Con sabor a azúcar.

By catsdevil

136K 18.6K 16.8K

(Saiki Kusuo Fanfic) [Español/Spanish] Nishimura Hikaru ha cumplido dieciocho años y tiene una vida medianame... More

Prólogo.
Capítulo 1 (El principio de las consecuencias)
Capítulo 2 (Guía para pedir una cita)
Capítulo 3 (Los mellizos Nishimura)
Capítulo 5 (El suplicio del pasado)
Capítulo 6 (El sospechoso Saiki Kusuo)
Capítulo 7 (Dos pequeñas galaxias)
Capítulo 8 (Salida male sal)
Capítulo 9 (El extraño universo otaku)
Capítulo 10 (Todo empieza con la verdad)
Capítulo 11 (La sorpresa que no fue sorpresa)
Capítulo 12 (Inefable)
Capítulo 13 (Una dolorosa realidad)
Capítulo 14 (Son solo problemas intestinales)
Capítulo 15 (La calidez de tus lágrimas)
Capítulo 16 (El peor enemigo de un psíquico)
Capítulo 17 (Sufriendo la ignorasion y asiendo la morision)
Capítulo 18 (Todo es culpa de Toritsuka)
Capítulo 19 (La casamentera Teruhashi Kokomi)
Capítulo 20 (El sentimiento de estar enamorado)
Capítulo 21 (Las mentiras tienen patas cortas)
Capítulo 22 (Etérea felicidad)
Capítulo 23 (Solo seremos tú y yo)
Capítulo 24 (Al ritmo de tu corazón)
Capítulo 25 ("Amigos")
Capítulo 26 (Los demonios internos jamás se irán)
Capítulo 27 (Personas inoportunas)
Capítulo 28 (Adiós a lo viejo, hola a lo nuevo)
Capítulo 29 (Lo que callan los psíquicos)
Capítulo 30 (Efectos de medianoche)*
Capítulo 31 (La graduación)
Capítulo 32 (Típico de hermanos)
Capítulo 33 (Un miembro más de la familia)
Capítulo 34 (El retorno del pasado)
Capítulo 35 (Un peso menos de encima)
Capítulo 36 (Bajo la boca del diablo)*
Capítulo 37 (La perfecta cena familiar)
Capítulo 38 (El querer del destino)
Capítulo 39 (Después de la tormenta)
Capítulo 40 (No más secretos)
Capítulo 41 (El final de este cuento de hadas)
Capítulo 42 (Por y para siempre) [EPÍLOGO]

Capítulo 4 (Cyborg Cider-man 2: El regreso)

4.1K 617 415
By catsdevil

ACLARACIÓN: Si el diálogo aparece en cursiva es porque Saiki le habló (telepáticamente) a la persona con la que entabló una conversación.

***

El exquisito y dulce sabor del postre se deslizó suavemente por su lengua, atravesando a su vez las papilas gustativas, dejando que su cuerpo se relajase ante el delicioso gusto de la gelatina de café. Saiki finalmente sintió que un peso había disminuido de su espalda. Después de unas feroces semanas, donde lo único que hacía era soportar los comentarios absurdos de Nendo y los intentos fallidos de Kaido para impresionar a Nishimura, finalmente logró tener un fin de semana para disfrutar de su propia soledad, paz y tranquilidad.

Nada puede arruinar este momento. Y se llevó una cucharada de gelatina a la boca, suspirando aliviado y alegre.

—¡Kuu-chan! —una voz aguda se oyó tras la puerta de su cuarto. Era una voz que él conocía perfectamente, pues la había estado oyendo desde que tenía memoria.

Kusuo gruñó para sus adentros al escuchar como la puerta se abría, dejando ver a Kurumi con su típica angelical sonrisa en el rostro.

—No.

Ni siquiera necesitaba que su madre lo dijese, puesto que ya lo sabía gracias a que podía leerle los pensamientos.

—No era una pregunta. —replicó su madre, sonriendo de manera tétrica, ocasionando que un aura oscura la rodease—. Era una orden.

