EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, DO...

By CarlosMauriciojr

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Este libro forma parte de la saga Experimentos Los Orígenes pero no necesitas leer Inmunes para entenderla El... More

DEDICATORIA
Primera Parte
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Segunda Parte
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
Tercera Parte
23
24
25
26
27
28
29
30
Epilogo
NOTA DEL AUTOR
ELENCO

22

51 2 2
By CarlosMauriciojr

Connor

Mamí te va a cuidar.

Como odiaba escuchar esas cinco asquerosas palabras que mi dueña decía al momento que cruzaba por la puerta; la señal que captaba mi cuerpo para hacerme perder todo el control.

—¡Vamos, Príncipe! —deseaba tanto el poder escapar— ¡no pares! —Alejarme de esa horrible cara que solo me hacía tener pesadillas— ¡AHHHH! —. Pero no podía—. ¡Más! —Ella era quien tenía el control de mi.

Podía obligarme a sujetarla, quitarle la ropa, chupar su cuello, acariciar su espalda o incluso penetrarla al ritmo de una sensación que ni siquiera era natural. Besarla directamente en los labios era asqueroso. Su piel era demasiado arrugada y se sentía seca como sí estuviese dañada por algún tratamiento, pero eso no importaba porque ella lo disfrutaba.

Un profundo mar de pasión, placer y la lujuria, sin tener algún deseo por eliminarme.

Quizás esa sea la única ventaja que tenía.

Normalmente un Imperfecto se le tiene prohibido tener cualquier contacto indebido con un miembro del sexo Perfecto.

Incluso podía sentirme invisible porque no estaba violando ninguna regla.

—¡No pares! —pero no era así.

Todo ese supuesto "placer" era falso porque no era una persona sino un muñeco obligado por una miembro del sexo Perfecto a actuar hasta el instante que se iba.

—Nos vemos luego Príncipe —por fin.

La señal que me devolvía la movilidad.

—¡Ahhhh! —y los deseos de vomitar—, ¡Por Dios! —luego de haber tocado esa arrugada piel— ¡Arrggggg! — y sus asquerosas y sudadas lonjas—. ¡Que asco!

¡No se supone que los Imperfectos tenemos prohibido hacer un contaco con los Perfectos!

¡Yo siempre les fui leal!

¡Por qué me estaban torturando de esa forma!

Encerrándome en este reducido lugar y obligándome a perder el control de mi mismo cada vez que ese miembro me decía "Mami te va a cuidar".

¿Cuidar de qué?

¿Del vomito con el que manche la cama...?

¿...o del mareo que me causó toda esa adrenalina falsa?

¿Esta era la forma de tratar a un Imperfecto leal?

¿A alguien que nunca les hizo daño?

¿Separarlo de su familia y forzarlo a vivir así?

¿Solo?

Y obligado a permanecer en silencio mientras que el personal de limpieza entraba.

Ellos tenían la orden de no hablarme o dirigirme la mirada mientras que iniciaban su rutina, ya que para ellos era muy común ver tanto vomito o sangre.

—Hola Connor —nadie podía hacerlo a excepción de Melody— ¿Cómo te fue hoy? —porque ella tenía la obligación de mantenerme con salud.

—Solo quizo besos franceses.

—Me imaginó como se debió sentir.

—¿A qué te refieres?

—Él último Imperfecto tuvo que arrancar los botones de su camisa con sus dientes —Melody era uno de los pocos miembros del Sexo Perfecto que comprendía mi situación.

Cada vez que me solicitaba ella tenía que acudir diez minutos después junto al equipo de limpieza para así verificar mi salud; asegurarse de que no sufriera algún caso de sobre peso y darme constantemente medicinas para el rendimiento sexual.

—Veo que tienes mucha tensión.

—Oirla gritar es una completa pesadilla.

—Hay que tener cuidado. Para que se suba tu presión, déjame ver tu historial..., sí.

—Qué pasa.

