Tengo más chances de caer en un pozo séptico, a ganarme la lotería con un buen día lleno de magníficas noticias. ¿Como es que no lo he pensado antes? Caer en los canales y perderme en las cloacas, es una gran idea estudiando detalladamente mi situación, bueno, todo me resulta una gran idea ahora.
*Coffe Check, no me hagas esto *
El mesero me observa con intriga al tiempo que toma una libreta y estampa la punta del bolígrafo listo para escribir la orden.
Me mira, lo mira, me mira, lo miro, me mira, lo miro, sonríe y me desmayo... bueno no literalmente.
Él extiende una gran sonrisa que me hacen imaginar a mariposas, aves y corazones al rededor suyo. No puedo evitar si ríe con todas esas cosas en mi cabeza, me escucho como una niña. Doy pena.
— Hola, Nick— moví los dedos para saludarlo— que novedad encontrarnos.
— Vaya que si.
— Trabajas aquí— lo digo para mi misma— es un buen café.
— Trabajo aquí hace un mes, creí que lo sabías, ¿No viniste este último jueves? — dice. Veo como intenta recordar con claridad—- Escuché ruidos en tu apartamento ¿todo bien anoche?.
Baja la libreta de ordenes y cambie de pie recargándose sobre el otro, me observa al tanto de la respuesta mientras que yo sólo me encierro en una burbuja y pienso en lo magnífico que le va el delantal que hace parte de su uniforme.
— ¿Ruidos?
—Sí— reitera —creo que tenían que ver algo con la puerta. — lo minimiza.
— Y le importa porque... — Guzmán se mete a la conversación, pero yo ni siquiera reacciono— ¿Tomará mi orden o no? —es increíble que haya olvidado su presencia.
Como ya lo dije; me encerré en una burbuja.
—Si por supuesto, disculpe —respondió — Dígame ¿Que ordenarán?
Guzmán le suelta un listado de comida mientras que Nick va escribiendo todo a tiempo récord, mi jefe cambia de opinión seguidas veces y Nick hace borrones sobre cada palabra. Que el director de una gran corporación se equivoque más de dos veces, deja muy mal a la entidad. No se da cuenta por que está disfrutando triturar a mi amigo.
Payaso
— Estará lista en un momento— nos avisa, toma las cartillas y abandona la mesa.
—Increíble — rompe el silencio—su abuela cree que no eres suficiente para él y su nieto solo es un simple mesero — enfatiza el empleo.
Eso no tiene porque importarle ya que no es su vida y no conoce a Nick. Parece querer saber todo lo que pasa; sin embargo debe aprender que no todos somos robots manipulados por un petulante como él.
— No veo la necesidad de sacar el tema, director Owens. Es mi vida personal y le agradecería no seguir con la conversación.— es difícil decirlo con respeto, juro que por poco le suelto unas palabritas por chismoso.
— Como diga— levanta las manos y deja el tema en el aire.
n expertocuando se trano tiene problema en dejar momentos incómodos y dejarme a mi como una mal educada, pero me siento en el derecho de no sentirme culpable porque este empezaba a relacionarse demasiado con mi vida privada.
Llega la orden y ni siquiera me molesto en darle un visto a la comida.
— Aquí tienen—llega Nick y coloca los pedidos sobre la mesa —Disfruten de la comida—se retira.
— Coma— me extiende los panqueques y él le da un mordisco a su sándwich.
— No tengo mucho apetito —lo devuelvo.
— Señorita Collen, no le he hecho ninguna pregunta-me mira con los dedos cruzados sobre la meza— dije que coma.
— Y yo le repito que no tengo apetito.
— Me importante poco eso debido a que no ha tomado desayuno—nuevamente me extiendo el plato de panqueques.
— Pare—me colma la paciencia— He dicho que no.
— Érika.
Me llama por mi nombre y le pone énfasis de amenaza, esto se va de mis manos así que no piensa en nada más que salir de el lugar.
— Provecho — dejo unos dólares junto a los panqueques y me retiro rápidamente.
