—Pero que... mierda.— El corazón casi se le detuvo al oír aquella noticia. Jamás pensó que eso le pasaría a ella.
Dejó todos los papeles sobre el escritorio de la recepción y fue acelerado al hospital en el que internaron de urgencia a la chica de cabello chocolate.
Habían pasado alrededor cuatro días, la castaña se había estabilizado gracias al intensivo cuidado de las enfermeras. Finalmente despertó, al abrir sus ojos lo primero que notó fue su brazo vendado y varios cables rodeándola.
No había nadie en su cuarto, salvo la enfermera que cambiaba el suero.
Volteó a ver hacia la ventana, y sus ojos se centraron directamente en un arreglo floral, no, eran dos... ¿Tres? Con la vista revisó en toda la habitación, eran cuatro, cuatro arreglos florales muy elegantes repartidos en su habitación.
—Buenas tardes...— La enfermera agarró la carpeta con los papeles de la castaña, revisándolos. —Uraraka Ochako-san, ¿Recuerda lo que le sucedió?
—S-sí... lo recuerdo.— La castaña asintió.
—Excelente, en estos momentos se encuentra estable, pero favor no haga esfuerzos, estuvo a punto de perder su brazo, así que debe descansar. Por cierto, su novio se quedó con usted los primeros dos días, me dijo que no comentara nada pero... — Ella se cubrió la boca para no reír. —Me pareció tan tierno. También trajo las flores para usted.— Al escuchar eso, la castaña quedó y un poco asustada. ¿Estaban hablando del mismo Katsuki? ¿En serio? Además ella dijo "novio" y eso le repugnó aún más a la chica de chocolate. Un momento, ¿cómo que hablaba de Katsuki?
—Ya veo, muchas gr...— Uraraka no pudo seguir hablando, pues un fuerte dolor invadió su brazo, haciéndola soltar un quejido.
Oh, claro, las consecuencias de su imprudencia se hacían notar.