Entre Recuerdos Y Armas

By Cam_Gomez

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Hasta hace unos meses Waverly Boy tenía una vida normal, un padre amoroso, una vida estable y completamente a... More

Prólogo
Ojos Verdes
Escalón Caído
"Primer Servicio"
Cuándo El Enemigo Se Une
Escapando Y Volviendo
"Pasado Al Destapo"
Una Última Fiesta
Epílogo

"Reunión Familiar"

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By Cam_Gomez

Capítulo 7.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, sentía la sangre de mi cuerpo bombear y bombear, y escuchaba aquel cotidiano sonido estallarme y golpearme detrás de las orejas. Los ojos negros de mi padre se elevaron y se clavaron en los míos, pero yo estaba petrificada, no sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer, era como si en aquel tiempo el recuerdo de éste se hubiera borrado de mi cabeza puesto que esta últimamente se había empeñado en rememorar y rememorar la desgracia que estaba viviendo y no los buenos momentos que había dejado atrás en compañía suya.

Las lágrimas se amontonaron en mis ojos y fue cuando finalmente los brazos de mi padre se abrieron y yo corrí a refugiarme en ellos como si fuera una niña pequeña llorando por el último regaño de alguna de sus maestras de la escuela que únicamente buscaba apoyo para sentirse mejor.

Oculté mi rostro en su pecho y aspiré su olor con fuerza, me aferré a ese par de fuertes brazos que sabían a hogar, a amor y a una vida compartida por los recuerdos más solemnes. Vito Boy estaba aquí, conmigo, después de todas esos días creyendo que jamás volvería a verlo.

—Papá —hablé en un susurro, con la presión de mi garganta pidiéndome que dejara salir aquel sonoro sollozo que luchaba por ser lanzado.

Lo había extrañado tanto, realmente había añorado este reencuentro con cada centímetro de mi cuerpo y con cada día que pasaba sin estar cerca de casa.

Sus manos viajaron a mi cabello y fue cuando empezó a peinar con sus dedos los mechones rubios de este, levanté la mirada y Eliana nos miraba enternecida; la miré instándola a acercarse y ella negó con la cabeza varias veces dándonos la espalda para dejarnos disfrutar de ese momento fraternal únicamente a padre e hija.

—Waverly, Mi preciosa niña, creí... —su voz se cortó y lo escuche carraspear intentando aclara su garganta. Hombres, definitivamente siguen empeñados en creer que son seres humanos superiores que no pueden llorar puesto que piensan que las lágrimas alterarían de alguna manera absurda la fórmula de su hombría— creí que nunca volvería a verte...

Se separó de mi cuerpo y acarició mi rostro retirando un par de cabellos húmedos por las lágrimas sobre este; sonreí soltando otro par de lágrimas y puse un dedo sobre sus labios para silenciarlo, mirándolo fijamente como si estuviera diciendo: "aquí estoy, no me he ido a ningún lado"

—Papá, tranquilo. Estoy bien, no pueden conmigo —me erguí en mi lugar sonriendo y él me devolvió la sonrisa suspirando con alivio, antes de dejar un casto beso en mi frente.

Nos levantamos del suelo en el que desde el momento del reencuentro habíamos estado postrados y caminamos hacia una de las ventanas por las que únicamente entraba la luz.

—Eliana —habló mi padre acercándose a la mujer que hasta el momento había permanecido callada; caminó hasta ella y puso una mano sobre su hombro de manera conciliadora.

La mujer se dio la vuelta y lo miró fijamente con ese par de zafiros azules idénticos a los míos, achicó los ojos y fue cuándo vi que enlazó con sus manos el cuello de mi padre y se aferró a él sollozando, como si su agarre sobre este fuera su único salvavidas en ese momento.

—Vito, yo... yo lo siento tanto, soy la peor mujer del mundo. Decidí abandonarlos porque creí que estarían a salvo; pero ahora, ahora también nuestra hija está en peligro. Luke, Luke planea algo grave, lo sé, lo vi en sus ojos desde que Waverly llegó a esta casa —su voz se apagó y yo sentí una punzada de dolor en el pecho—. No pude protegerla, no fui una buena madre antes y no pude ser una buena madre ahora.

—Shhh —la silenció mi padre acariciando su cabello suavemente, envolviendo su cuerpo con sus brazos antes de separarse y mirarla a los ojos—. No puedes culparte tú sola de esto, Luke tiene la culpa de todo, aunque yo tampoco puedo decir que salgo con las manos limpias de esto; yo, yo debí haber imaginado que algo como esto pasaría alguna vez. Nunca hay suficiente paz luego de la tormenta, por eso los temblores suceden dos o más veces.

