Trainee | Jungkook |

By yonlee_

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Un Idol, una celebridad, una estrella... eso es lo que todo niño quiso en algún momento. Alcanzar los sueños... More

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By yonlee_

Al salir de la empresa me puse un tapaboca y con Mocca fuimos para tomar un taxi.

Sabía dónde quedaba al departamento de Jungkook pero nunca había ido.

Le dije el nombre del edicio al taxista y este se puso en marcha. De camino estaba diciéndole a mis unnies que iría a cenar con Yuta a un restaurante Japonés.

Al llegar pagué y miré el enorme edificio que tenía enfrente, con solo imaginar estar en la punta y al borde me dieron nauseas.

Guíe a Mocca hasta la recepción, el ya estaba olfateando el camino que tomábamos. Al llegar fui junto al recepciones.

«Le tengo que decir mi nombre? O uno inventado? Jungkook ya dijo que iba a venir?»

— Buenas noches, en que la ayudo — me sonrió el.

— Bueno, vengo junto a...—¿digo que vengo junto a Jungkook? — Jeon Jungkook — el suspiro

— Si es una fan más le aviso que se le puede poner orden de restricción, le pido amablemente que se retire.

— No soy una fans, soy una amiga — decidí sacarme el cubrebocas — No sé si le aviso que vendría, pero me llamo Saiko Misaki.

— Oh, ya la conozco — me sonrió otra vez — el joven me aviso que vendía, puede pasar — me señaló el ascensor y me dijo el número del piso y cuál era el número del apartamento.

— Muchas gracias — hice una reverencia.

— Perdóneme por mi equivocación — llamó a otro sujeto — deje que el la ayude con sus cosas.

No pude decir que no cuando ya me estaba sacando el bolsón de Mocca. Tomé a mi cachorro y seguí al joven.

Al estar en el ascensor me di cuenta que Jungkook eligió un apartamento lo más alto posible, esto nunca terminaba de subir.

— Es aquí — me dijo el muchacho saliendo del ascensor, caminamos un poco más y tocó la puerta del supuesto apartamento.

No tardo demasiado en que un Jungkook con cabello alborotado y con una sonrisa abriera la puerta. Pero su sonrisa fue remplaza por una cara fruncida al ver al joven.

—¿Quien eres? — le dijo el mientras le arrebataba el bolsón de Mocca.

— Me ayudó a venir hasta aquí — expliqué empujándolo hacia adentro — gracias por hacerlo — le sonreí al joven haciéndole una reverencia, él también me lo hizo.

Y con eso se fue.

—¿Por qué le sonreíste? — me preguntó cerrando la puerta detrás de él mientras yo me sacaba mis zapatos.

— Hola — le dije al fin dándole un beso en la mejilla. Ese acto hizo que su cara fruncida se relajara.

Me tomó de la mano y con la otra me sacó la correa de Mocca y nos guió adentro. Me fijé en su vestuario, descalzo, con un Jogger negro y una remera overzide también de color negro.

— Wow — susurré mirando el ventanal y la vista que tenía en esta.

— También dije eso cuando lo vi la primera vez — dijo el — el lugar es todo tuyo — Jungkook le sacó la correa a Mocca, dejándolo corretear y oler por todas partes.

Fui a la cocina y lo primero que encontré fué el arroz completamente negro.

— Que desperdició — hice un puchero al escuchar mi estómago.

Jungkook se sentó en la mesada que hacia la divisoria de la sala de estar con la cocina. El solo se quedó ahí mirándome.

—¿Te quedarás ahí? — pregunté girándome para hacer lo que debía hacer.

— Casi quemo todo hace unos minutos, creo que tengo que alejarme por ahora — dijo — además desde aquí te puedo ver mejor, es la primera vez que estás aquí y quiero guardar en mis recuerdos tu imagen en mi apartamento — agradecí no tenerlo de frente, en caso contrario vería como mis mejillas se ponían rosas.

Ignoré su comentario y la carga de su mirada sobre mí y empecé con mi tarea.

Jeon se quedó ahí mirándome detenidamente todo el tiempo que me tomo cocinar.

— ¿Me dices donde guardas tus platos? — le pedí.

El puso los platos y los cubiertos en su mesa, yo me encargué de llevar la comida. Una vez que estuvo lista el no espero ni un segundo en sentarse y servirse la comida.

— Hice lo que pude — dije mirando como se servía el Sundubu jjigae.

— Lo dices como si fuera la cosa más simple del mundo — me miro incrédulo llevándose el bocado a su boca saboreandolo — es lo mejor que he probado — dijo con sus ojos cerrados.

Lo dejé comer tranquilo, era como un niño comiendo su comida favorita en su máxima expresión.

Sus mejillas estaban completamente infladas en cada bocado.

— Quiero ver la foto — dijo.

— No — frunció el ceño cuando bloqueé mi celular y lo guardé. De todas formas él lo dejo pasar, se levanto y fue a una de las habitaciones un momento.

Segundos después volvió con un pequeño parlante, conectó el bluetooth con su celular dejando la música sonar.

