que le quitara la prenda.
— ¡Detente! — pidió entre jadeos. Diablos, era una cobarde. No estaba lista — No puedo, lo siento
— ¿Hice algo que no te gustó? — preguntó Chaeyoung —, ¿Te sientes bien?
— Será mejor que me vaya — fue todo lo
que Mina dijo y se fue rápidamente al baño.
Chaeyoung se sentó en el borde de la cama, se quedó confundida y un poco indignada, su pene dolía por la falta de atención y su cuerpo había quedado con las ganas de poseer a la chica pelinegra de dulce aroma. Decepcionada por lo sucedido, miró su erección.
—Lo siento pequeño amigo... Hoy no podrás entrar a la casa de Mina — dijo por lo bajo.
— ¿Conseguiste hablar con ella? — preguntó Mark cuando vió a Mina en la puerta.
— Sí... Hablamos un poco, me llevó a su apartamento... —Mina caminó por la sala y Mark le seguía los pasos.
— ¿Y? ¿Lograste entablar algo? ¿tuviste relaciones con ella? — Mark esperaba una respuesta. Por otra parte, Mina sólo dió un fuerte respiro.
— Necesito tomar una ducha.
— Dime algo, Mina... ¿Te fue mal?— su tono de voz ahora era suave y tranquila.
— No pude... Yo — Mina lo encaró a los ojos, sus ojos estaban brillantes por el enojo a si misma, por no poder realizar algo simple —. A último momento sentí que no podía hacerlo. No era para nada como lo que siento cuando estoy contigo, lo siento Mark.
— ¿Podrás verla otra vez? — Mina miró la ropa que traía puesta y asintió.
— Ya sé cuál es su apartamento y tengo su ropa, será una buena excusa para verla de nuevo...
— No tienes que presionarte a hacerlo ya... —dijo Mark acariciando su mejilla — Ve a tu ritmo, sé que al principio puede ser algo difícil pero-...
— ¡No! — interrumpió Mina —, debo hacerlo pronto, perdí una buena oportunidad para entablar una relación con esa idiota. Entre más rápido haga esto mejor será para nosotros.
Mark asintió un poco preocupado por ver a su novia así, sin embargo, al mismo tiempo se sintió un poco molesto porque él había tenido que hacer eso muchas veces y lo había hecho por ambos, al menos, eso fue de lo que su novia lo convenció.
Mina se frotó el rostro mientras el agua caía por su cuerpo.
— No pude hacerlo bien... — se recriminó
Esa mujer solo quería sexo y ni siquiera eso pudo darle. Si quería que su plan marchara correctamente, debía dejar todos sus sentimientos y consciencia de lado.
Era una estúpida; era la primera vez que le tocaba hacer esa parte del trabajo. ¡Por supuesto que sería difícil! Aunque tal vez habría sido más fácil si se tratara de un chico, pero no, Son Chaeyoung tenía una preferencia por las mujeres, y encima, un pene del tamaño de una berenjena gigante.
— La próxima — dijo bajo —, a la próxima no perderé la oportunidad. Tendré a Son cómo una idiota.
Después de todo, lo hago por el dinero...