Corrieron a trompicones, rodeando los troncos de los árboles bajo el fresco aire de la mañana. A Seungcheol le daba la sensación de algo surreal, enloquecido. Había pasado de estar disparando en la oscuridad a una sanguijuela monstruosa a estar corriendo por el bosque, con los pájaros trinando sus canciones matutinas y una ligera brisa que le alborotaba el cabello sucio y apelmazado.
Siguieron adelante. Seungcheol contaba en silencio hasta que llegó cerca de cero. Se detuvo y miró a su alrededor mientras Jeonghan también se detenía, jadeando pesadamente. Ya habían salido de los bosques y se hallaban en un pequeño claro, en lo alto de una colina desde la que se veía la parte este del bosque.
—Aquí parece estar bien —dijo Seungcheol.
Tomó una gran bocanada de aire limpio y se lanzó en el suelo para estirarse; sus músculos lo agradecieron. Jeonghan lo imitó, y unos segundos después, la cuenta atrás llegó a su final.
La explosión fue devastadora; el suelo tembló y el fragor cubrió el bosque y se extendió sobre el valle que se abría más allá. Pasado un momento, Seungcheol se sentó y observó las nubes de humo que se alzaban sobre la copa de los árboles. A pesar de lo agotado que estaba, a pesar del dolor, del hambre y el cansancio emocional, se sintió en paz al contemplar como el humo de aquel terrible lugar desaparecía en el nuevo día. Jeonghan se sentó a su lado, también en silencio y con una expresión casi soñadora. No había necesidad de decir nada; ambos habían estado allí.
Seungcheol se rascó la muñeca distraídamente al sentir un escozor, y las esposas cayeron al suelo, aterrizando sobre la hierba con un sonido apagado. Sonrió. En algún momento, la esposa suelta se debía de haber caído. Meneó la cabeza y pensó en lo bien que hubiera estado haberlas perdido doce horas antes. Luego, las cogió y las lanzó hacia un grupo de árboles, observando cómo se perdían. Jeonghan se puso en pie, le dio la espalda al humo y se protegió los ojos del sol.
—Aquél debe de ser el lugar del que hablaba el capitán Jonghyun.
Seungcheol se obligó a levantarse y se puso a su lado. Allá, a unos dos o tres kilómetros por debajo de su mirador, se veía una enorme mansión semioculta entre los árboles. Las ventanas centelleaban bajo la luz matutina y le daban una apariencia cerrada y vacía. Seungcheol asintió, y de repente no supo qué decir. Jeonghan debía de estar deseando reunirse con su equipo. Y en cuanto a él...
Jeonghan volteó a mirarlo cuando no recibió respuesta. Seungcheol se veía verdaderamente hermoso a la luz del sol, pero la expresión nostálgica que tenía hacía que le doliera el pecho. Aunque quería que estuviera a salvo también, supo que no podría pedirle que fuera con él, ya que sería casi imposible probar la inocencia del mayor por falta de pruebas y tendría que ver cómo Seungcheol cumplía la sentencia de muerte de la que había escapado hace una noche.
Con el corazón oprimido, Jeonghan alargó la mano, cogió las chapas de identificación de Seungcheol y las tiró con fuerza. La cadena se soltó, y después de contemplar la foto y el nombre que ahí se hallaba grabado, el rubio se las ató a su delgado cuello.
El mayor lo miró, pero el otro no le devolvió la mirada. Las lágrimas estaban a punto de ganarle, pues sabía que posiblemente, nunca más volvería a ver a Seungcheol. A pesar de que no había sido mucho el tiempo el que habían compartido, la circunstancia y todos los sucesos que habían vivido juntos le habían permitido conocer su lado más vulnerable y real. Seguramente el mayor se iría lejos, donde nadie lo conociera o lo pudiera juzgar.
"Está obligado a abandonarlo todo,
y estará solo"
A Jeonghan se le escapó un suspiro pesado, pero se obligó a seguir contemplando su nuevo destino: la silenciosa mansión medio escondida entre los árboles.
—Oficialmente, el teniente Choi Seungcheol está muerto —añadió Jeonghan.
—Sí, ahora soy un zombie —se burló Seungcheol, sorprendido por la inesperada sensación de nostalgia que le oprimió el pecho.
Jeonghan sonrió suavemente y Seungcheol intentó reír, pero no le salió. Todo lo que podía hacer en ese momento era observar cada detalle del rostro del menor bañado con la luz del alba, teniendo la esperanza de recordarlo cada vez que amaneciera.