—Mamá —me acerqué a ella y la abracé de la misma forma en la que un momento antes mi padre la había abrazado a ella—, no es solo tu culpa, tomaste malas decisiones. Todas las personas han cometido ese error dos o más veces, yo también lo he hecho, sé lo que es tomar decisiones erróneas por amor.

Mi padre me abrazó con mucha fuerza, sabía exactamente de qué equivocaciones estaba hablando, sabía perfectamente porqué estaba así y porqué mencionaba esto; y era el momento que yo me abriera, tal y como ella lo había hecho. A veces es bueno hablar de las malas pasadas en voz alta, así algunos dolores internos salen a la luz y ya no eres tú únicamente la que lidia con el peso de ellos.


...

—Papá, estoy preocupada por Luca, no me responde los mensajes, ni las llamadas y yo... realmente tengo mucho miedo —le solté a mi padre tomando enormes bocanadas de aire entre palabras. Mi corazón dolía con fuerza al recordar la imagen de ese par de ojos mieles que me vieron invicta en ese estúpido robo en el que me metí por confiar en el chico que amaba; porque sí, Rod me había engañado y ese día no habíamos ido por un par de cosas prestadas como me lo había descrito él. 

Habíamos entrado a robar y yo no tenía la menor idea de nada; recordaba claramente el dolor traspasando aquel par de cristales al verme y yo al verlo a él mientras observaba todo desde el jardín de su propia casa.

—Deberías ir a verlo —me recomendó mi padre y yo apreté los labios aferrándome más a la llamada que estábamos teniendo, puesto que en ese momento papá había salido a solucionar una situación de último momento en su empresa, algo con un par de inversionistas o parecido. La cosa es que yo me había quedado sola en casa—. Sé que es duro para ti enfrentar tus problemas cara a cara, pero creo que es la única manera ahora.

Me mordí el labio inferior con fuerza e intenté armarme de valor y seguir el consejo de mi padre, asentí con la cabeza aunque sabía que no podía verme, y colgando la llamada después de despedirme, tomé mi anorak blanco y me dispuse a salir a la calle. Tomé las llaves del cuelga llaves y salí de la casa con la brisa de la tarde a pocas horas de llegar a su fin, golpeándome el rostro y desordenando mi cabello.

Caminé un par de cuadras y justo cuando estaba en la esquina de la calle donde hasta ahora me había enterado que estaba la casa de mi amigo, escuché que me llamaron a lo lejos.

—¡Waverly! —me giré extrañada y fue cuándo vi a Rod corriendo hacia mí completamente agitado.

—¿Qué demonios haces aquí? —Le grité enfurecida empujando su pecho con todas las fuerzas que tenían mis manos, enviado su cuerpo hacia atrás—. ¡¡Claramente te dije que no te quería volver a ver en toda tu asquerosa y desalmada vida!!

Rod frunció el ceño y me miró con sus ojos verdes inyectados en dolor e ira contenida.

—Tú no me puedes botar como si fuera cualquier basura de la calle Waverly. No puedes terminar conmigo solo por ese jodido malentendido —apretó la mandíbula con fuerza y podía jurar que escuchaba claramente sus dientes crujiendo dentro de su boca, como si estos fueran a romperse en cualquier momento.

—¡Solo por un jodido malentendido! ¡Solo por un jodido malentendido! —Lo empujé nuevamente a punto de gritar o de abofetearlo—. ¿¡Para ti un robo y el hecho de que casi termino presa por tu culpa puede catalogarse como un jodido malentendido!?

Iba a levantar la mano para golpearlo cuando escuché un grito a lo lejos que terminó por poner todas mis terminaciones nerviosas en alerta mientras el pánico se instalaba en mi pecho de manera aterradora y brusca.

¡Ese chico va a saltar de esa azotea! ¡Se va a suicidar! —escuché gritar fuertemente a una chica y fue cuando corrí hacia esa casa y pude presenciar la escena por mi cuenta.

Luca, mi amigo pelirrojo con problemas de autismo en uno de sus últimos niveles; se encontraba en la azotea con las manos atadas y a punto de saltar al vacío.


...

—Luca Zimmermann se lanzó de la azotea de su casa ese día; y sus últimas palabras fueron: "Waverly, ¿Por qué me hiciste esto?, yo, yo te amaba" —mi cuerpo perdió fuerza y terminé cayendo al suelo de bruces bajo la mirada aterrada de mis padres. Estaba demolida, literalmente demolida, el hecho de rememorar ese fatídico día había sido cómo sí una estalactita o algún objeto corto punzante se hubiera incrustado en mi pecho y me dificultara el respirar. La culpa se incrustó hasta lo más profundo de mi sistema y las palabras se habían quedado atoradas en mi garganta, como si de un momento para el otro se me hubiera olvidado hablar.

