Mi Caos Ruso

By articsmonkeys

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Mi nombre es Nyx Evans, mi vida se volvió una rutina monótona sin emociones hace años, todos los días las mis... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 Parte 1
Capítulo 15 Parte 2
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20 Parte 1
Capítulo 20 Parte 2
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Aviso
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 Parte 1
Capítulo 37 Parte 2
Capítulo 38 Parte 1
Capítulo 38 Parte 2
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
¡Sorpresa!
¡¿Otra Sorpresa?!
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54 Part.1
Capítulo 54 Parte 2
Epílogo
Nota

Capítulo 48

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By articsmonkeys


El instituto, el lugar donde nos formamos como seres humanos, personas íntegras de pensamiento que se preocupan por otros. Como olvidarse de nuestro segundo hogar, horas de estudio con nuestros preciados compañeros y profesores, en un hermoso círculo de cariño y respeto... Tremenda mentira que vende la publicidad.

Si hace un par de años me hubiesen dicho la realidad de secundaria creo que la idea de homeschool no sonaba tan mal después de todo.

Intento parecer sonriente, la secretaria del director lleva viendome por más de diez minutos directo a los ojos y estoy casi cien por ciento segura que no tengo nada anómalo en el rostro a menos que tenga un moco.

-Señorita Evans, sus papeles- me llama la secretaria con su típica mueca de felicidad falsa- Espero que todo se encuentre en orden, nos vemos en la graduación.

-Gracias Maggie- adivino el nombre y por su mirada creo que me equivoque- Hasta luego-

Salgo disparada de la pequeña oficina, los pasillos continúan siendo iguales, un extremadamente cara asco.

Ahora que tengo mis calificaciones finales puedo iniciar el papeleo de la universidad, solo me hace falta el diploma.

-¿Nyxi, nena?-

No puede ser...

-Nyxis no corras- la espantosa voz de una de las gemelas me detiene en seco.

Lentamente, me doy la vuelta para encarar a las rubias, ambas en su perfecto uniforme y tacones altos que tanto quería olvidar.

-Alice- veo a una de ellas- Ali- la otra como siempre me ve mal- Tengo que irme-

-Espera querida, no te hemos visto en semanas- la vista de ambas me recorre todo el cuerpo- ¿Qué llevas puesto?

Evadire esa pregunta o mejor todas.

-He estado ocupada- corto secamente la conversación, no me siento con ganas de hablar con ellas.

-Pero nena viene el baile de invierno- exclama con horror una de ellas- Todos los años has sido la capitana de decoración-

Cosas que enserio deseo olvidar.

-Pues, los cambios siempre son positivos- hablo con sarcasmo- Nos vemos, Anastasia y Griselda-

Me doy la vuelta para regresar a mi camino original, definitivamente no extrañaba este lugar de ninguna manera.

Al salir, busco con la mirada el carro de Xavier, cuando le dije que tenía que ir al instituto por mis notas no dudó en ofrecerse para traerme por si acaso el estúpido de Enzo decidía saludarme.

Entre las decenas de autos, logro definir el Jeep negro, veo para ambos lados pero nada viene por el camino así que cruzo sin pensarlo mucho.

¿Baile de invierno?

Me rio ante la idea, tantas horas perdidas en clases de baile, etiqueta y maquillaje para soportar toda una noche de adolescentes ebrios con malos gustos musicales terminará antes de que el primer baile porque una de las gemelas vómito en alguna esquina o en la mayoría de casos, la reina y rey tomaron la hermosa decisión de tener relaciones sexuales en la sala de maestros sin darse cuenta que el micrófono estaba abierto.

Y como olvidar, luego de una noche de horror, llegar a casa para tener que ir a reportarme con mi madre sobre la excelente velada que pase con mi hermoso novio aunque no nos hayamos visto en realidad ni un segundo.

Finalizando con una llamada de Enzo a las tres de la mañana para decirme que no sabe dónde se encuentra y necesita que lo vaya a buscar.

-¿Campanita?- una mano toca mi hombro, Xav me mira con curiosidad.

¿Cuando demonios llegue aquí?

-Hola- saludo con torpeza- No se que paso-

Me acerco para besar sus labios delicadamente, jamas me voy a cansar de sentir sus deliciosos labios.

