Sentada en un costado de la cama sin poder dormir. Reviso el celular y me di cuenta que eran las 1:15 am. Me levanté sin prisa alguna sintiendo el frío del piso en mis pies descalzos y me dirijo hacía la cocina con la intención de beber un poco de agua tratando de que el sueño llegará rápido a mí, pero de camino mi audición sale a relucir de repente y puedo escuchar como alguien está forzando la manija de la puerta provocando que todos mis sentidos queden alerta. Todas las luces estaban apagadas y la única luz que podía entrar a través de las ventanas era el de la luna.
Avanzo dando pasos lentos con la intención de que el quien estuviera forzando la manija pensará que nadie en el interior se había dado cuenta de sus intenciones.
Veo como dejan de forzar la puerta, cada músculo de mi cuerpo se encontraba tenso y la situación causaba que mi respiración estuviera entrecortada. De repente la puerta es abierta abruptamente, a la vez que mi cuerpo se debilita. Caigo al piso frío de rodillas, sin entender que me estaba pasando.
-Fue error que vinieras aquí- dijo el tipo, mientras acercaba una especie de mineral específicamente de color verde.
-¿Qué... estás haciendo...?- pregunté con la poca fuerza que tenía.
A pesar de mi estado, puedo oír cómo los pasos de Eric y Abraham se acercan de manera rápida, y justo en ese momento entran dos tipos más. Estos últimos comenzaron a lastimar a mi única familia, podía escuchar sus quejidos causando que por mucho tiempo mis ojos se nublaran un poco por la amenaza de lágrimas en salir. Esto me recordaba perfectamente de cuando me arrebataron a mi madre y yo solo me quedé de pie observando todo, sin hacer nada.
Nuevamente oigo cómo entran más personas pero estos parecían que eran distintos, ya que lo primero que hicieron fue quitarme al primer tipo que logró entrar y el cuál me dejo en tal estado. Cuando lo alejaron sentí cómo si mis pulmones fueran liberados pudiendo respirar con normalidad, pero a pesar de esto, todavía podía sentir mi cuerpo un poco adolorido. Desde el piso frío busque con mi mirada a mi pequeña familia, los cuáles estaban siendo ayudados por hombres desconocidos para mí.
-Somos parte de Lillian- dijo uno tomándome del brazo para que me pusiera de pie- la llámanos y pronto estará aquí. Perdón por no darnos cuenta desde el principio.
Solo asentí sin llegar a entender el todo. Los supuestos cómplices de Lillian, se encontraban en mi hogar. Dos se encontraban retirándose tomando de manera brusca a tres tipos los cuáles supuse que fueron lo que causaron todo y el que me ayudo a ponerme de pie tomó aquel mineral verde entre sus manos, para finalmente marcharse.
Me acerqué rápido a Eric y Abraham, dándoles un abrazo que demostraba lo asustada que estaba. Todavía sigo siendo aquella niña asustada y lastimada que se marchó de Krypton.
-Lo siento mucho, debí protegerlos- dije separandome de ellos.
-No te preocupes, pequeña- Abraham acarició mi rostro mientras mantenía esa sonrisa alegre, típica de él.
Los ayude a que se acomodaran en el amplió sofá, para luego yo sentarme en uno de los sofás individuales. No podía quitar mi mirada de ellos, se encontraban muy lastimados y me reclamaba a mi misma de no ser lo suficientemente fuerte.
La puerta nuevamente fue abierta apareciendo la misma Lillian Luthor con un semblante de preocupación. Me puse de pie enseguida.
-¿Estás bien?- caminó rápido hacía mi, para luego tomarme de los hombros.
-Si, pero ellos resultaron heridos- con mi cabeza señale hacía dónde estaban mis padres, haciendo que ella mirará y seguidamente ella les diera una sonrisa de compasión.
-Te dije que en esté mundo existen personas que quieren hacerte daño- susurró cerca de mí- suerte que siempre tengo hombres cuidandote.
