Con sabor a azúcar.

By catsdevil

136K 18.6K 16.8K

(Saiki Kusuo Fanfic) [Español/Spanish] Nishimura Hikaru ha cumplido dieciocho años y tiene una vida medianame... More

Prólogo.
Capítulo 1 (El principio de las consecuencias)
Capítulo 2 (Guía para pedir una cita)
Capítulo 3 (Los mellizos Nishimura)
Capítulo 4 (Cyborg Cider-man 2: El regreso)
Capítulo 5 (El suplicio del pasado)
Capítulo 6 (El sospechoso Saiki Kusuo)
Capítulo 7 (Dos pequeñas galaxias)
Capítulo 8 (Salida male sal)
Capítulo 9 (El extraño universo otaku)
Capítulo 10 (Todo empieza con la verdad)
Capítulo 12 (Inefable)
Capítulo 13 (Una dolorosa realidad)
Capítulo 14 (Son solo problemas intestinales)
Capítulo 15 (La calidez de tus lágrimas)
Capítulo 16 (El peor enemigo de un psíquico)
Capítulo 17 (Sufriendo la ignorasion y asiendo la morision)
Capítulo 18 (Todo es culpa de Toritsuka)
Capítulo 19 (La casamentera Teruhashi Kokomi)
Capítulo 20 (El sentimiento de estar enamorado)
Capítulo 21 (Las mentiras tienen patas cortas)
Capítulo 22 (Etérea felicidad)
Capítulo 23 (Solo seremos tú y yo)
Capítulo 24 (Al ritmo de tu corazón)
Capítulo 25 ("Amigos")
Capítulo 26 (Los demonios internos jamás se irán)
Capítulo 27 (Personas inoportunas)
Capítulo 28 (Adiós a lo viejo, hola a lo nuevo)
Capítulo 29 (Lo que callan los psíquicos)
Capítulo 30 (Efectos de medianoche)*
Capítulo 31 (La graduación)
Capítulo 32 (Típico de hermanos)
Capítulo 33 (Un miembro más de la familia)
Capítulo 34 (El retorno del pasado)
Capítulo 35 (Un peso menos de encima)
Capítulo 36 (Bajo la boca del diablo)*
Capítulo 37 (La perfecta cena familiar)
Capítulo 38 (El querer del destino)
Capítulo 39 (Después de la tormenta)
Capítulo 40 (No más secretos)
Capítulo 41 (El final de este cuento de hadas)
Capítulo 42 (Por y para siempre) [EPÍLOGO]

Capítulo 11 (La sorpresa que no fue sorpresa)

3.1K 491 615
By catsdevil


"...¿Y ahora qué?"

Un pesado suspiro se escapó de sus labios. Hikaru le dio una corta mirada al chico de cabello rosa que se encontraba sentado a su lado, ¿qué estaba tratando de hacer? Fuese lo que fuese, no estaba dando resultados, o al menos para ella era así.

—Sé que no sabes nada de chicas ni de parejas, pero... supongo... SUPONGO que si quieres llevar a alguien a una maldita cita debes... NO LO SÉ... ¿preguntar antes si quiere salir contigo? —la azabache miró seria, pero con una ceja alzada, a su compañero. Este solamente miraba sin expresión alguna hacia el horizonte

Yare yare...

—No estamos en una cita.

—Menos mal... porque hubiese sido una mierda de cita.

Era un día precioso; la temperatura de ambiente era perfecta-ni muy fría ni muy calurosa-, la gente en las calles estaba tranquila y no hacía mucho ruido. Por lo que una salida al parque no estaba tan mal, sin embargo, a Hikaru le hubiese gustado que Saiki, al menos, se hubiese tomado la molestia de AVISARLE mínimo una hora antes que iban a ir al parque. Literalmente el psíquico llegó a su casa, la encontró en pijamas, le dijo "nos vamos al parque" y se fue para esperarla en la entrada del hogar.