Cierto... hay alguien más arriba de mi en la cadena alimenticia...

Y allí estaba, caminando de mala gana hacia la casa de su pequeño vecino: Iridatsu Yuuta. Un niño bastante carismático que terminó creyendo erróneamente que Saiki era el superhéroe que tanto admiraba en la televisión. Por lo que su madre le había contado, la mamá de Yuuta debía salir por unas horas para encargarse de unos asuntos importantes, y como no podía llevarse a su hijo con ella, le había preguntando a Kurumi si Saiki estaba disponible para cuidarlo a esas horas.

Por supuesto que no estaba disponible, pero no podía hacer nada contra su madre mientras viviese con ella bajo el mismo techo.

—Oh, Saiki. Gracias por venir y cuidar de mi pequeño Yuu-chan. —una apurada (pero feliz) mujer se vio en el umbral de la puerta de la casa arreglando torpemente su saco negro. El psíquico de pronto supo que iba a una importante reunión de trabajo.

—¿Eh? ¡Pero, si es Cyborg Cider-man No. 2! —chilló Yuuta, quien había permanecido valientemente detrás de las piernas de su progenitora, mirando con emoción a Saiki.

¿Sigues con eso?

—¡Bien! ¡Debo irme! Adiós, cariño. —la mujer le dio un pequeño beso en la frente a su hijo y le revolvió el cabello—. Adiós, Saiki. Gracias, otra vez, por cuidarlo. Espero no haberte molestado, ¡nos vemos más tarde!

Y con eso último, la mujer salió de la casa cerrando la puerta detrás de sí. El psíquico suspiró pesadamente; quería estar en su cuarto comiendo su gelatina de café. ¿Por qué siempre eventos desafortunados le tenían que pasar a él?

—¡Cyborg Cider-man No. 2, vamos! ¡Estás en la tele! —gritó Yuuta, tomando al mayor de la mano y guiándolo a la sala de estar para que pudiesen ver el programa que se transmitían en la televisión.

Con suerte solo se entretendrá con esa porquería y...

Antes de que ambos pudieran relajarse en el sofá completamente, el timbre de la casa sonó. Sobresaltando al niño y sorprendiendo a Kusuo ligeramente.

—¿Venían visitas a tu casa?

—Mamá no me ha dicho nada, así que no estoy seguro... ¡Wo! ¡Podría ser un enemigo! ¡Vamos, Cyborg Cider-man No. 2! ¡Lo derrotaremos juntos! —Yuuta se colgó de la espalda de Saiki, rodeando ambos bracitos en su cuello para aferrarse. El mayor solo suspiró pesadamente.

Tal vez solo sea el cartero...

Vaya sorpresa que se llevó Kusuo cuando abrió la puerta y vio a una conocida azabache con su típico rostro serio y molesto... rostro que se convirtió apenas en una expresión de sorpresa. La joven se veía sorprendida pero su ceño todavía estaba fruncido. Era una cosa increíble.

Esto no puede ser posible...

"¿Qué hace el teñido aquí? ¿Me habré equivocado? ¿Acaso se mudaron y yo no me enteré?" Pensó la muchacha, torciendo la boca.

—¡Hikaru-san! —gritó Yuuta, bajádose de la espalda de Saiki y abrazando con fuerza las piernas de la mencionada.

¿Acaso se conocen? "¿Acaso se conocen?" Ambos jóvenes estaban igual de sorprendidos.

—Hikaru-san, hace mucho que no te veía. ¿Qué haces aquí? Oh, ¡mira! Te quiero presentar a... ¡Cyborg Cider-man No. 2!

"Yuuta, cariño, creo que estarías necesitando unas gafas porque, definitivamente, el teñido y el Cyborg no se parecen en nada físicamente. Lo único que tienen en común es que ambos actúan como unos imbéciles." Pensó la azabache mientras entraba a la casa.

Es agradable verte a ti también

—Tenía que ir a comprar unos ingredientes para cocinar unos pasteles, y como recordé que tenía que ir por esta calle, pensé que podría pasar a saludar. —dijo ella, sonriendo levemente y dándole palmadas en la cabeza al menor—. Y lo conozco, pero... ¿por qué está-...?

