Fuerzas Opuestas.

By Gathergerd

3.5K 491 77

En las tierras de Arium, diferentes seres conviven en paz y armonía... ¡O eso quizás fue en el pasado! ... More

Fuerzas Opuestas
Mapa.
🍃Capítulo 1.🍃
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
♛SEGUNDA PARTE♛
Capítulo 17.
Capítulo 18.

Capítulo 13.

141 21 0
By Gathergerd

     La pelea interna parecía haber acabado cuando volvieron a reencontrarse debajo de la colina. Los tres estuvieron de acuerdo en que si quieren realmente lograr su objetivo principal, iban a tener que empezar por dejar de lado las rivalidades y las discusiones. Es así que se organizaron para cumplir con tres reglas esenciales: Nada de chistes despectivos hacia los elfos, evitar en lo posible peleas internas, y, el extra de Cian, ser más amables entre ellos. Aceptando la realidad del asunto, sienten el fresco viento azotar contra la copa de los árboles. Las temperaturas solían bajar desmedidamente durante el atardecer, y no era para nada sorprendente que aún siendo época de calor, necesitaran un lugar cálido para pasar la noche. Es entonces que emprenden viaje hacia el hogar de Rumshum, el cual no estaba lejos de la ciudad.

     Al llegar allí, se encuentran con una casa de piedras blancas y dos pisos, siendo más alta que ancha en cuanto a la construcción. En la mente de Eleonora, aquel hogar era casi del mismo tamaño que una torre. Unos pequeños arbustos siguen el sendero que finaliza en una escalera de madera, directo hacia la entrada principal. La casa se ve bastante cuidada en el exterior a pesar de ser notoria la cantidad de años que tiene.

     Los tres entran al lugar y Rumshum enciende un par de velas para iluminar el interior. Una sala principal alfombrada, con un sofá oscuro y una mesa del lado izquierdo, junto a unas repisas repletas de cervezas y latas con comida. Algunas colillas de cigarrillos están tiradas sobre el suelo, y varios de ellas se acumulan en la escalera que lleva al segundo piso. El humano les explica a ambas que ganó la casa en una subasta y es bastante cómoda para él, a pesar de no tener una cocina ni luces.

     Eleonora decide ir a darse una ducha mientras sus compañeros van a buscar ramas para armar una fogata y cocinar algo. Subiendo al segundo piso, sostiene un recipiente de cristal con una vela encendida, teniendo sumo cuidado de no tropezarse y terminar, en el peor de los casos, incendiando la casa. Y ya siendo el fuego uno de sus pensamientos más remotos, no quería ampliarlo a una segunda trauma. Al terminar de subir se encuentra con un estrecho pasillo, donde se aprecian dos puertas enfrentadas: el baño y el dormitorio. Sin saber cuál de las dos es la correcta, abre una de ellas y se encuentra directamente con la habitación de su Rumshum. Un fuerte olor a humedad se abalanza sobre ella e invade sus fosas nasales, que la hace estornudar.

Eleonora: Parece que no ha limpiado este lado en años... —habla para sí misma.

     La curiosidad le invade hasta el punto en el que decide echarle un ojo a lo que sea que hubiese allí. Puede ver una cama de dos plazas junto muebles llenos de cajas cerradas. Recordando el sombrero de piel de elfo, piensa que lo mejor sería no tocar ninguna de ellas. No obstante, un escritorio frente a la ventana llama su atención, el cual tiene un cuaderno de notas encima. Parece que tiene bastantes años, ya que a pesar de su tapa de cuero, las puntas del mismo están desgastadas y sus hojas se ven amarillas. Al acercarse disimuladamente, lee su título bordado:

''Diario de caza, Herg Rumshum''

     Le parecía común que un cazavampiros como él tuviese un vestigio de sus aventuras, pero aquel nombre comenzaba a serle sospechoso. A punto de ver el interior del mismo, oye la puerta de la casa abrirse, y se apresura en dejarlo donde estaba. Sale de la habitación e ingresa al baño, con ahora un nuevo dato sobre su compañero.