Hikaru tuvo que vestirse a la velocidad de la luz, no tuvo tiempo ni siquiera de maquillarse un poco. Prácticamente fue obligada a ir al parque por Kusuo. ¿La razón? No tenía ni la menor idea.

—Entonces... ¿Puedo preguntar por qué me trajiste aquí? Ah... ya sé. —Saiki la observó con una expresión que demostraba un poco de tensión y miedo—. Aquí debe estar alguna chica que te guste, así que para no parecer el acosador que eres me hiciste venir aquí para encontrarnos con esta chica por "casualidad", ¿no? No te preocupes, no es la primera vez que me encuentro con alguien que me guste de "casualidad", yo sé de estas cosas.

¿Y me llamas a mí acosador?

—No es eso.

—¿Entonces qué?

¿Realmente no te das cuenta que es tu cumpleaños?

—Averígualo por ti misma. Las horas que gastaste viendo la serie de Sherlock Holmes deben servir para algo.

—Uy que gracioso. Mira como me río jaja. —por supuesto, la azabache ni siquiera mostraba signos de diversión—. Bien, si no quieres decírmelo haré de cuenta que es una cita. Y como es una cita te extorsionaré y te manipularé para que me compres dulces.

—No puedes fingir que es una cita, no es como si yo te gustara.

—Por supuesto que no, no me gustan feos. —dijo Hikaru soltando luego una carcajada—. Es broma, bueno no. Es decir, no eres feo. Solo que ese peinado con ese color... no te favorece, ni tampoco esas gafas... ni esos broches... ni esa ropa. A mis ojos, necesitas un cambio de look URGENTE. Pero estoy segura que habrá alguna otaku furry que le guste tu estilo... ¡así que anímate, campeón!

¿Realmente luzco tan mal para ti?

—¿Y cómo es tu tipo?

Hikaru se llevó una mano a su pecho, luciendo falsamente sorprendida y preocupada. Después de ello, posó una mano en la espalda de Kusuo.

—Escucha, sé que te gusto y estás perdidamente enamorado de mi, pero no tienes por qué cambiar para que me gustes ¿ok? Tienes que ser tu mismo siempre, las personas tienen que quererte tal y como eres. —le dio unas palmaditas en la espalda mientras se aguantaba la risa—. Y debo admitirlo, me gustan los chicos malos, rudos-...

—Eso explica por qué te cae mejor Nendo.

—¡Oye! Nendo ni siquiera tiene pinta de chico malo. ¡Y mucho menos tiene personalidad de alguien rudo! Solo parece un malandro que te va a robar en cualquier momento, nada más. —acotó Hikaru, dándole un golpe en el brazo al psíquico—. Además, no tiene motocicleta ni usa chaqueta de cuero y tampoco me trata mal. Así que no.

—Yare yare... no estás viviendo en un fanfic.

—Saiki... tú y yo estamos en un fanfic...

Ah, es cierto.

—Bueno, que me desvío del tema. En pocas palabras, me gustan los típicos hijos de puta que fuman, tienen una motocicleta y son chicos rudos. —dijo ella, su voz tenía un tono hasta orgulloso. Saiki pensó que muchas cosas de lo que le gustaban a Hikaru, coincidía con su pasado.

—¿Por qué te gusta que te traten mal? No tiene sentido.

—Oh, Saiki... Si tú supieras...

El mencionado rodó los ojos.

—Eres una maldita sadomasoquista. Te golpearía, pero te gustará.

—Jódete, Saiki. Nunca dije que me gustara que cualquier tipo me pegue, solo los que yo autorizo. —no se notaba, pero la azabache se estaba divirtiendo muchísimo con la conversación.

—Supongo que a mí no me autorizarás.

—Jamás de los jamases.

Ambos se quedaron en un extraño silencio. El banco en el que estaban sentados les daba una vista completa del área de juegos para niños. Y se podía apreciar cómo los chiquillos correteaban, se tiraban por el tobogán, se columpiaban, entre otras. Hikaru se acomodó mejor en su lugar, sonriendo levemente de lado y mirando a Saiki.