Empecé a tararear la canción Hug. El me miro divertido, se limpio la boca y se levanto extendiéndome la mano.

—¿Qué? — lo miré divertida.

— Solo ven — pidió moviendo impaciente su mano.

Rodé lo ojos pero de todas formas acepté. Me estiró para levantarme de la silla.

— Siempre quise bailar contigo pero nunca tuvimos la oportunidad — confesó.

No conocía este lado de él.

— De verdad lo siento por no poder darte más que una cena en mi casa y un baile con un pequeño parlante en mi comedor — se disculpó.

Yo negué enseguida — lo elegimos así Jungkook-ah, y si está en la forma en la que podemos estar juntos yo lo acepto gustosa. Estoy bien de solo estar contigo.

— Lo arreglaremos, lo aremos de apoco, ellos tendrán que ir notando algunas cosas y lo aceptarán en su momento — en sus ojos había decisión.

No estaba del todo segura pero de todas formas asentí para poder tranquilizarlo.

Cuando la canción terminó le di un pico rápido.

Empezó a sonar Psycho de Red Velvet.

— No tienes pinta de ser un chico que tiene estas canciones en su playlist — confesé.

Empecé a reír cuando el empezó a bailar la canción demostrándome que sabía más que solo la letra.

—¿Donde está Mocca? — pregunté derrepente mirándome a mi alrededor.

— Vamos a ver — empezamos a inspeccionar habitacion por habitación mirando si no se había metido por ahí.

— Vives tu solo pero aquí hay habitaciones para cinco personas — me desesperaba.

— Exageras — dijo llegando a la última que era su habitación — puedes pasar — me dijo.

Dudé un poco pero al final entré inspeccionando lentamente.

No había nada fuera de lo normal. La vista que tenía desde aquí era tan buena como era la de la sala de estar.

— Cosa peluda — le dije a Mocca que estaba durmiendo como bolita en la cama enorme de Jungkook.

Cuando lo iba a sacar Jungkook me detuvo.

— Se ve muy cómodo, no lo despiertes — sonrió.

— La malcrías demasiado — el solo se encogió de hombros.

—¿Por qué no te quedas a dormir? —«¿eh?» — digo, ya es muy tarde y hasta Mocca ya se quedó dormida, no quiero que andas por la calle a estas horas, mucho menos sabiendo que podría haber alguien queriendo lastimarte— yo negué enseguida.

— Jungkook-ah, sabes lo que pasará si alguien me ve saliendo de aquí, ardería Troya de solo haber una foto mía en tu edificio — hizo un puchero.

— Llamaré a alguien para que te pase a buscar temprano, los del edificios tiene un contrato de confidencialidad también — decía como niño pequeño con un tono de voz que usan cuando tratan de convencer a sus padres de comprarles algo — por favor, quédate.

«Aish, ¿por qué tiene que mirarme como perrito?»

Prometo que si pasa algo yo lo soluciono — solté un suspiro.

— Está bien, pero me iré mañana temprano — dio un pequeño grito mientras aplaudía emocionado — pero no la acostumbrarás a dormir en la cama — señale a Mocca — asintió y salió unos segundos y luego volvió.

Puso unas mantas en el piso para luego tomar a Mocca delicadamente y ponerla en el piso.

«Sea con la chica que sea, será afortunada de tenerlo a él como el padre de sus hijos»

—¿Por qué me miras así? — sus palabras me trajeron a la tierra.

— No es nada — negué sonriéndole.

Me hice un señal para que volviera a esperar.

— Pensé que no usabas almohadas — le dije al verlo traer uno.

— Lo compré pensando en ti y que en algún momento podrías quedarte a dormir — sonrió y dejo la almohada en la cama y me pasó una remera — para que puedas dormir más cómoda.

Ese simple gesto me hizo sentir alargada.

Fui al baño para poder colocarme la remera color blanco, si a Jungkook le quedaba enorme, al ponérmela yo aún cabía otra perdona más.

Intenté no derretirme al oler su perfume por la remera.

Al salir no lo vi en la habitación, aproveché para ver la vista que tenía desde aquí. Desde tal altura no me preocupaba que alguien me viera.

De alguna forma te relajaba ver lo pequeño que era el mundo desde aquí arriba.

Giré de golpe al escuchar el ruido de una cámara. El sonreía enseñándome la foto.

A decir verdad me gustaba.

— Si no la publicas tú, la publicaré yo en algún momento — dijo mirando la foto — me gusta como te queda — me di cuenta que estaba analizando su ropa puesta en mi.

— Yah! — lo golpeé yendo a la cama y acostarme bajo las sábanas — no cierres las cortinas — le dije cuando vi que lo iba a hacer, me gustaba poder ver los edificios a lo lejos desde la cama.

Luego de apagar la luz, se acostó y nos arropó mejor.

Me acerqué a él para acostarme en su pecho, si, su perfume olía mejor cuando venía de él.

— Gracias por quedarte — me dio un beso en la cabeza.

Como respuesta lo abracé más fuerte. Me quedé dormida luego de unos segundos que él empezará a jugar con mi cabello.

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