     Armando una fogata, Cian se sienta en el suelo y ve una fila de hormigas avanzar en fila. Una de ellas se desvía y sube a uno de sus dedos, la cual observa con detenimiento. Ya estaba anocheciendo y tenían un par de latas de pescado abiertas, listas para calentar en el fuego.

Cian: Entonces, a lo que iba. Debemos practicar.

Rumshum: ¿Cómo ser aplastados? —pregunta encendiendo el fuego con un par de ramas—. Dudo que podamos ganarle.

Cian: Estoy segura de que sí podemos, solo no nos hemos preparado lo suficiente —insiste dejando el insecto a un lado—. No nos dejemos llevar tanto por lo que sucedió.

Eleonora: Vamos a entrenar...y a volvernos más fuertes.

Rumshum: Esto es una misión suicida -sentencia logrando un par de chispas, colocando las ramas sobre la fogata para incentivar el fuego-. Pero es mejor a que esperar ver la Gran Ciudad destruirse, y no haber hecho nada al respecto. Esta casa me costó un mar de ahorros.

     Las pequeñas llamas se intensifican sobre las ramas agrupadas, rodeándolos de un reconfortante calor, a medida que el sol cae del cielo. El humano pone en una olla profunda los pescados triturados y la coloca sobre la fogata, esperando a que estén cocidos. No había sido el mejor día de sus vidas, y la falta de ideas les carcomía, así que se encontraban lo suficientemente cansados como para no buscar temas de conversación. Pasan ocho minutos en claro silencio, hasta que uno de ellos decide seguir hablando:

Cian: Estoy segura de que los tres tenemos una fuerza increíble que aún desconocemos. Seguro que tarde o temprano saldrá de nosotros y seremos igual de fuertes que él.

Rumshum: Cian, ¿Eres capaz de arriesgar tu vida?

Cian: Mi única misión aquí es eliminar a los demonios —admite—. Preferiría morir intentando asesinarle, que hacerlo por una atrocidad que cause en alguna ciudad, o algo de las tantas cosas que parece haber hecho. Y sería horrible para mí morir en mi propia comodidad, más si estoy comiendo conejo asado —termina sus palabras con algo de preocupación, al imaginarse aquella escena en su mente.

Rumshum: ¿Por qué precisamente comiendo conejo asado...?

Cian: Creo que a nadie le gustaría morir disfrutando de su comida favorita —responde encogiéndose de hombros.

     <<Mi única misión aquí es eliminar a los demonios>> es la frase que se graba en la cabeza de Eleonora, y le estremece, existiendo aquel secreto que solo ella y en cierta parte Rumshum saben. Con algo más de valentía, pregunta:

Eleonora: ¿Y Dios te ha encargado eso?

Cian: ¿Eh?

Eleonora: Me refiero, si aquella misión te la ha encomendado Dios. O es...algún tipo de meta personal.

Cian: ¡Ah!, bueno...en realidad...

Rumshum: ¿Dios no existe? —interrumpe.

Eleonora: Si no existiera, ella tampoco existiría, idiota.

Rumshum: Buen punto.

     La rubia tose un poco para llamar nuevamente su atención.

Cian: Yo no estaba en la jerarquía disponible para verlo en persona.

Eleonora: ¿Jerarquía?

Cian: Sí, los ángeles estamos divididos en "jerarquías", o mejor llamado Coros. Los que tienen el más alto, los llamados Serafines, son aquellos que están en comunicación directa con Dios, algo así como sus compañeros cercanos. Son seres muy perfectos, de vibraciones altísimas y seis alas. Pero por otro lado, tanto yo como muchos más, solo éramos ángeles comunes y corrientes. Aun que claro, ahora ni siquiera soy eso —se lamenta en un murmuro.

Rumshum: ¿Entonces?