-Gracias, Lillian- agradecí de manera sincera.
-Disculpe, ¿Quién es usted?- preguntó Eric, poniéndose de pie para quedar a la misma altura de Lillian.
-Oh, disculpe señor, soy una especie de mentora para su hija. Me llamó Lillian Harris- dijo causando dudas en mi al no oirla decir su verdadero apellido- se que ahora mismo están confundidos, pero aquellos hombres que llegaron a ayudar, trabajan para mi.
-Somos Eric y Abraham Williams- dijo Eric, estrechando su mano con la de Lillian y luego Abraham hizo lo mismo- ¿tiene una especie de organización?
-Exacto- confirmó Lillian.
-¿Mentora de mí hija, dijo?- esta vez preguntó Abraham, con su ceño fruncido.
-Correcto, señor. No se molesten con su hija por confiar en una desconocida, pero le di las pruebas suficientes para que confiara en mi- sonrió hacía mis padres- se sobre su hija, ya saben, sobre sus poderes y de dónde viene. Y como ve, hasta ahora he hecho lo posible para que nadie trate de capturar la, por dicho poder que posee.
-Bueno señora, solo me queda darle las gracias- dijo Eric, con una sonrisa.
-Sí... - respondió y sin que nadie le diera el consentimiento, tomó asiento en el sofá dónde hace unos días atrás se había sentado y mis padres hicieron lo mismo- señores, que la tengan aquí es muy peligroso. Ella necesita estar bajo protección hasta que sepa cómo controlar sus poderes. Solo es una catástrofe lo que están reteniendo, ya que ella podría salir lastimada o otros terceros podrían estarlo.
Eric y Abraham, se miraron para después mirarme a mi y en sus miradas pude notar que las palabras de Lillian los habian convencidos.
-Hasta ahora hemos hecho lo posible para mantenerla a salvo... pero con lo que ha pasado recientemente, me doy cuenta que no tenemos lo necesario para protegerla- en los ojos de Abraham pude ver lágrimas amenazando con salir.
-No tienes por qué llorar, tienes que sentirte orgulloso de poder haber criado a un alienígena- dije haciéndolo reír por mi comentario.
-¿Qué es aquel mineral extraño que le hizo tanto daño a _______?- preguntó Eric.
-Es Kryptonita, mineral que vino en las naves Kriptonianas. Su función es desaparecer sus poderes al estar esté mineral cerca de ellos- explicó Lillian.
-Bueno, señora Lillian. No sé exactamente lo que ha pasado, todavía me encuentro un poco en shock, pero lo único que diré es que no me arriesgare otra vez- Eric mantuvo su cabeza baja mientras hablaba- puede llevarse a mi niña, pero con la única condición que la proteja como lo hizo hoy.
-Lo haré señor, la cuidaré como si fuera mi hija- Lillian mostró una sonrisa de compasión y de agradecimiento.
-¿Están seguros de esto?- pregunté, pero ellos solo se levantaron para abrazarme.
-Más que seguros. Tienes que sobrevivir mi niña- dijo Abraham, cerca de mi oído.
Después de que el abrazo se rompiera, me dirigí a mi habitación para preparar todo. A pesar de que mis manos estuvieran ocupadas metiendo piezas de ropa en una maleta, no podía dejar de pensar en lo que estaba pasando. No podía dejar de pensar que me alejaría de aquellos humanos que ahora eran mi familia.
Cuando estuve vestida y con la maleta hecha, tome mi celular. Lo encendí y lo primero que hice fue buscar el contacto de Maggie e enviarle un mensaje de despedida, para luego apagarlo y guardar el aparato en uno de los cajones.
Al salir vi a mis padres conteniendo las lágrimas, haciéndose los fuertes y Lillian detrás de ellos.
-Volveré, se los prometo- cuando hable mi voz salió un poco distorsionada, por las cantidades de emociones que estaba experimentando en el momento.
-Siempre serás nuestra niña- dijo Eric, con dolor.
