—Me duele... —murmuró una niña castaña, mirando su bracito ser envuelto con un vendaje por el amable médico de rizos verdosos.
—Te he dicho cientos de veces que no subas a los árboles, Naoki —regañó su madre, dejando un besito sobre su frente.
Izuku sonrió al finalizar su trabajo.
—No se preocupen. Como les dije: no es una fractura que requiera cirugía, sólo debe usar esto durante cuatro semanas y luego nisiquiera notarán que sucedió, ¿sí? —dulcemente acarició las mejillas de la niña, secando sus lágrimas en el proceso.
Ella asintió, sonriendo a pesar del dolor e incomodidad en su bracito, y eso significó mucho para él.
—Gracias por todo, Midoriya-san.
Las dos hicieron una reverencia, y él les recordó que ante cualquier dolor tomara los medicamentos que le recetó.
«Otro largo día de trabajo, pero ya ha llegado a su fin... al menos la primera parte de el» pensó, estirando sus brazos hacia el techo.
A paso relajado caminó con dirección al cuarto de descanso —donde él y sus colegas suelen pasar los momentos de desocupación— mientras masajeaba su cuello. Y nada mas llegar; llamó su atención que todos estuvieran en grupo, apoyados en una de las islas, con la vista en la pantalla del televisor que se encuentra colgado en una de las paredes.
—¿Me perdí de algo? —murmuró a Pony cuando la identificó.
Ella le sonrió, parándose sobre las puntas de sus pies para abrazarlo y acercarlo; dejándole observar la pantalla.
—Na, solo un héroe siendo un héroe.
Con solo decir "Héroe" se ganó toda su atención.
Izuku se alarmó cuando leyó el titular que decía: Un dúo de villanos sorprendió a los héroes Chargebolt y Shoto durante su patrullaje, pero cuando enfocaron a las personas en cuestión siendo retenidas por las fuerzas de seguridad y a ambos héroes ilesos, hablando con los reporteros tranquila y respetuosamente, se alivió.
Lucían como si nada hubiera pasado.
—Últimamente hay muchos ataques repentinos —dijo una enfermera llamada Nagisa.
—Sí, pero la mayoría son villanos mediocres —opinó un colega de pediatría, Ryan, terminando de beber su café.
—Son un chiste —lo apoyó Jomei, un joven neurólogo—. Hacen un poco de caos y enseguida acaban en la cárcel.
—Es un alivio que tengamos a un héroe como Shoto para protegernos —halagó una patóloga, Lex, casi con corazones dibujados en sus ojos.
Izuku no pudo estar más de acuerdo con sus palabras, sobre todo cuando devolvió la mirada a la pantalla; observando uno de los momentos de la batalla que había sido captado por la cámara del celular de una mujer.
El vídeo mostraba cómo un niño pequeño, intencionalmente, quedó en el medio de la misma, estando a punto de ser aplastado por una columna que uno de los villanos rompió al utilizar su kosei para huir, pero rápidamente fue salvado por el hielo de Shoto; que ahora mismo tenía al mismo niño en brazos esperando a sus padres.
Y cuando aparecieron —siendo filmados por las cámaras— fue uno de los momentos más emotivos que vio en toda su vida.
La sincera y dulce sonrisa que portaba el bicolor al momento de entregarle al niño a su madre y a su padre, quienes lo abrazaron con todas sus fuerzas para luego abrazar al héroe, agradeciéndole entre lágrimas y sonrisas, logró mover su corazón. Sintiendo un temblor recorrer todo su cuerpo.
No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que Nagisa sonrió en su dirección, viéndolo tiernamente.
—Ay, Midoriya-kun, eres tan sensible —murmuró pasándole un pañuelo, y los demás rieron por lo bajo.
Jomei negó con su cabeza.
—Midoriya-san suele conmoverse hasta las lágrimas por todo.
Él, con una tímida sonrisa y un sonrojo producto del llanto, le agradeció en voz baja al tomar el pañuelo para secar sus lágrimas.
Desea ver a Shoto.
Por una extraña razón necesita verlo ahora mismo, tenerlo a su lado aunque fuera por un momento, y sin darse cuenta sus dedos teclearon por sí solos en su celular; teniendo segundos después en la pantalla la llamada entrante al número del héroe.
Observó una vez más la televisión y vio cómo Shoto pedía disculpas mientras se alejaba de la multitud con un celular en su mano izquierda. Y al mismo tiempo él abandonó la habitación también.
—¿Izuku?
«Ay, mi nombre se oye tan bien al salir de sus labios» chilló en su interior.