-Yo si, me recordaron porque odio los malditos bailes escolares-

-Pensé que esas cosas eran importantes para las chicas-

-En teoría pero en mi caso eran un recordar de porque no pertenecía-

El carro arranca y dejamos atrás el horrendo lugar.

Definitivamente necesito deshacerme de este estrés, por suerte, desde hoy ya puedo iniciar a trabajar. No fue nada fácil tomando en cuenta que tendré que reportarme tanto con Anne y Xav cada diez minutos, solo para confirmar que estoy viva.

-Campanita, es hora de hacer galletas- es lo único que dice para luego reírse por tercera vez de mi uniforme.

Tengo que destacar algo, ya que tecnicamente Navidad esta cada vez mas cerca, el dueño del café tuvo la brillante idea de comprarnos muy reveladores disfraces de intentos de duendes. La diminuta falda verde, apenas llega hasta el inicio de una rodilla mientras que el material espantoso hace parecer que tengo puesta una taza. Para mi suerte, la blusa me queda grande.

Paramos al lado de la cafetería, trato de alisar el uniforme que es algo notorio que me quede dormida sobre él, si me muevo rápido seguramente nadie lo notará.

-Te veo luego hermoso- mascullo con pereza sin embargo antes de que pudiera salir su mano me sostiene con fuerza.

-¿Podemos conservar el disfraz?-

No puedo creer lo que estoy escuchando, al parecer ser una duendecita hermosa funciona de vez en cuando.

-Mas te vale darme algo bueno a cambio-

-Algo se me ocurrirá-

Salgo del carro para entrar, extrañamente el delicioso viento frío me gusta; me despido de mi hermoso novio para enfrentarme a las tareas del día a día cómo hacer galletas en forma de niños sonrientes.

Al entrar, el aroma a polvo me llena los pulmones, extraño de pensar cuando se supone que me encuentro en un restaurante.

-Ignoraré el olor solamente porque no quiero saber- saludo a Elena con entusiasmo.

-No entiendes, tenemos que hacer que se vea mal- la campana me sorprende, suena una y otra y otra vez más parece que era un sonido continuo.

- Es muy tarde- dice con horror al señalar a todas las personas sentadas en las mesas o simplemente haciendo fila enfrente a la caja.

- Necesito que una de ustedes dos niñas vaya a la caja para atender mientras la otra cocina- una de las otras meseras nos señala con el entrecejo cerrado.

Elena me da una mirada extraña antes de continuar revisando su celular por lo que supuse que era yo la indicada para ser cajera. Me limpie las manos, lo cual no tiene sentido, antes de ponerme enfrente de la caja con un poco de duda.

- Buenos Días, en que lo puedo ayudar.- digo al ver al hombre frente mío con un casco en la cabeza.

- Un café grande y lo usual para llevar. - cuando termino de hablar se dio cuenta de mi cara extraña tratando de entender qué demonios significa lo usual.- Son cuatro cafés y seis órdenes de sándwiches de tocino y ponlo en la cuenta de Bob.- inquiere antes de irse a sentar. Rápidamente paso el pedido a mi cuñada mientras hago la cuenta y le coloco en rojo el nombre Bob en el cuaderno de por pagar.

..........

Aproximadamente luego de diez de " lo usual" o quien eres y que paso con Harley, según Elena era la anterior cajera o mejor dicho duende sexy rubia pero tenía un pésimo sentido del humor.

Cuando al fin, llega el mediodía todo estaba listo casi normal, sin embargo, ya no tenemos ni pan o cualquier cosa que no sean galletas muy viejas así que mi trasero se dirige a la tienda local.

Al salir, me encontré caminando con una especie de mapa del tesoro que Elena dibujo en mi mano, mientras camino puedo ver cómo las personas van y vienen con calma sin preocuparse de nada del mundo.

Al llegar a lo que suponía era la tienda Super 80's pude notar que estaba bastante vacío para no decir desierto. Los pasillos estaban repletos de comida deliciosa, mala idea venir sin comer.

En teoría, buscar todo es sencillo pero igual me complico la vida al leer todas etiquetas de cada una de las latas.

-Realmente estoy aburrida- le grito a la pobre lata de arándanos.

En la caja, nadie está presente, según mis conocimientos básicos sobre negocios me parece que alguien debería de estar pendiente de personas como yo con un carrito lleno de comida que puede ser robable muy fácil.