* ¿Que acaba de pasar? ¿Quien demonios era el tipo que acabo de dejar? Ese no era el director Owens. Ese no era mi jefe*
Pasó unas calles más y me aseguro de estar lo más lejos posible.
*Nada es lo que parece*
Suena mi teléfono y lo tomo al tercer tono.
— Hola.
— ¿Érika, donde demonios te metiste? , Guzmán está por llegar y no encuentro ni rastros de ti —se escucha agitada.— ¿Se te hizo tarde o que?
—Dudó que esté por llegar— no hablo demasiado fuerte como para que ella lo escuche—¿Qué estás haciendo? Puedo escuchar tu acelerada respiración.
—Busco a Maica y no la encuentro, ya llevo casi todo el edificio, por cierto... ¿sabias que contabilidad tiene su propia máquina de helados? ¿Cómo demonios lo consiguieron?— prevé estar indignada.
— No tengo idea d e como lo consiguieron, si quieres aportar eso en tu piso, podrías hablar con Guzmán. — no soy buena con mi respuesta— y sobre Maica, por favor deja de correr y espera a que se reporte, no debe de estar muy lejos.
— Haré como que es normal tanto positivismo en ti— desconfía— Llega ya o te sancionarán por impuntual.
Es grandiosa metiendo presión a la gente, lástima que no temo mucho porque ya lo tengo resuelto.
— No iré a la corporación.
— ¿Peroo quee? —alarga las palabras—¿Por qué? ¿Estás enferma? ¿Es tu madre? ¿Acaso es Erick?— se preocupa.
—No, no es nada de eso, ellos están bien gracias por preocuparte.
—¿ Entonces qué es lo que pasa?
—No quiero ver a el director Owens hoy.
—Mierda — exclama— te pediría un mensaje de voz, pero no lo haré porque pasaré por tu apartamento a la salida.
Genial.
— No te preocupes— dice— Yo te cubro.
—Gracias Fabi —le mando un beso por la llama—Nos vemos después.
Ella también se despide y al final soy yo la que cuelga el teléfono.
Paseo por el apartamento y arréglelo los cojines antes de sentarme en el sofá. Mi móvil vuelve a sonar, pero esta vez lo hace por un mensaje de texto. Desbloqueo la pantalla y me meto a los chats, era Nick, había recibido un mensaje suyo.
Chat Nick
Nick: Estas bien? Te vi salir con prisa.
Yo:Estoy bien .
Nick:Segura?
Yo: sí.
Nick: Te parece un película en mi casa?
Yo:No lo sé...
Nick: Entonces en la tuya, yo llevo la comida.
Yo: Nick
Nick: Te veo a las 7:00 .
Ni siquiera me atrevo a negociar para otro día.
—Parece que hoy tengo planes — no puede evitarlo y medio sonrío porque Nick a hecho planes.
Sigo con una sonrisa y antes de olvidarlo me fijo en la hora porque he propuesto visitar hoy a mi madre.
El tiempo estaba bueno así que salí del apartamento y bajé por un taxi, le digo la dirección y en menos de lo que creo llegamos, no me había mudado demasiado lejos, tampoco estaba lista para volar demasiado lejos de casa, mi dependencia decía que aún no era la hora.
Llego y le pago al taxista lo acordado.
Mi campo de visión es invadido por Lía y las flores del jardín. Lía era una pequeña de 6 años. que mi madre cuida por las mañanas. No recuerdo exactamente quiénes son sus padre, pero creo que estos no están muy bien debido al poco tiempo que le brindan a La Niña, sus padres son maestros y los horarios casi siempre son complicados.
— Hola Lía— Pasó al césped y la saludo.
— Hola, Érika —me devuelve el saludo.
— ¿Como has estado? No te he visto en los últimos días ¿todo bien en casa?
— Ha estando magnífico los últimos días, gracias por preguntar.
Y ahí va su inocente sonrisa con hermosos hoyuelos.
—De nada. Por cierto, mi madre está en casa ¿verdad?— ella asiente.