—Solo lo estoy cuidando.

—¡Sí! Mamá se fue a una reunión en el trabajo. Era urgente, así que le pidió a mi vecino Cyborg Cider-man No. 2 que viniese a cuidarme. ¿No es genial? —acotó Yuuta, tironeando del abrigo de la joven—. ¡Ven con nosotros a mirar la televisión, por favor, Hikaru-san!

No necesitas que dos personas te cuiden. Si ella se queda, me iré.

—Me encantaría, Yuu-chan. Pero debo irme, debo preparar estos postres lo más rápido posible. —respondió Hikaru, agachándose un poco para poder ver mejor al pequeño.

El menor simplemente lanzó una queja en un tono bajo para después darle una expresión de tristeza. Eso alertó a la azabache, quien terminó por cambiar de opinión.

—Pero... puedo quedarme un rato y hacer los postres aquí. Hasta puedes ayudarme a prepararlos. —volvió a hablar Hikaru, sonriendo vencida y dándole un leve empujón a Yuuta en la frente con la punta de su dedo índice. Al niño se le iluminó la cara.

—¡Eso sería genial! ¡Cyborg Cider-man No. 2 y yo seremos los mejores ayudantes del mundo! —sin embargo, se dio cuenta de que el de cabello rosa ni siquiera estaba a su lado—. ¿Eh? ¿Cyborg Cider-man No. 2?

Debo irme. Tengo cosas que hacer.

"Vaya, se quedó sin comer gelatina de café." Pensó la joven, haciendo una mueca.

El videojuego que compré ayer puede esperar.

—¡Cyborg Cider-man! ¡Apareciste! ¿Dónde te habías ido? —Yuuta se lanzó a los brazos del psíquico.

Yare yare... Mas vale que el postre sea bueno.

"Este seguro es el que solo se queda por la comida en las fiestas..." Pensó Hikaru, poniendo los ojos en blanco.

¿Acaso eres psíquica?

—Bien. Tu madre tiene un delantal, ¿no? Iré a buscarlo, ustedes pueden ir sacando todos los ingredientes de la bolsa y ponerlos sobre la mesa. —avisó ella, una vez que los tres estuvieron en la espaciosa cocina, atándose el pelo y buscando en los cajones el dicho delantal.

Saiki miró a su vecino mientras obedecía.

—¿Puedo preguntar qué relación tienes con ella? Actúa como si estuviese en su casa...

—¿Mhm? Oh, ¡Hikaru-san es mi prima! —contestó el menor, sonriendo.

Kusuo observó a Yuuta algo desconcertado. ¿Qué era lo que hacía mal para encontrarse a Nishimura envuelta en todos los escenarios a los que iba?

—¡Lo encontré! Ahora que tenemos todo listo-...

—¡Mira, Hikaru-san! Hay un delantal extra, es mío, si solo pudiese...

En la alacena, se podía ver una especie de bulto azul que tenía una pequeña tirita sobresaliendo. Yuuta, sin pensarlo dos veces, se estiró lo más que pudo para alcanzarla. Y una vez que lo hizo, tiró con todas sus fuerzas sin importarle el hecho de que había algunas cosas encima. La física y la gravedad esta vez no estuvieron de su lado, puesto que apenas el bulto de ropa se movió, un filoso cuchillo cayó hacia abajo... en su dirección.

—¡Espera! —gritó Hikaru, que había estado ocupada atándose su delantal.

Para su fortuna, Saiki logró empujar al menor a un costado haciendo que el cuchillo quedara clavado en el suelo.

Yare yare... si yo no hubiese estado aquí...

—¿Sabes? Tengo una mejor idea... ¿Por qué ustedes dos no van a divertirse y a ver televisión? Mientras tanto yo voy a prepararles los postres... —habló la joven, sonriendo forzadamente mientras que empujaba a Yuuta y a Saiki para que se vayan hacia la sala de estar.

—¿Eh? Pero yo quiero ayudarte...