—Todoroki-kun... lo siento, ¿estás ocupado?
—No, claro que no.
«Mentiroso» sonrió para sí.
—¿Ocurrió algo? ¿Estás bien?
Izuku, humedeciendo sus labios, prefirió no contestar e ir al grano directamente:
—¿Te gustaría cenar conmigo esta noche?
Por primera vez en su vida no titubeó, pero al escuchar un breve silencio al otro lado de la línea... su coraje se tambaleó.
Estuvo a punto de retractarse y pedirle disculpas por haberlo molestado de no ser porque Shoto respondió.
—Me encantaría.
El tono suave de su profunda y elegante voz llegó a su oído, a través del micrófono de su celular, provocando una vibración en cada célula de su cuerpo.
—¿De verdad?
—Nada me gustaría más en estos momentos, Izuku —sintió su sonrisa aunque no pudiera verla—. Pasaré por ti cuando tu turno acabe.
—Está bien —mordió su labio intentando inútilmente dejar de sonreír—. Nos vemos.
—Nos vemos.
Cuando la llamada finalizó, se permitió soltar todo el aire que estuvo reteniendo, sin darse cuenta, y apoyó sus manos en sus rodillas.
«¿Qué rayos? ¿Por qué me siento como si hubiera corrido una maratón?» pensó, intentando calmar los acelerados latidos de su corazón.
—¿Vieron eso?
—Sí, qué extraño.
—¿Qué pasó?
—Recibió una llamada y se fue pidiéndole disculpas a la prensa.
—Pobre Chargebolt, se quedó solo con esos buitres.
Izuku rio en silencio al escuchar la conversación de sus compañeros y compañeras aún dentro de la sala.
Recibió una llamada y se fue pidiéndole disculpas a la prensa.
Habría chillado de la emoción de no ser porque todos comenzaron a salir.
Ryan fingió sollozar mientras rodeaba sus hombros con su brazo izquierdo.
—Vamos, Midoriya-kun. La noche aún no acaba para nosotros.
Sin poder dejar de sonreír, Izuku caminó a su lado; pensando en esos cálidos ojos heterócromos que vería más tarde.
Lex suspiró al verlos irse, y Nagisa tironeo una de sus orejitas.
—Ya deja de pensar en él. Estás muy lejos de que tengan algo.
—¿Por qué? ¡Midoriya-san una vez me dijo que pensaba que yo soy muy bonita! —formó un puchero en sus labios, acariciando con sus manos la zona afectada.
—En primer lugar: porque fue un halago, y en segundo lugar... él es gay. Nada más ni nada menos —respondió Pony, dándole unas palmaditas en la espalda a modo de consuelo cuando ella fingió sollozar.
—Pero para tu suerte, Bunny-chan, yo soy completamente heterosexual y soltero —recordó Joemi, moviendo sus cejas de arriba hacia abajo.
Lex rodó sus ojos y empujó su rostro al golpear su nariz con su dedo índice y pulgar.
—Sí, y un casanova sin causa según mis estudios.
—¡Qué cruel, Lex-chan!
Las tres chicas rieron y también se fueron, con el chico siguiéndoles el paso.
"¿Les sorprendió el ataque de los villanos?" "¿Se lo esperaban?" "¿Cuánto suelen durar sus patrullajes?" "¿Es mucha presión llevar el título de héroe número uno?".
Shoto se sintió abrumado.
No es la primera vez que se veía rodeado de reporteros —tanto hombres como mujeres—, pero aun así todas las veces termina sintiéndose igual de incómodo.
Aunque de todas maneras responde cada una de sus preguntas educadamente; a menos que estas fueran por alguna polémica o de su vida privada, esas suele ignorarlas.
En un momento sintió su celular personal vibrar, e iba a ignorarlo de no ser porque vio de soslayo el nombre del contacto de la persona que lo estaba llamando: Midoriya Izuku.
Enseguida se disculpó con la prensa y se alejó rápidamente a un lugar más silencioso —dentro de lo que se podía llamar silencioso en el medio de una gran multitud de personas— para contestar la llamada.
Por un momento se preocupó, pensó que quizá algo malo le había sucedido al dulce médico. Y todo a su alrededor se detuvo cuando escuchó su propuesta.
—¿Te gustaría cenar conmigo esta noche?
Se quedó en shock, haciendo un breve silencio, mientras una sonrisa involuntaria se extendía en sus labios.
—Me encantaría —susurró, sintiendo sus manos cosquillear.
—¿De verdad?