Los abracé cómo si fuera la última vez que los vería en mi vida, sintiendo cómo mi corazón se rompía en pedazos.
Me separé a ellos con tanto dolor y finalmente me retire de aquel el cual me hizo sentir nuevamente viva después de mi partida de Krypton. Esto no lo hacía solamente por mi, sino también por la seguridad de ellos.
Delante de mí había un auto de lujo color negro. Lillian se subió a la parte de atrás de esté dejando la puerta abierta para que también hiciera lo mismo. Cuando estuve dentro miré por última vez mi hogar para después cerrar la puerta.
-¿Por qué no dijiste tu apellido?- pregunté, mirando a Lillian fijamente.
-Si dijera mi apellido tus padres no te hubieran dejado ir- explicó- Lex dejó manchado el apellido.
Yo no dije nada comprendiendo su punto de vista y tenía razón, mis padres no me hubieran dejado ir con una mujer que tiene a un hijo cómo criminal.
-¿A dónde vamos?- pregunté.
- A un lugar alejado de todos y en dónde te puedo entrenar con los recursos suficientes- comentó.
Después de eso no hablamos de más nada, solo nos dedicamos a mirar a través de las ventanillas del auto y esperar a que llegáramos a nuestro destino.
Pov Lillian
-Todo surgió tal y como lo planee- comenté al Dios- te aseguro que valdrá la pena tanto la espera.
-Espero que sea así Luthor... ya puedo sentir la destrucción...
...
4 años después
El sudor corría por todo mi cuerpo, la habitación controlada por Kryptonita hacía que quedara indefensa como un humano. El tipo que estaba delante mío estaba igual de sudoroso y cansado que yo, pero esté cansancio no me detendría. Avance rápido hacía el y con un golpe en su pecho por parte de mi puño hice que cayera.
-Perfecto- comentó Lillian, entrando a la habitación de entrenamiento de cuerpo a cuerpo.
Han pasado cuatro años en donde he estado lejos de las personas. Lillian ha sido una gran mentora, me ha enseñado a pelear hasta el punto de poder hacerlo con los ojos vendados.
Estos años que he estado encerrada, Lillian de vez en cuando volvía a la ciudad para tenerme informada de lo que pasa afuera. Por ejemplo que Kara se convirtió en "Supergirl: la chica de acero" o también de como estaban mis padres.
También a medida que pasaba el tiempo Lillian me contaba más acerca de esa gran información que ella tenía sobre mi unica familia de Krypton. Es cierto que aveces sentía rencor por algunas cosas que me confesaba, pero de todas maneras después de salir de aquí pensaba buscar a Kal y a Kara.
-Ven, vamos a salir de aquí- al salir de aquella habitación controlada por Kryotonita pude sentir como mis poderes volvían a mí.
Era difícil de observar en aquél lugar ya que todo era muy oscuro, pero me llegué a acostumbrar al pasar los años. El lugar era muy tétrico y abandonado en ciertas áreas, pero era muy seguro de que nadie curioso pusiera un ojo encima. Nos adentramos a una habitación en donde solo había un escritorio con una silla de hierro.
-Me haces sentir orgullosa- el orgullo le llegaba hasta los ojos- te has convertido en una hija para mí.
Desde hace unos meses andaba diciendo mucho aquello, incluso en los primeros meses cuando apenas estaba comenzando con los entrenamientos detenía todo cuando veía que estaba recibiendo una golpiza, pero con el tiempo le dije que no se metiera.
-Bueno basta de sentimientos- dijo alejándose de mí- ya es tu hora de salir de aquí.
-¿Enserio?- pregunté.
-Claro, estás más que preparada- en su rostro se asomó una sonrisa- pero antes de irte, te tengo que dar una última información sobre tu familia.
-Bueno, adelante- me senté en el escritorio mientras que Lillian se sentaba en la silla de hierro.