—Hoy cumples seis meses aquí. Tu cuerpo no estaba acostumbrado a demasiada actividad sexual, así que debemos tomar las precauciones. ¿Haz tenido fatiga Últimamente?

—Soy un esclavo.

—Me refiero en tus sueños. ¿Haz soñado con algo extraño?

—La verdad no. De vez en cuando sueño que aun estoy en la arena, en el momento que veo a Nick escapar, antes de que cerrara mis ojos y terminara aqui.

—Aja. ¿Y has hecho algo nuevo?

—¿Qué cosa podría hacer?. No puedo salir de aquí y los Imperfectos solo tienen permitido traerme ropa limpia o comida.

—¿Y qué es lo que te han traído?

—Ensaladas, carnes blancas, malteadas, barras energéticas...

—Y por como veo te ha servido muy bien.

—Graciosa.

—No, es en serio. Se nota que las ensaladas han hecho su trabajo en tu físico.

—Mi dueña quiere que consuma la menor cantidad de calorías. A veces solo me da un par de manzanas.

—Todos los especialistas en la salud recomiendan eso para una vida sana, Connor.

—Preferiría el jugoso sabor de los huevos con tocino que prepara Padre todas las mañanas.

—El tocino y el huevo tienen mucho colesterol. Y sus grasas son muy dañinas.

—Pero saben deliciosos.

—Lo sé, Connor, pero uno se tiene que hacer sacrificios por la salud— Melody podía decirme cualquier mentira—. Lo mejor es acostumbrarse —Pero sus ojos delataban una profunda tristeza al ver el sufrimiento por el que estaba pasando—Pero sabes algo, hoy no creo que vaya a ser un mal día.

—¿Por qué?

—Te trajeron gelatina.

—¿Y eso qué?

—La gelatina es un elemento perfecto para la frustración.

—Y también uno de los pocos privilegios que tengo.

—Exacto. No prefieres comerla en vez de quejarte.

—¿En que me ayudaría?

—En animarte. Los postres siempre nos ayudan en los momentos más difíciles.

—Pero solo es gelatina.

—Sí. Una dulce gelatina, Connor.

No me sentía con deseos de comer.

Había besado a una boca con un muy asqueroso aliento.

—Vamos —pero era obvio que Melody me estaba tentando con lo único bueno a lo que tenía derecho—. Solo será un bocado, Connor —y como tal me tuve que dejarme llevar por la sorpresa.

Una pequeña facción del dulce sabor a limón bañando mi paladar

—¡Oh! —Un pequeño recuerdo que me condujo al momento en que veía las rebanas de pan tostado con mermelada.

Eso era una dulce sensación.

—¿Connor? —que trajo consigo un segundo efecto.

Todo comenzó a dar vueltas.

Sentí como sí no pudiera respirar.

—¡Connor! —mis pulmones me comenzaron a pesar, como sí tuviera un par de rocas —¡Connor! —y mi piel estaba caliente.

No podía respirar.

Shane

—Gracias —el Imperfecto no me mostró algún gesto de gratitud por mi educación —, eres muy amable —. Podía decirle cualquier halago mientras servía mi café; Incluso llamarlo por su nombre.

—¡Oye tu Jack! —pero él nunca lo valoraría mi consternación por culpa de Riley—. ¿A que hora estará listo mi pan?.

Todos los días era lo mismo.

Cualquier gesto que murmurase...,

...una simple gota de café cayendo sobre el delicado mantel...,

—¡Ahora! —... y sería su fin, como había sido el caso de todos los Imperfectos que solamente morían.

Una horrible pesadilla que contemplaba todos los días viendo a Jack, Adam, Barry o a cualquier Imperfecto al que Riley ganaba del Torneo de la vida. Seres humanos obligados a ocultar su tristeza a través del miedo de creer que ella los asesinaría por cualquier capricho que pasara por su mente.

¿Qué clase de "premio era eso"?

—¡Muévete! —Riley era toda una cretina, igual que mi madre.