-¿Hola?- murmuro un poco deseando que nadie responda - Bueno supongo que me la estas poniendo muy fácil tienda abandonada-

- Disculpa un segundo- una voz masculina hizo que pegara un brinco increíble mientras trato de localizar de dónde diablos proviene.

- Mira en ningún momento pensé en robar algo voz proveniente de la nada y si eres mi conciencia vete al diablo- llevo las manos bien en alto, lo único que me falta es que ahora me escuchara como la voz de alguien más.

Una mano toco mi hombre causando que gritara lo más alto posible, de manera instintiva tomo lo primero que pude para tirarlo al atacante.

- ¡Para! ¡Para! me vas a matar- al abrir los ojos vi en mi mano una lata de frijoles y a un chico con un delantal frente mío.

Este me toma por las manos de una manera mientras yo solamente lo miro, su cabello extremadamente rojo casi como si fuese fuego vivo en contraste a sus ojos negros y su piel casi transparente, este chico debe brillar bajo el sol.

- ¿Quién eres chica lata? y porque la violencia. - suelta mis manos con cuidado.

- ¿Violencia? Pudiste ser un asesino o un atracador - reclamo en mi defensa mientras lo miro directamente a los ojos - Nunca ataques por la espalda es que no te enseñaron a ser un buen criminal. - levanto un poco la voz.

- Soy el cajero de la tienda no un asesino y para tu información no me criaron para ser un buen criminal chica violenta con una lata en mano- solté la lata para devolverla a su lugar original sin agredir a alguien en el camino. - Soy William Morrison pero puedes decirme Will y tú eres.-

- Nyx, como puedes notar nueva en las mini calles de Camden y sin intenciones de que reveles esto a alguien mientras esté aquí chico de la caja- él comienza a pasar todo por la caja y yo lo meto en bolsas de cartón, tenemos que cuidar el ambiente.

- Bueno chica de la lata son $30,99 por todo- levanta la vista y mira directamente a mis ojos, entrego el dinero para luego sentir su mano en contacto con la mía por un segundo, de inmediato quito la mía algo brusco.

- Gracias por todo Will supongo que nos veremos por ahí.- dije al salir con todas las cosas y despedirme con la cabeza de manera algo cómica.

Al regresar, me dedique a cocinar el famoso pastel de "caja" para tener algo que comer tarde o mejor dicho soborno para Elena.

...

Las horas pasaron y de un momento a otro nos encontramos saliendo del Café con una rebanada del pastel sobrante, tengo que admitir que para solo necesitar agua y huevos sabe mucho mejor que los pasteles franceses de mi madre.

-Mi hermano viene por ti o nos quedaremos observando el pastel por otros diez minutos-

Ya somos dos con la misma pregunta

No es que no me agrade la idea de congelarme el trasero en medio de la calle o la idea de que mi novio no haya contestado ni una de mis llamadas en toda la tarde.

-Yo...-

-Tengo los tobillos hinchados y ganas de vomitar- ladea la cabeza para señalar el carro de Gabriel- Si no viene en diez minutos llama a un taxi o mejor aún llama a la policía-

Contestaría pero ya es demasiado tarde para eso. Ahora, me encuentro totalmente sola en medio de la oscuridad.

-Lección del día, trae un flashlight o aprende a correr-

Unas luces me dejan medio ciega por un segundo pero entre cerrar los ojos puedo definir una motocicleta acercarse hasta mi.

-Princesa, su carroza a llegado-

Iván hace una especie de reverencia pero no causa ni un poco de gracia en mí; no obstante, ni siquiera dudo un segundo en montarme.

-Se puede saber porque tu hermano no vino por mi o porque demonios no contesto mis llamadas-

El viento me despeina y no soy capaz de hablar sin gritar como desquiciada, intento sujetarme pero demonios Iván conduce como un demente.

-¡Joder! ¡Me vas a matar!- mascullo pero dudo que me escuche en lo más mínimo.

Pensemos para distraer mi mente del horrible paseo, Xavier definitivamente sigue vivo pero quizás no por mucho tiempo. Ladeo la cabeza, soy demasiado exagerada, seguro se quedó atascado en la universidad o se olvidó de su novia.

Mejor ya no pensamos más, estoy dandole vuelta a lo mismo y cuando lleguemos todo estará bien o alguien tiene mucho que explicar.

-Hemos llegado Nyx-

Elsa baja de la motocicleta con una sonrisa gigante en el rostro, me asustaría pero la noche no podría empeorar pero en el momento que saca de su chaqueta una hoja de papel y un lápiz ya no se que pensar.