—¿Qué tal si yo me encargo de hacer los postres y tú te encargas de la parte más divertida? —cuestionó, recibiendo una mirada de interrogación por parte de su primo—. Dejaré que los decores.

Yuuta, ante esa respuesta, sonrió y asintió entusiasmado.

—¿Y Cyborg Cider-man No.2 también podrá decorarlo? —preguntó, mirando al de cabello rosa.

"No."

—Sí. Puede... —contestó, aunque su respuesta fue bastante insegura.

¿Dónde quedó tu sinceridad?

—¡Bien! ¡Entonces, vamos Cyborg Cider-Man No.2! —gritó el menor, tomando de la mano a su cuidador y arrastrándolo hacia la sala donde se encontraba el televisor.

Mas vale que esto sea rápido...

***

—¡Yuu-chan! ¡Saiki! Los postres están listos. —la voz de Hikaru se oyó firme desde el umbral, ocasionando que ambos mencionados dejen de hacer lo que estaban haciendo para caminar hacia la cocina.

Cuando llegaron, Kusuo no pudo evitar sonreír entusiasmado al ver toda la gran cantidad de postres que había sobre la mesa. Era el paraíso para él.

¿Por qué has hecho tantos postres?

—Pasado mañana se celebrará el cumpleaños de mi madre y me pidieron a mi que me encargue de los postres. Quiero tenerlos listos cuanto antes así puedo ocuparme de otras cosas porque, por alguna razón, mi padre decidió hacerle una fiesta sorpresa. —contestó la mayor, con simpleza.

Yuuta tomó un banco y lo puso en frente de la mesa, así podía pararse sobre el mismo y alcanzar perfectamente los postres.

—¡Wow! Se ven deliciosos, Hikaru-san. —acotó, mirando imprsionado toda la comida que se encontraba allí.

—Gracias. Ahora ten, he llenado varios con distintos colores así puedes dibujar con más diversión. —habló la joven, pasándole una de las mangas pasteleras—. Este de es de color blanco. Fíjate en los demás, hay rosa, azul...

—¿Y puedo dibujar lo que quiera? —preguntó el menor, a lo que su prima asintió tranquilamente—. ¡Genial!

Mientras Yuuta se emocionaba con decorar el pastel de chocolate que tenía en frente, Hikaru deslizó sus ojos para ver a Kusuo mirando con una extraña mirada a la gelatina de café que estaba apartada en un rincón.

—Lamento decirte que solo me alcanzó para uno. Así que tendrás que compartirlo con Yuu-chan. —comentó divertida la azabache, tomando el pequeño recipiente.

Era curioso porque el postre tenía la cara de Cyborg Cider-Man en ella.

—Yuu-chan. Ten. —habló Hikaru, extendiendo hacia el menor la cuchara con un pedazo de gelatina de café.

El mencionado soltó una pequeña risa y abrió la boca para probarlo, halagando luego su sabor haciendo sonreír a Nishimura.

—Oye, ¿en serio se lo vas a dar todo a él?

La joven se dio vuelta y tuvo que morderse la lengua para no reír al ver la expresión de ofensa y desagrado que Saiki tenía en el rostro.

—¿Tan desesperado estás por una mísera gelatina de café?

No trates así a la gelatina de café.

—Oh, vamos. Aguántante, ya debe estar por llegar mi tía. Apenas te vayas, cómprate uno y ya. —acotó la azabache, volviendo a tener su típica expresión seria, volviendo a poner su atención en su primo.

—No lo entenderías. Tus postres son...

Silencio.

—¿Qué? —Hikaru lo observó totalmente sorprendida. El psíquico se sintió avergonzado.

—...Nada.

—¿Estabas por decir que mis postres son-...?

—No.

—Oh, qué pena. Porque te iba a dar un poco, pero parece que se lo tendré que dar todo a-...

—Tus postres están... bien...

La mayor hizo una mueca que demostraba aburrimiento e insatisfacción.

—¿Qué dijiste? No te oigo.

—Que tus postres están... bien. —esta vez, Saiki lo dijo con más potencia.