Cian: Uno de los ángeles de mayor jerarquía que yo, me habló cuando fui expulsada del cielo. Me dijo que tenía un mensaje para mí, de parte de Dios. Ese era que debía cumplir con mi misión, si quería tener una segunda oportunidad.

Eleonora: ¿Y también te dijo lo de Favio?

     En respuesta, asiente. Rumshum resopla, apoyando su espalda sobre la pared exterior.

Rumshum: ¿Y qué hay de esa persona de la que te enamoraste?

Eleonora: Creo que estamos haciendo muchas preguntas...

Cian: ¡No, no! Para nada —responde en una sonrisa—. La persona de la que me enamoré se llamaba Alexander, era un humano...pero él murió hace años.

     Su expresión seria les hace entender que no se trata de ningún chiste.

Cian: Él era un simple campesino —prosigue— trabajaba en una granja y se encargaba de las cosechas. Mientras viajaba a la deriva viendo Arium, lo conocí, hablamos, el tiempo pasó y...realmente tocó en lo más profundo de mi corazón —espeta llevando una mano a su pecho—. Su sonrisa, su mirada y su forma de expresarse...nunca había visto a alguien tan perfecto, siendo un ser lleno de errores e imperfecto.

Eleonora: Eso es muy bonito...

     Para Eleonora, se le hacía extraño la idea del amor, nunca había intentado buscar la atención de uno de los elfos, o de otro ser que hubiese conocido a lo largo de su vida, y no se encontraba interesada en ello. Desde pequeña creía que sentimientos como ese solo aplicaban a padres con hijos y que llevaban muchos años juntos, pero Cian comenzaba a darle una nueva perspectiva, que expandía sus horizontes. Un amor más espontáneo, intenso y dramático, que cualquiera podría llegar a experimentar. Por otro lado, Rumshum gruñe fastidiado con la explicación de Cian. Notando que la comida está lista, la sirve en un par de platos, y los reparte para cada uno. El humeante pescado cocido huele delicioso para cualquiera que hubiese pasado horas sin comer luego de una ardua pelea, y ese era el caso de los tres.

Rumshum: No debiste enamorarte en primer lugar.

Cian: Sí, quizás... —dice en un tono apagado, viendo el pescado sin probarlo.

Eleonora: ¡Eh!, cambiemos de tema a algo más...animado, ¿Sí? —salta para cortar abruptamente la conversación, que comenzaba a ir en descenso—. ¿A dónde vamos a entrenar?

Rumshum: No sé —responde comiendo de su plato—. Pero no me gusta que vaguemos por bosques y lugares salvajes todo el tiempo.

Eleonora: Bien. ¿Qué propones, Cian?

Cian: Hm....tiene que haber algún sitio para practicar pelea, algún centro de entrenamiento.

Runshum: ¿Alguna torre de entrenamiento o mazmorra? —opina probando el pescado. Habla con la boca llena—. Aun que...tardaríamos mucho.

Cian: Sigue siendo mejor que luchar contra ogros.

     La elfa recuerda una historia, casi una leyenda, que su padre le había contado cuando practicaban. ''Sobre el reino de Augán y el seco desierto, un sitio para entrenar encontrarás. Reconocido por sus seres valientes, donde todos pueden ser capaces de convertirse en héroes. Que su gigante y pacífico aspecto no te deje engañar, puesto que si grande deseas ser, allí tu fuerza mejorará. La paz estará contigo, y cualquiera es bienvenido, una liga de honor, Seldrum''.

Eleonora: Podríamos entrenar en Seldrum. Se dice que allí muchos guerreros se convierten en leyendas.

Rumshum: Uff, como si esas cosas fueran reales.

Eleonora: Regla número tres.

Rumshum: Sí, si... —suspira pesadamente—. Lo siento.

Cian: Nunca había oído de un lugar así. ¿Está muy lejos de aquí?

Eleonora: Se encuentra a dos pueblos de distancia, cerca de Augán y el desierto.