-Aquí tienes tu distracción- me entrega todo- Puedes subir en unos diez minutos al apartamento- se aleja hasta llegar a la puerta- Mejor olvidalo, yo bajaré por ti-

¿Me perdí de algo?

Definitivamente alguien va a tener que darme un par de explicaciones, muy buenas para ser específica.

Suspiro de mala gana, estoy semi perdida otra vez, sostengo con fuerza el lápiz, tanta que temo romperlo aunque siendo realista sé que eso nunca va a suceder así que mejor me distraigo dibujando como voy a matar a los dos hermanos.

Mis dedos se deslizan sobre el papel, miles de ideas se pasan como rayos en mi mente pero todas llevan lo mismo un camino, una brújula y la misma persona.

-Es hora de subir, no queremos que te congeles- Iván me distrae como de costumbre, guardo de inmediato el dedazo de papel en mi falda- Arriba niña, no tengo toda la noche-

-¿Mara tiene la noche libre?-

-Iremos al cine- suena realmente emocionada- No vamos a ver ni diez minutos porque seguramente se quedará dormida en este afortunado-

El calor me abraza, el estúpido disfraz no es muy útil para mucho. Cuando entramos al elevador, trato de presionar uno de los botones pero Iván me golpea en la mano con fuerza.

-¿Qué demonios?- sostengo mi mano con dolor- Ya no puedo ni siquiera ser capaz de presionar un botón-

No responde solamente levanta un dedo para indicarme que guarde silencio, no obstante se acerca para peinar mi cabello, eliminando los nudos para luego apretar mis mejillas.

-Intenta comportarte, sonríe y no me llamen-

Lo miro extrañada pero luego de esta noche creo que es normal, al salir el aire me hace temblar, ahora se que estamos en la terraza.

Mi mandíbula cae hasta el suelo, no puedo creer lo que estoy viendo, decenas de luces de colores brillan en medio del cielo azul; cada una brilla con fuerza sorprendiéndome.

Bajo la mirada hasta el suelo, pétalos blancos forman una especie de flecha que señala hacia el frente, rodeo la figura para continuar mi camino.

¿Quién hizo todo esto?

-Privet krasavitsa- la voz ronca de Xavier me detiene en seco, al voltearme mis pobres hormonas me matan.

Mi boxeador, lleva un traje totalmente negro sin corbata dejando ver la camisa negra debajo de su saco. En sus manos, un ramo de rosas blancas parece destacar con su vestimenta, quizás suene tonto pero puedo sentir las lágrimas salir de mi ojos.

-Hola Xav- hablo entre gruñidos- ¿Qué estás haciendo?-

Llevo mi mano hasta mi boca, él se acerca de tal manera que quedamos abrazados totalmente, las rosas se aplastan en mis costillas.

-Dijiste que no era la gran cosa, sin embargo- besa mi cabeza- No sabes mentir en lo absoluto-

-No mentía- reclamo dulcemente- Jamás me importaron esos bailes de niños ricos-

-Pero te importa si tu novio lo organiza- asiento con torpeza- Tengo que admitir que esta ropa es muy incómoda-

-La podemos quitar luego, ahora me encantas-

Me sonrojo ante mi propia confesión.

-Guarda las ideas para más tarde, tenemos un baile de invierno que comenzar-

Por primera vez en mucho tiempo, desearía que el tiempo se pudiese detener para arrancarle el precioso traje por un par de minutos y luego seguir.

-Entonces mejor invitame a bailar de una vez-

Xav se separa de mí unos milímetros para dejar las flores sobre el suelo , lo veo sacar un pequeño control remoto de su bolsillo.

-Que empiece la fiesta-

La música empieza a sonar, puedo distinguir el piano, claramente ha escogido piezas navideñas porque soy capaz de tararear en mi mente.

-¿Me concedes esta pieza?- dice con ternura mientras hace una reverencia.

-Sería un honor-

Siento como su mano se dirige a mi cintura, a la vez que una de mis manos toca su hombro; con cada movimiento me voy relajando hasta el punto que los pasos se vuelven involuntarios y mi cabeza termina en su pecho.

-¿Cuando planeaste todo esto?-

Su corazón late con fuerza, mis dedos bailan entre los botones de su camisa, quito un par para poder meter la mano por su pecho desnudo.