—Bueno, ya que no me vas a decir por qué me trajiste aquí... me veo obligada a pedirte que me compres un helado.

—¿Y quién dijo que te lo compraría?

—Yo, la reina del universo. —habló ella divertida, parándose de su asiento para poder estirarse un poco—. Si me compras un helado te prometo hacerte unas gelatinas de café.

—¿Qué gusto quieres?

La tarde pasó prácticamente volando.

Hikaru y Kusuo realmente no supieron cómo terminaron en el centro comercial, mirando, criticando y comprando alguna que otra cosa, por supuesto que el psíquico terminó pagando todo. Aunque para su suerte, lo único que debió comprarle fue un helado y una pequeña barra de chocolate barato.

—No sé quien crees que soy, no tengo tanto dinero.

—Mi sugar daddy. Ahora cállate o no te mandaré fotos de gelatina de café.

—Pensé que ibas a decir-...

—Por lo que veo, lo único que te excita son las gelatinas de café. —respondió la joven, mientras le daba un mordisco a su chocolate y reía entre dientes.

Una vez que el sol empezó a esconderse, Saiki le dijo a Hikaru que era tiempo de que él la lleve a su casa. Ella le agradeció por ser tan caballero y empezaron a caminar. En un momento, la azabache se quedó parada de golpe, llamando la atención de Saiki. Este se puso a su lado y deslizó sus orbes hacia la dirección en la que ella miraba tan entretenida. Frunció ligeramente la frente cuando notó que ella tenía los ojos fijos en una panadería que aún no abría al público.

—¿Qué estás...?

—Aquí voy a trabajar la semana que viene. —habló la joven, ya volviendo a observar al menor—. Mandé mi currículum hace unos días y me aceptaron. Quiero empezar a ahorrar así me independizo de una vez por todas.

Saiki no dijo nada más, y parece que Hikaru agradeció eso. Ambos siguieron caminando en un profundo silencio agradable hacia la casa de la azabache. Una vez que llegaron a la entrada, la azabache miró con una sonrisa divertida a su acompañante.

—Bien, ¿cuál crees que debería ser mi cara cuando salgan todos a decirme 'feliz cumpleaños'? ¿Debería ser esta de: '¡Oh por Dios! ¡Esto no me lo esperaba!'? ¿O de 'Oh, gracias chicos. Yo sabía que me harían esto'?

Saiki literalmente quedó rígido en su sitio cuando la oyó. Todo este tiempo ella sabía que le iban a hacer una fiesta sorpresa, y él pensando que Hikaru ni siquiera se acordaba de su propio cumpleaños.

—Oh, vamos, no soy tan estúpida. Es obvio. Conozco a Kaido. Tú me llevaste sospechosamente al parque, ni siquiera me dijiste por qué, mi padre se comportaba más hiperactivo de lo normal, mi madre estaba mucho más seria... todo justo el día de mi cumpleaños. —habló ella con gracia, disfrutando de la expresión de sorpresa de Kusuo—. De todas formas, me gustó el gesto. Se tomaron el tiempo de hacerlo y es algo que aprecio muchísimo. Gracias.

Con eso último, la joven decidió abrir la puerta de su hogar, preparándose para sonar sorprendida. Así que, cuando apenas prendió la luz y la entrada se cerró detrás de ellos, sus amigos y algún que otro familiar salieron de sus escondites para gritar todos juntos '¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños, Hikaru!'.

Yare yare... hacer esto para que al final ella supiese todo.

Kusuo observó detenidamente cómo Hikaru se tomaba la molestia de agradecerle a todos por los regalos y dar algún que otro abrazo a sus familiares. Incluso abrazó a Kaido, quien apenas pudo decir palabra alguna luego de eso. El psíquico se preguntó internamente si recibiría un abrazo también, después de todo, él había hecho el mayor trabajo que fue haberla tenido ocupada y entretenida para que todos pudiesen prepararle la fiesta.