—Vaya, creo que estoy teniendo problemas de audición. ¿Puedes repetirlo más fuerte? Tal vez vaya al doctor luego, no es normal escuchar tan bajo. —habló ella, con una pequeña sonrisa burlona.

Kusuo ya harto, tomó a la azabache de los hombros y se acercó a su rostro con una expresión que demostraba claramente su enojo.

Tus. Postres. Son. Deliciosos. —refunfuñó, sintiendo como tenía un tic en el ojo.

Yare yare... me acerqué demasiado... Espero que no piense nada-...

"Pero qué demonios, este malparido no tiene ningún grano y su piel está perfectamente cuidada. Lo peor es que seguro es un otaku de esos que no toca el agua ni por casualidad... Que envidia... No. No le envidio nada, ese pelo sí que no envidio en lo absoluto."

—Bien. Con eso me basta. Ahora, mantente alejado al menos tres metros de distancia o yo misma te haré retroceder con una patada. —amenazó Nishimura, dándole una mirada algo molesta.

Saiki se alejó, ya más tranquilo. Estuvo a punto de mover las manos para tomar el recipiente cuando vio que Hikaru extendía una cuchara hacia él.

¿Qué...?

—¿Acaso pensabas que te lo iba a dejar? Saiki, te comiste tres gelatinas de café esa vez en mi casa en menos de diez minutos. Si te lo doy es posible que no quede nada, y quiero que quede más para mi tía. Así que esta es la única forma de asegurarme que no te comerás todo. —explicó ella, frunciendo más el ceño.

El psíquico frunció las cejas e hizo un lado la cara.

—No seas infantil. Es esto o nada.

A regañadientes, Saiki se acercó con lentitud a la cuchara y terminó por darle una probada. E inevitablemente, una sonrisa de oreja a oreja se posó en su rostro cuando sintió el perfecto sabor en su boca. Estaba listo para probar más.

¡CLICK!

Claro, estaba tan concentrado en el sabor de la gelatina que no notó cuando otra presencia había arribado a la casa.

—¡No puede ser! Ustedes dos se veían tan adorables, no pude evitar tomarles una foto. —la madre de Yuuta (y tía de Hikaru) se encontraba en el umbral de la cocina, con una sonrisa y su móvil en las manos.

"No puedo creer que salí bien en una foto en la que yo no estaba preparada. Casi siempre salgo con cara de idiota..." Pensó la joven, mirando dicha fotografía.

Saliste sin ninguna expresión. ¿Tiene vida tu rostro siquiera?

—¡Mamá mira! ¡Dibujé a la tía y a Hikaru-san! —gritó Yuuta, sintiéndose orgulloso de su obra de arte.

Ambas están igual de feas.

—¡Me has dibujado enojada! —se quejó la joven al ver que su rostro tenía una expresión de enfado.

Siempre estás con esa cara. No sé qué es lo que te sorprende. —acotó Saiki, dándole unas cucharadas más a la gelatina de café por su cuenta.

—Cállate, al menos yo me baño. —regañó Hikaru, mirando mal a su compañero.

—No parece.

—Juro que si no deshaces esa maldita sonrisa en tu rostro yo misma te la borraré con mi puño.

Y por primera vez, Saiki se divirtió teniendo a Nishimura a su lado.

Continue Reading

You'll Also Like

373K 3.5K 9
El intercambio es una historia de amor entre dos profesionales de la salud, dos personas con ideales, pensamientos y culturas distintas, que se envue...
47.7K 2.4K 52
Desde que escuché el primer acorde de aquella melodía. Desde que entendí aquella frágil voz detrás de esa canción. Desde que te vi supe que serías: M...
1.2K 118 2
El amor es ilógico e incomprensible, pero se siente, se disfruta y corre por tus venas volviendote un adicto sin remedio. 𝘠𝘰𝘶 𝘨𝘰𝘵 𝘢 𝘧�...
67.3K 5K 23
Hawks no es ni de lejos tu héroe favorito pero por alguna casualidad terminaste trabajando en su agencia como su asistente, dónde pronto te diste cue...