Justo cuando la boca de mi padre se había abierto para hablar, la puerta que daba afuera se abrió con un chirrido agudo. Luke entró sonriendo maliciosamente y fue cuando nos extendió un par de vestidos de noche a mí y a mamá; lo miré confundida sorbiendo por la nariz con poca decencia pero no dije nada.

—¿Qué significa esto Luke? —escuché preguntar a la mujer rubia mientras mi padre fruncía el ceño aun sosteniéndome entre sus brazos.

—Estoy planeando una grandiosa fiesta hoy, y ustedes son mis invitados especiales —nos anunció y todos nos miramos frunciendo el ceño—, necesito que se cambien. En un momento uno de mis hombres vendrá a sacarlos de aquí para que se unan a la reunión como mi querida familia feliz —habló sonriendo como un maniático desquiciado antes de acercarse a Eliana y besar sus labios sin que ella siquiera se inmutara con el movimiento—. Hasta la noche.

Salió del cuarto y los tres nos miramos con pena, algunos más asustados que otros, pero igual de preparados mentalmente para lo que se avecinara.


...

—Póntelo Wavy, hazme caso, si los hombres de Luke llegan y ven que no obedeciste será peor —siguió insistiendo mi madre juntando sus palmas frente a mi cuerpo como si yo fuera una clase de dios y estuviera implorando por piedad.

—No quiero Eliana —la llamé por su nombre y ella me miró con una pequeña mueca de molestia—. No quiero salir, déjenme tranquila, tengo muchas en las que pensar ahora.

—Waverly, obedece —esta vez habló mi padre con voz autoritaria, afilando la mirada mientras se acomodaba la corbata del esmoquin sin mostrar ninguna expresión.

Me levanté del suelo con las piernas tambaleantes mientras me secaba los ojos con fuerza y me quitaba el suéter celeste que llevaba puesto. Pasé el vestido entallado por mi cuerpo y luego de eso me quité el pantalón, por lo que la pistola que hasta ahora había recordado que llevaba cayó al suelo e hizo crujir las baldosas de madera oscura.

—¿Qué es esto? Dios mío Wavy, ¿todo el tiempo tuviste esta arma contigo? —Mi madre abrió mucho los ojos y mi padre no se quedó corto e imitó su reacción con un poco más de asombro. Supongo que nunca imaginó que su "niñita" tuviera el más mínimo contacto con un arma de fuego, al menos no es esta vida—. ¡Demonios Waverly! De haber sabido ya hubiéramos terminado con esto, Luke acaba de salir por esa puerta después de entrar completamente desarmado.

—¿Enserio hubieras sido capaz de matarle? —pregunté asombrada mientras la miraba frunciendo el ceño tratando de ocultar la decepción en mi voz, al examinar el pensamiento de que mi madre fuera capaz de volverse una asesina.

—No es la primera vez que lo hago Wavy —me soltó sin titubeos mientras me miraba fijamente con expresión mesura—. Al menos ahora hubiera sido por una buena causa, por defender a mi familia, en una situación así soy capaz de cualquier cosa, créeme.

Tomó el arma entre sus manos y la metió dentro del escote de su vestido bajo mi mirada atontada y la expresión inmaculada de papá.

—Estamos hablando de mi hermano, Eli —rugió mi padre frunciendo el entrecejo mientras se apoyaba en una de las paredes de la habitación—. Sé que es un maniático loco y desalmado, pero es familia.

—Por favor Vito, tú y yo sabemos perfectamente que no hay ninguna clase de lazo de sangre que los una —contraatacó la rubia tratando de controlar su cólera en vano.

—¿De qué están hablando? —finalmente pregunté yo y ambos voltearon a verme.

—Luke es adoptado Waverly —se apresuró a decir Eliana lanzando miradas intermitentes entre papá y yo—, tus abuelos lo sacaron de una casa hogar, él solo fue un recogido. "Luke Boy" ese es el nombre con el que aparece registrado, "Luke Stainton" no existe.

Mi boca se abrió para hablar pero fue interrumpida por el fuerte sonido de la puerta abriéndose con un portazo, antes de que el susodicho irrumpiera en la habitación con su ceño fruncido y su mirada cargada de enojo en compañía de dos hombres vestidos de negro. Mastodonte uno y mastodonte desconocido lo flanqueaban de cerca con sus manos fuertemente agarradas de sus bolsillos dónde seguramente tendrían guardadas sus armas.

—Te equivocaste Eliana, Luke Stainton soy yo, es lo que nací siendo y es lo que debí ser siempre. Luke Boy está muerto —habló el  hombre con un gruñido—. Se acabó el tiempo de reunión familiar, que la última fiesta empiece.

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