La noche, para sorpresa de Saiki y Nishimura, pasó extremadamente lenta. Había todo tipo de cosas: de karaoke hasta incluso competencia de bailes. La cumpleañera parecía estar divirtiéndose a tope, o bueno, eso le decían las carcajadas que salían de su boca. Kusuo simplemente se quedó sentado en la mesa de postres, comiendo normal. Realmente no tenía ganas de meterse en el círculo social de los amigos de Hikaru.

—Hey. Saiki, ¿no? —de repente, su burbuja de silencio y paz se vio interrumpida por la voz de una chica. El de cabello rosa supo quién era: Akane, la mejor amiga de la azabache.

El psíquico solo la miró vagamente, dándole a entender que tenía su atención.

—Quédate luego de las doce. Le haremos algo aparte a ella. Algo un poco más... íntimo con personas de confianza. También invité a Kaido. —dijo la pelirroja, posando una mano sobre su cadera. Sonaba bastante emocionada—. Sus padres se irán por otros asuntos y es sábado, así que haremos que esta noche valga la pena.

Y sin dejar que Saiki conteste o diga algo siquiera, Akane desapareció de su vista yendo nuevamente con su grupo de amigos. El psíquico alzó una ceja, le picaba la curiosidad de saber qué sería aquello.

***

Las doce en punto dieron finalmente y los invitados empezaban a retirarse de la fiesta. Kaido se había pegado por completo a Saiki, el de pelo azul se comía las uñas y temblaba ligeramente, estaba nervioso. Mientras que el psíquico solo se preparaba mentalmente para lo que sea que fuese lo de "algo más íntimo".

—¡Bien! ¡Qué bueno que se quedaron! —una vez que todos se habían ido (incluyendo a los padres de la azabache), Akane se reunió con ellos—. Vengan, todos iremos a la habitación de Hikaru.

Shun un poco más e hiperventilaba mientras iban hacia el cuarto.

Un momento... eso es...

—¡Pásame una cerveza, Kai-chan! —Azumi se sentó en el piso junto a Kaito. Este último sacaba con cuidado unas latas y botellas de alcohol de lo que parecía ser su bolso.

—No te excedas, Azumi. Esta vez sí te controlaré. —acotó Kaito receloso, pasándole una lata a su amigo a la vez que Azumi solo le restaba importancia al asunto diciendo que no era para tanto.

¿Realmente pueden tomar? Son menores de edad para beber.

—Oh, no te preocupes, Saiki. Hikaru y yo somos mayores de edad, como yo fui el que compró todo junto a mi primo seré el responsable de que nadie se exceda. —explicó Kaito, dándoles una sonrisa a los de segundo año, ya que había notado sus caras de preocupación y desconcierto—. Tomen una, no se ven de tomar alcohol así que no les daré nada fuerte ni nada por el estilo.

Cuando finalmente todos se pusieron en ronda, empezaron a hablar de cosas triviales (más triviales de lo que pensó Saiki). Los amigos de Hikaru eran muchísimo más responsables, tranquilos y amigables que los que contó el padre de ella. No hacían nada alocado, solo... algo muy leve.

No tiene buen sabor...

Saiki dejó la lata de cerveza cuando tomó un sorbo. No era horrible, pero tampoco era algo muy agradable. Prefirió dejarlo a un lado, al igual que Kaido, aunque apenas y lo probó.

"Sabe horrible... no entiendo como Nishimura-san puede tomar esto..." Pensaba Shun, mirando asombrado cómo la mencionada tomaba un largo trago de cerveza. "No importa, ¡me quedaré a su lado sin importar qué!"

No obstante, treinta minutos después, Kaido se quedó dormido en el suelo. Al parecer no estaba tan acostumbrado a quedar despierto hasta muy tarde. Hikaru se rió con ternura para después ponerle una manta encima así no agarraba frío.