-No pude evitarlo, después de irte a dejar tuve un poco de ayuda de unos duendes-

-¿An y Elsa?-

Tremendos ayudantes

-Digamos que no fue muy buena idea invitarlos-

Alzo la mirada para poder contemplar esos ojos verdes tan intensos, el color negro de su traje los hace ver aún más hermosos.

Cuando la pieza cambia, nos detenemos en seco, aprovecho la oportunidad para deshacerme de mis zapatos y estar más cómoda. Ya no soy capaz de visualizar a mi hermoso chico en traje.

-¿Xav?-

El pesar de mis ojos me hacen cerrar los ojos, me rio de mi misma al pensar cuánto he maldecido sobre los bailes. Quizás no era el lugar, la manera o las personas correctas pero ahora mismo me siento como una jodida princesa en un cuento de hadas,excluyendo la parte de mi vestimenta y ojos de zombie.

Unos ruidos extraños del otro lado de la terraza me despiertan, con mis piernas de gelatina me muevo hasta llegar a lo que parece un pequeño comedor con sillas de plastico blancas y una mesa roja, sobre esta dos platos con dos pedazo humeantes de pizza acompañados de lo que creo es soda.

-Lo siento por la comida, se supone que Anne iba a cocinar-

-La pizza se ve deliciosa-

No es por nada, adoro a la morena pero si yo tengo una pésima reputación en la cocina, ella es el diablo con paprika.

Xav se acerca para abrir mi silla, me siento de una porque joder mis pies me están matando. El aroma a comida hace que mi estómago gruña con fuerza, definitivamente no se puede comparar la calidad asquerosa de la comida gourmet con pizza recalentada.

Así que sin esperarlo, devoro sin piedad la pizza, se que Xavier debe de estar riendo de mí pero como de costumbre dudo que le importa, él sabe que de dama lo único que tengo es bueno en realidad nada.

-¿Postre?- exclama al verme acabar todo lo que había en mi plato.

-Solamente si tu estas incluido en el menú- intento sonar lo más pícara posible.

Al diablo, la iniciativa propia es buena, me levanto de golpe para caminar hasta donde se encuentra Xav. Sin decir una palabra me siento sobre sus piernas, de tal manera que nuestros pechos se juntan como uno; no le doy ni un segundo para atacar sus labios sin ternura alguna, solamente deseo puro.

Esa deliciosa sensación de sus manos tomando con fuerza mi cintura me hace perder los estribos, tomo por ambos lados su camisa y jalo de tal manera que cada uno de los botones se rompe al instante.

-Campanita, no sabía que te gusta jugar así-

Su comentario me hace querer aún más, mis labios devoran cada parte de su rostro desde sus orejas hasta sus labios. Xavier parece estar reteniendose a mis caricias, una idea algo radical se pasa por mi mente perversa.

-¿Listo para el helado?-

Llevo mis manos hasta el cierre del vestido para bajarlo lo suficiente para que caiga hasta la mitad de mi estómago, dejando a la vista mi sostén blanco con encajes transparentes.

-Chert voz'mi, teper' ya goloden- dice en un perfecto pero ronco ruso- Mejor llevemos la idea al cuarto Campanita-

Por más calentura que tenga, tiene razón, no quiero traumar a alguna familia que quiera venir a la terraza.

-Entonces levanta tu hermoso trasero-

Llevo mis manos para cerrar el vestido pero solo lo subo para ahorrar tiempo. En cambio, Xavier no hace por arreglarse en ningún sentido, siempre un rebelde; trato de levantarme pero sus fuertes manos me detienen.

-Según tú a dónde vas Campanita-

Me muerdo el labio para no responder, en un suspiro, Xavier se levanta llevándome con él; sus manos envuelven mis muslos para que no caiga no obstante para estar cien por ciento seguro envuelvo las manos en su cuello.

-Gracias- suspiro en sus brazos- Nadie nunca había hecho algo así por mi-

-Es porque nunca nadie te ha amado como yo Campanita-

Ahora, vamos a jugar boxeador.

... 

Traducciones:

Chert voz'mi, teper' ya goloden- Diablos ahora tengo hambre

Hola Lector@s! 

Aquí les traemos un poco de alegría para terminar la semana de la mejor manera, nosotras nos estamos congelando!! 

Nos vemos la próxima semana con más de Nyx y Xav.

Gracias por leer!


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