Estos últimos seis meses, viviendo con ella, habían sido una completa pesadilla.

Verla todas las mañanas torturando a los Imperfectos que ganaba porque no estaba listo su desayuno o faltaba algo en su armario me hacía sentir deseos de gritarle porque esa era la misma forma que Marron solía hacerlo.

Arrojando les las cosas, criticando cualquier falta o solamente gritándoles cuando no encontraban el modo perfecto de por deshacerse de todo ese estrés.

Y no la culpaba.

Riley había estado muy delicada desde que Mireya comenzó a prepararla para adquirir el puesto del area de educación, un rango al que ella odiaba con todo su corazón. Al igual que estar viviendo en este reducido departamento o la noticia de que ya debía dar su primer servicio de maternidad.

Desde que se inició la división los miembros primarios del Sexo Perfecto decretaron que al cumplir los 21 años cada miembro del sexo Perfecto debía someterse a exámenes de fertilidad durante seis meses, para así asegurarse de que su aparato reproductor estuviese en un perfecto estado. Seis meses de pruebas más dos o tres de espera a los resultados finales y sí las pruebas resultaban ser positivas una miembro debe de brindar su vientre en tres lapsos distintos de su vida.

Esas también son conocidas como nuestras únicas oportunidades de ser Madres, siempre que tuviésemos edad para hacerlo y sea un miembro del Sexo Perfecto; en caso de que sea un primer servicio el miembro es colocado con un tutor que lo pueda criar, pero sí es un Imperfecto solo lo envían a vivir con una familia.

Muchas madres dan a luz a Imperfectos por eso la adopción es algo muy normal entre miembros del sexo Perfecto; y en lo personal era lo único que me alegraba de vivir aquí porque me garantizaba que yo no podía ser un descendiente biológico de Marron o de la verdadera fundadora de la división.

—Aquí esta su abrigo, señorita Wintinfield —sin embargo había otras cosas que podían conectarme con la felicidad.

—Gracias, Nick.

—No tiene que agradecerlo, recuerde que es mi trabajo —Nick era él único miembro que me hacía sentir algo de paz en esta prisión.

Al principio él me tenía miedo en dirigirme la mirada y no lo culpaba; el miedo era la herramienta básica de régimen para tenerlo dominado en un escenario donde todos los miembros del Sexo Imperfecto podían ser asesinados con una simple orden.

Bang...

—Idiota —como fue el caso de Jack.

El Imperfecto que ahora reposaba sobre un charco de sangre.

Los guardías se llevaron el cuerpo y un par de Imperfectos limpiaron el escenario; dos minutos después otro Imperfecto salió de la cocina con una taza nueva de café.

—Adecuado —por fortuna Nick no corría ese riesgo.

Él era el único Imperfecto al que Riley no podía atacar porque estaba bajo mi custodia. Eso hizo que me tuviera un poco más de confianza.

Ojala pudiera hacerlo lo mismo por los demás.

—Ya es hora de irnos —En cuanto tomé mi abrigo Nick me acompañó hasta la entrada del departamento con mi mochila y un paquete de comida.

—Por cierto Shane ¿Ya estas lista?

—¿Para qué?

—Hoy es el torneo de la vida, tonta. No te da emoción. —La verdad no—. Este mes me siento con suerte.

—Ojala pueda decir lo mismo.

—Y que lo digas. A veces no me imaginó como logras mantenerte sí nunca ganas nada.

—Gané un Imperfecto.

—Pero eso fue hace seis meses, como le haces sí siempre pierdes.

—Apuesto un millón por Imperfecto, de esa forma solo pierdo la mitad de mi dinero mensual.

—Es una patética forma de perder dinero, pero sí así eres feliz entonces adelante.

Otra vez sentí el deseo de partirle la cara.

Sí un miembro del Sexo Imperfecto agrede a un Perfecto su vida se iría a terminar pero yo era un miembro Perfecto.

¿Eso me daría alguna ventaja?.

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