-¿Te acuerdes que te conté sobre el Fort Rozz? prisión de alienígena que tu prima y tú al salir de la zona fantasma arrastraron hasta la tierra- yo solo afirme con mi cabeza recordando el día en que me lo había confesado- bueno cómo sabrás la madre Kara pertenecía al consejo en tu planeta y otra cosa que también sabrás es que tu madre Astra siempre fue una mujer que junto a el general Zod lucho para salvar a su planeta. Aunque esto lo hicieran con actos terroristas y claramente tu padre Non la siguió hasta el final- la seguía escuchando con atención- pero lo que no sabes y te confesare justamente ahora, es que la madre de Kara no le pareció buena tal idea y actuó encerrando a tu madre y a tu padre en dicho prisión, el Fort Rozz.
-¿Qué?- pregunté casi sorprendida y sin llegar a captar del todo lo que me había dicho.
Era consciente de los actos que cometieron mis padres, pero según mi punto de vista y los comentarios de Lillian, ellos solo querían salvar a Krypton a toda costa. Pero aquello, no lo podía creer del todo.
-Alura Zor-EL, madre de Kara, encerró a tus padred en prisión, mi querida ______- su mirada se volvió fría.
-E-Eso no es verdad...-dije dudando- Alura quería a mi madre, eran hermanas.
-Si, pero de todas maneras la encerró como si fuera poca cosa.
Ahora llegaba a entender las palabras de mi madre... "Ojalá Alura se apiade de ti" y las de la misma Alura "si no hago esto mi consciencia me matará hasta la muerte" ahora entendía el dolor de mi madre.
-Kara y yo al salir de la zona fantasma arrastramos el Fort Rozz a la tierra, o sea que ella está viva...- dije con cierto entusiasmos, pero mis pensamientos muy pronto fueron destruidos.
-Te equivocas, querida- dijo mientras se ponía de pie- logró salir cuando el Fort Rozz se estrelló en la tierra, pero alguien cercano a Supergirl acabó con su vida...
-¿Qué mierda acabas de decir?- podía sentir como mis ojos comenzaban a arder.
-¡Alguien muy cercano a Supergirl mato a tu madre y adivina qué hizo tu querido primo! ¡Ja! ¡Encerró a Zod y a Non! ¡Gran familia tienes! ¡¿No crees?! - me puse de pie y mis manos fueron a mi cabeza, tratando de controlarme.
-¡¿Por qué mierda no me avisaste a tiempo?!- sentía lágrimas salir después de mucho tiempo- hubiera podido salvarla...
-Cuando me enteré yo igual había llegado tarde... - trato de acercarse a mi pero me aleje- aunque tu madre tuvo ideas macabras ella no se merecía tal final...
La irá en mi pecho comenzaba a surgir, mis puños tenían la necesidad de golpear cosas, mis pies tenían ganas de correr y destruir todo a mi paso, dándome cuenta que el rencor hacía Superman y Supergirl surgía desde el día de hoy.
-No soportó estar otro día aquí- dije mientras secaba mis lágrimas y caminaba hacía la salida
-Espera...- me detuve antes de cruzar aquella puerta- tengo una idea para que desaparezca ese dolor- no dije nada esperando su respuesta y eso hizo- acabar con Superman y a Supergirl... ellos te abandonaron, te dejaron a tu suerte y miré quien tuvo que ir a salvarte... ¡Yo!... un Luthor... puede ser que mi hijo haya hecho cosas malas, pero lo que han hecho tus primos no se puede perdonar con nada... quería ocultarte esto, pero no quería ser alguien más que te provoque daño.
Ella tenía razón, ellos tienen que pagar por lo que hicieron. Vine aquí para salvar a mi especie, pero ahora tenía una nueva misión... mi misión.
-Acabaré con Superman y con Supergirl por arrebatarme a mi familia y por todo el daño que me han causado...- mis puños se cerraron por la frustración que recorría mi cuerpo.
Pov Lillian
-Ya todo ha comenzado- le dije al Dios- todo ha surgido de acuerdo al plan... pronto llegará la hora de la destrucción.
-Por fín Superman y Supergirl serán un problema menos...
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