—¿Y Erick?
— Me parece que ha salido hace poco.
—- Vale, guapa — sigo mi camino hacia la enterada— continúa jugando.
Voy hacia la casa y no toco la puerta debido a que esta se encontraba abierta, paso hacia el interior de la vivienda y me dedico a inspeccionar el lugar con la mirada.
— Mamá—la llamo, sin embargo no obtengo respuesta por parte de ella— ¡Mamá, estoy de visita!— vuelvo a llamar.
—¡Estoy arriba! —la escucho gritar desde el segundo piso.
— ¡Vale! —subo a la segunda planta y busco a mamá con la mirada, la encuentro en el balcón con una regadera en la manos. —¿ Alimentado a tus terceras hijas? — me acerco.
— Si. También me alegro de verte, hija—voltea hacia mí.
Hermosa mujer de ojos de ojos azule, tan bella y única, mi madre.
—Solo estuve ausentes algunos días —ruedo los ojos.
— Cinco para ser exacta— me enseña su vida palma con los cinco dedos arriba.
—Lo siento he estado ocupada desempacando me siento en una silla.
—No importa—imita mi acción— ¿Irás hoy verdad? —se refería a la cita con el vecino.
No estoy desesperada por lo de la cita debido a que no me enorgullece decir que ya he hecho esto, unas 3 veces.
—Sí mamá, iré.
—Por favor haz tu mejor esfuerzo, él es un chico muy guapo y sobre todo amable.
—¿Cómo lo sabes? apuesto a que ni siquiera lo conoces.
—No hace falta, Julia me ha hablado maravillas de él.
— Como digas.
Dejamos tema y practicamos sobre otras cosas, ningún tema en particular.
Me quedé a comer y después fui a mi apartamento porqué ya casi era la 12:50 pm y pues Fabiana dijo que iría, tomé un taxi y le dije la dirección.
Camino a casa suena mi móvil
— ¿Diga? — preguntó porque acabó d entonar la llamada sin ver de quien se trataba.
—Mañana la quiero aquí, señorita Collen.
*Mierda*
De que me quejo si ya se veía venir.
— Como usted diga, director Owens.
Aunque no estemos en la misma habitación, eso no quita que esté por tener un infarto debido a su tono autoritario, su voz tiene el trabajo de intimidar a cualquiera o en este caso al que él se proponga.
Ósea yo.
—Es tu puesto —cuelga.
— ¡Ya sé que es mi puesto!— gruño.
Guardo mi móvil en el bolso y paso mis manos a mi nuca, el dolor en el cuello no me está matando, pero cada vez se hace mas insoportable tener ahí. Quizá deba pensar seriamente en sacar una cita con un reumatólogo.
—Llegamos señorita—bajo del automóvil y le pago al taxista.
Subo a mi apartamento y al abrirse el ascensor veo a Fabiana en la puerta.
Me acerco a ella y antes de pasar ambas nos saludamos.
—Hola—beso su mejilla—¿llevas mucho esperando?
—No, acabo de llegar —saco la tarjeta de mi cartera y abro el apartamento.
Fabiana va hacia la sala en lo que yo voy por unas bebidas a la cocina, no tardó mucho por lo que vuelvo y ella está tomando asiento recién.
— ¿Qué tal ha estado el trabajo?—pregunto.
— Todo lo contrario a tus vacaciones, por supuesto.
— No estoy de vacaciones.
— Vale—cruza las piernas y pone la manía en la rodilla como una dama— Deja de evitar el tema y ve directo al grano.
No estoy evitando el tema.
Mi situación es tan simple como las matemáticas, ¿por qué razón habría de evitar decírselo?
— Mire esto— me señala su entrecejo— ¿Ve esto?— sigue enseñándome, peor no veo nada— esto es una señal de que estoy envejeciendo y tú aún no has dicho ni una palabra, suéltalo ya.