Empezaban a dolerle las mejillas por su enorme sonrisa al imaginar el rostro del pecoso sorprendido, con un leve sonrojo y una pequeña sonrisita tímida.
—Nada me gustaría más en estos momentos, Izuku —pensó en voz alta. Mas no se arrepintió o avergonzó de confesarlo ya que era la verdad—. Pasaré por ti cuando tu turno acabe.
—Está bien... Nos vemos.
—Nos vemos.
Finalizó la llamada, guardó el celular y a paso relajado caminó hacia Denki otra vez.
—¿Te vas?
—Surgió algo importante y debo irme, confío en que harás un gran trabajo aquí —palmó sus hombros.
El rubio vio boquiabierto a Shoto hacer una leve reverencia hacia los reporteros e irse.
—¿Qué? P-pero... ¡Sho-chan!
Él nisiquiera volteó a verlo, y no le quedó más que suspirar.
—¡El héroe Shoto acaba de irse luego de contestar una misteriosa llamada!
—Se veía muy sonriente ¿será una pareja?
—¿Sabe sí está saliendo con alguien, Chargebolt?
Denki les miró y forzándose a sonreír respondió que no tenía la menor idea y que tampoco era de su incumbencia hablar de la vida privada de su compañero, al mismo tiempo que Shoto corría —literalmente— a su hogar.
Le pagaría a Denki, con comida chatarra seguramente, otro día.
Al llegar al hospital, aseado y con ropa casual, se sintió ansioso, y el sentimiento se intensificó cuando al bajar de su auto aquellos hermosos iris esmeraldas voltearon a verlo; rodeados de ese característico brillo que los envolvía al verse y que él simplemente adora.
Izuku le sonrió, aproximándose, y los dos sintieron a sus corazones rebotar por sus pechos.
—Buenas noches, Todoroki-kun.
—Buenas noches. ¿Esperaste mucho?
—No. Acabo de salir.
Rodeó el vehículo y Shoto abrió una de las puertas para él.
Agradeciendo el gesto en voz baja; subió, y el bicolor arrancó una vez que tuvieron los cinturones de seguridad bien puestos.
—¿Dónde te gustaría cenar? —preguntó sin apartar la mirada del camino, notando de soslayo el jugueteo de sus manos nerviosas.
—Ehm... ¿Estaría bien si vamos a mi departamento? —preguntó tímido—. Podría cocinar para ambos.
—Está bien —accedió y el ojiesmeralda le dio la dirección.
Al llegar a su destino, ni bien entraron, el dulce médico le dijo que se sintiera como en su casa para luego avisarle que primero tomaría una ducha antes de cocinar.
Él asintió, respondiendo que no se preocupara, quedándose en la sala.
El interior del departamento de Izuku es muy hogareño y sencillo. No muy espacioso, pero perfecto para una o dos personas.
Sus muebles son bonitos, las paredes están pintadas de un suave color crema y lo que más llamó su atención fue la enorme estantería repleta de libros de medicina, algúna que otra historia romántica o fantástica y cómics de héroes que le hicieron sonreír.
Aquel lugar prácticamente grita "calidez, amor y tranquilidad". Exactamente igual que su dueño.
Curioso se acercó a una repisa que contenía muchos portaretratos con fotografías de un Izuku de diferentes edades. Y sonrió, cubriendo su boca con dos de sus dedos, al notar que no había cambiado nada.
«Está un poco más alto, y su espalda se ha ensanchado al igual que los músculos de sus brazos y piernas»
Terminó tomando uno de los portaretratos en sus manos sin darse cuenta, observando más de cerca el rostro sonriente del pecoso que habrá tenido unos quince años junto al de Melissa; quien igualmente sonreía, montada en su espalda.
«Me hubiera gustado conocer a Izuku durante esa época» pensó, imaginando al peliverde en su adolescencia.
Quizá hubieran sido muy buenos amigos.
—Siento la tardanza..
La voz de Izuku lo sacó de sus pensamientos, volteando enseguida para verlo. Y fue una bendición hacerlo porque se veía jodidamente adorable con sus rizos húmedos, mejillas sonrosadas por el vapor del agua caliente, vistiendo una playera con un logo antiguo de All Might y unos shorts deportivos holgados. Jodidamente adorable.
—¿Qué tienes ahí, Todoroki-kun? —sonrió acercándose, y en segundos su rostro se coloreó mientras le arrebataba la fotografía—. A-Ah, qué vergüenza...
El bicolor rio.
Un detalle es que tanto Izuku como Melissa vestían ropas provenientes de la mercancía de All Might de esa época.
—No tienes porqué sentirla, es una buena foto.