Como si algo lo llamara, Jeonghan se volvió y finalmente, miró Seungcheol a los ojos. El mayor vio sinceridad, compasión y fuerza en ellos, pero había algo más. Vio que el rubio sentía la misma extraña añoranza, la misma vaga tristeza que había caído sobre él como una sombra.
"Si las cosas hubieran sido de otra manera...
Si las circunstancias no fueran las que son..."
Jeonghan hizo un ligerísimo gesto de asentimiento, como si le hubiera leído la mente y estuviera de acuerdo con lo que pensaba.
—Ya es momento de que me vaya, deben de estar esperándome...
Y no pudo reaccionar. Apenas había terminado de hablar cuando Seungcheol le había tomado de las manos y había presionado sus cálidos labios sobre los suyos. Segundos después, soltó sus manos para apoyar suavemente las palmas abiertas a ambos lados del rostro de Jeonghan, inclinándose más hacia él.
Hacía tiempo que lo deseaba. Hacía mucho tiempo que sabía que aquella inhibición estaba de más.
Seungcheol arrastró hacia abajo con uno de sus pulgares el labio inferior contrario, y Jeonghan abrió la boca automáticamente, permitiéndole el acceso a su cavidad. La lengua de Seungcheol invadió su boca lentamente. Primero acarició con la punta el interior de sus labios, y cuando la lengua de Jeonghan salió en su búsqueda olvidando la timidez, arremetió con fuerza, tocando cada rincón que alcanzaba.
Seungcheol se acercó más al rubio, besándolo y obligándolo a mantener el rostro sutilmente inclinado hacia arriba para poder seguir haciéndolo. Jeonghan gimió casi imperceptiblemente, y sus manos volaron hacia los hombros del pelinegro. Podía sentir la fuerza y tensión de sus músculos. Viajó las manos hasta su nuca, acariciando su cabello con los pulgares cuando Seungcheol se separó para mirarlo a los ojos.
Su pecho subía y bajaba rápidamente, su respiración era pesada. Jeonghan vio en sus orbes oscuros, iluminados parcialmente por la luz sobre ellos, algo similar a un ruego. Por un momento, pensó en dejarlo todo para fugarse con él, pero Jeonghan tenía la importante tarea de entregar cada documento que había recolectado sobre el virus tanto en el tren como en el complejo de la corporación HANA para iniciar una investigación y poner a todos los involucrados tras las rejas, así que solo bajó la mirada, apenado.
—Volveré y te buscaré, Jeonghan. No te puedo asegurar cuándo nos volveremos a ver, pero haré todo lo posible para que ocurra.
Recogiendo todas sus fuerzas, Jeonghan se separó del mayor. No pudo contestarle porque su pecho estaba terriblemente oprimido, así que tan solo asintió. En seguida, se irguió, alzó la cabeza, cuadró los hombros y lo saludó militarmente sin dejar de mirarlo a los ojos. Seungcheol imitó su postura, le devolvió el saludo y lo mantuvo hasta que Jeonghan bajó la mano.
Sin mediar más palabras, el menor se giró y comenzó a alejarse, permitiendo la salida de rebeldes lágrimas mientras se dirigía hacia la pendiente que descendía entre los árboles. Seungcheol lo contempló hasta perderlo de vista entre las sombras del bosque. Esperó un momento y después, buscó su propio camino. Decidió que el sur podía estar bien y comenzó a andar, tratando de disfrutar del calor del sol en los hombros y del canto de los pájaros que le llegaba desde los árboles.
Fin
✨
¡Y llegamos al final!
Gracias por leer esta historia. De verdad es un libro que me gusta mucho, por eso pensé en compartirlo con ustedes ;;
Por si tienen curiosidad, este es el primer libro de la saga de Resident Evil (la gran franquicia de videojuegos de Capcom). Entre todos ellos, mi juego y libro favorito fueron los de esta adaptación, que es "Hora Cero".
He agregado algunas cositas en esta historia (cómo me hubiese gustado que pasara...) para que tuviera un poco de romance, ya que en la historia original se sugiere pero MUY sutilmente.
Estoy preparando un pequeño epílogo para terminar. En el libro original existe, pero es la introducción para el siguiente libro... Así que espérenme un poco más ;;
¡Gracias!
Lxs quiero mucho ♡