Ruedo los ojos y tomo haciendo para contarle todo con lujo y detalle, me tomo mi tiempo para hablarle sobre el extraño comportamiento de Guzmán en el desayuno, de Nick en el ascensor y el de su abuela también.
Fabiana es tan buena escuchando que juro no saber ni cómo lo hace, cuando ella me tiene alguna noticia nueva, tengo la mala manía de meterme en su diálogo y empezar a dar mi opinión sin ni siquiera saber toda la historia completa.
— Ha sido un pésimo día —lo resume— Vale, aquí va mi análisis—se detiene a tomar aire— No fuiste a la corporación solo para no ver a el director Owens, cada día te vuelves más loca por tu vecino, hey, tampoco es como si fuese un pecado eh porque he visto hasta película de esos romances entre vecino— se va un poco del tema— y para terminar —hace redoble de tambores imaginarios— La señora Henderson te detesta a morir.
Mi amiga es muy dramática y cada palabra que sale de sus labios llevaba una énfasis en los adjetivos más crudos y malvados.
—Es un buen resumen—mi rostro lo decía todo.
Claro que eso era justamente lo que había pasado, sin embargo, me ofende que ye haya exagerado con lo "cada día te vuelves más loca por tu vecino".
¿Por quien me toma esta chica?
— Como tu psicóloga sin sueldo opino que debes invertir en uno de verdad porque sinceramente la que va a continuar volviéndose loca seré yo.
— Podría hacer eso— pienso en tomarle la palabra— Diioos... — me paso las manos por toda la cara— ¿Sabes que es lo peor?.
Me observa con una mirada pensada.
—Ya que has tocado el tema del vecino, pues... digamos que hoy tengo una cita con un ex vecino guapetón, según mi madre.
— Diablos señorita —frunce el ceño.
—Ha sido mi madre, no sabes lo insistente que es.
— Ella solo quiere que tengas a alguien que se preocupe y cuide de ti — toma mi mano— pero si que se ha excedido con eso de planearte un cita con el vecino. — no aguanta y se ríe.
Pasamos tiempo charlando, hablando y confirmando uno que otro rumor sobre nuestros colegas, platicamos de trabajo, de nuestra vida privada, lo normal en una tarde de amigas.
Después de eso Fabiana se fue y yo me di una ducha para ir a la cena "cita".
Seco mi cabello, me pongo un jean azul oscuro, un polo blanco que decía "get out of me" -Aléjate de mi-,claro que era una indirecta.
Si no puedo llevar un paralizador conmigo, pues llevo una advertencia.
Veo mi teléfono y eran las 5:37, estuve navegando por Instagram y encontré una publicación de mi jefe.
*Rayos... ¿porqué lo sigo?*
Deje de seguir su cuenta y esta me apareció "privada".Sin darme cuenta ya solo faltaban 10 minutos, salí de mi apartamento, tomé un taxi y me dirigí hacía el centro de encuentro.
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Creo que todo saldrá bien.
Mis ojos revisan todo el area y dan el objetivo del día; el vecino.
No me fue muy difícil reconocer a aquel ejemplar chico de cabello tipo brócoli. Él también llevaba algo sencillo, nada llamativo ni formal, justo lo que tenía en mente.
—No te preocupes acabo de llega— sonríe.
Tomo asiento frente a él, creo que he olvídalo lo difícil que es el contacto visual en las citas.
—Entonces .. también te obligaron a venir?
—¿Qué?.
* No me digan que él sí quiere algo serio*
—Mmm yo.. me refiero a la cena—dije nerviosa.
—Oh—asintió entendiendo—sí, mi madre cree que debería salir, y aquí estoy —dice rendido.
—Y si— me hace reír.
— Entonces brindemos por el control que tiene nuestras madres sobre nosotros a pesar de que ya casi vamos por los 25. —levanta su copa.
Aunque en mi caso sean los "24" no quise arruinar el momento y por lo tanto imité su acción y también elevé mi copa de vino,
—Salud—estábamos por hacer el «clin clin» cuando de pronto escucho su voz.
—Gran forma de perder el tiempo Collen...
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