—A-Ah para nada —negó exageradamente con su cabeza, dejando el objeto sobre la repisa otra vez.
—¿Qué edad tenías?
—Quince años —respondió, caminando a la cocina; donde buscó varios vegetales para lavarlos.
Él le siguió.
—Melissa y yo nos conocimos en esa misma convención, y nos hicimos amigos en segundos —contó, empezando a pelar y picar los vegetales.
—Tu rostro no ha cambiado —pensó en voz alta, provocándole otro sonrojo y una tierna risita.
—¿Tú crees? Yo me siento un anciano cuando veo mis fotos antiguas.
—Sí. Realmente es como si el tiempo no hubiera pasado en ti —siguió y él volvió a reír.
Shoto en un punto se levantó y por sí mismo colocó los recipientes y vasos sobre la mesa para que ambos pudieran cenar, e Izuku le agradeció por ello antes de sentarse en el suelo —sobre unos cojines—, agradecer por la comida y empezar a degustar aquella sopa de vegetales hervidos.
—¿Qué opinas?
—Está exquisito...
El médico rio con ganas agradeciéndole, alegre de que le gustara. También prometió que la próxima vez buscaría recetas veganas más elaboradas.
Cuando terminaron, Shoto —luego de mucha insistencia— lavó todos los utensilios usados tanto en la cena como en la elaboración de la misma mientras Izuku preparaba unas tazas de té.
—¿Hace mucho vives solo? —preguntó, sentándose juntos en el sofá con las tazas en sus manos.
—Sí, unos siete años más o menos. Mi madre se negó mucho al principio, pero luego comprendió que ya estaba mayor para seguir viviendo con ella y que necesitaba mi espacio.
Shoto pudo imaginar perfectamente la escena, pues se notaba a kilómetros que Inko es una mujer que ama demasiado a su hijo.
—¿Y tú?
—Luego de mi graduación me mudé a un departamento también, mientras tanto vivía en los dormitorios de la U.A y antes de ello en la casa de mi padre con mi hermana —Izuku asintió, escuchándole atentamente, pero de la nada rio—. ¿Dije algo gracioso?
—No, no, lo siento —murmuró—, es solo que recordé tú primer festival deportivo en U.A y... dijiste que el tiempo no pasó en mí, pero en ti tampoco.
Shoto, sorprendido, volteó a verlo.
—¿Me viste allí?
—¡Por supuesto! Desde la adolescencia ya estaba obsesionado conti-... —paró en seco—. E-es decir, a-ah... cielos. Eso sonó terrible.
Riendo nervioso, Izuku, dejó su taza sobre la mesa. Sintiendo la sangre subir de sus mejillas a sus orejas.
—No quise que sonara de esa manera, sino que me referiría a... pues co-como a un fan, ¿entiendes?
Shoto rio.
—Sí, lo entiendo —acarició una de sus mejillas con su mano libre—. Eres adorable, Izuku.
El ojiesmeralda sintió sus emociones desbordarse debido a que sus rostros se encontraban demasiado cerca uno del otro. Y su respiración se cortó unos segundos cuando Shoto, sin romper la cercanía, dejó su taza junto a la suya sobre la mesa; y también tembló al ver cómo la mirada del héroe bajaba hacia sus labios. Por inercia hizo lo mismo.
—Dime, Izu, ¿estaría mal si te beso ahora mismo? —susurró.
Él pensó que su corazón explotaría.
—N-No...
Shoto le sonrió una vez más acariciando su mejilla suavemente, bajando esa misma mano a su mentón; tomándolo con dos de sus dedos para alzar su rostro y acercarse hasta unir sus labios en un dulce beso.
Continuará
Se prendió, no hay nada más que decir ah
Antes de que le empiecen a tirar hate a mi nenita Lex (ella, Ryan, Nagisa y Jomei son personajes salidos de mi imaginación que no estaban en la vieja versión de Hero), quiero dejar en claro que ella es muy enamoradiza. Es decir que sí una persona le hace cumplidos o la trata amablemente, enseguida desarrolla un efímero enamoramiento que no es más que parte de su cabeza y no un sentimiento puro. Esta vez le tocó a Izuku, pero en unas semanas, o menos, se va a enamorar de alguien más ya sea por la cuestión que mencioné o físicamente(?
Lxs cuatro personajes están para hacer de la trama en el hospital más divertida junto a Pony, Ibara y Yui (que sí son personajes de bnha), y son unas masitas así que espero que sus apariciones les sean agradables💜
Lxs leo en el siguiente cap💜
Adiós✨