—Oigan, ¿saben a quien vi la otra vez por el centro? Al innombrable. —dijo de golpe Azumi, haciendo una mueca de disgusto. A Kusuo le llamó la atención aquello—. Estaba comprando cigarrillos, también estaba acompañado de una chica. Tenía el pelo teñido de azul fantasía y unos tatuajes que... daban miedo...

Al parecer ellos saben que yo sé... No creo que Hikaru permita que sus amigos digan algo 'secreto' en frente de mí.

—Ugh, ni me lo menciones. No puedo creer que haya vuelto a la ciudad. —acotó Nishimura, poniendo los ojos en blanco—. Tengo muchas ganas de partirle la cara, pero no quiero tener conflictos con la policía. Ya suficiente le di una cachetada la otra vez que lo vi.

—Esos días han terminado, Hika-chan, recuérdalo. —Azumi le sonrió a la vez que ponía un mechón detrás de la oreja de su amiga.

—Sí... pero mi odio por él no ha terminado. Maldita sea, ¿ustedes pueden creer que vino a PEDIRME PERDÓN? ¡Estaba borracho! —la joven sonaba enfadada y asqueada.

—Me pregunto por qué volvió... ¿será por problemas familiares? —Kaito se veía preocupado.

—No lo sé y no me importa, solo que no me moleste. —Hikaru se tiró de espaldas al suelo, posando ambas manos detrás de su nuca.

La conversación siguió fluyendo hasta que dieron las cuatro de la mañana. A esa hora, los amigos de Hikaru decidieron irse a sus respectivas casas: Azumi vivía a una cuadra de la cumpleañera, así que no tuvo problema en irse solo. Kaito terminó por acompañar a Akane a su casa tomando un taxi así no estaban tanto tiempo por la calle a esas horas.

—Sé que vives bastante lejos, así que no tengo problema de que te quedes a dormir. —habló Hikaru, observando desde el espejo de su cuarto a Kusuo, quien se encontraba al lado de un durmiente Shun—. El que me preocupa es Kaido... su madre es bastante estricta, y no creo que le permita quedarse a dormir en la casa de una chica. Así que, me preguntaba si podías llevarlo en taxi. Seguro te inventarás una buena excusa cuando llegues.

El psíquico observó como ella le tendía unos billetes.

—Para el taxi. —aclaró ella al notar que el de pelo rosa se veía confundido. Este asintió y tomó el dinero—. ¿Sabes? Me sorprende que te hayas quedado, creía que te irías apenas terminara la fiesta.

Hikaru soltó una risita.

¿Debería darle su regalo ahora?

Saiki se levantó para poder quedar en frente de la joven, ella lo miró, esperando que recogiera a Kaido y se fuese. Pero para su total sorpresa, el chico sacó una bonita caja pequeña envuelta en papel de regalo. Hikaru quedó desconcertada.

—Oh, Saiki... no tienes por qué. Suficiente que hoy te hice gastar dinero en estupideces. —habló ella, tomando la cajita delicadamente, al ver que él no daría el brazo a torcer. Sonrió—. Gracias.

—De nad-...

Y antes de que pudiese acabar con su oración, Hikaru envolvió sus brazos alrededor de él. Saiki quedó sin moverse en su sitio, asombrado por las acciones de esta.

Unos segundos después, el psíquico correspondió el abrazo.

Feliz cumpleaños, Hikaru.

Continue Reading

You'll Also Like

36.5K 2.7K 29
Afrodita: te prometo regresar para que estemos juntos Shaka: te prometo cuidarte hasta que el regrese o hasta incluso después Una chica, dos chicos...
372K 24.3K 95
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
945 160 6
Cuando la empresa para la cual trabajaban quebró, Toji Fushiguro y Ryomen Sukuna se vieron desempleados. En lugar de guardar su última paga, decidier...
113K 9.1K 37
Inicio: 30 de Julio del 2021 Final: 30 de Junio del 2023 ╭──────────────────♡.°୭̥ │ ✐#1 saiki [11/01/23] │ ✐#1 aiura [29/11/22] │ ✐#1 psiquico [09/0...