     Cian despedaza su pescado y asiente en una sonrisa. Ambos parecen estar de acuerdo, pero ahora mismo prefieren centrarse en la comida. La cena prosigue hasta el caer completo de la noche.

     Cian había ido a darse una ducha mientras Rumshum preparaba las sábanas sobre el suelo, para armar dos camas y dormir los tres en su habitación. Tuvo que mover un par de muebles para hacer más espacio, y Eleonora lo ayudó con ello. El fedora de Rumshum ahora estaba colgado sobre uno de los estantes, junto con su abrigo y bolso. La elfa puede ver los marcados brazos de su compañero sobre su camiseta marrón, comprendiendo que incluso alguien tan forzudo como él podía llegar a ser débil contra Favio.

     Mientras ella organiza su mochila, desvía su mirada y nota que el cuaderno que vio sobre el escritorio ya no está, deduciendo que lo escondió. Voltea a verlo, decidida a resolver sus dudas.

Eleonora: ¿Tu nombre real es Herg? —pregunta sin rodeos.

     El humano levanta lentamente la mirada hacia ella. Progresivamente suelta las sábanas, levantándose. Alerta, Eleonora también se pone de pie.

Rumshum: ¿Qué...?

Eleonora: Que si tu nombre real es Herg.

     En apenas un minuto, Rumshum deja lo que está haciendo y se acerca a ella, acorralándola contra la pared. Sin tener armas encima para defenderse, ella solo lo desafía con la mirada, tragándose la desesperación.

Rumshum: ¿Cómo sabes eso? —comienza a preguntar con algo de agresividad.

     Él apoya ambas manos sobre la pared, impidiéndole salir de aquel lugar, de aquella situación. La elfa traga saliva, desviando la mirada.

Rumshum: Si no hablas, estarás en graves problemas, elfa.

Eleonora: Vi...vi el título de tu diario —admite.

Rumshum: ¿Y quién te dijo que podías entrometerte en mis asuntos?, ¿te gusta entrar en habitaciones ajenas sin permiso y husmear todo lo que tienen?

Eleonora: No lo digas como si fuese la única que anda entrometiéndose con los demás —responde ahora firme, viéndolo a los ojos—. ¿Qué es lo que ocultas?

     Los dos se quedan viendo fijo unos segundos. Rumshum baja sus brazos y se aleja unos pasos, serio. La tensión aumenta.

Rumshum: Los dos tenemos secretos que no queremos exponer, menos entre nosotros —se da media vuelta—. No tienes por qué saberlo, así como yo tampoco tengo porque saber los tuyos. Sabes que a pesar de estas reglas, seguimos siendo dos polos opuestos, y te detesto tanto como tú a mí.

     El humano toma una de las velas y camina en dirección al pasillo. Antes de irse a la habitación en busca de un par de cosas más, se voltea a verla.

Rumshum: Y también sabes que eso no cambiará.

     Termina de irse y bajar las escaleras, mientras la elfa se recompone de lo que sucedió. Oyendo la ducha del baño cerrarse, se da cuenta de que lo mejor para ambos es mantener cosas como esas en secreto. Pero de todas formas, sería imposible no pensarlo. En su pasado, su vida, sus misterios.

     Sería una larga e incómoda noche antes de partir otra vez.

Continue Reading

You'll Also Like

526K 55.7K 68
Esta es la historia de una mujer que intentaron casar con muchos lords, pero que se enamoró de muchas princesas. ~~~ Monarca es la historia de la pri...
53.1K 1.8K 42
Les vengo a informar que si demoró en publicar más capítulos es por falta de ideas o porque estoy ocupada y si no les gusta el ship por favor no haga...
153K 18.9K 30
«Mi futuro marido sabe todo de mí... yo solo sé que cuadruplica mi edad, y que pertenece a una especie que podría matarnos a todos» Libro de la saga...
14.3K 1.9K 57
En su vida anterior Mo anny vivió durante 15 años en el apocalipsis siendo perseguida por sus primas más cercanas, donde tuvo que vivir entre zombies...